- Luce hermosa, Princesa -dijo una de mis doncellas encargada de arreglarme para salir a conocer a mi prometido que debe de estar por llegar. De solo decir la palabra "prometido" siento un desagradable gusto amargo en mi garganta que me dan ganas de llorar, pero una princesa nunca llora y mucho menos yo.
- Gracias chicas, ahora déjenme sola... Por favor -ellas se miraron de reojo pero obedecieron y se retiraron de mi habitación luego de una reverencia.
Estúpidas formalidades.
Estaba sentada frente a mi gigantesco tocador de hielo, observando mi reflejo brillar pero cubrí mi rostro con ambas manos porque no puedo hacerlo. Estoy usando un largo Dress coat color azul acero para cubrir mi camisa y el pantalón palazo negro que traigo puesto. No acostumbro usar los vestidos porque no son de mi agrado, en casa siempre uso pantalones pero cuando vienen visitas me veo obligada a utilizar el vestuario "formal". Para mí los pantalones rectos y anchos son formales pero mi padres se abstienen a las modernidades. Lo único que me permiten usar, son mis botas favoritas, unas botas negras de cuero y taco fino tan altas como para alcanzar la altura de mi hermano pero ésta vez me obligaron a utilizar unas más bajas ya que (según Bengi), el Príncipe Harold II es de su altura y a ningún "Hombre" le agrada que la mujer esté a su misma altura.
En mi opinión, saber eso de él no lo hace ver mas atractivo. No me gusta que me exijan cosas pero de todas formas obedezco porque si no lo hago me obligarán a abandonar a Rohan. Hablando de él, quité las manos de mi rostro y me giré para observarlo sentado junto a mi muy educado con su collar de cristal. No puedo ponerle ropa ni un moño en la cabeza así que se conforma con utilizar un elegante collar de "macho".
- Nos vemos horrendos, ¿No lo crees? - recibí un bufido de su parte. Levantó su gigantesco trasero del piso y se acercó a mí para que acariciara su gran cabezota. Rodeé su cuello con mis brazos y lo apreté con mucha fuerza. Él es el único a quien realmente amo con todas mis fuerzas y jamás me cansaré de abrazarlo.
Rohan ronroneo una vez mas, tenía sus ojitos cerrados gozando el momento hasta que nos interrumpieron...
- Entonces sí tienes sentimientos. ¡Que gran noticia para la ocasión! - dijo Bengi utilizando su traje formal de estilo militar con sus medallas y el escudo de plata de Wintery deslumbrando sobre su corazón. Presumido.
- Mis sentimientos fueron entregados completamente a Rohan y jamás le pertenecerán a alguien más, mucho menos a ti -le lancé una fría mirada fugaz y volví mi atención a mi Bb.
- Oh hermanita, nunca he conocido una dama más complicada y extraña que tú .
Se acercó para tomar mi mano, obligándome a soltar a Rohan y ponerme de pie frente a él de forma que pudiera observar mi atuendo. El Dress coat realmente parecía un largo vestido entallado de mangas largas. Mis pies no podían ser apreciados a pesar de estar usando tacones. Luzco cabello suelto para presumir mis perfectos bucles de color pálido al natural, ya que detesto los peinados. Lo único que adorna mi cabeza en éste momento es mi tiara de plata y diamantes.
- Tienes mucha suerte de ser mi hermano y no mi prometido -comenté, y por lo visto dije algo gracioso sin darme cuenta porque él rió. El pobre de Rohan reclamaba nuestra atención con fuertes suspiros y leves gruñidos...
- Tú también luces excelente, Rohan. Eres todo un felino real -él se sacudió como respuesta. Debido a su tamaño es un poco torpe y por poco me golpea.
- ¿Estás lista? -me preguntó mi hermano mientras me ofrecía su brazo para que lo tomara pero yo lo observé un tanto dudosa.
- ¿Están por llegar? Creí que Max sería mi escolta...
