Ballet Love «hunhan»

By ohkyungdo

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Cuando la pasión de Luhan es el ballet y no todos lo aceptan por eso. 🍂Pareja: Hunhan. 🍂Three Shot + epílo... More

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Epílogo

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By ohkyungdo


Ese lugar que guardaba nuestros recuerdos
el calor que se quedó al final de mi mano
sigues aquí, aquí
tu aroma, tu rostro

Por favor mírame, mírame
mírame, si también lo sientes
te siento, te siento
me costó ir a hablarte
me costó hacerte sonreír
lo conseguí con esfuerzo

Ese lugar en el que estábamos juntos
en el momento cuando empezamos a parecernos
era precioso caminar juntos bajo la lluvia
pero ya no estás, no estás
¿Cómo voy a vivir solo tratando de olvidarte?

Jin, Gone.







Nunca pensó que estar en el último año de escuela fuera tan difícil... ¡Era horroroso, espantoso!

Despertaba, se bañaba, asistía a clase y luego corría al trabajo para ganarse unas monedas y si damas y caballeros, estaba cansado pero todo valdría la pena ¡Joder! Claro que lo valía!

Desde la partida de Luhan había aprendido que si quería alcanzar sus sueños, debía ser el mejor y claro que lo estaba logrando, tal cual como lo había hecho el menor.

Dolía, dolía incluso más que antes pensar en él.

«¿Como estará? ¿Es feliz? ¿Habrá conocido a alguien? ¿Me habrá olvidado?» eran preguntas que pasaban por su cabeza cada noche en la cual pensaba en aquellos momentos que habían vivido. Sin duda los mejores de su vida.

Y si se preguntan, el se encontraba bien, feliz no era pero su vida no era desgraciada, tan solo dos años y medio habían pasado y absolutamente nadie se comparaba con su castaño y no, no podía olvidar a su primer amor, ese primer amor que tanto deseaba y el cual era consiente que sería el único.

Y que por él trabajaba día y noche.

En tan solo casi tres años había logrado destacar entre las escuelas más prestigiosas de Corea y todo por tener un súper cerebro como le decían sus compañeros y amigos cercanos porque si, tan solo dos años y había conocido a una adorable chico que conquistó el corazón de su mejor amigo.

Byun Baekhyun.

Luego de consolidar su relación, ambos se le habían acercado con intención de subirle los ánimos y no pudo negarse, no cuando al verlos se imaginaba a sí mismo con Luhan y silenciosamente les tenia envidia ¡Demasiada! Por más masoquista que fuera, los veía hablar, jugar, mandarse pequeñas notas durante clases, darse pequeños besos a escondidas en los recesos y tomarse la mano libremente.

Él deseaba eso y mucho más pero lamentablemente el castaño se encontraba a miles de kilómetros, demasiado lejos de Corea del Sur.

Por más patético que fuera, por las noches veía aquella foto que se habían sacado en una cita-no-cita que habían tenido antes de que se fuera, ambos sonrientes, felices y sin saber lo que pasaría. Y si, con aquellos pensamientos derramaba lágrimas noche tras noche.

—¡Oh Sehun! —gritó la mujer que se encontraba viendo la novela— ¿A donde se supones que vas a esta hora un día sábado?

Y si, su madre no tenía idea de absolutamente nada y quería que así se quedara hasta haber logrado lo que tanto se prometía.

Tan solo faltaba un poco y dejaría todo el dolor en el pasado. Poco y sería otro Oh Sehun.

—Y-Yo... voy a... ¡A casa de Chanyeol!

La mujer miro enternecida a su hijo. Estaba mintiendo y se veía completamente adorable así.

Siempre creyó que su hijo sería el típico Playboy, el que jugaría con sentimientos, el típico joven derogándose y tomando hasta perder la conciencia... ¡Que equivocada estaba!

Sehun sudaba agua bendita y aunque no se creyera que un joven guapo de tan solo diecinueve años fuera completamente virgen, el lo era y a morir.

La señora Oh admiraba a su hijo ¡Demasiado!

