#I'm sorry my friend.
Narrador
— Bastardo— murmura casi en un susurro observándolo detenidamente entre las sombras detrás de la puerta vieja y rota, mientras sus labios tiemblan reteniendo fuertemente toda su furia dentro sí mismo pero también su pesar. Contiene un fuerte nudo en el pecho y garganta, le resulta realmente asfixiante y doloroso. Sus ojos rojos y ya humedecidos echan fuego, su sistema cardiovascular acelera con más intensidad y siente como la sangre que hierve dentro de él corre como aguas vivas, siente ardor en cada rincón de su cuerpo, sus puños se endurecen al igual que su mandíbula. No puede soportarlo más, entrecierra fuertemente los ojos por un momento, encontrándose en una dura pelea mental pero luego de algunos segundos decide retroceder. Baja difícilmente por los escalones con un dolor muy profundo dentro de su pecho, a medida que su cuerpo se aleja las punzadas dentro de él son más profundas e insoportables, apenas puede sostenerse para evitar caerse. Su cuerpo tembloroso y sus piernas torpes son difícil de controlar, van en su contra.
Una vez fuera, Tae busca rápidamente recuperar el aliento, y deja de reprimir su dolor golpeándose fuerte y continuamente sobre el pecho. Su espalda se apoya contra un muro y desliza su cuerpo hacia el suelo, donde sus primeras lágrimas salen inevitablemente. Confundido y alterado, con ambas manos reprime fuertemente su cabeza. Dos sentimientos muy distintos son su agonía y su calvario "Amistad o amor; Jimin o ella". Desea con todas sus fuerzas volver a la habitación para poder golpearlo por lo que hizo, pero él duramente no se lo permite.
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N: Kim Tae Hyung
¡Maldición! No estoy en posición para decir algo o actuar de tal manera, porque también fui culpable, soy y siempre seré cómplice de su muerte. Ahora, simplemente me limitare a seguir ocultándolo, me obligare a enterrarlo. Aunque en este momento no pueda soportarlo más y esto me duela tan profundo, pero de todas maneras no me queda más que aguantarlo y vivir con eso. ¡Dios! la herida se siente más profunda, es algo que difícilmente pueda repararse con el tiempo. Pero yo mismo me cause este dolor, me lo merezco por ser alguien incapaz, un niño débil que no puede proteger a las personas que ama o amo, no tengo el valor de entrar y golpearte pero tampoco tengo el maldito valor de entrar y consolarte o acompañarte. No soy capaz de nada...
Quedarme quieto limitándome solo a observar es como un cuchillo que clava continuamente en lo profundo de mí, ¡Duele, quema!
[***]
— Lo siento Jimin, pero esta vez no puedo comportarme como un buen amigo, como un hermano, simplemente no puedo ser tu hombro de apoyo como lo fui siempre. Perdóname porque esta vez te daré la espalda, solo esta vez... —
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Narrador
[Horas más tarde, misma noche: Mansión Park]
Cuarto rojo: Jennie luego de haber tomado una ducha se encuentra sentada al borde de la cama aun desnuda, solo cubierta con una ligera sábana blanca que alivia de alguna manera el ardor que aun siente parte de su cuerpo, debajo de su vientre, entre sus piernas y sobre sus glúteos debido a las intensas penetraciones y dolorosas nalgadas que su amo Namjoon dejo antes de partir. Suavemente masajea una de sus mejillas tenuemente colorada, por el ardor que le propino el golpe de su amo JungKook, quien fue el último en retirarse, la razón fue que ella se negó a obedecer una orden, por lo cual tiene estrictamente prohibido salir de la habitación. Hace más de media hora que se ha quedado sola.
Ella decide vestirse, y mientras va recogiendo sus prendas del suelo observa algo que le llama la atención debajo de la vitrina que está repleta de bebidas y copas. Ella curiosa lo toma, ve que se trata de un libro color bordo "ESCLAVAS" Tiene escrito en grande sobre la tapa. Su cuerpo se tensa levemente, "¿Tienen un libro acerca de esto? ¿Es un manual?" se pregunta, pero se encuentra indecisa sobre si abrirlo o no. Luego de un rato, nerviosa decide abrirlo y al instante se encuentra con algo inquietante, a medida que va hojeando las paginas, su corazón acelera y su cuerpo se estremece, pero no es hasta la penúltima página que siento como los escalofríos recorren por su columna vertebral, la pagina llama mucho su atención simplemente es diferente al resto y por alguna razón le resulta alarmante. La siguiente le resulta más perturbadora, por el simple hecho de que su foto se encuentra plasmado en ella, todos sus datos, incluso sus antecedentes clínicos, no puede soportar ver su rostro con el título "Esclava Sx N°29". Cierra el libro por impulso y lo deja a un lado de la mesita de luz.
