El Regreso de una Prodigio [H...

By azul_flrs

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~Basado en el anime y manga Haikyuu!! © Todos los personajes son obra de Haruichi Furudate, a excepción de la... More

Prólogo
Capítulo 1
Capitulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Nota
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Tres años después
Hi, there.
Capítulo 36
Capítulo 37
Update

Capítulo 26

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By azul_flrs

A la mañana siguiente, el cuaterto de primer grado fue el último en salir del hospedaje del equipo femenino de Karasuno.

Las cuatro, saliendo a furtivas de la habitación, se encaminaron hacia la cafetería, añorando que ésta aún estuviera abierta.

"Akari-chan, la próxima vez dejaremos que te pierdas el desayuno" Entonó Nozomi con malicia.

"P-Pero..." Akari esbozó una mueca dolida antes las palabras de la pelirroja. Yoshida puso los ojos en blanco.

"Michimiya-senpai nos matará" Añadió Izumi, echándole más sal a la herida.

Era correcto culparla por la impuntualidad de las chicas, se había sumido completamente en el sueño que le dio después de la práctica que no se dio cuenta de las insistencias de las demás por despertarla hasta que terminaron por rendirse y dejarla domir. Más tarde sufriría las consecuencias.

Y ahí iba, con el rostro azulado de la culpa y la vergüenza, arrastrando a sus amigas a la reprimenda que recibiría.

Llegaron a la cafetería, arrastrando pesadamente los pies y entraron por las puertas, que se mantenían abiertas por la fluida entrada y salida de los equipos. Nadie las notó fijamente, pero miradas vagas si se detenían en las recién llegadas, afortunadamente ninguna era de sus senpais de segundo o tercero, la mesa en la que comían estaba un poco retirada, fuera del campo en el que se encontraban.

"¿De-Deberíamos sentarnos lejos?" Preguntó nerviosamente la castaña, recibiendo miradas irritadas de parte de sus compañeras.

"No lo sé, Akari. Quizás debamos escabullirnos a su mesa y fingir que llevamos ahí desde que llegaron."

Una gota le corrió por la frente, su semblante decayó. "No tenías que ser sarcástica, Yoshida".

La chica torció sus azulados ojos y la ignoró. Nozomi intervino, echando cada uno de sus brazos sobre los hombros de ambas, intentanto regular la tensión.

"Vayamos por la comida antes de que se termine ¿de acuerdo?"

Las chicas asintieron y se movieron hacia el interior, donde las mánagers y las encargadas de la cafetería servían el menú de desayuno.
El camino seguía paralelo a unas mesas cuyos poseedores eran chicos de otras escuelas, hicieron caso omiso al no haber rostros conocidos y siguieron caminando. Llegaron a la barra donde, cordialmente, pidieron disculpas por la tardanza y sirvieron sus platos del desayuno. Salieron y discretamente se alejaron del campo de visión de sus senpais, buscando con cautela una mesa que las acogiese a las cuatro.

Todo relativamente bien hasta que una exaltada voz las tomó desprevenidas:

"¡T-Tu! ¡La-La chica de a-ayer!" El gritó fue espontáneo, clavándolas justo ahí, donde sus pies pisaban. El chico se levantó de su asiento y la señaló con el dedo, titubeando. "¡T-Tu... A-Ayer... Y-Yo eh..."

La presión subió a su pecho, definitivamente había sido atrapada con la guardia baja, había atraído la atención de aquellos quienes lo acompañaban en la mesa. Se reincorporó cuando reconoció al chico.

"Ah... Eh, tú." El chico amplió una nerviosa sonrisa al haber captado su atención, Akari se rascó la mejilla. "¿Haiba... Lev, cierto?"

"¡S-Si!"

"Ya veo, me alegra verte de nuevo. Ayer no pude agradecerte como es debido."

"¿Eh? ¡Ah, no, está bien!" Exclamó, moviendo de lado a lado su mano.

