Los ojos de Fred se cristalizan, pero él no permite que las lágrimas salgan; se dirige hacia la cocina sin hablarme, dejándose caer al lado de Remus. Suspiro, me dirijo a un lado de Harry y me siento con las manos sobre mi regazo.
Remus saca algunas cervezas de mantequilla de entre su capa de viaje, me niego a tomar una pues no creo que el sabor dulzón de la bebida me ayude de mucho ahora.
—Hemos estado por estos rumbos desde hace tres días—acepta—Pero no pudimos acercarnos hasta estar seguros de que ningún mortífago nos detectaran. Aun así, necesito saber que pasó luego de que escaparan de la boda. Supongo que han llegado aquí justamente después de eso, ¿No?
—No—dice Harry—Llegamos después de toparnos con algunos mortífagos en Tottenham Court Road
Remus escupe la bebida, salpicándonos un poco en el acto.
— ¿Qué?
—Como lo oyes
—Pero, ¿Cómo pudieron encontrarlos tan rápido? No es tan sencillo detectar a una persona cuando ésta desaparece
—O quizá aún teníamos el rastro cuando salimos de la madriguera
—Eso es imposible—dice Remus, casi riendo—Quizá ahora estén patrullando por todo Tottenham Court Road, y eso me preocupa
—En todo caso—intervengo, ganándome una mirada de Fred, del que no se ha dignado a hablar en lo que va de la conversación—Cuéntanos que pasó con ustedes cuando nos fuimos. No hemos tenido noticias desde el patronus del Señor Weasley
—Bueno, Kingsley nos salvó. Gracias a su advertencia la mayoría de los invitados pudo huir antes de que los mortífagos aparecieran
»Había más de una docena. Todos creían que aun estaban ahí, chicos. Arthur oyó el rumor de que habían intentado sacarle su paradero a Scrimgeour mediante la tortura antes de matarle; si es cierto, no cedió.
La mano de Harry aprieta la mía por debajo de la mesa. Después de todo Scrimgeour ha intentado salvarnos, de alguna manera muy peculiar.
—Registraron la Madriguera de cabo a rabo pero como es obvio, no encontraron nada—dice Fred ceñudo. Paso saliva sin atreverme a mirarle—Buscaron también en todas las casas de los miembros de la Orden, pero tampoco encontraron nada; fueron duros y quemaron la casa de Dedalus Diggle y utilizaron la maldición cruciatus contra la familia de Tonks. Todos están bien, un poco ariscos, pero bien a fin de cuentas
—Los mortífagos se han apoderado del ministerio—acota Remus—Ahora poseen mas fuerza de la que ya tenían. Es por eso que lograron entrar a las casas de la Orden aun teniendo los encantamientos protectores
—Y no solo eso—Fred saca de entre su ropa una hoja de periódico para lanzárnosla a Harry y a mi—Ya tienen en sus manos a toda la edición de El Profeta
Tomo la hoja y la leo, el estómago se me revuelve al ver la fotografía en el centro, que ocupa casi toda la hoja.
BUSCADOS PARA SER INTERROGADOS SOBRE
LA MUERTE DE ALBUS DUMBLEDORE
Le paso el ejemplar a Harry antes de llevarme ambas manos a la frente. Ron y Hermione rugen indignados, pero Harry y yo no decimos nada. Si bien se nos ha culpado un tiempo por lo sucedido con Dumbledore, esto está más allá de lo que de verdad pasó; aunque no me extraña, si los mortífagos tomaron El Profeta, el poner un letrero con mi nombre y el de mi hermano no es lo peor que pueden hacer.
—De verdad que lo sentimos, chicos—dice Remus—Además, ahora con la muerte de Rufus, Pius Thicknesse se ha convertido en el nuevo ministro de magia, aunque se dice que está bajo la maldición Imperius
— ¿Por qué Voldemort no se declara a si mismo Ministro?
—Porque no lo necesita, Ronald—responde Fred—Thicknesse es solo su marioneta, así él puede extender su poder más allá del ministerio
Me sorprendo por sus palabras porque, ¿Desde cuándo Fred es el tipo de chico que se toma este tipo de cosas con seriedad?
—Y bueno—Continua Remus—Está claro que ahora que Voldemort está detrás del ministerio, una de las reglas más duras es la prohibición a toda relación con los niños que vivieron. Mientras tanto, y sin poder hacer nada sobre su paradero, han empezado a tomar medidas en contra de los nacidos muggles. Miren el final de la hoja.
Registro de nacidos muggles,—lee en voz alta Hermione—El Ministerio de Magia emprende una investigación sobre los así llamados "nacidos muggles" para comprender mejor como llegan a poseer secretos mágicos.
