Dejo el papelito sobre el mueble y me siento sobre la orilla de la cama. Jake se acerca a mi y pone su mano sobre mi espalda.
-Sam... ¿es eso lo que ocultan Zac y tú?- lo miro con gesto de dolor.
-Si, asi es...- aleja su mano, lentamente y la pone encima de mi mano, que está recargada sobre mi pierna.
-Sé que lo amas, Sam... pero al parecer él no quiere ser encontrado. Creo que sera mejor para todos que lo olvides. Mira, me tienes a mi.- lo siento apretar mi mano con la suya.- y yo jamás me alejaria de ti.
-Lo hizo para mantenerme a salvo...- digo en un susurro, y alejo mi mano de la suya.
-Si fuera esa la razón, al menos yo, me quedaria para protegerte, no me alejaria... arriesgandote más.
-Él sabe lo que hace, no debemos subestimarlo
-Sam... es solo un muchacho, igual que tú, igual que yo. No sabe lo que hace, no tiene la edad suficiente para tomar una decisión.
-No lo conoces...
-Ah, ¿y tú si?
Me levanto de la cama de un salto y me alejo lo más posible de él. No puedo pensar que debo hacer si está detrás de mi queriendo hacerse el sabio. Tiene razón, dice una voz en mi cabeza.
-Bien.- escucho a Jake y el crugir de la cama cuando se pone de pie, a mis espaldas.- veo que no sabes valorar lo que tienes, asi que, cuando tomes una decision, llamame.
Me giro para mirarlo.
-¿De qué estás hablando ahora?
-Veo que no estás satisfecha conmigo, asi que sera mejor que terminemos con esto. ¿Qué seré yo cuando lo encuentres? Si es que eso llega a pasar, claro.
Cretino, pienso.
-El mismo cretino de siempre.- digo con odio, lo veo sonreir.
-Si.- sonrie con ironía.- el cretino que tiene razón, el cretino que no te ha dejado en ningun momento, el cretino que te hizo feliz, que complació tus caprichos y sobre todo, el que soporto esas pesadillas y lloriqueos de noche, sólo porque ese idiota no está aqui para protegerte. Sabes, de alguna forma, ambos se merecen, porque él nunca aparecerá y tú nunca lo encontraras. Que vivan felices por siempre, les deseo lo mejor.
Se gira sobre sus talones, y sale de mi habitación.
Me quedo pasmada, mirandolo alejarse. Mantengo la boca abierta, al igual que los ojos. No puedo creer lo que acaba de pasar... aunque en parte tiene razón. Empiezo a creer que estoy perdiendo mi tiempo al intentar encontrar a una persona que no quiere ser encontrada. Estoy apunto de ir tras él, pero creo que mi orgullo es más grande que mi amor por Liam, asi que decido quedarme aqui, mirando hacia la nada, pensando en infinitas posiblidades y opciones.
Me dejo caer sobre el suelo y me sostengo la cabeza con ambas manos, mientras las lágrimas comienzan a correr por mis mejillas.
Escucho la puerta principal cerrarse de golpe y comienzo a sollozar, meciendome con la cara hundida en mis rodillas.
-¿Jake?¿Jake qué ocurre?.- escucho la voz de mi madre por la ventana.
-No es nada, señora Mippe... con permiso.- le contesta Jake.
Se escucha la puerta cerrarse, seguido por murmullos. No le toma tiempo a mi padre llegar hasta a mi habitación, con mi madre detras de él. Cuando ambos se asoman, me miran con lágrimas en los ojos y sobre el suelo.
-Sam ¿qué ocurrió? Jake lucia bastante molesto cuando salió de la casa.- habla mi madre.
Mi padre me mira atento, sin decir nada, por su mirada, parece no agradarle la idea de que un chico haya dejado a su hija mayor llorando sobre el suelo.
-¿Qué hizo ese cabrón?- pregunta mi padre con rencor en su hablar
-Nada... sólo, discutimos por una real tonteria...- respondo secandome las lágrimas con la manga de mi sudadera.
***
En la cena, mantengo todo el tiempo la boca cerrada, me concentro en mantener comida en mi boca para que nadie me pregunte sobre nada.