"¡¿Ah?!" Hasta ahorita, no había advertido de la presencia de Hinata ni de ninguno de los chicos de primero del Karasuno ---principalmente de Kageyama, quien la miraba con sorpresa y sonrojo--- ni del Nekoma, hasta que el pelinaranjo alzó la voz, desviando su atención a él. "¡¿S-Se conocen?!"

Lev se giró a él manteniendo la emoción en su sonrisa. "¡La ví ayer fuera del gimnasio!" Exclamó.

"Yo... Ah, me perdí mientras buscaba los vestidores y nos topamos" añadió ella "Me ayudó a encontrarlos."

"¡¿De verdad?!"

"Sip."

"P-Por cierto... No me dijiste tu nombre" Expresó el más alto, tiñiendo sus mejillas de carmesí.

"¿No lo hice?" El chico negó "Gomen, debió haber sido desconsiderado, soy Hall Akari, de primer año."

Sus mejillas se coloraron un poco más al notar la sonrisa que la recién llegada de dedicaba, ciertamente era muy linda.

"¡Eres del Karasuno, ¿cierto?!" Preguntó el chico a la izquierda de Lev. Su cabello castaño se peinaba para arriba y sonreía expectante. "¡Soy Inuoka So, nos conocimos durante la Golden Week!"

Akari se giró al emotivo chico. "¡Ah, es cierto! Gomen, Inouka-san."

"¡¿Los conoces a todos, Akari-san?!" Inquirió Lev.

"Es una larga historia..."

"¡Sienténse con nosotros!" Ofreció Hinata. Las chicas aceptaron aliviadas y ocuparon los cuatros lugares disponibles.

"Esto, Akari-san..." Lev analizaba, cierta extrañeza provino del apellido de la chica. Nunca había escuchado un apellido como ese en Japón, lo que significaba una sola cosa. "¿Eres extranjera?"

"¿Qué? Bueno, no realmente."  

"¿Cómo?"

"Nací aquí, pero mis padres son americanos y viví bastantes años en el extranjero, hasta que regresé a cursar secundaria y me quedé."

El rostro de Lev se iluminó. "¿O sea que eres extranjera en tu propio país? "

"Algo así" Soltó una risa, provocando que Lev volviera a sonrojar. Entonces cayó en cuenta de que solamente prestaba atención al de cabello grisáceo siendo que los demás también le prestaban atención, sobretodo la mirada incesante de Kageyama sobre ella.

"Ahora que lo mencionas, tu no pareces ser de aquí." Comentó Nozomi, dirigiéndose al bloqueador del Nekoma.

"Soy mitad ruso y mitad japonés." Aclaró "Pero nací y me crié en Japón."

"Además eres muy alto, ¿cuánto mides?"

"1,94 m" expresó con superioridad. "¡Y soy el as del Nekoma!"

"Whoaaa~" Canturreó incrédula la pelirroja. "1,94 es genial, ustedes los extranjeros son geniales."

"¡¡No perderemos!!" Declaró el resto de los chicos, potenciando un aura de competividad.

Las chicas rieron, seguidas de las risas de los otros chicos ante las reacciones de los novatos de ambas escuelas. Disfrutaron del desayuno, hablaban y reían mientras comían y preparaban energías para el segundo día de campamento. Al finalizar, solo se despidieron y quedaron de verse después.

Poco después terminaron por reunirse con las chicas, entre miradas acusadoras y posturas imponentes, recibieron la reprensión, aunque Yui había sido piadosa y simplemente les advirtió que aquello no debía volver a suceder. Reprendidas y conscientes, siguieron al equipo al gimnasio una vez terminaron.

Nozomi canturreaba entre risas y gruñidos, empujando a las chicas mientras se abría paso entre ellas, cuando llegó a su lado, sonrió agraciada.

"Me sorprende tu habilidad de hablar con los chicos."

"No es nada del otro mundo, solo fue... Un encuentro casual".

Llegaron al gimnasio, Yui y la entrenadora las convocaron poco antes de dar comienzo a las prácticas, esta vez, su primer juego sería frente a la preparatoria Ubugawa, que al igual que los chicos, se basaban en fuerza de sus saques para desordenar la formación y luego batirlas completamente con un poderoso bloqueo.