—Ve con cuidado y no regreses tarde pequeño bastardo, sabes que todavía me preocupo por mi bebé... —chilló a la par que le tiraba de las mejillas.

Sonrío al ver como el menos trataba de alejarse y luego se despedía con un abrazo y un te amo mamá... Sin duda había creado a un hermoso joven y sinceramente estaba sorprendida.

Al salir de la casa dejando a su madre anonada, tomó el autobús y se dirigió a la agencia que seguramente estaba esperando su llegada la cual había tardado unos años.

Tan solo unos meses más y dejaría todo en el pasado.

Al bajar en su parada posicionó su mochila colocándola en el pecho y silenciosamente puso rumbo al gran edificio que se distinguía en la calle.

Entro y observó a personas de todo tipo de nacionalidades lo cual le pareció asombroso.

—Busco a Choi Siwon, tengo una cita con el...

Y así sin más una joven de cabello castaño empezó a caminar hasta una puerta cerca de su escritorio.

—Joven Oh, el señor Choi ha estado esperando su visita.

Y con la decisión más importante de su vida ya tomada, puso camino hacia la oficina la cual era extremadamente gigantesca, llena de fotos y con un gran escritorio justamente en medio.

—¡Oh Sehun, la joya de Seúl! ¡Uno de los mejores cerebro de Corea del Sur! —recibió un gran abrazo por un señor un tanto moreno y alto— He esperando esta visita por mucho tiempo ¡Siéntate!

Y se sentó para luego hablar con el mayor, sobre sus planes, su deseo, su gran propuesta y todo lo que sirviera para poder irse de intercambio.

— ¿Y a donde exactamente quieres ir? —preguntó curioso el moreno— ¿Y por cuánto tiempo?

La pregunta del millón había llegado a los oídos del ahora pelinegro.

No lo pensó y mucho menos dudo. Se había partido la espalda trabajando y estudiando para poder pagar aquello y ahora estaba a solo unos cuantos pasos de lograrlo.

—Rusia, para ser exactos a San Petersburgo y por el tiempo que dure toda mi carrera universitaria.















Era feliz, no al cien por ciento pero sin duda lo era.

La academia era todo un sueño para cualquier amante del ballet y se sentía orgulloso de haber logrado aquello con sus años de baile.

Sus días al principio de su llegada consistían en hacer ballet, tener clases y luego ir de paseo junto a los chicos extranjeros que se encontraban en aquel lugar tan majestuoso.

Ahora más que nada se centraba en su baile pero algo lo tenía pensado. De la nada había empezado a soñar con él y dolía.

Recuerda sus lágrimas cuando se enteró de su partida, sus reclamos, sus gritos y luego recuerda esos ojos llenos de lágrimas pero aún así con una sonrisa deseándole lo mejor aún sabiendo que por dentro se moría lentamente y para el no había sido diferente. Claro que no.

Lloro como nunca.

La semana antes de irse lloró por tener que dejar a su primer amor, a su príncipe. Durante el viaje en avión lloró por no haber visto esa cabellera platinada que tanto amaba entre todas las que se encontraban para despedirlo y lloró al llegar y saber que no lo vería por tres largos años.

Ingenuamente todavía creía que el mayor lo esperaría, que no rompería su promesa y que serían uno después de aquel tiempo pero lamentablemente se desilusionó al escuchar lo que uno de sus mejores amigos le había dicho y su corazón dolió.

Su corazón dolió de tan solo imaginarlo con otra persona, de que besara otros labios que no fueran los suyos, de dejar su amor en el pasado y olvidarse de su existencia.

El no lo había hecho ¡Claro que no!

Pero ahora dudaba y no gustaba de aquello porque un sentimiento posesivo se instalaba en su pecho con ganas de ir a Corea y dejar el claro que Sehun era suyo pero... ¿Con qué derecho?

Seguramente ya no era nadie para el más alto y lo entendía, le había causado daño y aún así le había prometido esperarlo pero entendía si había encontrado a alguien mejor, por más que doliera, quería verlo feliz.

—¡Descansen! —gritó el profesor Sebastian a la par que hacia un grand plie.

Con un suspiro lastimero se tiro en el tibio suelo de madera antigua y empezó a tocar la punta de sus pies.

