—Te quiero.
—¿Me quieres?
—Mucho.
—No me puedes querer.
—Te quiero.
—¿Por qué me haces esto?
—Porque te quiero.
—No me quieres.
—Mucho.
Y me besó.
Picaron a la puerta dando sonoros golpes a la madera, podía notar sus nudillos en dolor. Me levanté del sofá dispuesta a abrir, pero Josh se adelantó.
—¿Qué mierda quieres?
—Hablar.
—No vas a hablar.
—Déjame pasar.
—Fuera de aquí imbécil.
Entré en medio de la conversación ya que se estaba poniendo algo agresiva. Veía la cara de mi hermano apunto de estallar sus puños en la cara de mi novio, y también veía a Lucas aguantando la rabia que le tenía a mi hermano.
—Josh. —Llamé a mi hermano. —Fuera.
El moreno se quedó en el sitio sin dejar de mirar a mi novio de mala manera, y al cabo de unos segundos apartó el brazo y dejó pasar a Lucas de mala manera. Desapareció arriba en la planta alta y caminé hasta el sofá.
Tenía los ojos acuosos de tanto llorar estos dos días y las manos cerradas en mis piernas.
—¿Qué quieres? —Le pregunté al rubio nada más sentarse a mi lado.
—Lo siento mucho. —Dijo cogiéndome de las manos. —Te quiero.
Negué con la cabeza y intenté hablar sin que salieran las lágrimas.
—Si me quisieras no harías esto. —Respondí saliendo lo que no quería que saliera de mis ojos, estaba harta de llorar. Estaba harta de todo.
—Te quiero mucho.
—No me quieres.
—Mucho.
Le miré pensando y me besó. Acariciando mi mejilla de manera tierna me besó lentamente, me echaba de menos, le echaba de menos.
—Te quiero. —Repitió Lucas. —Mucho.
—¿De verdad? —Pregunté mirando sus labios. Le quería demasiado. O eso creía.
—De verdad.
Asentí y le besé.
De repente gritos.
De repente el frío suelo.
De repente mi hermano.
Y de repente más lágrimas.
—¿Qué haces? —Grité a Josh viéndole encima de mi novio sangrando. Me levanté corriendo del suelo y empujé al moreno fuera de Lucas. —Déjale. —Le cogí el brazo azafándole sin conseguirlo.
—PARA. —Chillé desesperada. —JOSH POR FAVOR PARA. —Grité de nuevo, intentando que terminara. Mi hermano siguió con su rabia y terminé por hacer lo que no debía.
—Sabes por qué lo hago Josh. —De repente terminó, de repente mi hermano paró y salió de encima de mi novio. Me miró asintiendo y desapareció escaleras arriba.
Todo se fue.
Hasta mi corazón.