Mi relación con Melissa es más distante desde que la cambiaron de escuela y pasaba la mayor parte del tiempo en ella.
Al terminar, me levanto de la mesa, con los ojos de todos sobre mi, pero hago caso omiso. Me excuso y subo a mi habitación.
Cierro la puerta, y me deslizo lentamente boca bajo sobre la cama. No quiero ver a nadie, y tampoco escuchar a nadie. La unica persona que me apoyo durante mis dias difíciles me ha dejado. Él me hacia sentir bien, era como mi antidepresivo personal.
Esa noche, las pesadillas volvieron.
Cancelé la visita de Zac al dia siguiente, no me sentia con ganas de ver a nadie. No dormia, por lo tanto no me sentia bien. Cada vez que cerraba mis ojos, imagenes de Daniel y de Sebastián tratando de abusar de mi, aparecian, lo cual me hacia estremecerme.
Pasó una semana y mis padres no sabian que hacer conmigo. Mi madre estaba tan preocupada que comenzó con su histeria.
Un día, en el que no quise levantarme de la cama en toda la mañana, mas que para ir al baño, escucho a mis padres charlando desde la parte de abajo con alguien. Despues escuche varios pasos subiendo las escaleras, mi puerta se abre lentamente y mis padres junto a Jake, aparecen en la habitación.
Jake me mira atentamente, al igual que yo lo miro con suspicacia, a través de mis ojos hinchados. Me siento sobre mi cama y estiro las piernas, con las cobijas encima de estas.
-¿Qué haces aqui?- digo con mi voz ronca y la nariz tapada.
Él mira a mis padres, me mira de nuevo y se acerca a mi. Se inca al lado de mi cama.
-Te ves horrible.- susurra y toma mi mano, yo la quito de inmediato.
Ninguno de los dos nos percatamos cuando mis padres salen, hasta que se escucha la puerta al cerrarse.
Lo miro de reojo, y con los ojos entrecerrados.
-¿Y qué, ahora te importa?
-Fui un idiota, lo se.- Toma mi mano entre las suyas y comienza a jugar con mis dedos.- pero, ¿cómo quieres que actúe cuando la chica que quiero está buscando a otro? Tal vez no debi irme, y lo siento tanto.- se disculpa, pidiendo con su mirada compasión.
Lo miro atentamente, y el sigue cabizbajo, evitando mi mirada. Quito mi mano de sus agarres y es cuando él me mira.
-Sam... porfavor.- ahora soy yo quien evita su mirada.
-No he dormido toda esta semana, las pesadillas volvieron desde que te fuiste, no tengo apetito, te necesitaba tanto Jake, y te fuiste...
-Supongo que no me perdonarás...- susurra
-Tengo mucho sueño, Jake... me siento mal...- le suplico con mi mirada, esperando que el comprenda que aún lo necesito.
Lo veo asentir y se levanta. Camina hacia la puerta, y siento la decepción correr por mis venas. Pero cuando estoy apunto de quitarle mi mirada, escucho la puerta cerrarse, con él aun dentro de la habitación. Observo atenta cada uno de sus movimientos, y cuando su mirada se encuentra con la mia, y se ve confundido.
-¿Qué?
-Crei que te irias...
-¿Y dejarte sola de nuevo? Ni aunque me lo pidieras.
Se sienta a mi costado izquierdo y me atrae hacia él. Recargo mi cabeza en su pecho -aun sentados ambos- y cierro los ojos. Mis fosas nasales se impregnan de su varonil loción y eso logra tranquilizarme.
Lo siento acariciarme la frente con sus largos y delgados dedos. Mientras con sus labios besa mi nuca, él sabe que lo que hace es lo único que logra tranquilizarme y mantenerme en paz cuando duermo.
Por eso siempre está conmigo, por eso nunca me habia dejado sola, por eso no puedo alejarme de él.
***
Escucho el crugir de la puerta al abrirse, y abro los ojos de golpe. Busco a Jake, pero ya no está a mi lado, miro a quien acaba de entrar a mi habitación, y me tranquilizo.
-Hola, preciosa. Veo que ya has dormido mejor y por más tiempo. Te traje de comer.- dice con una sonrisa, sosteniendo una tabla con un plato de guisado y un vaso con agua de sabor.