- Ya están aquí, y Max se encarga de dirigir a los soldados para recibirlos como corresponde. Ahora se encuentran en la sala del Trono hablando con nuestros padres y Dorian. Nos están esperando.
Mi corazón dio un salto por los nervios y tuve que morderme con fuerza para mantenerme sagaz.
- Muy bien -asentí firmemente y llena de valor. Bemjamin me regaló una amplia sonrisa de placer por ello pero también había una pizca de consuelo en su mirada- Vamos, Rohan.
Los 3 salimos de mi habitación para dirigirnos al salón del trono donde nos están esperando. Rohan va a mi derecha mientras mi hermano me mantiene aferrada a él, tomándome por el brazo. Ambos intentan llenarme de confianza y valor antes de entregarme a un completo desconocido que quien sabe como podría ser. Ruego a nuestros dioses que no me resulte tan desagradable como me lo imagino...
Cada vez que nos acercábamos a la entrada del gran salón, me siento más nerviosa. ¿Porqué? No lo sé. Al llegar pude divisar a la distancia, a los 3 miembros de la corona de Hierro frente al gran trono de hielo vestidos con ropas elegantes de color rojo y acero oscuro.
- Te vez hermosa, no temas -me animó mientras caminábamos lentamente hacia ellos. Por suerte aún charlaban con mis padres y no eran consientes de nuestra presencia.
- No me importa mi apariencia ante él, me interesa como se vea él para mi -Bengi reprimió una pequeña risa y mantuvo su vista al frente.
- Es un honor ser recibidos con tanta amabilidad Lady Charmin -agradeció Lady Siggeir.
- Igualmente. Mi hijos llegarán en un momen... ¡Oh! Ahí están -Lady Mariette sonrió ampliamente feliz de verme llegar bien vestida junto a Bengi.
Cuando los Reyes de Fired se giraron se sintieron muy sorprendidos al ver el gigantesco felino que me acompañaba pero luego dirigieron su atención a mi y al parecer quedaron completamente encantados de verme. El príncipe II aún no se daba vuelta y parecía estar tomando algo de fuerzas para no poner mala cara, reconozco ese comportamiento porque yo haría lo mismo. Bengi tenía razón, es muy alto, de buena postura y su largo cabello castaño estaba recogido por una liga.
Finalmente se dio vuelta para observarme y ambos nos dimos una gran sorpresa... Nop, no está feo. Sus facciones son duras y suaves a la vez, su mandíbula no es tan cuadrada como la de Max pero tiene lo suyo. Ya veremos si su personalidad es tan atractiva como su físico...
- Mis señores, les presento a mi hijo mayor Benjamin Adrien Charmin futuro Rey de Wintery, el guardián del castillo Rohan y mi tesoro más preciado, el cristal más brillante de todo mi reino, la princesa Colder -tuve que inclinarme respetuosamente y enterré mis afiladas uñas en la palma de mi mano para no gruñir de disgusto por esa ridícula presentación.
"El cristal mas brillante de todo mi Reino". Pfff estoy segura de que hasta Rohan se está mofando de ello por dentro. Bengi es muy bueno reprimiendo sus emociones o de lo contrario, se estaría revolcando en el piso de la risa por esa gran mentira. Mi padre me quiere hacer ver como la criatura mas adorable del mundo cuando sabe que en realidad voy a ser el mas grande dolor de cabeza para el Reino de Fired.
- Es un gran honor recibirlos aquí en nuestro palacio -estrechó la mano del Rey y besó la mano de la Reina.
- El placer es nuestro joven Benjamin -expresó Lord Siggeir
- Lo mismo digo mis señores -respondí tan suavemente que me sorprendí a mi misma.
- Supongo que tu debes de ser Harold II! -se dirigió al chico parado como una estatua junto a su madre y recién me percaté de su mirada penetrante fija en mi. Sus ojos son verdes y brillan igual que 2 esmeraldas.
Maldición.
- Prefiero Harold solamente, si no es molestia -pude notar cierto acento pero atractivo a la vez en su voz ronca y... Que estoy diciendo?