[***]
Luego de tomar una de las pastillas anticonceptivas, ella se dispone a colocarse y abotonar su camisa, mientras extrañada inevitablemente piensa lo que pudo pasar con la anterior esclava, de alguna manera al pensar en ella un frio electrizante recorre instantáneamente por su cuerpo:
"Algunas me resultan familiar, las vi en algunos clubes pero no puedo asegurarlo. Todas tenían una raya de por medio a diferencia de 3 páginas: Dos de ellas tenían una X negra, la N°9 y N°17, pero en la penúltima página, antes que la mía, tenía una gran cruz roja la N°28 ¿Por qué?"
Sin poder evitarlo, coge nuevamente el libro, y observa la página, "su rostro es poco visible..."
Jennie— Nombre; _________ ________. Edad; 17... fue más joven que yo. Nacionalidad; (T/P). Estudia en ##### .Vive en ######... —
De repente se detiene al sentir como un aire frio choca contra su cuerpo a la vez que alguien abre la puerta. Ella instintivamente esconde el libro detrás de su espalda y ve de quien se trata. Tae, quien está completamente empapado y un charco de agua se va formando debajo de él, su pelo cubre gran parte de su rostro. Él se percata de su presencia, la observa de pies a cabeza, Jennie tiene solo la camisa puesta y las piernas descubiertas, su cabello aun húmedo y ligeramente despeinado. Notándose que recientemente había tomado una ducha.
Tae— ¿Por qué sigues aquí?
Jennie— No... no puedo marcharme.
Tae— ¿No puedes o no debes? — Ella se limita a responder — ¿Los demás?
Jennie— No lo sé, no los volví a ver desde que se fueron.
Tae— Ya veo, así que te dejaron sola.
Jennie— Estaba sola hace unos minutos...
Tae— ¿Por qué estás tan nerviosa?
Jennie— S— solo tengo algo de frio...
Tae— ¿Frio? — Cierra la puerta detrás de él y se adentra más a la habitación algo sombría por la ausencia de luz, mientras ella retrocede instintivamente sintiéndose algo amenazada por su presencia. Pero él de repente desvía su camino hacia la vitrina llena de licores, donde busca el más fuerte Vodka y sin dudarlo lo toma, ya cansado y molesto de la miniatura de los vasos de cristal procede a beber de la misma botella, a fondo sin importar cuanto desgarra el alcohol su garganta.
"¿Qué hace? ¿Qué le sucede?" se pregunta Jennie, quien lo observa detenidamente.
De pronto, él gruñe por el ardor en sus entrañas y deja caer la botella sobre la alfombra, luego de unos segundos de silencio, él se gira hacia ella observándola detenidamente y se percata de algo:
Tae— Te golpearon
Jennie— Como si te importara.
Tae— No fue una pregunta.— se acerca hacia ella, y se inclina una vez la tiene cerca — ¿Duele?— toca su mejilla colorada y ella deja salir un leve gemido de dolor al leve contacto, apartando al instante su rostro de las manos frías de Tae — ¿Crees que esto duele? Eres tan débil...
Jennie— ¿Cómo si a ti alguna vez te hubieran golpeado?—
Él calla por unos instantes, y repentinamente plasma una sonrisa.
Tae— No sabes lo que es el dolor, siquiera sabes lo que significa. Lo que es sentir el verdadero ardor que un golpe te provoca, o el sabor de la sangre que sube desde tus entrañas hacia tu boca. No lo sabes. Y viéndote nunca serias capaz de soportarlo, esto no es nada.— toca nuevamente su mejilla y la empuja hacia un costado. —Pero ese no es el dolor que más duele, sino el que tu propia conciencia y alma crea dentro de ti... te atormenta cada día, te daña psicológica y físicamente, ataca desde lo profundo de ti y te destroza. Ese es el verdadero dolor. El que uno mismo se provoca y alimenta.
"¿Dolor? Habla del dolor como si ya lo conociera perfectamente. Acaso...?" piensa Jennie pero es interrumpida.
Tae— ¿Qué tienes ahí?
Jennie— No— no es nada.