—¡Luhan!

Rodó los ojos a escuchar esa voz tan masculina a sus espalda y por un momento quería mandar todo a la mierda pero no podía, el no era así.

—Jackson, es agradable verte por aquí tan temprano... —saludó con una amable sonrisa.

Jackson Wang había sido uno de sus compañeros durante el primer año en Vaganova pero habían sido divididos. No era sorpresa para nadie los sentimientos que este tenía por el joven castaño y la insistencia con la cual siempre pedía una cita.

— Te ves cansado ¿Estas bien? —se sentó a su lado.

—Lo estoy, gracias por preguntar. —susurró y volvió a sus estiramiento.

La mirada del más alto en se quitaba de sus movimientos y eso le incomodaba. Nadie lo miraba así, nadie que no fuera Sehun llegaba a mirarle tan fijamente sin causarle molestias.

—¿Hay algo que quieras Jackson?

—Una cita contigo, mañana y en la plaza del palacio... ¡Por favor! Solo quiero una cita contigo y juró no molestarte más... —suplico con la mirada y sintió pena.

El chico tan solo gustaba de él y no podía ser un monstruo como para negarle aquello. Todos se enamoraban, unos de la persona correcta y otros no.

Con un suspiro y luego un asentimiento de cabeza por parte del mayor siguió con lo que hacía, ignorando completamente a los pares de ojos sobre su respuesta afirmativa hacia el peli negro.

Tan solo sería una cita y nada más.

Agotado tomó su bolso y salió de la sala para luego recorrer toda la academia hasta llegar al lugar más apartado donde se encontraban las habitaciones de extranjeros y donde obviamente estaba la suya.

Al llegar tiro todas sus cosas en la entrada y se tiro sobre su gran cama a la par que tomaba una almohada y se la colocaba entre sus piernas para poder abrazarla.

Lo extrañaba más que a nada.

Ese calor que sentía cuando dormían juntos, esos besos que aceleraban su corazón y esa sensación en el estómago cuando lo veía sonreír exclusivamente para el.

Sin duda Oh Sehun era perfecto.

Lo único que quería era que aquellos últimos cinco meses terminaran para luego volver a Corea y tratar de recuperar a su primer amor. Tarde pero se había dado cuenta que deseaba más estar entre los brazos del mayor que seguir bailando porque sin aquellas palabras de apoyo, esos juegos durante los ensayos o esa penetrante mirada a cada uno de sus movimientos, el baile no tenía gracia.

Con ganas de estar juntos se quedo dormido, preparándose mentalmente para el día difícil que venía. Aunque mirando el lado bueno, no tenía prácticas.

«Te amo Luhan... y por ese amor que te tengo no me importara esperarte tres años

Despertó abruptamente por ese sueño y las ganas de estar encerrado en ese minúsculo cuarto se intensificaron, lamentablemente tenía una cita a las siete de la tarde y exactamente faltaban siete horas.

Si que había dormido.

Con pereza se dirigió a su pequeño sillón y así pasó cuatro horas viendo televisión y comiéndose un plato lleno de frutas.

Al ver la hora fue a la ducha y empezó a arreglarse lo justo y necesario.

Ya estando listo y con la hora justa, salió de su habitación rumbo a la estación de metro la cual sorprendentemente estaba vacía para ser un día sábado.

Suspiro cansado al ver mensajes del chino en su celular y sin ganas de contestarle, le dejó un visto.

Bajo donde debía y se sorprendió al ver al mayor con un ramo de rosas esperando su llegada.

Sin duda era alguien adorable, lindo, y con buenos sentimientos que no le pertenecían. Su corazón estaba ocupado y por más que quisiese no podía dárselo.

—Te ves hermoso Luhan. —hablo con un pequeño color rosa en sus mejillas.

Con tan solo una silenciosa sonrisa tomó la sobre su fueron rumbo s la feria nocturna que se instalaba cada fin de semana a las afuera del gran palacio.

El silencio era cómodo pero algo inquietaba al más alto el cual jugaba con sus manos a la par que tarareaba una canción que sonaba de unos puestos que vendían comida.