Ambos estrecharon sus manos manteniéndose la mirada como si intentaran leer sus mentes.
- Muy bien Harold, será bueno verte en la gran mesa de marfil -sonrió muy amable pero el castaño de fuego no demostró emoción alguna. ¡Que agrio! ¿Y éste se supone que es el torpe que tendré que soportar el resto de mi vida?
En un momento el "Principe cálido" pasó su mirada de mi hermano a mí y se la sostuve sin decir ni una palabra, como si nos preguntáramos "¿tú o yo?".
Obviamente, yo no.
- Vamos Hijo, no seas tímido -lo animó su madre, la Reina. Eso seguramente fue como una patada en las joyas reales para él. ¿Que sucedió, Principito? ¿Tu mami te acaba de hacer quedar mal?
- Un gusto princesa -besó mi mano de mala gana y Rohan gruñó ante tal acción. No le agrada que un desconocido me toque...
- El placer es mío, Príncipe Harold II -decidí hacerle la contra respecto a su nombre y me causo mucho placer el notar su mandíbula apretada debido al disgusto que le causaba el que dijera "Segundo". Todos nos observaban atentos nuestro duelo de miradas en el campo de batalla; fuego contra hielo.
Hasta que mi madre aplaudió para obtener la atención de todos nosotros.
- ¡Muy bien! No perdamos el tiempo mis señores y si me lo permiten, me complacería bastante mostrarle nuestro palacio y luego de almorzar, escoltarlos yo misma a sus habitaciones especialmente preparadas con todas las comodidades para nuestros señores cálidos -se puso de pie frente a su trono y tomó la delantera esperando a que los cálidos monarcas la siguieran.
- La Princesa Colder podría escoltar al Príncipe a sus aposentos después de almorzar - propuso Bengi y yo lo miré horrorizada. Me encantaría poder estrangularlo con mis propias manos- Rohan también estará complacido de acompañarlos.
Di un profundo suspiro de alivio al mirar a los ojos zafiro de mi bb clavados en él, retándolo a mover un solo músculo de forma sospechosa pero el príncipe es tan agrio que no podría hacer algo indebido ni aún que su vida dependiera de ellos.
- Por supuesto -afirmó el Lord y su hijo volvió a apretar la mandíbula.
- ¡Excelente! Por favor mis señores síganme -mi madre comenzó a caminar y los reyes junto con su hijo, la siguieron. Miré a Bengi de reojo y no lo golpeé solo porque mi padre nos está observando.
- Debo ir a hacer algo. Con permiso.
Salí del gran salón con paso firme seguida por mi bb trotando como un gatito a mi lado.
-Ven Rohan, vamos afuera -de pronto me sentí el deseo de salir a dar un paseo, talvez por el pueblo.
Pasé por mi habitación para quitarme el Dress coat y cogí una capa decorada con piel en los bordes y capucha para cubrir mi rostro. La uso cada vez que deseo escaparme de casa, obviamente los Colder me reconocen porque no cualquiera posee un Tigre dientes de sable como Rohan pero hay veces en las que me salvo.
Estábamos escabulléndonos por la cocina donde todos los cocineros y ayudantes trabajaban a toda velocidad para preparar el banquete, las cocineras ya conocían mis trucos así que de paso le dieron unos huesos de sobra a Roh (quien los hizo pedazos de un solo mordisco) y a mi me hicieron probar el postre. Estaba muy bueno! Adoro el Pie de manzana con helado.
Siempre paso por aquí porque en éste lugar se encuentra la salida de la servidumbre para ir al pueblo pero cuando estábamos a punto de dirigirnos hacia el claro, Roh gruñó como si pudiera oler algo sospechoso y Bengi se nos apareció a caballo de frente atrapándonos en el peor momento.
Ópalos.
- ¿Pensabas ir a algún lugar, princesa? -dijo y yo maldije por dentro.
- Aguafiestas -me crucé de brazos y mi Bb me apoyó gruñendo de mala gana.
