Llegamos al lugar donde habíamos pasado la noche, Sakura se encontraba mucho mejor luego de tomarse unas pastillas de hierbas energizantes que había preparado ella misma antes de realizar esta misión, ya había sanado las heridas faltantes en el cuerpo de Naruto. Y había enderezado mi pierna, y sanado lo suficiente para no sentir dolor, mis costillas se encontraban perfectas, Sasuke se encontraba aún gravemente herido, tanto por el ataque de Kabuto como por el uso de su Sharingan, Sakura le vendo toda el área del tórax y le había hecho ingerir unas pastillas para la vista que le ayudarían a recuperar rápidamente su visión y comodidad de ella, el brazo de Sakura se encontraba ya en perfecto estado… realmente era una perfecta ninja médico.
- Hoy dormirás en nuestra tienda Sasuke-kun. – Sakura sonaba realmente preocupada por la rehabilitación de Sasuke.
- Yo puedo dormir solo, no necesito estar durmiendo con ustedes. – su voz era la misma, al parecer ni con dolor cambiaba su actitud petulante.
- Te dije que dormirás con nosotros y punto, esta vez no harás lo que quieras. – sonaba realmente molesta, Naruto estaba armando una sola tienda, al parecer sabía que Sakura ganaría esta pelea.
- Sakura no te creas con el poder de mandarme, dormiré solo he dicho.
- No puedes moverte bruscamente y no debes pasar frío Sasuke-kun, entiende. – Sakura sonaba mas calmada pero mas preocupada cada vez que Sasuke ponía un nuevo pero en sus palabras.
- No siento absolutamente nada de frío Sakura, así que como dije dormiré solo. – dijo victoriosamente Sasuke.
- eto- por que siempre tendría que hablar en momentos como este – lamentándolo mucho Sasuke-san – su mirada volteo a verme de inmediato, ¿Cómo era? Fría, naturalmente, ya no se encontraba ni pista de la cálida sonrisa que había visto antes. Pero a pesar de esa mirada tenía que decirlo. – caerá una gran tormenta de nieve en tan solo unos cuantos minutos y durara bastante, y observando el nivel de su chakra, morirá por una baja Terminal de su temperatura corporal, creo que debe escuchar a Sakura-san.
Su mirada fue fulminante pero al parecer entendía lo que le decía y no dijo absolutamente nada, lo cual fue muy extraño, Sakura lo ayudo a levantarse, para así poder cambiar la ubicación existente y dirigirnos a una cueva, para así evitar morir en esta tormenta…
Sasuke se encontraba realmente débil así que Naruto era el que lo llevaba con ayuda de Sakura, yo en cambio llevaba la mayoría de los equipajes, la cueva que había localizado anteriormente se encontraba a unos 15 m, de la posición actual, andábamos lo mas rápido posible ya que faltaba muy poco para que empezara a nevar y esta vez sería mas fuerte que la anterior tormenta… algo que no me gustaba en lo absoluto.
Llegamos a la cueva, era realmente amplia, mucho mas grande que la anterior, Sakura propuso armar la tienda y no dormir a la ínter pie como lo habíamos hecho anteriormente, y todos estuvimos de acuerdo… mientras sentaban a Sasuke en una posición cómoda, Naruto arreglaba la tienda, mientras Sakura y yo salimos en direcciones diferentes para buscar leña y algo de comer, antes del comienzo de la tormenta…
Esta vez Sasuke no uso el fuuton, Sakura no lo permitió, lo obligo a mantener inmóvil su chakra para no empeorar su salud, a lo cual Sasuke realmente bufaba con gran enfado un tanto infantil que no hacía más que parecerme excesivamente gracioso.
Sakura había traído unas cuantas plantas medicinales, que dio a todos para recuperar mas energía, comimos los pescados rápidamente, todos moríamos de hambre, cada vez que Sasuke levantaba los brazos para llevar la comida a su boca, se podía escuchar un pequeño gruñido en su interior tratando de disimular el dolor que sentía, no todos los días recibías fuertes cantidades de chakra en lugares especiales para que mueras... aunque lo trataba de disimular todos nos pudimos percatar del dolor que sentía.
