Princesa

By MeilinDraneKenway

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Princesa
Capítulo 1-¡Bienvenido a Racoon City!
Capítulo 2-Señales
Capítulo 3-¡No hagas locuras!
Capítulo 5-De locuras va la noche.

Capítulo 4-El alivio de una segunda cita.

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By MeilinDraneKenway

Leon comenzó a ponerse nervioso cuando la vio acercarse al coche pero sus nervios llegaron a la cumbre cuando ésta le preguntó si quería subir a tomar algo a su casa. Se quedó paralizado unos instantes de emoción, alegría y su intento de ocultar ambas pero después reaccionó.

-Sí.-dijo nervioso.-Voy a buscar aparcamiento y ahora vengo.-

-Vale, te espero.-dijo la joven dirigiéndose otra vez al portal.

Leon se puso tan nervioso que por casi se mete en dirección prohibida. No podía creerse que hubiese conseguido eso en la primera cita. Al parecer no era tan fría como parecía o él había conseguido que no fuera así. De igual forma ambas no le importaban, solo pensaba en que había conseguido que ella quisiera estar más tiempo con él. Jessica se arrepintió nada más volver a meter la llave en la cerradura. ¡Eres tonta! Se repitió mentalmente una y otra vez hasta que le vio aparecer, fue entonces cuando el arrepentimiento se marchó rápidamente y sentía que había hecho lo correcto.

La joven abrió la puerta y la aguantó para que Leon pasara. Después se dirigió hacia el ascensor. Vivía en un tercero y aunque ella jamás usaba el ascensor para así gastar algo de energía y no sentirse tan mal cuando se pasaba con las comidas, la verdad es que deseaba llegar cuanto antes a casa y romper el hielo aunque fuese preguntándole que le apetecía tomar. Ambos se quedaron callados durante el ascensor y evitando cualquier contacto visual, estaba claro que se atraían y que los dos eran conscientes pero la vergüenza y los nervios podían más que la atracción que sentía el uno por el otro. 

Llegaron al tercer piso y Jessica giró hacia la izquierda,donde habia una puerta de color verde con una pegatina de una rosa blanca. Leon sintió que aquella pegatina la había puesto ella, intentando darle un toque de belleza a la horrible puerta verde botella. No se equivocaba.

-Ponte cómodo.-le dijo señalándole el sofá justo cuando entraron en el pequeño apartamento.

Leon miró por encima el lugar, estaba todo super ordenado y aquello le gustaba. Frente al sofá estaba la televisión y una pequeña estantería donde había algunos marcos con fotos. No pudo evitar echarles un vistazo. Jessica se marchó a la cocina, que estaba unida al pequeño salón.

-¿Son tus amigas?-dijo Leon cogiendo un marco en el que salía Jessica junto a un grupo de chicas.

Jessica se giró al escuchar a Leon y se acercó a él.

-Sí.-dijo la joven.-Está de aquí es mi mejor amiga Annie.-le dijo señalándole a una chica castaña con media melena lisa.-Esta es Marissa.-le dijo señalando a una joven con aspecto hispano.-Esta es Kimberly.-prosiguió señalando a un joven de pelo rubio aunque mucho más corto que Jessica.-Esta es Claire.-dijo señalando a otra muchacha castaña con una coleta.-Jill.-señaló a un joven morena con media melena.-Y está es Becky.-le dijo señalando a la última que tenía el pelo castaño oscuro y bastante largo.

-¿Con ellas quedas todos los fines de semana para ver películas?-

-No.-respondió Jessica.-Claire está estudiando en Nueva York y Jill, está ocupada preparándose para las pruebas de los S.T.A.A.R.S-

-¿S.T.A.A.R.S?-preguntó Leon.

-Sí, es el S.W.A.T de aquí, de Racoon City.-

-Algo he oído.-dijo Leon dejando la foto nuevamente en la estantería, para mirar las demás.

