Días que no nos dirigimos ni una palabra. Todos se deben de preguntar qué ha pasado con nosotros. Ya que Justin y yo desde el día en que nos encontró con Jason y nuestro casi beso, al igual que el casi beso de nosotros dos, no ha me dirijo ninguna palabra al igual que yo a él.
Había bajado a tomar desayuno pero había encontrado con Justin solamente en mi cocina y la situación era incomoda, porque él solamente me miraba y no me hablo en un segundo. Opte por tomar un vaso de jugo con algunas galletas para no estar tanto tiempo con él ahí.
Después de lavar mis dientes y arreglar mis cosas, salí de casa rápidamente y pude que Justin venía detrás mí. Lo mire por el rabillo de mi ojos y él venía solamente mirándome.
Mis primos ya deberían estar en instituto y fue así, estaban con las chicas, los encontré en unos de los pasillos de la secundaria. Los salude de lejos y Justin también lo hizo.
Entre a la clase de química para sentarme en mi puesto, de lejos salude a Santiago y a sus amigos. Justin se sentó al lado mío sin hablarme para mirar directamente al profesor quien había entrado. La clase comenzó y estuvo tranquila, solo a veces miraba de reojo a Justin cual me miro toda la clase para sacarme de quicio.
Arregle mis cosas para salir a la primera hora libre, estuve varios minutos en baño tranquilizándome. Para ir después ir la siguiente clase que era Biología y obviamente tenía que sentarme con Justin.
Al terminar el segundo periodo fui donde las chicas, ya que Justin iba donde mis primos. Las guie al otro pasillo para que no escucharan.
—¿Qué pasa ___? —pregunta Sanda mirándome.
—Justin, eso es lo que me pasa —dije doblando entre brazos.
—¿Aún siguen enojados? —me pregunta Camila.
—Si...-dije mirándolas. Algo de la situación de Justin le había comentado a ellas.
—Sé que están enojados o peleados, lo que sea que tenga el matrimonio, pero no es para que se ignoren —dice Rouse mirándome.
—Además tu eres su mejor amiga —dice Ana picara.
—Hay cosas que los mejores amigos no hacen —digo molesta y ellas intercambian.
—¿Cómo qué? —pregunta Luci.
—Somos amigos con ventajas o algo así, la cosa es que parecemos más novios que amigo y todo lo saben.
—Pero di situaciones —me pide Ana.
—Tenemos cosas —dije en doble sentido y ella sonrieron—. Pero se besó con otra o tiene algo con otra.
Las chicas quitaron sus sonrisas de sus labios.
—Ahora entiéndanme, tiene algo con otra y está conmigo —explico dándome a entender algo de mi situación.
Antes que me dijeran algo, sonó la campana y tuve que despedirme de ellas para ir a la clase de gimnasia. Fui a los a camerinos y estaba Elena con Asmi, pero por ahora Elena no se dignaba a molestarme como meses atrás y por qué había sucedido por Santiago.
Me puse un short al igual que una camisa basante cómoda y me tome el cabello en una cola. Después de salir de los camarines, Elena se topo conmigo.
—¿Dónde está tu defensor experimento? ¿Los has cambiado por el otro? —se burló Elena.
Antes que diera un paso para asustarla, alguien me había tomado de mi cintura para tomarme. Elena había una sonrisa para irse.
—Cálmate. No vale la pena —me encontré con los ojos azules de Jason.
—Tienes razón —digo mirándolo.
Mire de nuevo a Elena que ahora nos miraba a ambos. Jason y yo la mirábamos en seguida. Ella sonríe con malicia apunto a Justin. Quien nos miraba desde el otro lado. Él estaba con mis primos. Mire de nuevo a Elena quien sonríe ampliamente.
Pero el sonido del pitillo del profesor de gimnasia nos hizo sacar de onda. Todos nos reunimos al medio para acatar las órdenes que nos había comenzado a decir. Justin me seguía mirando porque estaba al lado de Jason.
—¡A dar diez vueltas trotando!-grito el entrenador.
Todos asentimos para comenzar las vueltas trotando. Odio y odiare deporte, porque no es un fuerte mío. Jason iba mi lado y eso significa que iba de los últimos conmigo.
Pude sentir la mirada de Justin en nosotros y eso me hizo posar una sonrisa en mis labios. Él estaba celoso.
—¡A correr veinte vueltas! —grito el entrenador.
Jason seguía mi ritmo, mientras yo traba de respirar mientras corría.
—¿Te han dicho que eres hermosa? —veo que forma una sonrisa coqueta.
—Claro, cuando la lengua se me sale y parezco foca. Seguro te creeré Jason —dije sarcástica y él me sonrió más ampliamente.