Naruto había sanado completamente, realmente ese kyubii lo ayudaba en algo. Era una suerte que no hubiera salido una cuarta cola pues en ese estado si que no hubiera sido capaz de controlarlo, como Jiaraiya había advertido mucho antes, Naruto era capaz de controlarse hasta su tercera cola pero con una cuarta perdería el control absoluto de su cuerpo. El brazo de Sakura se encontraba casi perfecto y mi pierna no me dolía en lo absoluto al parecer el hueso se encontraba en el lugar correcto, mis costillas estaban esplendidas, no sentía dolor en absoluto…
- Me iré a dormir, estoy extremadamente agotada… buenas noches – Sakura se levanto y se dirigió a la tienda…
- De acuerdo Sasuke vamos a dormir también, dame la mano. – Sasuke miro incrédulamente a Naruto pero no dudo en darle su mano, Naruto lo levanto delicadamente y lo llevo a la tienda. – no iras Hinata-chan?
- En un momento Naruto-kun. – mi voz ya no titubeaba al hablar con Naruto eso era algo realmente bueno, termine mi jugo y me dirigí a la tienda, donde ya Sakura se encontraba absorbida aparentemente en un sueño inmenso, se encontraba en el extremo derecho de la tienda, al lado de ella se encontraba Naruto quien ya roncaba, realmente tiene el sueño pesado. Sasuke lucia tan extremadamente tranquilo, durmiendo al lado de Naruto, todos estaban cubiertos hasta el cuello, hacía extremo frío, la tormenta era muy fuerte sino hubiera encontrado esta cueva, todos estaríamos muertos en este momento.
Enarque la ceja en el momento que me percate que yo dormiría al lado de Sasuke, eso realmente era escalofriante, una cosa era estar en una misión con el pero dormir a su lado era caótico.
No puedo hacer absolutamente nada, ¡rayos!.
Trate de relajarme lo mas posible, tome mi sabana y me eche lo mas alejada posible de Sasuke, era realmente problemático esta situación… pero éramos compañeros y no podía comportarme de esa manera, además Sasuke estaba realmente herido, no me podía estar poniendo a pensar en tonterías.
Me recosté tranquilamente, pero bien alejada de el, me cubrí hasta el cuello, el frío era enorme, mi cuerpo debía estar morado, la sangre no circulaba tal vez en perfecto estado, pero no es que iba a abrazarlo para darme calor…
Su rostro lucía tan hermoso, si los dioses existían debían tener esa infinita belleza gélida que transmitía Sasuke, su boca tan fina, pero rosada, sin necesitar de ningún tipo de labial, sus mejillas un tanto rosadas por el frío pero que se veían en perfecto estado, su respingada y perfecta nariz, su piel blanca palideciente, sus parpados los cuales escondían esos escalofriantes pero especiales ojos, a los cuales ninguna chica temía sino yo, ese cabello negro azabache, el cual era tan lacio y tan sedoso, era perfecto, simplemente perfecto, no había ningún defecto físico en Sasuke… y si lo había nadie jamás se había percatado de ello, ni con mi Byakugan podría haberlo hecho. Que haces Hinata? Por qué estás pensando en Sasuke de esa manera ahora? El te a lastimado… no pienses en él de esa manera, lo deberías tener cierto rencor. Pero no podía hacerlo, simplemente no podía, y tenía todo el derecho de odiarlo, y odiarlo hasta donde mi cuerpo no aguantara más… Pero así no era yo.