- Hacia donde pensabas ir, asquerosa. - bajó de su caballo negro brillante.
Su nombre es Tiberios. Nuestro padre se lo regaló cuando yo obtuve a Rohan. Bengi era muy llorón de pequeño. Que suerte se le quitó cuando cumplió los 16 jajá.
- ¿Y eso a ti qué te importa? Cómo estás Tibi -sonreí al caballo y éste resoplo despeinando mi cabello- Jamelgo.
- Vuelve adentro Colder. Ahora mismo -me ordenó pero yo lo miré desafiante.
- ¿Acaso eres mi padre? Quién te nombró mi dueño, Bengi. Aún no has cumplido los 20 años y ya te crees mi rey. Además, yo obtendré mi corona antes que tú así que no puedes ordenarme nada
- No te expreses así. Tu corona se encuentra en Fired pero la mía está aquí, mientras vivas en Wintery YO puedo ordenarte que hacer así que ahora vuelve a casa.
- "Vuelve a casa". "Vuelve a casa". -lo imité burlándome de él y reí. Bengi negó con la cabeza pero sé que también desea reír como yo.
- Obedece ahora mismo o te encontrarás en graves aprietos. Tu prometido y su familia se encuentran allí dentro conociendo nuestro Palacio, deberías estar acompañándolos.
- ¿Con ese presumido? Ni loca. Es un odioso. ¿Acaso no viste como se comportó conmigo? ¿Quien se cree?.
- Un Rey que al parecer ya fue informado de la clase de dama que será su Reina e intenta hacerse respetar. Yo hice lo mismo, igual que todos...
- Mentiroso, yo estuve en Waterfall cuando conociste a Katherine y ella te aceptó porque le pareciste divertido al tartamudear su nombre. Ahora que lo recuerdo fue muy gracioso. E-es u-un p-pla-placer k-Kha k-Ka-Kath -comencé a reír, y más aún por lo sonrojado que estaba de recordar ese humillante momento.
- Eres muy tonta -me insultó.
- ¡Oh no! ¡Mira lo que están haciendo esos aldeanos! -señalé hacia el bosque, y cuando Bengi miró le hice una seña a Rohan y comencé a correr lo mas rápido posible por el claro del bosque.
-¡Colder! -me llamó furioso. Yo apresuré el paso porque se subió a su caballo y Tiberios nos persiguió a toda velocidad. Obviamente no tenía oportunidad así que bajé la velocidad por reír y Bengi se inclinó, me tomó por la cintura y de un tirón me subió al caballo frente a él. Yo rodeé su cuello con mis brazos y le Sonreí.
- Era una broma -mi hermano negó con la cabeza intentando no reír y le di un beso en la mejilla mientras cabalgaba hacia el patio invernal donde se encontraban mis padres y mis supuestos suegros charlando cosas de política o lo que sea que ellos hablen. Talvez de mí y el amargo cálido
- No seas cargosa -se quejó.
Me gusta molestarlo cuando está cabalgando porque se pone tenso y a veces lo muerdo o rasco su oreja con mis uñas. Ahora que estoy sentada frente a él eché la cabeza hacia atrás para apoyarla sobre su hombre y me puse a soplarle su rostro.
-Cuando Katherine cabalgue contigo será peor -dije...
-Katherine detesta los caballos -respondió. Tiberios resoplo disgustado y Rohan (quien paseaba junto a nosotros) lo miró. Mi bb es muy inteligente y comprende lo que estamos hablando, no me importa lo que digan los demás.
- Estúpida -ahora fue Bengi quien me pellizcó y le di un codazo en las costillas para que no me molestara. Cuando yo lo hago está bien porque a él (aún que jamás lo ha dicho) le gusta que fastidie, pero a mi no.
- Aún no la conoces. Ya verás que te va a caer bien y sino, deberás obligarte porque la veras muy seguido una vez que seamos reyes.
- Pfff. Nadie dijo que las reinas deben llevarse bien entre ellas, ni mucho menos ser amigas. Yo no la quiero y fin de la historia.