"Es nuestro segundo día" Habló Harumi "no esperen obtener resultados de la noche a la mañana. Salgan ahí y den su mejor esfuerzo."

"No jugamos contra ellas ayer" comentó Izumi, preparando sus rodilleras.

"No" negó Hanako "ellas llegaron ayer, poco después de haber terminado nuestro último partido. Solo jugaron contra Nekoma."

El juego comenzó, al principio recibir los saques y librarse del bloqueo fue difícil, no salía como querían. Akari remataba con la zurda y al no ser jugadoras especializadas en alguien así, anotaba muchos puntos. Pero, poco a poco ----como era de esperarse de un equipo a nivel nacional----, la zurda dejó de ser un arma a su favor, siendo constantemente víctima de la muralla que levantaban, obligándola a cambiar la estrategia, Yoshida comenzó levantar el balón de manera que le fue posible rematar con la derecha. Pero el resultado volvía a ser el mismo, caja presa de los bloqueos.

Ya no tenía mucho que hacer, aún seguía en la defensa, pero su ofensiva disminuía cuando usaba sus dos manos para rematar, el equipo contrario ya la tenía en la mira.

El partido terminó con 25-16 a favor de las chicas del Ubugawa. Lo que las obligaba a cumplir la penalizacion de caídas flotantes por toda la cancha.

Después de eso, vino la preparatoria Nekoma una vez más, su rival eterno, aquel que había hecho grandes mejoras desde la llegada de su llamada ace.

Natsuki mantenía su posición titular, una de las de primero de entre su alineación. La situación no era mejor que con el Ubugawa, con Nekoma tenían puntos menos, ellas ya conocían algunos de sus trucos.

Los primeros dos encuentros no fueron favorables para ellas, 25-14 el marcador del último.

Se reunieron, cumpliendo nuevamente con la pesada penalización.

"No siento mis piernas~" Se quejó la pelirroja, tirándose en el frío suelo.

"Lo mismo por aquí." Apoyó Izumi.

"Y por acá"

"Aquí también."

"¡Whaa~!" Chilló la más alta "¡Las botellas están vacías!" Una pena para las sudorosas y agotadas chicas. La hidratación era parte fundamental en la vida y mantenimiento de un atleta, esencial para reparar energías y mantenerse en pie.

"Cierto" Dijo Yui, tomando las botellas, agitándolas y cerciorándose de que todas estuvieran vacías. "Alguien deberá ir a llenarlas."

"¡Aaagh!" Las chicas bufaron, su paladar se sentía seco, necesitaban del agua y nadie tenía ganas de mover ni el más mínimo músculo por ir a llenar dos bolsas llenas de botellas vacías. Instantáneamente las miradas se dirigieron a ella y la escrutaron con una malévola sonrisa.

"N-No... Chicas" Tragó con fuerza, intentando causar misericordia entre sus compañeras.

"¿Debemos olvidar a la chica que se tomó la molestia de despertar tarde y hacer que Harumi-san nos reprendiera a todas?" Musitó Yoshida con malicia.

"Quizás puedas hacer algo por nosotras, Akari-chaaan.~"

Su rostro palideció, era bastante notable cuales eran sus intenciones.

"Akari, deberías apurarte, nuestri próximo juego es en unos minutos."

"¡De acuerdo, iré!" Exclamó, levantándose a regañadientes. "¡Y no me importa que estén molestas, al menos yo dormí mis horas como dios manda!" Algunas risas se escucharon al fondo, Akari sabía que no lo hacían porque realmente estuvieran molestas, simplemente intentaban provocarla. Rápidamente se acercó a Yui y tomó ambas bolsas con las botellas, se inclinó en una reverencia hacia su capitana y salió del gimnasio.

Una mueca de irritación adornaba su rostro, avanzaba a pasos pesados sobre la acera, camino a la cafetería o donde fuera que llenaran botellas.

Deberían tenerme más consideración... Bufó molesta.

