Narra Lauren
Camila cogió mi mano y me llevo al jardín, estaba precioso iluminado con todas las flores y las velas que habíamos colocado previamente Normani y yo. Nos sentamos en un banco que había en uno de los laterales.
- Muchas gracias, Lauren – me dijo Camila, con una cara tan tierna que me estaba derritiendo.
- No ha sido nada – le contesté de manera sincera.
- Así que has vuelto lesbianas a todas las chicas de tu clase y casi a cada chica que se cruza contigo, ¿no? – me pregunto bromeando
- Qué más quisiera – le respondí burlona, sacando la lengua – además creo que contigo no ha funcionado.
- Eso no lo tendría tan claro – me dijo mirándome a los ojos, algo que me hizo estremecer por dentro.
- Yo creo que el otro día en el club me lo dejaste bastante claro cuando te vi con tu novio – le dije con un poco de rencor, no lo podía evitar me dolió demasiado.
- ¿Quién? ¿Austin? Él no es mi novio, Lauren – me aclaró convencida.
- Pues el otro día no parecía eso cuando tenía su lengua en tu garganta.
- No te voy a negar que he tenido algo con él Lauren, pero nunca ha sido nada serio y a mí él no me interesa como pareja.
- Camila yo ya he vivido esto con otras chicas y no quiero ser un experimento para nadie porque luego siempre salgo jodida yo – le dije con cierto miedo.
- Lauren, es verdad que yo tengo dudas, que nunca he estado con una chica antes pero para mí esto no es un experimento. Desde ese primer día que chocamos en la estación de tren, yo sentí algo nuevo, algo que nunca había sentido – me sorprendió con esa afirmación y de repente me acordé de ese momento en que chocamos y porqué me sonaba cuando la vi después en el tren, no era la primera vez que la veía. Ella estaba nerviosa por su confesión, lo podía notar.
- Eyyy, no pasa nada. Yo acabo de salir de una relación un poco tormentosa y no estoy en mi mejor momento, pero para lo que necesites estoy aquí, sé lo que es tener dudas y no estar segura de nada. Pero todo pasará, solo tienes que escuchar a tu corazón.
- Muchas gracias Lauren. – me abrazó y sentí como mi cuerpo reaccionaba en el acto.
- Ven vamos a por una copa – le propuse, antes de que la cosa se pusiera peor.
Volvimos dentro de la fiesta y nos dirigimos a la cocina. La gente estaba bailando como loca y los efectos del alcohol cada vez eran más notorios entre la mayoría. Yo no era una excepción y estaba notando cada vez más la desinhibición en mi cuerpo y eso es peligroso. Estaba hablando con Camila y no podía quitar mis ojos de su cuerpo, era increíblemente sexy. Creo que ella se dio cuenta.
- ¿Qué pasa Lauren? ¿Te gusta lo que ves? – me dijo riendo.
- Me encanta Camila, no sabes las cosas que están pasando por mi cabeza ahora mismo... – dijo mi boca tomando el control sobre mí.
- ¿Ah sí? ¿Podrías contármelas? – me contestó de forma pícara.
- Me gustaría más enseñártelas directamente – esto se estaba yendo de control ya.
- Si son las mismas cosas que no salen de mi cabeza desde que el otro día sentí tus manos en mi cuerpo, estaría encantada de que me las enseñaras. – me dijo de manera atrevida y me estaba matando.
Iba a contestarle cuando sentí que me tocaban en el hombro.
- Chicas, ¿Qué habéis estado haciendo? – nos preguntó Normani que venía junto con Dinah.
- Nada, Lauren me ha salvado de un borracho pesado y hemos estado un rato en el jardín – respondió Camila.
- Michael, ya sabes... - le dije a Normani.
- Ese chico no se cansa nunca – dijo Normani riendo.
- Venga vamos dentro, que vamos a jugar un rato – nos pidió Dinah.
- ¿Jugar a qué? – preguntamos Camila y yo.
- A verdad o atrevimiento, vamos que ya están todos esperándonos – apuntilló Normani.
Siempre acabábamos jugando a juegos así y acababan pasando cosas muy raras. Pero no nos negamos, ya con los efectos del alcohol solo quería pasarlo bien y necesitaba sacarme de la cabeza, ese momento que acababa de vivir con Camila y los pensamientos nada puros que estaba teniendo.