Quede dormida en uno de los tantos pensamientos que sentía, cuando desperté pensé que era de mañana, pero el ambiente no mostraba ningún tipo de claridad, aún era de noche y el frío realmente era aterrador, mi cuerpo temblaba y no podía pararlo, tal vez eran la de la madrugada, se escuchaban fuertemente los ronquidos de Naruto… alce un poco mi cabeza y observe como Naruto abrazaba fuertemente a Sakura, ella no ponía ninguna queja de su parte, realmente en ese momento hubiera deseado estar abrazada a Akamaru, su calor era perfecto en esta época del año, pero no allí estaba yo padeciendo del peor frío de toda mi vida. En el momento que recosté mi cabeza de nuevo en la tienda, colocándome en posición fetal al momento en que pude sentir como el brazo de Sasuke pasaba por debajo de mi costado y me llevaba hacía su cuerpo, mis ojos se abrieron enormemente ante tal acto de su parte, mi cuerpo no respondía negativamente, simplemente se dejo arrimar al cuerpo del Uchiha, sus ojos estaban desvendados y entreabiertos con cierto aire de incomodidad por el frío que aparentemente también sentía el… su brazo me sostuvo la espalda hasta llegar a tocar con mi nariz su pecho, el cual estaba destapado por la cobija, su mirada era penetrante, pero al momento en que mis ojos observaron con eterna confusión cerro los ojos lentamente… se quedo allí simplemente recibiendo y otorgándome calor corporal, el cual necesitábamos urgentemente, nuestros cuerpos estaban unidos, estaban recibiendo y otorgando calor, era tan cálido su cuerpo que ni siquiera Akamaru me había hecho sentir de esa manera… su brazo seguía debajo de mi, mientras que el otro lo metía por dentro de mi blusa apretando fuertemente su mano en mi espalda haciendo que mi cuerpo se pegara con mas intensidad contra el de él, no pude evitar un gemido de mi parte… haz algo Hinata. No quería hacer nada, estaba cómoda, recibiendo su calor, ya no sentía frío. Su mano seguía apretando fuertemente mi espalda pero esta vez con suaves caricias de ves en cuando… levante mi cara para poder observar su rostro, pero la atención iba a sus labios, sus ojos permanecían cerrados, parecía que no sentía absolutamente nada mientras hacía esto, no deje de observarlo en ningún momento, su apretamiento era cada vez mas intenso… mi respiración era mas acelerada, podía sentir los incrementos latidos de mi corazón, sentía como saldría estallando de mi pecho, pero al parecer el no sentía absolutamente nada de eso, estaba allí con los ojos cerrados, completamente cerrados, tal vez estaba delirando a causa del ataque de Kabuto y por eso me tenía agarrada de esa manera. De esa manera a la cual ya me había acostumbrado y no quería dejar de sentir ni esta noche ni nunca.
- Sasuke-san – susurre lo más bajo posible, pero al alcance de su oído…
No dijo absolutamente nada, estaba dormido, todo lo que había hecho no había sido por voluntad propia. Jamás me había sentido tan estupida como en ese momento… estaba realmente excitada por alguien quien ni siquiera estaba despierto. Que patético.
Trate de alejarme lentamente de su cuerpo, ya no quería sentir su calidez en todo mi ser, no me producía algo bueno… saque de mi espalda su mano y trate de echarme para atrás cuando.
- No te alejes, Hinata… por favor – susurró, pero lo dijo lo suficientemente alto para poder escucharlo y paralizarme ante su voz – disculpa por no haber respondido pero no te alejes.
Mi boca, mis ojos, mi cuerpo no hicieron absolutamente nada, sino acercarse de nuevo a ese espectacular cuerpo, el cual al ver mi proximidad a él, me tomo de nuevo por debajo, acercando mi cuerpo al de él, esta vez su brazo libre tomo mi cintura y la abrazo con tanto deseo que no hacia mas que causarle a mi cuerpo una respiración mas agitada que la de antes… estaba despierto, no dormía, no era un delirio a causa de su estado, me había abrazado porque así lo había querido o necesitado. Su pierna se subió a la mía, teniéndome de ese modo completamente en su poder, su rostro, mas bien su gélida pero espectacular mirada estaba sobre mi rostro que al subirlo no hizo mas que quedarse conectada con esos ojos negros como la noche, negros como la nada pero al mismo tiempo como todo, negros como el mal pero puros como el alma… esos ojos negros los cuales miraban mis perlados ojos, que eran tan diferentes a los de él, tan blancos como la luz pero al mismo tiempo vacíos como el blanco sin ninguna expresión en ellos, me miraba con una mirada jamás antes vista en nadie, me miraba con una mirada que me erizaba la piel, que hacía que mi corazón latiera mas y mas rápido, agachó su rostro hasta estar frente a frente con el, sin perder ni un segundo nuestras miradas, su respiración también era agitada y sentía y oía cada palpito apresurado de su triste, vacío a veces hasta cruel pero magistral corazón… Ese corazón el cual habían tratado de parar hoy, el cual iba a dejar de latir de esa hermosa y rítmica manera…
Nuestras narices lograban tocarse, todo nuestro cuerpo estaba en contacto, nuestras frentes estaban pegadas una a la otra, nuestras miradas no bajaban, seguían leyendo nuestra alma, descubriendo, observando, adivinando cada pensamiento, sentimiento o tan siquiera deseo que estuviera presente en esa tienda, en esa tormenta, en esa misión, en estos corazones…
- No te soltare más. – dijo deslizando su rostro por mi mejilla hasta quedar en mi oído, muy suavemente y con un tono de voz que no hacía mas que estremecerme por completo mi cuerpo.