Investigaciones recientes llevadas a cabo por el Departamento de Misterios revelan que la magia solo puede pasar de una persona a otra cuando tienen hijos. Cuando no hay ninguna prueba de que existan antepasados magos, por consiguiente, los así llamados nacidos muggles probablemente hayan obtenido poder mágico robándolo o arrebatándolo a la fuerza.
El Ministerio está decidido a castigar a tales usurpadores de poder mágico, y es con este fin que invita a los así llamados nacidos muggles a presentarse para una entrevista con la recientemente creada Comisión de Registro de los Nacidos Muggles.
—Esto es una tontería—digo—La gente no permitirá eso
—Ya está pasando, Skyler. Los muggles están siendo rodeados mientras estamos aquí
—Solo son una sarta de mentiras, ¿Cómo se podrían haber robado la magia? Si esa fuera la cuestión, no habría Squibs—Puntualiza Ron, enojado
—Lo sé—Remus eleva una ceja—Pero debes probar ante ellos que tienes al menos un miembro mágico en tu familia
Ron mira a Hermione preocupado pues ella es justamente lo que buscan. Ella parece entender la preocupación del pelirrojo, ya que le sonríe a medias.
—No te preocupes por mí, Ron. Estamos de fuga con los hermanos Potter, el que sea hija de padres muggles no importa demasiado
—Quizá para ti no—Fred la mira dubitativo—Pero para los otros chicos iguales a ti que asisten a Hogwarts lo es
— ¿De qué hablas?
—Ahora la asistencia al colegio es obligatoria. De esta forma, Voldemort tendrá a toda la población mágica vigilada desde corta edad. Y también es otra forma de limpiar la maleza de los nacidos muggles porque los estudiantes deben tener status de Sangre y toda esa basura... significa que han probado ante el Ministerio que son descendientes de magos... antes de que se les permita asistir. Prácticamente les están negando la educación mágica a los nacidos muggles
—Eso es... es...—mi voz se corta, pensando en todos esos chicos emocionados por asistir a un lugar que en realidad nunca verán
—Lo sabemos—habla Fred pero sin mirarme. Harry me aprieta mas la mano para evitar otro de esos colapsos nerviosos
—Todos los miembros de la Orden sabemos que Dumbledore les ha encomendado una misión
—Así es
— ¿Pueden decirnos de que trata?—pregunta. No sé como es que no he anticipado antes lo que tratan de hacer. Los cuatro negamos al mismo tiempo
—Lo sentimos, pero no podemos hacer eso. Además, si Dumbledore no se lo contó a la Orden, debe ser por algo—Remus y Fred arrugan la nariz por la respuesta de Harry, parecen insatisfechos y algo contrariados
—Piénsenlo, podríamos serles de mucha utilidad. Fred y yo podríamos ir con ustedes y brindarles protección
La propuesta es tentadora, pero sé que no podemos aceptarlo. No quiero que ninguno de ellos corra algún peligro como lo han hecho antes justo por nuestra culpa.
— ¿Qué hay de Tonks?—pregunto
—Tonks estará bien. Se quedará con sus padres
— ¡Estás casado con ella! ¿Cómo piensas siquiera en abandonarla?
—Sólo será un tiempo
El tono de voz de Remus no me gusta para nada; es frío y distante al hablar de la que ahora es su esposa. Me recargo en la mesa y cojo sus manos por encima de esta.
—Remus, ¿Está todo bien con Tonks? ¿Te has peleado con ella?
—No—Y entonces hace una mueca, como si le desagradara seguir hablando del asunto.—Tonks está embarazada
Mi corazón salta de gozo, me levanto del asiento para rodear la mesa y darle un gran abrazo que él no corresponde. Todos se ponen de pie sin saber porque.
—Eso es maravilloso, Remus
—Si, bueno, como sea. Entonces, ¿Aceptan nuestra oferta? ¿Ahora seremos seis en el equipo? No fui su profesor de Defensa contra las artes oscuras para nada
—A ver, a ver—digo—déjame ver si entendí—¿Estás dispuesto a dejar a Tonks? ¿Aun sabiendo que está esperando un hijo tuyo?
—Sus padres la cuidarán. Además, tu me necesitas—dice acariciando mi mejilla—Estoy seguro de que James querría eso
—Pues yo no—quito su mano de mi mejilla—De hecho, creo que a papá le gustaría saber por qué deseas alejarte de tu hijo
La cara de mi padrino se contrae, Fred carraspea por el momento incómodo mientras que los demás están atentos a lo que se dice.
—No lo entiendes. Yo... cometí un grave error al casarme con ella
—Y lo único que se te ocurre es botarla después de haberla embarazado—afirmo, ceñuda. Remus aprieta las manos
—No me hables en ese tono, señorita
— ¡Pues entonces regresa con Tonks y hazte cargo de ese bebé!
