Soy despertada gracias a que alguien encendió la luz de la habitación. Apenas abro los ojos mientras me los cubro con el dorso de mi brazo debido a que la luz es demasiado fuerte y me ciega un poco.
Cuando logro acostumbrarme al cambio de iluminación en la habitación abro completamente mis ojos y observo que la persona que entro al cuarto de hospital y encendió la luz es una enfermera quién me dedica una amable sonrisa al verme despierta mientras se acerca a Mia y comienza a revisar todos los monitores y aparatos conectados a ella.
Mia abre los ojos lentamente y mira a su alrededor. Yo me levanto y me siento en el incómodo sofá en el que dormí anoche e inmediatamente me estiro lo más que puedo ya que todos mis músculos están adoloridos por la incómoda posición en la que estuve toda la noche.
Me pongo de pie y camino hacia la camilla para dejar un sonoro beso en la frente de Mia quién al verme esboza una enorme sonrisa.
-Cómo te sientes hermosa?- le pregunto.- Dormiste bien?
-Si, dormí bien- me responde ella mientras la enfermera termina de revisarla y anota todo en una pequeña tableta.
-Perdón, podría decirme si todo está bien?- le pregunto a la señorita deteniéndola antes de que se vaya de la habitación.
-Todo se ve bien. Sólo queda esperar a que el doctor haga la revisión final y no veo porque no se irían a casa hoy.- me dice con una sonrisa en el rostro y yo se la devuelvo inmediatamente, aliviada por escuchar esas palabras salir de su boca.- Enseguida vendrán a traerle el desayuno.
Termina de decir eso y abre la puerta del cuarto para después salir dejándonos solas. Camino hacia Mia y me siento a su lado en el pequeño espacio que hay en la camilla. Ella me dice que está aburrida por lo que tomo el control de la televisión de una pequeña mesa que se encuentra a mi lado izquierdo y la prendo. Busco algún programa interesante para ella hasta que finalmente encuentro la película ''Lilo y Stitch'' y decido dejarlo ahí porque sé cómo le encanta.
Bostezo y froto mis ojos, estoy muriendo de sueño. Miro la hora en el reloj que hay en la pared y veo que son las seis y media de la mañana. Dios, es bastante temprano.Me pongo de pie y voy hacia el sofá y busco mi celular hasta que finalmente lo encuentro. Intento prenderlo para llamara Luke y a mis padres para avisarles que todo estaba bien y vengan a visitar a Mia, pero no logro hacerlo ya que aparentemente me quedé sin batería.
Ayer cuando recibí la llamada de Alex diciendo que mi hija se encontraba en el hospital, en lo menos que pensaba era en traer mi cargador.
La puerta de la habitación se abre y esta vez es una diferente enfermera la que se hace presente en el lugar con un pequeño carro en el cual se encuentra su desayuno, que consiste en dos panes integrales, mantequilla, una especie de avena y un jugo de manzana. Acomoda el carrito al frente de ella para después elevar la camilla hasta que queda sentada.
Ambas le agradecemos a la enfermera y ella se retira de la habitación. Mia continúa mirando la película mientras comía y al verla hacer eso mi estómago suena, y es ahí cuando recuerdo que no he comido nada desde el almuerzo de ayer. Quisiera levantarme para ir a comprarme algo en la cafetería, pero no puedo dejar a Mia sola lamentablemente, así que voy a tener que esperar a que algún miembro de mi familia venga.
Se escuchan tres toques en la puerta y descarto la posibilidad de que sea alguna enfermera ya que ellas nunca tocan, simplemente entran a la habitación. Será Luke o mis padres? Me pongo de pie y camino en dirección a la puerta para abrirla y al hacerlo doy un paso atrás por la sorpresa que me llevo al ver quién es la persona que se encuentra del otro lado.
-Qué haces aquí?- es lo único que pregunto.
-Cómo está ella?- dice ignorando mi pregunta tratando de ver dentro de la habitación.
Pongo una mano en su pecho y lo hago retroceder. Cierro la puerta detrás mío y me cruzo de brazos mientras lo observo. Trae puesta la misma ropa que tenía ayer y no parece haberse duchado. Su cabello está despeinado y en su rostro se nota la falta de sueño. Es que acaso estuvo despierto toda la noche? Debajo de sus ojos hay unas enormes ojeras y éstos están un poco enrojecidos, signo claro de que estuvo llorando.
Siento un poco de lástima al verlo de esa manera. A pesar de que el motivo de que Mia se encuentre en hospital fue su culpa, me siento mal al ver lo mucho que le afectó.
-Está bien- hablo y puedo ver el alivio reflejado en su rostro.
Cierra los ojos y suelta un enorme suspiro e inmediatamente sus facciones se relajan.
-No sabes el peso que se me quita de encima al escucharte decir eso.- me dice y me mira con esos profundos y celestes ojos.- No dormí en toda la noche ya que me la pasé pensando en ella y en su estado. No podía dejar de pensar en que esto era mi culpa y que gracias a mi su vida peligraba.