Se pone a mi lado, y yo me siento sobre la cama, mirandolo con ternura.
-Mejoraré para que logres perdonarme por abandonarte.- dice sin aun mirarme, mientras acomoda la mesilla de madera sobre mis piernas.
Sonrío.
-Gracias, Jake.- lo miro y el me sonrie
Antes de alejarse, toma mi barbilla y deja un suave beso sobre mis labios.
-Te he extrañado tanto, enserio que no me lo perdonaré.- dice cuando se aleja.
-Basta con eso, estás poniendome de mal humor.- me quejo
-Losiento.- dice con una sonrisa.
Comienzo a comer cuando ni apetito vuelve al ver el bistek y mi estomago comienza gruñir. Jake me mira complacido.
-Ya estás agarrando color, estabas muy pálida.
-Es el poder White.- digo jugando y con la boca llena. Lo escucho soltar una risita.
-Sam... debemos hablar de lo que pasará.- lo miro de reojo.- me refiero a... no quiero compartirte con nadie, pero si tu decisión es dejarme para irte con él, la respetaré.
Trago con dificultad y tomo un un poco agua.
-Hm... no quiero hablar de eso ahora
-¿Y cuando será el momento adecuado?
-Jake, tú eres el unico chico que ha logrado tranquilizarme, sabes mi pasado, y aun sigues aqui. Y aprecio demasiado eso, te adoro por lo que haces, pero si llegara a tomar una decisión, sé que no te agradaría escucharla, porque seria él a quien elegiría. Y si, lo se ¿cómo es que después de haberme abandonado, sigo detrás de él? Creeme que ni yo lo sé.
Alejo la mesita de madera, lo miro, y él asiente mirando hacia el suelo.
-Entonces, quiero aprovecharte al máximo antes de que me dejes.
- no respondo nada, porque enrealidad no se que decir.
-Sabes, soy un idiota... deberia salir por esa puerta.- señala la puerta de mi habitación.- y largarme de aqui, pero no puedo dejarte, ya que tú eres lo único que necesito.- le sonrio con ternura y lo jalo para acercarlo a mi.
-Sam, te amo.- dice sobre mi oido, y yo cierro los ojos esperando no haber escuchado eso.
Al día siguiente, le mando un mensaje a Zac, invitándolo a mi casa por la tarde. Me responde de inmediato con aceptación y Jake, despues del desayuno, regresa a casa para descansar mejor.
Cuando suena el timbre, me levanto de un brinco del sofá y abro la puerta. Zac llega con un ramo de flores y una sonrisa en sus labios. Titubeo un poco cuando lo dejo pasar.
-No malinterpretes lo del ramo.- me lo extiende.- me han enseñado que al llegar a una casa ajena tienes que llevar algo.
Rio.
-Gracias, Zac... las pondré en la cocina.
-Vale, me iré a sentar en la sala
Pongo el ramo sobre un jarrón con agua y regresó con él.
-Me diras que fue lo que pasó contigo la semana pasada.- gruño
-Larga historia...- digo seria y lo miro.- entonces, ¿qué tienes para mi?
Asiente y recuerda que necesita sacar algo de su mochila, que no habia visto hasta entonces.
-Enrealidad, no es algo emocionante, pero ahora se que mis conclusiones eran reales.- dice con una sonrisa triunfal
-¿De qué hablas?- pregunto aun sin entender
-Sam, ¿no lo ves? Tú chico no ha ido a ninguna parte él...
-Haber, deja de decir "tu chico" ¿tanto te cuesta decir Liam?
Pone los ojos en blanco.
-Bueno, Liam...- resalta la palabra, demasiado para mi gusto.- no se fue jamás
-Osea ¿cómo? ¿sigue aqui?
-Si, siempre está pendiente de ti. No te ha dejado jamás, siempre está cerca de ti.
Me entrega un folder parecido al que me mostró en la cafeteria, y al abrirlo aparecen varias imagenes. Miro a Zac, sorprendida.
-¿De dónde has sacado esto?- susurro.
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Hola, guapas :D aqui un nuevo capitulo. Espero y les guste, estaba demasiado inspirada y quise subirlo de inmediato. Estoy empezando examenes, asi que tardaré un poco en subir el siguiente. Saludos y muchos besitos :***