Jessica se dirigió nuevamente a la cocina.-¿Qué quieres tomar? Hay refrescos, cerveza...-dijo abriendo la nevera.De repente la cerró y se giró hacia Leon.-¡Tengo alcohol!-exclamó.-Sobró en mi fiesta de cumpleaños, espero que no esté caducado.-dijo la joven buscando en un cajón de debajo de la barra americana que parecía hacer de separador entre el salón y la cocina.

-El alcohol no caduca Jessica.-

-¿Ah no?-dijo la joven asomando la cabeza por encima de la barra puesto que se había agachado para coger las botellas.

-Bueno, depende de que alcohol, pero por norma general, no.-

La chica sacó una botella de Vodka, otra de Ron y una tercera de Whisky.

-¿Qué quieres?-

Leon miró las tres botellas.

-¿Tienes hielo?-

La joven se dirigió hacia la nevera, abrió el congelador y respondió.

-Sí.-

-Pues ponme Whistky.-

-¿Solo?-

-Con hielo.-dijo sonriendo el chico mientras volvía a sentarse al sofa tras haber mirado todos los marcos de fotos que la chica tenía en la estantería.

La joven comenzó a echar en un vaso el hielo y el Whisky.

-Eres un alcohólico. Primero el vino y ahora esto.- la joven cogió el vaso y se lo llevó al chico.-No creas que vas a convencerme para que beba yo también.- prosiguió mientras dejaba un posavasos de una mariposa en la mesa y ponía el vaso del joven encima.

-¡Te has pasado!-exclamó el joven al ver que Jessica había llenado el vaso hasta arriba.-¿A ver si vas a ser tú quién quiere emborracharme?-

-Me has pillado.-bromeó la chica fingiendo pena por tal hecho.

-Bueno, fingiré que no se nada.¿Vale?-continuó la broma el chico.

Los dos se sonrieron y se miraron fijamente a los ojos. Había complicidad, había algo que los unía pero parecía que ambos se negaban a dejar que surgiera, que los arrastrara. Jessica de repente se levantó y trajo otro vaso vacío con hielo. 

-Para que veas que no quiero emborracharte.-dijo mientras cogía el vaso del chico y vertía la mitad en el que acaba de traer. Puso otro posavasos, este con forma de mariquita y dejó su vaso ahí.

-¡Gracias!-respondió Leon cogiendo su vaso para darle un sorbo.

El incómodo silencio que los había estado acompañando momentáneamente en toda la velada volvió a instalarse en aquella casa. Jessica comenzó a beber de aquella horrible bebida que detestaba y se preguntó porque quería aparentar que le gustaba. ¿Estaba tan nerviosa que su subconsciente le pedía alcohol para desinhibirse? Leon miraba la estancia intentando inspeccionar cada detalle, no sabía si porque deseaba conocerla más o porque debía distraerse si no quería volverse loco con lo nervioso que estaba.

-¿Son tus padres?-preguntó el joven señalando a uno de los marcos que había visto antes en la estantería.

-Sí.-respondió la chica.

-Te pareces a tu madre.-respondió Leon.

-Sí, aunque solo físicamente.-contestó la chica.

-¿No te llevas bien con ellos?-intentó adivinar Leon.

-Con ella mejor dicho.-aclaró la joven.

-¿Qué ocurre?-preguntó curioso el chico.

-Es muy estricta con el ballet y estaba cansada de ella. Por eso me vine a vivir sola.-la joven suspiró y continuó hablando.-Ahora no me habla.-

-Lo siento.-dijo Leon.

-No pasa nada.-comentó la joven sonriendo.

-¿Has trabajado de modelo?-cambió de tema Leon señalándole otra de las fotos.

-Sí.-dijo la joven antes de dar otro sorbo a aquella infernal bebida.-Mi madre me apuntó a una agencia cuando tenía diez años, desde eso siempre me llaman para hacer algunas fotos o anuncios.-

Leon sonrió, la verdad es que no le sorprendía en absoluto, era guapísima, es más antes de saber que era bailarina de ballet había pensado que era modelo, siendo descarado había pensado que tenía demasiado pecho para ser bailarina y mucho más de ballet, pero eso no era ningún problema para él, y seguramente para ningún hombre.