- No la quieres porque estás celosa de que te ha robado a tu hermano favorito y ya no podrás admirar mi belleza todos los días -presumió.
- ¿Eres lindo? Te conozco tan bien que si no fuéramos parientes, tú serías el último chico con quien me gustaría estar.
-Cállate envidiosa.
Nos detuvimos justo frente a nuestros padres y los Igniters. Yo me bajé de Tiberios cayendo justo de pie junto a Rohan.
- Espero que se sientan cómodos en nuestro humilde palacio congelado mis señores -me incliné frente a lord y Lady Siggeir. Miré de reojo divertida a Bengi y él negó con la cabeza sin poder creer lo descarada que soy.
- Por supuesto que si hija mía.
-Justamente hablábamos de ti amor - comentó sonriente mi madre pero sus ojos decían otra cosa. Estaba observando mi conjunto tan "poco formal" de camisa azul oscuro con pantalón negro ancho pero no dijo nada.
Yo me hice la tonta y fingiré que no sé cuanto le desagrada.
- ¿Oh si? Espero que sea algo bueno -sonreí levemente sin exagerar aún que por la forma de mis labios, ni siquiera parece que sonrío hasta que no muestro los dientes.
- ¡Completamente! Es agradable ver una trato tan agradable entre hermanos. Harold y su hermana mayor, actualmente condesa de Twisted, siempre tuvieron una relación muy estrecha lo cual a nosotros nos parece admirable en las familias reales. Es triste y desagradable ver que algunos hermanos tienen desacuerdos entre ellos y separan a las familias. No importa a donde nos lleven, la familia siempre debe estar con nosotros y ahora, tu eres parte de la nuestra -Lady Siggeir tomó mis manos con fuerza y para mi gran suerte, no eran cálidas (obviamente). Ella no es una cálida.
En ese momento me sentí algo asfixiada porque no me gusta que adelanten tanto las cosas ni me trataran como si me conocieran de toda la vida cuando en realidad yo no los conozco. Es muy incómodo. Lady Siggeir es una mujer muy bonita y ya veo de donde el príncipe sacó los ojos verdes, incluso parece mas joven de lo que debe ser.
Ahora me siento mal por ella ya que está tan esperanzada en que yo podré querer a su hijo y malcriarlo como seguramente ella lo hace, pero no. Quién puede enamorarse de un agrio como él cuando ya tengo a alguien más amable y apuesto frente a mis ojos. El príncipe se mantenía en total silencio observando todo a su alrededor como si intentara ignorarnos, tanto a mi como a sus padres. Seguramente ni escuchó lo que dijo su madre.
- Por supuesto que sí -fue lo único que pude decir y me solté de su agarre porque no pude aguantarlo más.
- Le afirmo con total seguridad mis Lores, que su hijo se va a llevar un valioso premio tan brillante como el oro y hermosa como una flor -me rodeó con su brazo para apretarme junto a él.
Quería matarlo pero me limité a sonreír porque cuando los monarcas no estén a la vista, lo apuñalaré con mis propias uñas
- Exacto -confirmé
- Mi hermana es aburrida. No le gustan las personas -todos miramos a Dorian totalmente sorprendidos por su comentario incluyendo al Príncipe. El maldito no es un tonto ni mucho menos un santo (igual a sus hermanos). Mis padres rieron para cubrir lo que Dorian dijo de mi y para seguirle el juego, Bengi y yo también.
- Mi adorado Dorian es un niño muy despierto y observador. Mi querida Colder nunca vio el baile muy atractivo y mucho menos si no es con su prometido al cual no conocía para entonces -arregló el error de Dorian y todos asentimos pero al príncipe no lo convenció demasiado.
- Una mujer fiel hasta la médula desde su niñez - Bengi tomó mi rostro y apretó mis mejillas. Sabe cuanto odio que haga esto pero sé que está aprovechando el momento para desquitarse.
- Completamente -puse una mano sobre mi corazón y volví a hacer una reverencia.