Justo pasaba frente al gimnasio de los chicos. Por ahí, el aura era un poco diferente, más fuerte, más competitiva. Se preguntó qué otros equipos estarían ahí a parte del Nekoma y el Karasuno. Yoshida había mencionado que la escuela había hospedado a los equipos femeninos como masculinos. Así que, por ende, las escuelas que competían con ellas eran las mismas que los chicos.

Aquello dejaba en la lista al Nekoma, Karasuno, Shinzen, Ubuwaga y... Otra más, ¿cuál era su nombre?

Hizo memoria, estaba segura que las chicas lo habían mencionado... Es más, tuvieron que haber jugado con ellas ayer. Pero, ¿por qué no se acordaba?

Se mordió el labio inferior, una manía que tenía al no poder echar a andar su mente y recordar algo. Fuka... Fuko... ¡Maldición, lo tenía en la punta de la lengua!

"Agggh~" Gruñó en silencio, haciendo una mueca pensativa. Así duró unos segundos hasta que finalmente se dio por vencida. Bufó, cualquiera que la viera pensaria que era una niña gruñona.

Dispuesta a salir y dejar de perder el tiempo emprendió una marcha fuera del gimnasio. Todo relativamente normal hasta que, espontáneamente, su corazón se detuvo de golpe.

"¡¡AKAASHEEE!!" Una voz rugió desde el interior del ginmasio.

Cadenas emergieron del suelo y la anclaron justo ahí nada más haber avanzado un paso. En sus oídos vibraba el potente torrente de voz, su ritmo cardíaco aumentó y pasaron a ser latidos fuertes y desenfrenados los que agitaban su pecho.

"Bokuto-san, esa ha sido una gran falla" Una melódica voz tomó su lugar, regañando con tranquilidad al otro chico. "Será mejor que te calmes."

Era inevitable que todo a su alrededor se volviera turbio y borroso ante lo que entraba a sus oídos. Habia escuchado incontables veces aquellas voces que le era imposible no reconocerles.

Se obligó a retornar, solo para comprobar que sus sentidos no la engañaban y echar, aunque fuera, una pequeña mirada.

Y, efectivamente, aquello no era invención de ella. Finalmemte, esa espinita que la había estado molestado tanto se desvaneció cuando recordó el nombre de la preparatoria faltante: Fukurodani. La casa de los Búhos.

Bokuto andaba cabizbajo y desanimado, probablemente hubiera entrado en su modo deprimido, Akaashi pasaba su mano suavemente sobre la espalda del capitán en busca de reconfortarlo. El resto del equipo alardeaba cosas de "lo maravilloso que era el ace" para intenar animarlo.

No podía expresar con palabras lo que le provocó verlos en carne y hueso.

Se quedó aturdida. Quería gritarles, llamar su atención, pero estaba estática, ni siquiera podía formular palabra alguna.

"Oi." Alguien la llamó desde otro lado "¿Estás bien?"

Una bonita chica le veía con preocupación. Llevaba una camiseta amarilla y dos coletas a los costados de su cabeza, bastante tierna a decir verdad.

"¿Eh? ¡Si!" Dijo, sin pensar. "Bueno... No realmente. E-Estoy buscando algún lugar donde pueda llenar... Esto." Levantó sus brazos, dejando a la vista las bolsas con botellas vacías que yacían en sus manos.

"Ah, ya veo, ¿quieres que te ayude? Parece mucho para una sola chica." Se preguntó cómo podía decir eso a pesar de ser una mánager de un equipo masculino, considerando que ellos bebían muchísima más agua y eran muchísimos más que ellas en cantidad.

"¡N-No es necesario! No te molestes."

"Tranquila, tranquila" la chica sonrió, tomando una bolsa en sus manos y cargándolo ella misma. "Justo ahora no tengo nada que hacer."

...