-¿Tú te llevas bien con tus padres?-le preguntó la chica.

-Sí, aunque mi madre es muy sobreprotectora.-respondió el chico.

-Seguro que es mejor que la mía.-bromeó la chica haciendo que Leon se echara a reír.

-¿Has tenido muchas novias?-preguntó en un arrebato Jessica. 

El chico que estaba bebiendo de su vaso se quedó algo sorprendido ante aquella pregunta pero sin ningún problema la respondió. Jessica la verdad se arrepintió de haberla formulado nada más salió de su boca, pero ya no había marcha atrás.

-Oficialmente solo una, rolletes pues algunos hay.-

-¿Oficialmente?-preguntó Jess aliviada de que aquella pregunta no le hubiera incomodado.

-Sí, me refiero que haya presentado a mis padres.-

-Aha.-dijo la joven comprendiendo el significado que le había dado a ese "oficialmente"-Por lo tanto eres un ligón ¿no?-

-¡No!-exclamo Leon intentando que ella no tuviera una mala imagen de él-Solo que he tenido la típica etapa en la adolescencia de ir de flor en flor.-continuó el joven de una forma no muy acertada.

-Lo que yo decía un ligón.-dijo Jessica sonriendo.

Leon se quedó sin palabras. No quería meter más la pata y no sabía que podía contestar para que borrara aquella imagen de ligón de él. Sin pensarlo decidió cambiar de tema preguntándole a ella.

-¿Y tú?-

-Yo no soy una ligona.-respondió bromeando la joven.-Solo he tenido un novio, oficial y....-se quedó pensativa unos instantes y luego prosiguió cuando recordó la palabra que había usado Leon.-¡Rollito! Eso es, el lo fue todo.-

-¿Solo uno?-respondió sorprendido el joven. ¿Cómo podía ser que una chica tan guapa solo hubiese tenido un novio?

-Sí. No hubo necesidad ni ganas de tener ninguno más.-

-¿Salió mal?-

-Ajá-respondió la joven antes de volver a beber de su vaso.

-¿Qué pasó?-

-Se metió en drogas...-dijo la joven agachando la cabeza como si recordar aquello le doliera.-El resto puedes imaginarlo.-

Leon asintió y observó como el rostro de la joven había cambiado al hablar de aquella relación.

-A mí me dejó porque no quería que viniera aquí, tampoco quería venir conmigo ni que mantuviéramos una relación a distancia.-dijo Leon esperando que la joven dejara de pensar en lo que la había hecho borrar la sonrisa.

-¿Hace poco que lo dejaste?-

-Si, unos meses. ¿Y tú?-

-Un año.-

La chica volvió a beber de su vaso, Leon la acompañó y se terminó el suyo.

-¿La echas de menos?-preguntó la joven.

-No.-respondió tajante el joven.-Es más, creo que es lo mejor que podía haberme pasado.-

-Idem.-respondió la joven ante su situación. Segundos después se levantó y señalando el vaso de Leon le preguntó si quería más. El chico respondió que si. Aunque tenía bastante aguante empezaba a sentir como los efectos del alcohol hacían de las suyas, sentía un calor sofocante y esa sensación extraña de mareo, pero aún así no quería marcharse, quería seguir con ella aunque fuese emborrachándose.

-Aquí tienes.-le dijo la joven trayéndole el vaso lleno otra vez. Ella había decidido llenar el suyo con Vodka, el Whisky empezaba a darle angustia. Aunque nada más le dio un sorbo se arrepintió.

-Leon.-dijo la joven dejando el vaso en la mesa.

-¿Si?-respondió el joven.

-Yo...-suspiró y prosiguió.-Yo no bebo. Odio el Whisky y el Vodka solo me gusta con limón.-

El joven empezó a reír.-¿Y por qué bebes?-

-Quería acompañarte-dijo la joven.