- ¡Excelente! Estamos muy felices de dejar nuestro Reino en manos de una joven como tú querida -comentó Lord S.
Harold II me observó detenidamente por unos segundos como si intentara leer mi mente para averiguar si realmente estaba diciendo la verdad o todo era puro cuento. No es estúpido
- Que maravilla -expresó mi padre para obtener la atención de todos- Ahora si son tan amables. ¿Podrían acompañarnos al gran comedor? El banquete está servido y no queremos que se "Enfríe", ¿cierto?
Todos nos obligamos a reír de su mal chiste (es el Rey) y los Siggeir lo siguieron al igual que mi madre junto con Dorian pero cuando Bengi quiso seguirlos lo tomé del brazo enterrando mis uñas en su fría carne.
- ¡Ay maldita! Rasgarás mi ropa -me quitó su brazo pero no me importa porque quiero matarlo.
- Una más y no llegarás a obtener tu corona...
- Padre te dijo que jamás te burlaras de la corona de cristal mientras estés aquí, blasfema.
- Cállate o te haré tragar tus palabras junto con las herraduras de Tiberios -gruñí.
- Huy que agresiva estás -apretó mis mejillas y lo empujé- Fea y linda princesita.
- Eres un inmaduro -reímos y finalmente seguimos a todos que ya estaban ubicados en la mesa, quedaban 3 lugares y uno estaba junto a mi padre así que apunté a sentarme allí hasta que Bengi me tironeo para evitarlo.
-Oh no cariño, ese es mi lugar -Bengi fue a sentarse junto a mi padre justo frente a Lord Siggeir. Yo observé con desagrado los otros 2 disponibles entre Lady Siggeir y mi hermano.
- Yo...
-No hay problema si me siento junto a mi madre, ¿o si? -se adelantó el príncipe antes de que pudiera hablar. ¡Que grosero!
- Oh no claro que no querido toma asiento donde gustes -sonrió mi madre amable y él se acercó para ocupar su lugar. No tenía otra opción mas que sentarme entre él y el tonto de mi hermano.
Dirigí mi atención a un punto muy alejado de él en la habitación. Siento un ardor desagradable correr por mi cuerpo y calidez en mis mejillas. Seguramente es por el torpe cálido encuentra a mi lado.
Que desagradable.
- Muy bien señores. Es un gran honor tener en nuestra mesa a los futuros Reyes que gobernaran el gran Reino de Fired. Es un orgullo que mi hija se encuentre en manos de un joven como usted Príncipe -levantó su copa en un brindis y me vi obligada a hacer lo mismo al igual que todos los demás.
Todos los reyes y Reinas junto con sus acompañantes de sangre Real, vendrán para oír y celebrar la confirmación de nuestro matrimonio, es decir que frente a todo el mundo el Príncipe se inclinará ante mi para entregarme el anillo de fuego y yo tendré que aceptar. Habrán cámaras que grabaran el momento y lo transmitirán pantallas por todo el Reino de Twisted, Fired y Silvering. Dios mio ya me estoy sofocando porque lo peor de todo es que mi madre me obligará a usar vestido. Que horror... ¿Que estoy diciendo? Ya con que deba aceptar a éste Igniter agrio públicamente, es suficiente castigo.
Lo único bueno de la ocasión es que Ll vendrá y nos volveremos a ver después de tanto tiempo, creo que 1 mes y medio desde la fiesta de compromiso de mi hermano.
Mucho tiempo.
En fin, luego de almorzar y charlar un tiempo sobre el centro de atención (es decir el príncipe y yo), tuve que escoltar al cálido a sus aposentos junto con Rohan. Salimos del gran salón con paso firme y Rohan trotando como un gatito a mi lado. Harold II me alcanzó sin tener que esforzarse ya que es un "piernas largas" igual que Bengi (los odio). Ni siquiera me dirigía la palabra así que solo se podía oír el sonido de sus pasos y el tintinear de todas sus medallas abrochadas en su traje.
