Amor Adolescente.-Capítulo 20.
—¿Y bien, cuál es el plan? —preguntó Cloe, luego de que los tres salieran de la casa de la mamá de Evan y comenzaron a caminar sin un rumbo fijo.
—¿Plan? —respondió Alisson, intentando darse un poco de calor a sí misma, los días de invierno seguían congelandole la piel.
—¡¿Que a caso no tienes ningún plan?! —le gritó su amiga castaña en el oído y ella hizo una mueca por el sonido.
—No estaba en mis planes esto, de hecho ni siquiera estaba segura de perdonar a Evan así que no me presionen ¿de acuerdo?
—Pues tenemos que llegar lo mas pronto posible al aereopuerto, antes que Evan tome ese vuelo y se vaya para siempre de nuestras vidas —habló rápidamente mientras movía sus manos de la misma manera, lucía graciosa.
—Te escuchas demasiado dramática si lo dices de esa manera —comentó Eliotte, mirando hacia el cielo nublado.
—Creo que no están tomando esto con la seriedad que se merece —el tono molesto de la ojiazul, la trajo de vuelta a la realidad. Evan. Avión. Londres. Lejos. Adiós.
—Okay no debe porqué cundir el pánico, pensemos con la cabeza y veamos nuestras posibles opciones.
—No sé porqué se la complican tanto, regresemos a la casa de Cloe, robemos el auto de Ian y yo manejo hasta el aeropuerto —sugirió el rubio con una enorme sonrisa.
—¡¿Estás loco?! Ni siquiera tienes licencia para conducir.
—Pero sé manejar —respondió con orgullo.
—No confío en ti, desde la última vez que chocaste contra ese árbol y mataste a esa ardilla.
—No fue mi intención y además estaba ebrio, no fue mi culpa Cloe.—se defendió haciendo un puchero.
—¡Basta! Cloe...¿tienes una mejor idea para llegar a tiempo, que no sea comprar ponys voladores por Internet?
—Creo que no...—suspiró resignada, ambas sabían que no era buena idea poner a Eliotte tras el volante pero no tenían más opciones.
—Entonces tenemos que aceptar su idea.
—Já—se burló Eliotte sonriendo triunfante, él amaba los autos y la velocidad y aún, a pesar, de tener la edad para conducir, sus padres no le compraban uno porque conocían a la perfección sus para nada buenos movimientos de conducción.
—Cállate—respondieron ambas al mismo tiempo.
Los tres chicos corrieron lo más rápido que sus piernas les permitían, jadeando y sin aliento pero con el único fin de llegar a la casa de Cloe. Si bien, antes, ninguno de ellos tenía buena condición física, de lo mucho que estaban corriendo de un lugar a otro últimamente podría decirse que habían hecho el suficiente ejercicio por un año. Luego de un momento, sudorosos y con el helado viento golpeandoles el rostro se detuvieron frente a la casa de la castaña.
—De acuerdo, hagamos esto rápido y que Ian no se entere.—habló Alisson dirigiendose al porche.
—¿No sería mejor preguntarle a él si podría llevarnos?—´preguntó nerviosa Cloe, Ian se ponía muy delicado con su auto, si Eliotte le hacía un solo rasguño, sería ella quien pagaría las consecuencias.
—¡No hay tiempo! Vamos Eliotte, que tenemos muy buena suerte de que Ian guarde una llave de repuesto bajo su tapete.—apresuró la rubia jalando a sus amigos hacía el vehículo.
—Es bastante bonito, si me permiten decirlo. —comentó una vez que los tres estaban dentro del auto, él manejando en el asiento delantero y las dos chicas en los asientos de atrás.
—Deberás saber que mi hermano lo cuida con su vida y le llama bebé o nena a diario y que si le haces un solo rasguño probablemente te matará y luego me matará a mi.
—Esta bien, todo sea en nombre del amor.—respondió su amigo y Alisson le sonrió agradecida dandole un leve apretón de manos.
Una vez que Eliotte arrancó el vehículo, con su usual velocidad que te ponía los pelos de punta, Alisson no podía dejar de mover sus pies y revolver sus manos nerviosamente mirando hacia todos lados, llegó un momento en que Cloe, que se encontraba a su lado, le tomó las manos para que no siguiera moviendolas y le dio una mirada de reprimenda.
—¿¡Puedes parar de hacer eso? ¡Me pones nerviosa! — exclamó estresada.
—¡Yo estoy nerviosa! ¡¿Que tal si no llegamos a tiempo?! —respondió con honestidad mientras restregaba sus manos, la una con la otra de manera ansiosa.
—¡Oh por dios! ¿Esa es Kristell?—justo cuando la castaña estaba a punto de decir algo, la voz de Eliotte las interrumpió.
—Es verdad sí, si es —contestaron mientras veían a su amiga pelinegra corriendo con una ropa deportiva. Detuvieron el auto y ella se subió inmediatamente al reconocerlos, con una mirada confusa.