Lo mire ruborizada, no creía que esas palabras estuvieran saliendo de la misma boca en donde hace pocas semanas habían salido, escupido tanta repugnancia hacía mí. Su rostro se deslizo lenta y suavemente de mi oído hasta quedar como hace unos momentos estábamos, lo mire algo confundida por lo que había dicho, pero volvió a mostrarse esa cálida sonrisa la cual había visto hoy por primera vez en mi vida, su sonrisa era tan fresca que no dejaba de admirarla, así deben sonreír los dioses. Volvió a presionar mi cuerpo contra el suyo pero esta vez de una manera mas cálida haciendo salir de mi boca un leve gemido de sorpresa y placer, estábamos más unidos que antes, un poco mas y terminaríamos siendo una mezcla completamente homogénea…
- Duerme Hinata. – dijo sin dejar de mirarme, o separar nuestros cuerpos.
- Esta bien Sasuke-kun. – respondí, diciéndole por primera vez así… en vez de parar su sonrisa, la aumento aún mas, al escuchar como había cambiado mi formal sufijo por uno cordial, calido y simple.
- Padre crees que mi hermana regrese para mi cumpleaños? – preguntaba Hinata a Hyashi.
- No lo sé Hanabi… la misión era secreta así que no me informo absolutamente nada sobre ella. – dijo seria y fríamente como siempre, haciendo simplemente humedecer los ojos de Hanabi… ella realmente consideraba a Hinata algo mas que su hermana, era la madre que jamás pudo o podría disfrutar, era su ejemplo a seguir, para ella su hermana era la luz que brillaba en toda la oscuridad que habitaba en el clan Hyuga desde hace siglos, ella podía hacer cambiar a cualquier persona con tan solo una sonrisa, Hinata era pura, ella no lastimaba a nadie aunque se lo merecía, no se como mi padre no podía entenderlo, es que de verdad no apreciaba ni un poco a mi hermana.
- Deberías apreciar y tener mas esperanzas en mi hermana padre. – dijo tímida pero firmemente Hanabi, haciendo que Hyashi observara atentamente los ojos firmes e inocentes de la joven, la cual decía sinceramente cada palabra que había dicho al jefe del poderoso clan Hyuga. Al ver la inmóvil reacción de su padre, Hanabi se retiro de su oficina, sin decir otra palabra.
Jamás había dormido tan perfectamente como esa noche, no sentí jamás el frío, solo sentía su calida respiración sobre mi frente, sus abrazos apretándome a su pecho, de vez en cuando sentía como sus labios se posaban en mi frente haciéndome estremecer ligeramente…
Ya sentía como había amanecido, pero la tormenta seguía, era realmente catastrófica, ya no estaba nevando, pero estaba lloviendo fuertemente… la verdad me alegre mucho, no quería ni por un segundo levantarme de esta inmensa y alegre comodidad… aun se escuchaban los fuertes ronquidos de Naruto y la respiración de Sakura, abrí lentamente mis ojos alzando mi rostro hacía el de Sasuke el cual tenía ambos ojos abiertos observándome detenidamente… mi rubor se hizo evidente cuando sus labios besaron dulcemente mi frente nuevamente.
- Buenos días. – Susurró a mi oído – no creo que despierten.
- Yo tampoco – susurraba a su oído de igual forma, mi voz sonaba entrecortada por el frío que había sentido antes de su infinita compañía. – quiero hablarte Sasuke-kun.
- Creo que lo hacemos. – un tono sarcástico salio de su boca haciendo soltar una leve y silenciosa risa de mi ser. Lo mire simpáticamente, haciendo que su sonrisa se reproducirá de nuevo. En realidad jamás me cansaría de verla.
- Me refiero a una manera más privada Sasuke-kun. – dije tímidamente, de verdad no pensaba hablar en una tienda donde se encontraba Naruto y Sakura, aun dormidos pero de igual manera presente.
- Luego, no quiero levantarme hoy. – dijo mirándome directa y firmemente, a lo que solo pude asentir, no por miedo o por timidez, la verdad es que tampoco quería hacerlo, quería estar allí todo el tiempo posible… que sientes por él Hinata? No lo sé, pero me gusta y asusta.