Tae— ¿Nada? Quiero verlo.
Jennie— Es solo mi ropa interior...
Tae— *ríe* ¿No se te ocurre mejore escusa? Dámelo. — Sin más esperar, le quita ágilmente lo que tenía oculto, entonces el aire se hace instantáneamente más denso. — ¿De dónde lo sacaste?— pregunta borrando todo rastro de serenidad, al ver que tarda en responder endurece más sus facciones— ¿Por qué lo tienes? ¿Abriste este libro? ¿Con que autorización?
Jennie— Yo solo...
Tae— No tienes permitido tocar este libro. Está prohibido.
Jennie— Lo siento, no lo sabía.
Tae— No es cuestión de que lo sepas. No puedes tocar nada sin nuestra autorización. ¿Entendiste?— ella asiente temerosa por la reacción exagerada. — ¿Qué fue lo que viste?
Jennie— Solo fotos ... pero nada más.
Tae observa el libro entre sus manos, que casualmente se encuentra abierta entre una de las paginas menos deseadas para él, donde una cruz roja sobresale. Su corazón da un vuelco y sin más soportarlo lo tira hacia un rincón de la desolada habitación, donde se pierde nuevamente. Jennie lo observa sorprendida intentando sacar dentro de su mente conclusiones de la reacción que acaba de observar en su amo.
Tae— Simplemente olvida todo lo que viste dentro del libro ¿Me oíste? No vuelvas a tocarlo en tu puta vida o estarás acabada.
Ella al instante llega a una conclusión, tal vez sea acertada o no, pero le preocupa y su desesperación repentinamente le invade, siguiendo sus impulsos se atreve a preguntarle:
Jennie— ¿Qué clase de juego es este? ¿Qué clase de chicos son ustedes? ¿Cómo acabara todo esto? Es decir... todas ellas fueron esclavas. ¿Dónde están ahora? ¿Qué pasara conmigo después de esto? ¿Ustedes....? ¡Dios! Están enfermos.
Tae— Dime algo que no sepa. Casi todas terminan diciendo lo mismo... pero al final resulta que les fascina, y una vez empieza piden más, y más fuerte, rápido e intenso, igual que tú. Déjame explicarte cómo funciona esto; Tenemos un tiempo limitado, 1mes, luego cada quien por su lado, olvidando todo lo que sucedió dentro del Juego. Primero las escogemos, no cualquiera tiene el privilegio. La mayoría de ellas fueron voluntarias, sabían los riesgos, reglas, normas y consecuencias. La clase de trato que tendrían. Querían divertirse; sexo, drogas, alcohol, placer incluyendo el masoquismo, nosotros ofrecemos eso y más.
Jennie— ¿La minoría; Las obligaron o las engañaron igual que a mí?
Tae— No te hagas la victima Jennie que ese papel no va contigo.
Jennie— La minoría incluye a tres esclavas, verdad? ¿Es esa la razón por la cual solo 2 páginas tengan una "X" y una "╬"? ¿Igual que la última?
Tae— ¡Olvídalo! ¿Entendiste? ¡Cierra tu maldita boca!
Jennie— Todos están mal de la cabeza... ¡Deberían ir a un psicólogo!
Él reacciona furioso ante su comentario tomándola por sorpresa, coge entre sus manos su rostro, lastimándola y observándola de manera intensa. Ella siente el olor más fuerte a alcohol atraves de su aliento. Él está muy ebrio. Jennie logra ver esta vez claramente los ojos rojos e hinchados de Tae, se percata de que algo no está bien con él.
Tae— ¡¿Quieres saber la razón?! — Dice entre dientes — ¡Cometieron graves e imperdonables errores! ¡Ellas fueron tan estúpidas como tú y probablemente también acabes así! Y la última fue aun peor... Porque ella... ¡Ella se enamoró!— grita furioso al recordar la confesión de Jimin.
Jennie no logra entenderlo, pero sabe que está realmente furioso y logra ser intimidada. De pronto siente como Tae la toma del brazo y la tira hacia la cama de manera brusca, donde él inmediatamente y sin perder ni un segundo se posiciona sobre ella, sosteniendo ambas manos por encima de su cabeza. Jennie intenta soltarse, pero él no se lo permite. Aprovechando su fuerza arranca botón por botón de manera brusca, se libera de la camisa, y luego procede con el sostén dejándola completamente desnuda y a su merced. Ella lucha por librarse pero él tiene gran dominio.
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Maraton 1/4