Llegamos y ya estaban todos sentados en un círculo preparados para jugar. Nos unimos rápidamente y cogimos nuestros vasos.
- Normani, empiezas tú por ser la anfitriona. ¿Qué eliges verdad o atrevimiento? – dijo Ally, que era otra de las amigas de baile de Normani.
- Verdad – dijo Normani convencida.
- ¿Alguna vez has tenido sexo en público? – pregunto Dinah.
- Sí – respondió Normani rápidamente, todos nos reímos.
- Cuéntanos dónde – empezamos todos a preguntar.
- Eso no era parte de la pregunta así que no lo pienso contestar, os quedáis con la duda. Venga Camila te toca – contestó Normani.
- Vale, elijo verdad también – respondió Camila rápidamente.
- Yo la hago – dijo Normani rápidamente con cara pervertida - ¿Has fantaseado sexualmente con alguien de este círculo?
Camila se puso roja como un tomate. En el círculo estábamos como diez personas, tanto chicos como chicas.
- Sí – dijo Camila posando sus ojos en mí un segundo.
Todos empezaron a gritar y a pedirle que dijera quién era. En la cara de los chicos se podía ver la esperanza y como la miraban con deseo. Ella solo sonreía y me miraba de vez en cuando.
- No pienso decir quién es, pero la persona que es, lo sabe – dijo ella.
Yo me estaba muriendo por dentro cada vez que me miraba, en mi mente solo me imaginaba cómo sería besar a Camila, sentir a Camila, tocar a Camila, y encima saber que ella también había fantaseado conmigo, me estaba volviendo loca.
- Lauren, tu turno – dijo Normani sacándome de mi ensimismamiento.
- Atrevimiento, que ya os estáis poniendo aburridos con las verdades – dije yo decidida.
- Te reto a que te bebas un chupito de tequila con la persona de tu izquierda y otro con el de la derecha, lamiendo la sal de su cuello y cogiendo la lima de su boca – me indicó Normani.
Yo nunca había tenido problema con este tipo de cosas, era algo que hacíamos a menudo en las fiestas. A mi derecha estaba Paul, un chico gay de clase, así que me daba igual. Pero a mi izquierda estaba Camila y ya estaba empezando a hiperventilar solo de pensarlo. Primero lo hice con Paul, lamí la sal de su cuello, me tomé todo el chupito de golpe y cogí la lima de su boca. Dos chupitos ahora no iban a ayudar a que mi estado mejorará, todo lo contrario, pero un reto es un reto. Ahora venía Camila y me estaba poniendo nerviosa solo de pensar que mi lengua y mis labios iban a tener contacto con su cuerpo. Camila despejó la melena de su cuello, dejándome libre acceso y puso la sal ahí. Se colocó la lima en la boca y no dejaba de mirarme a los ojos mientras yo llenaba el pequeño vasito con el líquido trasparente. No lo pensé más y me acerqué lentamente a su cuello. Pase mi lengua despacio por todo el espacio, recogiendo hasta la última pizca de sal que había ahí. Noté como la piel de Camila se erizaba. Rápidamente, me tomé todo el chupito de golpe. Y sin dejar de mirarla a los ojos, me fui acercando a su boca para coger la lima, lo hice despacio, dejando que mis labios rozaran suavemente los suyos. Cuando nos separamos, vi que los ojos de Camila estaban mucho más oscuros de lo normal.
- Eso ha sido muy caliente – dijo Dinah de repente y me di cuenta de que todos nos estaban mirando.
- Venga siguiente – dije yo intentando desviar la atención de nosotras.
Aunque mi atención estaba completamente en Camila y no podía sacarla de mi mente. Seguimos jugando varias rondas más hasta que empecé a sentir que no me encontraba muy bien. Mi cabeza no paraba de dar vueltas, supongo que el alcohol estaba haciendo de las suyas.
- ¡Chicos! Yo voy al baño un momento que no me encuentro del todo bien – dije mientras me ponía en pie.
Me dirigí hacia el baño que estaba en la planta superior, subí las escaleras cómo pude y abrí la puerta, por suerte no había nadie. Me estaba echando un poco de agua en la cara y en la nuca, cuando de repente, alguien entró conmigo y cerró la puerta tras de sí con pestillo.