Al ver mi aprobación, volvió a cogerme entre sus brazos, abrazándome mas fuerte que antes, cerramos los ojos, hundiéndonos en nuestros propios sueños, deseos, expectativas e imaginación en donde cada uno de nosotros éramos, y seríamos los protagonistas de estas extrañas pero puras sensaciones, en donde ninguno sabía porque se había vuelto tan especial y necesitado el estar juntos…
Qué ocurre Hinata? Por qué estas sintiendo esto? Por qué el corazón te palpita tan velozmente?...
Desperté, y ya la tormenta había pasado, cuando me di vuelta, note que estaba sola en la tienda… Sasuke no estaba, realmente me preocupe, todo fue un sueño? Salí rápidamente de la tienda, y todos estaban comiendo…
- Cómo estás Hinata-chan? – dijo cordial y felizmente Naruto, estaba completamente sanado, no tenía ni siquiera un rasguño.
- Buenos días Naruto-kun, Sakura-san, Sasuke-kun. – la verdad es que no tenía idea de las horas que eran en ese momento…
- Buenos días Hinata, en estos momentos voy a salir a buscar más hierbas medicinales para Sasuke-kun… - dijo Sakura observándome fijamente, Sasuke no me dirigió la palabra ni la vista en ningún momento.
- Esta bien Sakura-san quiere que la acompañe?
- No quédate junto a Sasuke, iré con Naruto, mientras yo busco hierbas, el buscara la comida de esta noche… en las condiciones de Sasuke no nos podemos mover a ningún lado.
- eto- me daba vergüenza y emoción quedarme junto a Sasuke- esta bien Sakura-san.
Sakura y Naruto se retiraron al instante mientras yo me sentaba tranquilamente sin hacerle ningún comentario a Sasuke sobre lo de anoche, realmente tenía mucha hambre.
- Necesitamos hablar – dijo seriamente Sasuke. Mientras yo simplemente asentí con la cabeza. – nadie debe enterarse de lo que sucedió anoche. – mis ojos se abrieron rapidamente observando su rostro fijamente, acaso le daba vergüenza decir lo que sucedió, o simplemente le da vergüenza admitir que siente algo por una persona?
- Pero, eto, por qué Sasuke-san? – mi cordialidad se había ido, y volvió rápidamente la formalidad.
- Porque sería simplemente patético admitir que tu y yo tenemos algo mas allá de lo profesional. – lo dijo tan fría y cruelmente que lo único que podía sentir era mi pecho explotar por la presión de tantos sentimientos llegando a el, sin ninguna clase de amortiguación. No podía decir absolutamente nada, esta helada, muda ante sus caoticas palabras, jamás alguien me había tratado tan perfectamente como el para luego humillarme de esa manera… que rayos le sucede.
- Esta bien. – dije fuertemente, mientras me levantaba y marchaba de la cueva, no me importaba absolutamente si Sakura se molestaba, no me quedaría allí con el ser que me había destrozado completamente el corazón, esta vez no lo permitiría, no podía dejar humillarme de esa manera, si alguien lo atacaba lo cual dudaba completamente él era lo suficientemente fuerte para detenerlo, antes de irme de la cueva voltee a verlo con el rostro mas palidecido que nunca y le dije – realmente eres una farsa completa Uchiha- sus ojos se clavaron en mi con un alto nivel de confusión y algo de tristeza la cual en ese momento no me iba a poner a analizar… esta vez no se trataba de alguien mas… se trataba de mi, de poner en orden los sentimientos, pensamientos y emociones que sentía por esa cruel persona, por esa persona que me hizo sentir tan excelentemente en la noche, para luego destruirme en pedazos. Salí corriendo de la cueva decidida a pensar, me aleje lo suficiente del lugar y me ubique en un alto árbol a pensar, pensar y seguir pensando, en lo que sentía, en lo que temía, en lo que amaba.
Quien diablos se cree para tratarme así, por qué nadie puede amarme? Por qué simplemente siempre termino siendo patética para cualquier persona? Por qué sucedió todo aquello con él, para absolutamente nada? – realmente jamás había extrañado a Hanabi tanto como este día. – realmente no sintió nada? NADA? – las lágrimas que salían de mis perlas no eran de dolor, ni de tristeza, eran de rabia absoluta… no pensé que fuera tan cruel como lo demostró hoy… jamás lo hubiera pensado…