—¿Porque aceptaste mi cita Luhan? —preguntó luego de haber recorrido toda la feria.

El cielo se encontraba oscuro y pocos pasaban a esas horas.

¿Porque la había aceptado? La respuesta era fácil.

—Tu había dicho que si aceptaba no molestarías más... —susurró apenado por desilusionar al mayor.

Grande sus su sorpresa al ver como lo tomaba de los hombros para luego mirarlo fijamente.

—Y-Yo... realmente me gustas ¿Aún así no tendré oportunidad? — preguntó desesperado por recibir un Si.

No quería exponer sus sentimientos con un extraño pero si quería dejar las cosas claras entre ambos, debía hacerlo.

—Y-Yo, me gusta alguien al cual tuve que dejar... —respondió con un sonrojo en sus mejillas y la vista hacia el suelo— Pronto regresare, realmente lo amo y no quiero que te des falsas esperanzas, no cuando mi corazón tiene dueño...

Y luego de terminar., casi se va de espaldas.

Unos labios que no eran los de su Sehun se encontraban sobre los suyos, moviéndose con un ritmo para nada agradable y unas manos sosteniéndolo de los hombros para evitar que se alejara.

Asustado abrió los ojos y trato de separarse.

«No puede ser...»

Sintió su cuerpo temblar, su corazón acelerarse y sus manos sudar al ver unos hombros mucho más anchos de lo que recordaba, un cabello ahora negro y una mirada llena de dolor, furia y desilusión.

Frente a sus ojos se encontraba Oh Sehun.


















Se encontraba rumbo a su destino, ya dentro del avión y feliz por haber logrado lo que tanto deseaba.

Fue difícil dejar a su madre, recuerda cómo está lo había apoyado al enterarse de su loca idea pero aún así al ver su felicidad lograba ver el temor en sus ojos.

La extrañaría.

Con ojos cansados por no haber dormido en toda la noche, se colocó sus audífonos y reclinó su asiento para tomar una siesta la cual había durado más de lo previsto al sentir como unas azafatas tiraban de su hombro y le hablaban.

Había llegado a su destino el cual había estado deseando desde que cierto castaño se había marchado de su vida ¡Pero ahí estaba! Rusia.

Con una sonrisa de oreja a oreja tomó sus dos maletas y cargo bien su mochila.

No podía esperar un segundo para ver como se encontraba el menor, para abrazarlo, para llorar y para decirle cuanto lo amaba.

Emocionado tomó un taxi con rumbo al campus de su futura universidad, embelesándose con el paisaje frente a sus ojos el cual era demasiado mágico.

Agradeció con una reverencia al chofer después de haber pagado para luego dirigirse rápidamente a su cuarto, tomar una ducha y salir en busca del amor.

Había leído que necesitaría tomar un metro que se encontraba a tan solo pasos de su estadía por lo cual lo más factible era ir caminando hacia el destino número uno.

Ya con su gorra bien puesta, su polera cuello alto de color negro y sus pantalones del mismo color, salió rumbo al Palacio de invierno.

Como si de un niño pequeño en una heladería se tratara, sacó la cámara que especialmente había comprado para la ocasión.

Empezó sacando una foto a un par de niños jugando, luego a una pareja de ancianos besándose y por último a una pareja la cual hablaba a sus espaldas.

Se dio vuelta un momento para limpiar el lente de su cámara el cual se había puesto borroso y sin más se dio vuelta para volver a tomar una foto a la joven pareja que ahora se estaba besando en sus narices.

Con la mirada fija en el par, reconoció esos ojos de ciervo que lo traían loco, ese cabello el cual era ahora castaño claro que tanto amaba tocar, esos labios que le pertenecían sobre los de otra persona y...

Que ingenuo había sido el al pensar que después de tres años el mayor vendría a el, al pensar que su amor era indestructible, de tan solo pensar que aquellos labios solo serían suyos...

Debía irse antes de que sus lagrimas bañaran sus ojos.

Casi tres años estudiando para conseguir un intercambio, tres años trabajando para poder pagarlo y tres años añorando aquel momento que no es para nada igual al de sus sueños en donde ambos lloraban, se besaban y se prometían amor.