-Déjalo, bébete un refresco.-le dijo Leon apartando el vaso de Vodka.

-¿Te importa si me hago un té?-

El chico negó con la cabeza. Jessica se levantó con algo de dificultad y se dirigió hacia la cocina.

-¿Necesitas ayuda?-le dijo el chico al ver que andaba algo mareada.

-No.-respondió segura la chica, que estaba preparándose el té.

-¿Cuál es tu película favorita?-preguntó la joven desde la cocina.

-The French Connection. ¿La conoces?-

-No.-dijo Jessica. -¿De qué va? ¿Polis?-

-Sí.-respondió Leon. -Mafia y policías, básicamente.-

-Podríamos verla un día.-le dijo la joven.

-Por supuesto- respondió el joven sonriendo al escuchar esa propuesta. Estaba haciendo planes para quedar otro día con él. No podía creérselo, todo estaba yendo de maravilla, parecía un sueño. La chica terminó de hacerse el té y volvió al sofá con el chico. 

-Mi película favorita es el exorcista, pero jamás he llegado a verla entera.-

Leon se echó a reír.-¿Y cómo puede ser tu favorita?-

-Si no la he terminado de ver es porque me da mucho miedo, eso le hace una buena peli de terror.-

El chico sonrió ante aquel razonamiento. La verdad es que tenía razón pero aún así le parecía algo muy extraño e incluso gracioso.

-Los sábados suelo ver películas con mis amigas, siempre y cuando ellas no me deja tiradas.-dijo la joven con tono algo molesto al recordar como Annie lo hacia constantemente.-Si quieres podemos verlas un sábado.-

-Me encantaría.-respondió Leon.

Continuaron hablando sobre algunas otras películas que querían ver y de las veces que Annie había dejado tirada a Jessica por culpa de los chicos. Le contó su dependencia y como ella odiaba que toda su vida girara en torno a un chico una semana y en torno a otro la semana siguiente. De repente Jessica empezó a tener algo de calor y las botas empezaron a destrozarle los pies, necesitaba quitárselas ya.

-¿Te importa si voy a cambiarme? Las botas me están matando.-le explicó la joven.

Leon miró su reloj y vio que eran la una de la madrugada. ¡Al día siguiente tenía que madrugar! Y para colmo no había avisado a su abuela de que llegaría tarde. Miró su móvil y vio que no tenía ninguna llamada lo que le alivió, no quería preocuparles. 

-Creo que me voy a ir Jessica. Es tarde y mañana tenemos que madrugar los dos.-

La verdad es que le dolía tener que irse pero tenía obligaciones y después de saber que volvería a verla se podía marchar algo más aliviado. 

-¡Has bebido un montón! No puedo dejar que te vayas conduciendo así.-le dijo la joven desconcertándolo por completo. ¿Le estaba pidiendo que se quedara a dormir?

-Mis abuelos viven cerca, no pasa nada.-dijo Leon intentando no hacerse ilusiones.

-¡Parece mentira que vayas a ser poli!-exclamó la joven dándole golpecitos en la cabeza a Leon como si estuviera riñéndole. -No puedes irte así. Te haré un café, Annie siempre dice que ayuda a quitar la borrachera.- 

-No hace falta Jess.-le respondió el chico.

-Que sí, no quiero que te vayas así a tu casa.- dijo la joven levantándose y dirigiéndose a la cocina a prepararle el café. Leon no supo que decir y dejó que se lo preparase, al fin y al cabo quería quedarse allí más tiempo así que no le importaba tomarse el café.

-Aquí tienes.-le dijo tendiéndole la taza.-Le he echado dos cucharadas de azúcar, así es como le gusta a mi padre.-

-A mí también.-respondió Leon.

-Bueno...eh...tómate el café yo voy a cambiarme.-le dijo la joven algo nerviosa, lo que le sorprendió muchísimo. Acto seguido se metió en una habitación que había a la derecha de Leon, supuestamente su dormitorio.

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