—Pero hace tanto que no te veíamos Kriss.
—Pues se han perdido de una parte muy interesante de mi vida, pero eso no importa ahorita...¿por qué lucen tan nerviosos? ¿robaron un banco o algo así? ¿por qué dejaron que Eliotte conduciera después de lo que le hizo a esa ardilla?
—¡No fue intencional! ¡Lo juro!—se defendió una vez más.
—¡Basta! Luego te explicamos, el punto es que estamos evitando que Evan se vaya para siempre de nuestras vidas.—resumió la ojiazul,.
—Me alegro, ya estaba cansada de esta situación, y también me alegra volver a verlos chicos, pensé que se habían olvidado de mi.
—No digas eso, solo que han pasado tantas cosas.
—Sí, ya me di cuenta...pero luego me contaran bien y espero todos los detalles esta vez Alisson.
—Lo sé, prometo no volver a guardar todo solo para mi, ustedes siempre serán lo que me mantienen de pie chicas, gracias por todo no las merezco —confesó con una mirada de agradecimiento.
—No seas tan cursi que esto ya parece una telenovela.
—Ni siquiera lo menciones, porque esa frase resuena en mi cabeza desde tiempos inmemorables —las tres rieron y se abrazaron inmediatamente, durando un cierto tiempo hasta que sintieron un fuerte chirrido de las llantas del automóvil sacandolas de su ensoñación.
—¿Qué mierda pasa Eliotte? —preguntó Kristell aterrada
—¿Y si te dijera que quise hacer algo genial que casualmente hizo que una de las llantas se ponchara?
—¡No me jodas por dios! ¿Es una maldita broma de la vida? —exclamó Allison preocupada.
—No creo que deberías usar la palabra dios y joder en una misma oración.
—Sí, es por eso que te va tan mal en la vida.—ella no pudo mas que suspirar frustrada ya que ninguno de sus amigos ayudaba mucho que digamos.
—¡No estoy para bromas! ¡El vuelo de Evan está a punto de salir y justamente se descompuso esto! Es simplemente estúpido.
—Dicen que las cosas más incoherentes y estúpidas pasan en los momentos más cruciales —Cloe asintió de acuerdo.
—Como cuándo una pareja en una telenovela están a punto de confesarse que se aman y luego llega la mala a decir que está embarazada por una noche de borrachera que el otro ni siquiera recuerda y de pronto todo se va al carajo —contó provocando una risa y asentimiento en Eliotte.
—O como cuándo estás a punto de declararte a tu mejor amiga, pero ella te dice un segundo antes, “eres el mejor amigo que jamás podría tener, seremos amigos por siempre y me gusta tu hermano.”
—Ustedes no son graciosos y tampoco ayudan en nada…¡¿Qué voy a hacer ahora?!
—Te recomendaría correr —habló por primera vez Kristell —. Si te apresuras podrás llegar en 20 minutos, 15 minutos antes de que el vuelo de Evan despegue según Internet.—dijo mostrando su teléfono celular.
—Te amo Kristell, tu si eres una buena amiga —le agradeció genuinamente y se apresuró a bajarse del auto para comenzar a correr.
—¡Hey! —protestaron ambos chicos, pero la rubia solo les sacó la lengua.
—Deséenme suerte,
—¡Espera! Iremos contigo.
—¡No! Tu corres super lento —contestó viendo a su amiga castaña—. Quédense aquí y traten de arreglar el auto para que vayan por mi y por Evan, no quiero regresar caminando con este frío y posible lluvia.
—¡De acuerdo! Ve por tu chico.
—Lo haré, son los mejores amigos de nunca.
—Sí, sí, déjate de ridiculeces y corre.—ella asintió y comenzó su recorrido.
Alisson apresuró el paso lo más que pudo, su corazón latía totalmente desenfrenado, quería correr más rápido; quería volar y alcanzarlo de alguna manera. Sentía que el aire se le iba, con cada paso le costaba dar otro, pero no quería dejarlo; no quería dejar ir a la única persona que de verdad valía la pena. No quería que ese amor, esos besos, esas caricias se le fueran de las manos y se le disolvieran.
Abrió las puertas de cristal del aeropuerto de un empujón, muchas personas la voltearon a ver pero a ella le importo verdaderamente poco. Mucho se había dejado llevar en el pasado por los comentarios de personas que no valían la pena. Personas que jamás debieron tomar en cuenta. Miró hacía todos los lados sintiéndose perdida, completamente perdida. Tenía miedo de que se hubiera ido, y la hubiera dejado.
El maldito aeropuerto era totalmente inmenso, y había millones de personas, bueno en realidad exageraba como acostumbraba hacer, pero de verdad no sabía para dónde ir, miró su reloj... faltaban no más de 15 o 10 minutos para que el vuelo saliera, según Kristell había checado en la pagina web del aeropuerto. Corrió, con la primera persona que vio en los despachos del aeropuerto, esas que te venden los boletos y te dicen la hora de salida de los vuelos.