Al percatarse de la mirada del contrario, se dio cuenta que lo había reconocido y el dolor que sintió fue tan grande que se dio vuelta rápidamente y las intensiones de salir corriendo eran inmensas pero se esfumaron al escuchar una voz en su cabeza «Lucha por el, esperaste esto por años, no te des por vencido cuando quizás todo es un mal entendido...»

Y con su lado posesivo saliendo a flote, se dio vuelta y a grandes pasos llego hacia el par.

De un empujón alejo al peli negro más bajo y puso a Luhan a sus espaldas el cual todavía seguía en en un trance.

—¿Y tú quién mierda eres? —gruñó enojado el más bajo.

—Oh Sehun. —respondió sin agregar nada más.

Instantáneamente el contrario reconoció ese nombre que tantas veces había escuchado salir de los labios del castaño el cual se expresan de el como su primer amor, su primer beso, su todo.

Aturdido se alejó unos pasos sin creer que el famoso Sehun estuviese ahí.

—T-Tu...

—Si no es problema me gustaría estar a solas con Luhan. —interrumpió con un susurro el cual provocó que el cuerpo de Luhan reaccionará.

Para cuando asimilo que Sehun se encontraba ahí, con el y frente a sus ojos, Jackson ya no estaba y solo divisaba un cuerpo mucho más grande y ancho que el suyo, una mirada gacha y un temblor de cuerpo.

—¿R-Realmente estás aquí? —susurró débil de tan solo imaginar a su Sehun.

Con la intención de tocar el rostro del contrario, se sorprendió al ver como este se alejaba dos pasos y levantaba lentamente su rostro.

Las ganas de llorar fueron gigantescas al ver ese rostro que tanto amaba bañando en lágrimas.

—Y-Yo creo que no debí haberme comportado así, p-perdón... —hizo una reverencia tan cual como si fuesen desconocidos— Lamento molestar.

Y con las intenciones de irse hacia su habitación, llorar y querer regresar con su madre, se dio vuelta y empezó a caminar con el corazón roto, tanto que respirar era completamente difícil.

—¡Sehun!

Detuvo todo pasó al escuchar un grito con su nombre e internamente deseo no haber sido tan iluso.

—T-Tu... ¿Qué haces aquí? ¿Cómo llegaste? ¿Cómo has estado? —preguntó con nerviosismo.

Aún con unas lágrimas cayendo por sus mejillas observó ese delicado rostro que tanto amaba y ese cuerpo que lo traía al borde de la locura.

—Vine por ti p-pero creo que llegue demasiado tarde... —respondió con un intenso dolor en el pecho a la par que intentaba reír- Vine por un intercambio y... he estado bien.

Y por más masoquista que sonase, preguntó por lo que había visto.

—¿Es tu novio? — preguntó y las ganas de estar entre los brazos de su cama se intensificaron— Se ven bien juntos y me g-gustaría seguir hablando pero m-me tengo que ir Luhan...

Y Luhan se sintió la peor persona al ver al mayor tan frágil a como era mates, tan vulnerable y expuesto que las ganas de llorar ahora fueron suyas.

Lo había extrañado demasiado que parecía irreal tenerlo frente a frente.

Con cuidado y delicadamente se acerco al contrario.

—¿Por que lloras Hunnie?

Se sorprendió al escuchar una risa amarga la cual era contrastada con las lágrimas.

—¿De verdad me preguntas eso Luhan? ¿Por que lloro? —respondió con ironía y la furia haciéndose poder de su cuerpo— Lloro porque me acaban de romper el jodido corazón, lloro porque estuve esforzándome tres jodidos años para poder tenerte frente a mí. Lloro porque la persona que más amo tiene a alguien más, porque tres años esperándote no valieron la jodida pena ¿¡Y me preguntas por qué mierda lloro? —grito enojado importándome poco que los pocos transeúntes los miraran fijamente— Lloro porque mi corazón llora, porque lo único que quiero es regresar al Corea y nunca haber venido hasta aquí. Solo quiero estar lejos, duele mucho, s-solo seriamos Luhan y Sehun... ¿Que pasó con eso?