Sé perfectamente donde se encuentra su habitación porque tenemos cientos de habitaciones para toda clase de huéspedes, algunas están preparadas para ninfas, Silverlight, Verdinos, Twists y obviamente Igniters. La habitación de los Igniters queda muy cerca de la mía (desgraciadamente) así que me queda de paso para ir a encerrarme otra ves.
Rohan gruñó de mala gana al ver que el príncipe caminaba a mi izquierda un poco mas cerca de lo que debería, pero le acaricié la cabeza para tranquilizarlo porque estoy mas que segura de que no intentará nada malo. Parece que ambos nos encontramos en la misma situación que no nos sentimos a gusto con la pareja que nuestros padres escogieron. Pfff pobre. Por ahora intento mantenerme "mansa". No quiero ni imaginarme lo que pensará cuando me conozca realmente con quejas, berrinches y todo.
Llegamos al gran pasillo que nos conducía a su habitación y éste ya estaba protegido por caballeros de plata y de hierro, al parecer el trajo a su propia protección. ¿Que sucede? ¿Acaso creen que una princesa vendrá a la noche para matarlo?... No es una mala idea. Los guardias se inclinaban frente a nosotros al pasar pero manteníamos la mirada en alto. A veces me cuesta esto de no tener que responder el saludo en algunas ocasiones y es por eso que soy la única princesa en 1 década que tardó mas de un año en aprender protocolo a la perfección. Yo quería congelar cosechas de verdinos pero debía prestar atención a toda esa basura que Madame Rosie me obligaba a aprender, ella era la Silverlight mas respetada en todos los Reinos hasta que me conoció y decidió jubilarse.
Finalmente nos detuvimos frente a la gran puerta de hierro que permitía a "Harold" entrar a su recámara. Al observar que ésta no tenía cerradura hizo una mueca algo confundido pero esto es así porque tiene sus trucos ocultos.
- Tu mano -le pedí y él me miró a los ojos un poco extrañado sin entender.
- ¿Disculpa?
- Dame tu mano -repetí perdiendo mi escasa paciencia. Cuando él me la entregó yo le indiqué que la apoyara abierta justo en medio de la gran puerta de hierro. Su mano es tan cálida que lo solté sintiéndome un poco asqueada y gracias a ello la puerta se abrió.
Dentro estaba oscuro pero le di el paso para que entrara y al instante se encendieron unas velas con fuego iluminando completamente la habitación. Rohan quiso seguirnos pero se lo impedí haciendo una señal de que se quedara observando desde allí, obviamente no le gustó la idea pero jamás me ha desobedecido y ésta no será la excepción.
Nunca había entrado a una de éstas habitaciones y supongo que así deben de ser las habitaciones en Fired porque esto no es nada que ver a lo que conozco.
- Supongo que nuestros sirvientes ya se encargaron de acomodar tus pertenencias así que... Te dejaré tranquilo para que te acomodes y luego uno de nuestros guardias te escoltara al salón invernal donde almorzaremos -dije. Él me miró y asintió sin decir una palabra.
Idiota.
-Con su permiso, Señor -me obligué a decir eso con mucho dolor porque me encantaría escupirlo en la cara por su egocentrismo y me retiré de allí firme con ganas de romper el suelo con mis pisadas.
Por la noche después de cenar mi padre hizo que fuera Bengi quien escoltara al Príncipe porque yo no podía (como si quisiera) ya que se consideraba indebido a estas alturas de la "Relación". Mejor para mi! Odio tener que estar junto a él, apenas abre la boca o formula frases con mas de 1 palabra como " muchas gracias" o "buenas noches".
¡Me desespera! ¿Se supone que este es el "Principito" con quien estoy condenada? ¿Porqué me odian? Jamás en mi vida le hice daño a alguien ni maté a nadie para tener que recibir ésta condena. Lo mas conveniente es que me vaya a dormir para soñar con Max. Ya que no pude verlo en todo el día después, intentaré hacerlo en mis sueños...
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