-Porque si fue tu culpa Alex- le digo pero no para hacerlo sentir mal, sino más bien para que abra los ojos y se dé cuenta el peligro al que expuso a Mia al darle helado. Él agacha la cabeza avergonzado y yo continúo hablando.- Le diste helado aún sabiendo que era diabética y luego de que te lo recomendé, recalcándote la importancia de eso. Por qué lo hiciste?- cuestiono.
-Yo... no lo sé.- dice nervioso mientras mira el suelo.- Supongo que al ser mi primera salida con ella quería hacer lo que sea para hacerla feliz y para que me quiera, no pensé en las consecuencias. No creo que me entiendas, pero para ella siempre fuiste la única, pero ahora que entré a su vida tengo que competir con la increíble madre que tiene y...- hace una breve pausa y veo cómo sus ojos comienzan a aguarse.- Lo siento. Especialmente por el accidente de Mia y por el mal rato que te hice pasar a ti y a tu familia, pero también quiero disculparme por todo.- se calla un momento y me mira fijamente a los ojos.- Por la manera en la que te traté cuando me enteré de la existencia de nuestra hija y por haberte amenazado con quitarte la custodia. Fui un imbécil y de verdad lo lamento.- me dice y estoy por responderle pero él me hace una seña con la mano y sigue hablando.-Con ésto me di cuenta que no sirvo para ser padre y jamás lo voy a hacer, porque lo único que causé es poner la vida de mi hijo en peligro. Así que no tienes que preocuparte, no voy a demandarte y me voy a alejar de sus vidas para siempre. Eso es todos lo que quería decir, ya no las molesto más.- dice y luego se da la vuelta para comenzara a alejarse por el pasillo.
No sé como reaccionar a lo que acabo de escuchar, me dejó simplemente perpleja. No sólo se disculpó por el accidente de Mia, sino por cómo me trató y encima dijo que no iba a quitarme la custodia. Y se lo notaba realmente arrepentido y que hablaba en serio. Obviamente que el hecho de que no me quiera quitar la custodia ni quiera ir a juicio me alegra, pero hay algo que me impide el festejar y sé exactamente lo que es: El escucharlo decir que no sirve para ser padre y que se va a ir de mi vida y la de Mia para siempre.
Sin siquiera pensarlo mucho, comienzo a avanzar detrás suyo a un paso rápido casi corriendo hasta alcanzarlo. Lo tomo de la camiseta y él se detiene. Lo suelto y él gira abriendo los ojos en sorpresa al verme.
-Kendall, qué haces aquí?- me pregunta limpiándose unas cuántas lágrimas que caen por sus mejillas.
-Quiero decirte que estás perdonado, por todo- comienzo a hablar- Y también que te agradezco el que no quieras pelear por la custodia, pero no quiero que te vayas de nuestras vidas... o sea, de la de Mia. Ella te acaba de conocer y ya te quiere mucho, no puedes dejarla otra vez.- digo y él me mira con ojos tristes.- Eres nuevo en esto de ser padre, pero con el tiempo vas a aprender y estoy segura que vas a convertirte en uno excelente.-lo tomo del brazo y ni siquiera sé porque lo hago, simplemente parece correcto en ese momento.
-En serio lo dices?- pregunta él temeroso y yo asiento la cabeza.
-En serio Alex.
No dice nada más y simplemente me rodea con sus brazos y me atrae en un abrazo que me tema bastante por sorpresa, pero no dudo en devolvérselo.
No me abrazaba hace cuatro años y me impresiona la sensación de seguridad, familiaridad y confianza que siento al estar entre su brazos. Es cómo si no hubiera pasado ni un solo día y aún siguiéramos juntos, y es algo bastante raro y me pone nerviosa ya que no sé cómo sentirme al respecto. Aspiro su característico aroma e inmediatamente un montón de recuerdos invaden mi mente.
Decido que es mejor separarnos así que lentamente me alejo de él. Cuando estamos de frente ambos esbozamos una amable sonrisa. Nos quedamos un momento callados hasta que decido romper el silencio diciéndole si quería pasar a la habitación a visitar a Mia.
Él dice que sí inmediatamente y juntos nos dirigimos a la habitación.
Abro la puerta y paso primero para luego dejar pasar a Alex. Mia lo ve y esboza una enorme sonrisa al mismo tiempo que emite un grito de alegría. Alex no pierde tiempo y se acerca a ella para darle un tierno y paternal abrazo. Yo los observo desde el umbral de la puerta y me es inevitable sonreír al ver esta escena, realmente me conmueve el corazón.
Aprovechando que él está acá, voy a ir a la cafetería a comprarme algo para comer ya que me estoy muriendo de hambre. Además, puedo usar uno de los teléfonos que hay aquí en el hospital para hablar con Luke y decirle que me traiga un bolso con ropa para que Mia se cambie cuando le den el alta.
-Alex, voy a ir a buscarme algo de comer, puedes quedarte con ella por favor?- le pregunto sin moverme de mi lugar una vez que ellos se separan.
-Claro, no hay problema. Ve tranquila- me dice y luego se da la vuelta para volver a mirar a Mia, quién ni siquiera repara en mi presencia ni en lo que le acabo de decir.
Salgo de la habitación cerrando la puerta detrás mío. Comienzo a caminar hacia la cafetería sin borrar la sonrisa de mi rostro al recordar todo lo que acaba de pasar.