Y se derrumbó ante el castaño que tan solo cubría con sus manos su boca intentando que los sollozos no se escaparan.

—E-Es muy patético de mi parte pero yo sí te espere ¡Cada jodido segundo de estos tres años espere por esto! ¿¡Por qué mierdas me hiciste prometerte algo que ni tú mismo lograrías cumplir!? ¿¡Por qué!? —grito enojado— Te amo, te amo más de lo que tienes idea y odio esto, duele demasiado, mi pecho arde y mi garganta quema... ¿Por qué Luhan? ¿Mis sentimientos no valen?

Estaban dando el show del siglo pero a ninguno le importaba.

Sehunnie....

—No me llames así, duele demasiado... —hablo entre susurros— Lo mejor será que vuelva a Corea, que sigas con tu sueño y yo aprenda a vivir sin ti.

Y tan solo pensar en Sehun lejos, se tiro al suelo y se escondió en su pecho como si de un gatito perdido se tratara. Las lágrimas ahora eran suyas y el dolor en su pecho eran como si mil cuchillos lo atravesarán.

—No te vayas, te amo, te amo, te amo... P-Por favor no me dejes. Lo que viste no significa nada ¡Te he extrañado todos estos años! He llorado por tan solo tenerte un segundo a mi lado, por un beso tuyo o un abrazo... N-No me dejes Sehun, no ahora cuando se que el ballet solo es una pasión y tú mi aire. —pidió entre susurros llenos de dolor—Te necesito, si v-vuelves a Corea yo lo haré contigo...—con ambas manos tomó el rostro del más alto entre sus manos—En estos tres años nadie ¡Nadie! Ha tenido mi corazón porque te pertenece Sehun, el me beso cuando yo no quería, s-sabes que mis labios siempre serán tuyos, que mi cuerpo te pertenece, que mi corazón es parte del tuyo... No me alejes Hunnie...

Y tan solo basto eso para que el mayor abrazara al menor como si su vida dependiera de aquello. Sin tomarse un segundo más, lo beso, un beso sabor a reencuentro, a un te amo, a un juntos por siempre.

Sin percatarse, aplausos llegaron a sus oídos junto a llantos de señoras y niños por tal escena tan emotiva, amorosa y adorable, aunque no habían entendido nada, las emociones eran fuertes.

—Te extrañe mucho Luhan, te extrañé tanto que cada noche llegabas a mi mente. —susurró con sus frente apegadas en un abrazo íntimo.

—Te amo Sehun... más que al ballet, más que a la academia, más que a toda mi familia... Tú eres mi verdadero sueño.

Y tan solo eso bastó para que el mayor lo tomará entre sus brazos para levantarlo del suelo e irse a su habitación con las manos unidas y mirándose uno al otro.

Ambos se pertenecían, ambos eran el uno para el otro y aún así al estar separados por tanto tiempo, ambos descubrieron que nada superaba su amor por el contrario.

Luhan logró entender que su amor al ballet no se comparaba por su amor a Sehun.

Y ambos se lo demostrando en la cama del mayor, ambos con cuerpos desnudos, gemidos leves y susurros diciéndose cuando a amaban.

Haciéndose uno en el instante en que Sehun introdujo su duro miembro torpemente por la entrada del menor el cual tenía los ojos cerrados con fuerza.

Sehun era gigante, demasiado y dolía sentirlo entrar.

El miembro del mayor se encontraba completamente enterrado en el menor y soltó un gruñido por tal estrechez que en cualquier momento sentía ganas de desmayarse como todo un novato y bueno, ambos lo eran.

Cada embestida, cada gemido, cada grito en los que se entregaban al otro...

Sin duda su amor era único, inigualable y especial.





Fin









Vuelvo a subir este mini fic porque es Perfecto, lo amo con mi vida y me hace sentir orgullosa(???

Pronto se subirá el epílogo! Ansíenlo💓

Dato curioso: Luhan tiene 17 y Sehun 19 en este cap próximos a cumplir 18 y 20 años💞

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