Remus patea una silla, bufando.
— ¡No sabes cómo se les ve a los de mi especie! Nos desprecian por lo que somos, nadie quiere algún tipo de trato con los que son como yo ¡Y ahora les he pasado este estilo de vida a mi mujer y a mi hijo nonato! ¿cómo puedo perdonarme a mí mismo, cuando sabía que me arriesgaba a pasar mi propia condición a un niño inocente? ¡Y si, por algún milagro no es como yo, será mejor, un millón de veces mejor, no tener un padre del que siempre tuviera que sentirse avergonzado!
—Remus, no digas eso—dice Hermione
—Déjalo—la detengo—De hecho, yo estoy bastante avergonzada de él. Si el nuevo régimen desprecia a los hijos de muggles, ¿Qué no harán con un mitad lobo? Mi padre murió para salvar a mi madre, a mi hermano y a mí, ¿Cómo crees que se sentiría ahora teniendo a un amigo cobarde?
La cara de Remus enrojece. No sé de donde sale tanta rabia, pero ya no puedo contenerme, no mas.
— ¿Cómo... como te atreves?
—Esto ni siquiera es digno de Sirius. Y mira que él ha hecho cosas atrevidas en su tiempo, pero, ¿tu? El hombre que nos enseñó a pelear contra dementores y que me enseñó a ser siempre valiente... no es más que un cobarde
Cuando me doy cuenta mi espalda ya está contra la pared y la varita de Remus contra mi cara. Está rabiando por mis palabras.
— ¿No es lo mismo que estás haciendo tú, Lilian? ¿Dejando al hombre que te ama a pesar de que te ha suplicado para que te quedes? ¡No puedes hablarme de cobardía cuando estás haciendo justamente lo mismo! ¡Ya veremos quien siente más vergüenza de quien!
La cocina queda en un total silencio. Hermione solloza muy bajo mientras que Ron y Harry se quedan estupefactos. Remus me suelta y se peina un mechón de cabello que le cae por la cara. Me mira arrepentido en lo que respira rápidamente.
—Sé que esta no es la mejor forma de afrontar las cosas—admite—Pero la noticia me ha tomado por sorpresa; contigo y Nymphadora ya son dos mujeres embarazadas en tiempos difíciles. Y tu... tu eres quien más me necesita ahora, eres la persona que mas me debe importar. Soy tu padrino, debo protegerte
»Y pensé, ambos pensamos—dice refiriéndose a Fred—que si no tenías intenciones de volver, al menos intentaríamos sumarnos a su causa, pero veo que no ha sido ninguna de las dos. Solo queremos protegerlos, perdón por eso
Él se aleja pero lo detengo antes de que deje la sala, lo tomo por el rostro húmedo de lágrimas.
—Te agradezco que te preocupes por mi—le digo—Pero ahora deberías ocuparte mas por Tonks, ella es tu esposa, es quien mas te necesita. Yo estaré bien
Lupin asiente y le doy un abrazo, queriendo que la tensión del momento anterior desaparezca. Él me corresponde y después de un par de minutos se aleja.
—Vamos Fred. Es tiempo de irnos
Ambos caminan hacia el umbral de la cocina pero Fred se detiene. Mira hacia atrás y antes de que Remus lo reprenda corre hasta mí, me toma por las caderas y me besa. Sus labios antes tibios ahora se encuentran fríos, tiritan ante el roce de los míos. Él jadea cuando me levanta y me aprisiona contra la mesa. Se separa, jadeante.
—Por favor, regresa con nosotros
—No puedo, Fred
—Te lo suplico. Dejaré de ser infantil, maduraré si con eso te sientes mas segura, pero por favor, vuelve
—No quiero que madures, no quiero que dejes de ser como eres, pero no puedo, en verdad
—Estarás segura en casa, nada pasará, Sky.
— ¿Qué pasará con Harry? No puedo dejarlo solo
—Él puede hacerlo—dice como si mi hermano no estuviera presente—Y sé que estará más tranquilo si te quedaras fuera de esto, Skyler
Veo a los demás; Remus sigue en la entrada, esperando una respuesta. Ron y Hermione hacen una mueca sin saber que decir, y Harry... Harry no me mira, y sé que lo que sea que decida él estará bien con eso; porque ha prometido que me cuidaría en este viaje, que nada saldría mal. Aunque me siento terrible por Remus, ambos han llegado hasta acá por mí, para protegerme, siento que se los debo.
Me separo de Fred y suspiro, con mi decisión ya tomada.
—Está bien—cierro los ojos, queriendo convencerme de que esto es lo mejor—Iré con ustedes
[Editado]