—Disculpe, el vuelo a Londres ¿ya salió?—-preguntó Alisson con un nudo en la garganta.
—No, señorita el próximo vuelo a Londres sale en 15 minutos, los pasajeros están abordando, si usted viajará en ese vuelo es mejor que se dé prisa, es por esa puerta.-—contestó la joven señorita pelirroja señalando una puerta al final del pasillo.
Ella corrió como si su vida dependiera de ello, no supo cuánto tiempo había pasado después de todo, cada segundo pasaba en cámara lenta. Disminuyó su velocidad cuándo se fue acercando, y entonces sus lágrimas salieron disparadas al creer, que Evan ya se había ido.
Se había metido a ese avión y la había dejado abandonada. Se había marchado siendo completamente engañado, sin saber la verdad, sin saber que ellos no eran hermanos. Y aunque, quizá él podría enterarse luego, quizá podría mandarle un e-mail, un mensaje de texto o Eliotte podría hacerle una llamada y confesarle la verdad, simplemente no sería lo mismo. Porqué ambos habían pasado por tantas cosas, que ella no podía creer que el destino, karma o cualquier cosa, se comportara de esta manera con ellos. Dos simples chicos, enamorados y con muchas personas de mierda y circunstancias y decisiones estúpidas a su alrededor.
Parpadeó lentamente, mientras difusos recuerdos atacaban su mente, la vista se le nubló y estuvo a punto de tirarse en medio de rodillas a gritar lo desdichada que era, típico de las películas de Hollywood. Cuando una voz la hizo sostenerse con las pocas fuerzas que le quedaban.
-—¿Alisson? -—preguntó totalmente asombrado Evan, quien se encontraba detrás de ella. Este tenía una maleta marrón en la mano, y el boleto de avión en la otra. Estaba dispuesto a subirse a ese vuelo sin importar que su alma se destrozara, daría todo por el bien de Alisson, hasta que la vio y por más que quiso negar sus impulsos le fue imposible. Alisson era un maldito imán que lo atraía. Ejercía un poder increíble sobre él.
Alisson lo miró boquiabierta, y todas esas palabras que deseaba gritar se quedaron atoradas en su garganta. Dicen que en los momentos en que debes gritar la verdad, son los momentos que justamente callas. Ya le había pasado una vez, cuando calló que estaba embarazada de Evan, porque si ella esa vez no hubiera callado y le hubiera dicho a Evan que estaba embarazada, estaba 100% segura de que su bebe aún estaría en su vientre.
—Evan no te vayas...-—solo pudo susurrar conteniendo las lágrimas, no hallaba palabras, verlo le causaba sufrimiento solo quería mandar todo al diablo y correr a abrazarlo. Pero nada le respondía.
—Alisson que yo me vaya es lo mejor, es lo mejor para ti, créeme todo lo que hago es por ti, lo siento...si no me voy perderé mi vuelo —-habló tragándose ese nudo totalmente doloroso que comenzaba a formarse en la boca de su estómago .
—¡No! -—gritó ella agarrándole del brazo, y aferrándose a él, Evan la vio con sufrimiento e intentó zafarse—. No Evan, no somos hermanos, no lo somos, me lo acaba de decir Evan, mi propia madre me confesó que tu y yo no somos hermanos, por favor no te vayas.-—pudo ella apenas explicar y Evan la observó entre incrédulo, sorprendido y confundido. No encontraba las palabras adecuadas para describirlo.
—¿Pero... estas segura?-—inquirió él sorprendido.
—Sí, estoy segura, mi padre es mi verdadero padre y no tu padre, el no es mi padre.-—dijo ella y ambos rieron totalmente nerviosos por la incoherencia de la frase.
—Yo no puedo creerlo, entonces por qué...
—-Por cobardes, por mentirosos, nuestros papás son unos imbéciles que nos engañaron toda nuestra vida, y ¿sabes? ya no me importa, ya no me importa que mi padre haya sido un cobarde que nunca quico hacerse la prueba de ADN, ni que mi mamá me haya abandonado, ni que la tuya nos haya mentido de esta manera, ni nadie...ya no me importa nada, lo único que importa es que tú y yo no somos nada.-—dijo ella tomando el rostro de Evan entres sus manos y acariciando sus mejillas.
-—Te equivocas Alisson, somos todo. Te amo y eres lo más importante para mi, nunca, nunca volveré a dudar respecto a nuestro amor. Porque te adoro, te adoro con mi alma.
—Y yo adoro que me des los buenos días con un beso en los labios, que me mires fijamente y que me digas lo linda que me he despertado, adoro sentir el latido de tu corazón y tu lenta respiración y olvidarme que en el mundo exterior el tiempo sigue pasando, Evan no te vayas nunca de mi lado -—pidió ella en un susurro con lágrimas en los ojos y Evan le sonrió con ansiedad contenida.
Entonces la besó.