Narra Kara:
Estaba sentada en el suelo, pensando en Lena. Desearía verla de nuevo, sus hermosos ojos, su suave cabello. Su maravillosa sonrisa. Escuché que alguien habría la puerta, ya no me interesaba mucho.
—Ya es hora—Dijo Mon-El.
— Mmm... Depende, hora para almorzar con tus padres o para largarme de aquí — Él se rió. Creo que lo hizo para no molestarse. Eso era un punto a mi favor, en el almuerzo no podía molestarse conmigo. Se supone que sus padres creen que nos amamos.
— No tengo momento para tus chistes de niños. Levántate.
Le hice caso y me levanté. Ya no quería problemas, así que por ahora era mejor obedecerlo. Él me agarró del brazo, esta vez no lo hizo con fuerza. Tal vez solo lo hacía porque creía que yo iba a escapar.
Comenzamos a caminar por los pasillos hasta llegar a un gran salón con una mesa. En esta estaba Lar Gand, el padre de Mon-El y una mujer. Supongo que era Rhea, la reina de Daxam. Mon-el mostró una gran sonrisa.
— Quiero recordarte algo, si dices la verdad, bajaré a la Tierra y mataré a Lena y a tus hijos— Susurró. Al escuchar eso se me erizó la piel. No podía cometer errores.
Me senté en uno de las sillas, al menos iba a poder comer algo. Los dos padres me miraban fijamente. Después de varios segundos en silencio incomdo. Llegaron varias personas con comida. Noté que esa gastronomía no era de este planeta.
— Así que ella es Kara Zor-El— Dijo Rhea.
— Sí, estaba muy emocionado por presentárselos—Dijo Mon-El.
— Me parece curioso que te hayas enamorado de una Kryptoniana. Y que ella tambien te ame.
— Sí— Dije con una sonrisa fingida y un poco nerviosa. Mon-el me vio.— Somos el uno... para el otro.
— Creo que esto demuestra que no todos los Kryptonianos son estúpidos— Dijo Rhea.
— Tal vez esa fue una de las razones por las que Krypton explotó— Dijo Mon-El. Yo solo me llevé un pedazo de comida a la boca. Así tratando de no gritar de la furia. Iba a comer otra vez pero comencé a sentirme mareada. La cabeza comenzó a dolerme como el diablo. Los padres no se dieron cuenta, pero Mon-El sí—Padre, Madre; lamento pero tenemos que retirarnos. Olvide que teníamos algo pendiente en la Tierra.
— Adelante— Dijo Lar Gand.
Mon-El se levantó y me agarró del brazo, al principio suave pero cuando ya no estábamos en la vista de sus padres comenzó a hacerlo con más bruquedad. Cuando ya estábamos bien lejos, me golpeó contra una pared de un pasillo.
— Ni se te ocurra tratar de detenerlo.
— Cállate, cállate, cállate.
— Vamos Kara... Deja salir al monstruo que llevas dentro.
— Maldición... — Susurré, ya había perdido el control. Levanté la mirada hacía Mon-El y sonreí.
— Así me gusta.
— Lamento por no estar la anterior noche— Me acerqué a su oído— Pero te diré que estuvo asombroso. Que pena que mi otra yo no lo haya disfrutado.
— Creo que ya estamos listos para ir a la Tierra.
Narra Lena:
Trabajaba tranquilamente en mi oficina de L-Corp. Mis hijos tenían razón, tenía que relajarme un poco. Al final, si ese tal Mon-El amaba a Kara, no podía herirla. Solo espero que ella este bien.
Ese era una de las razones por las que aveces no me gustaba que Kara sea Supergirl. Siempre está en riesgo y yo todo el tiempo estoy tan preocupada por ella que no puedo estar tranquila.
Lamentablemente, no todo es para siempre. Sentí un fuerte ruido atrás mio, voltee y sentí que todo mi cuerpo se paralizó al ver a Mon- El y Kara en mi balcón. Ella estaba con los ojos negros.
— Ka...Kara.
— Hola, amor.
Narra Lionel:
Regresé al DEO pensando solo en el número que me había dado Brooke. Al llegar al ultimo piso de las instalaciones, vi que Maggie estaba hablando con Alex así que decidí ir con Winn que estaba solo.
— Hola tío Winn— Dije mientras me sentaba en una silla al lado de él.
— Hey, Lionel. ¿Qué sucede?
— Am... Una chica... después de conversar me dio esto— Dije mientras le daba el papel— Me dijo"Chateamos en la tarde" Sinceramente no le entendí nada.
Winn comenzó a reírse como loco. Haciendo que Alex y Maggie se acerquen.
— ¿Qué? ¿Qué es tan gracioso?— Pregunté inquieto.
— ¿Qué sucede?— Preguntó Alex.
— Es que...— Winn trataba de hablar pero no podía parar de reírse— Lionel conoció a una chica y le dio su numero y este tonto ni siquiera sabe para que sirve.
Al escuchar eso Maggie también rompió en risa, Alex trato de retenerse pero también se rindió y se rió.
—¡¿Alguien podría decirme qué sucede?!
— Tú amigo mio, acabas de coquetear con una chica. Y le gustas— Dijo Winn.
— Es cierto, no cualquiera le da su teléfono a un chico. Menos a uno que solo habló por 5 minutos—Dijo Maggie.
— Anda a L-Corp y dile a tu madre que te compre un celular.— Dijo Alex—Te daría uno de el DEO, pero solo sirven para misiones.
Me encogí de hombros y me me levanté de la silla. Agarré el papel y lo metí en mi bolsillo. ¿Qué rayos era un celular? Me subí a mi bicicleta y comencé a pedalear hasta L-Corp. No era muy difícil llegar hasta ahí, desde lejos se podía ver el gran edificio, así que era fácil de ubicar.
Al llegar, le mostré al de seguridad mi identificación que había creado Winn. Él me dejó pasar, subí por el ascensor hasta el ultimo piso.
— Buenas, para entrar a la oficina de la Señorita Luthor necesita una cita previa— Dijo una señora. Supongo que era la asistente de mi mamá.
— Hola, soy Lionel Luthor. El hijo de Lena Luthor.
— Ah, usted tiene pase libre. Adelante.
— Gracias.
Mientras habría la puerta saqué el papel. Al ver los números me dí cuenta que eran nueve. Que raro, he visto numero así en el DEO pero solo eran de siete. ¿Por qué las cosas tienen que ser tan complicadas aquí?
— Oye mamá ¿crees que me podrías comprar un celular? — Dije mientras levantaba la mirada— ¿Ma...mamá?
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:v No creí que llagarían a las 50 Estrellas en tan poco tiempo... Creo que ya tendré que ir subiendo los números >:v
60 Estrellitas = Mañana Nuevo Capítulo.