De regreso intentaba procesar todo lo reciente. La mánager del Ubugawa se había despedido de ella y vuelto al gimnasio con su equipo. Ella cargaba las bolsas llenas de botellas de agua, corría a una velocidad moderada, permitiéndole moverse con todo el peso en sus brazos. Su pecho que se movía agitado, reprimía muchas sensaciones que, hasta ahora, no podría explicar.

En su mente una única imagen se reproducía: El Fukurodani y su extravagante capitán. Viejos recuerdos rondaron en su cabeza, recordó aquella vez que los fue a animar en un partido de práctica, algo parecido había pasado; Bokuto se encontraba fallando constantemente, siendo presa de los bloqueos que sus oponentes imponían ante él. Sus agudos ángulos al rematar iban fuera, y lo peor era que Akaashi seguía enviándole pases.

El chico entró en modo deprimido, en ese entonces estaba en segundo año, así que esos cambios se habían vuelto naturales para el equipo. Pero aquella vez, Bokuto en verdad se veía abatido, nada lograba devolverle el espíritu, y es que su rival, entonces Sakusa Kyoomi de primer año, hacía pedazos su rotación con su fuerza y obligaba a Bokuto a rematar desesleradamente en busca de anotar.

Akari lo veía desde la grada perimetral, hasta el momento él no la había notado, ni siquiera había dirigido su vista a lo alto. Aún así ella lo apoyaba tanto como pudiera. Cuando finalmente conectaron sus miradas, Akari le sonrió y gritó algo parecido a '¡Bokuto-san es el mejor ace de Tokio, así que ajustate bien los pantalones Sakusa, porque él te hará pedazos!' con tanta fuerza que incluso el mismo Sakusa la oyó. Pero fue suficiente para revitalizar al chico y renacer al verdadero ace.

Podía seguir hablando de todo lo que vivió junto a ese par, después de todo, habían formado una parte importantísima de ella.

Así que ahora lo que más quería era encontrarse nuevamente con él. No importaba si tenía que escaparse de las prácticas o escabullirse ilegalmente al dormitorio de los chicos, incluso si fuera necesario, lo haría.

Llegó al gimnasio, dio tantaa gracias de que aún no empezara su siguiente juego.

Las chicas la vieron correr hacia ellas y rápidamente se lanzaron en busca de sus botellas de agua.

"¡Te has tardado años!"

"G-Gomen" Terminó de repartir el agua a cada una. "¿Nuestro siguiente juego será...?"

"Las chicas del Fukurodani"

"¿Eh? ¿Y-Y son bu-buenas?"

Yoshida hizo una mueca de confusión. "Jugamos ayer contra ellas, Akari."

"¿Lo hicimos?" Preguntó desconcertada. "Yo eh... No lo recuerdo."

"Akari-chan ¿te encuentras bien?" El rostro de Nozomi se tornó confuso.

"¿Sabías que el Fukurodani estaba aquí, Yoshida?" Soltó de repente.

"¿Eh?" Yoshida titubeó. "Las ví ayer desde qu-"

"Bokuto-san y Akaashi" Añadió, siendo más específica "¿Lo sabías?"

Yoshida abrió los ojos, miró directamente a Akari quién tenía una expresión bastante extraña. "N-No lo sabía."

"Los he visto"

"¿D-De verdad?"

"Estaban en el primer gimnasio."

"¿Los saludaste?"

"No, pero... Me siento... Diferente." Expresó, pasándose una mano por el pecho. "Como si aún viviera aquí"

La ojiazul frunció el ceño, Akari sonrió y se levantó del suelo, tomando el esférico balón tricolor en sus manos.

"¿Akari...?"

"¿Qué están esperando? Aún tenemos un juego que ganar."

El equipo la miró con cierta confusión, el semblante de la castaña se había transformado en uno determinado y triunfante.

La imitaron y con una cansada sonrisa se levantaron a seguir a la llamada prodigio.

______

Me he tardado pero lo he traído.

Me ha costado un poco porque había pensado en agregarle unas cosas más pero quedaría larguísimo y pues... Naah.

A esas personitas que votan y comentan constantemente ¡¡Las amoo!!

Nos leemos pronto.

Ao-chan








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