—Lo eres —me dice Jason y rodeo mis ojos.
Mire al entrenador quien nos estaba mirando atentamente. Después mire a Elena que estaba coqueteando con algún chico. Fruncí el ceño al instante por ver aquella de ella y cambie mi mirada para toparme con el cuerpo de Justin delante unos metros míos. Su cabello dorado se hacia atrás y sus músculos ya estaban transpirando.
—¿En qué tanto piensas —me pregunta Jason haciendo que saliera de mi trance.
—Tonteras —le digo con una sonrisa.
Jason y yo terminamos de los últimos. Busque con la mirada Justin pero no lo pude encontrar. Después de una intensa de gimnasio habíamos terminado la clase.
—Voy a ducharme —me avisa Jason.
—Bueno.
—¿Quieres que me quede contigo en el castigo? —me pregunta y niego rápidamente.
—No te preocupes, además tú terminaste el sábado pasado. Yo tengo que seguir con mi castigo por haberle tirado la malteada a Elena
—Esa chica no me agrada, pero entiendo que quieras estar sola—me besa la mejilla rápidamente haciendo sonrojarme—. Nos vemos preciosa.
Jason desaparece de mi vista y me quedo ahí en el gimnasio viendo cómo se estaban yendo. Descanso unos minutos para ir a los camarines. De prono una masculina aparece antes mis ojos asustándome cuando quise abrir la puerta de los camarines, Justin se había interpuesto en mi camino y había que tropezara del susto, pero no logre caerme debido a que me afirmaba entre sus brazos.
—Haces todo para llamar mi atención —dice Justin sonriéndome coquetamente.
—No llamaría tu atención —digo mirándolo.
—Qué raro. Porque siempre lo haces.
Su sonrisa se había vuelto egocéntrica, inmediatamente me solté de su agarre para seguir mi camino. En seguida entre a los camerinos para morderme el labios. Eso me había encantado aunque no quería reconocerlo.
Me duche tranquilamente debido a que no había nadie. Me vestí y tome mis cosas para salir de los camerinos. Cuando lo había hecho, me encontré Justin ya duchado y vestido sentado esperándome en suelo. No había nadie más que nosotros dos.
—¿Qué quieres ahora? —pregunto molesta.
—Te vengo a avisar que seré acompañare en tu castigo, porque también estoy castigado mi amor —dice Justin para levantarse del suelo.
—No me digas mi amor, porque no soy tú amor.
—Digo lo quiero mi amor —dice Justin molestándome.
Antes que dijera algo los altavoces sonaron.
—Señorita ___ y Bieber, a mi oficina por favor —erala primera vez que escucho mi apellido en altavoz.
—No llaman amor —dice Justin para fijarse en mí.
Rodeo los ojos y comencé a caminar en dirección a la oficina de la directora. Justin obviamente me seguía atrás. Pasamos los pasillos en silencios hasta que llegamos a la oficina de la directora. Nosotros tocamos su puerta y desde el otro lado nos respondió haciendo que pasáramos.
—Hola chicos, en seguida le diré su castigo —dijo ella mientras miraba en un cajón de su escritorio—. Pasen y siéntense.
Nosotros acatamos sus órdenes para sentarnos en los asientos que tenía ella al frente de su escritorio.
—Me parecer raro últimamente los dos estén metidos en problemas de conductas agresivas Sobretodo usted que señor Bieber que no había tenido problemas hasta ahora. No entiendo cómo ha surgido la pelea a golpes con el señor Mantie —nos dice de pronto ella.
¿Justin había golpeado a Jason? En seguida mire a Justin que únicamente se limitaba a directora.
—Limpiaran los pasillos y los casilleros, le pasare las llaves y saben dónde están los utilices de limpieza —nos extiende un llavero.
—Si directora —expresa Justin.
Me mantuve en silencio mientras salíamos de la oficina de la directora, Justin hizo como nada hubiera pasado. Jason es tierno, amigable y gracioso, era un excelente chico y no tenía por qué haber peleados a golpes con Justin. Aquello me había molestado. Tome a Justin de su hombro y lo hice girar para encontrarme con sus ojos mieles desafiantes
—¿Por qué has golpeado a Jason? —pregunte molesta.
—Tú lo sabes —dice Justin al instante
—¿Cuándo se golpearon? —Justin ignora aquella pregunta.
Justin no respondió y me mordí el labio. Él no quería darme ningún tipo de información. Frustrada me rendí, no le iba a preguntar más sobre su pelea a golpes con Jason.
Me di media vuelta en dirección al cuarto de limpieza para sacar las cosas para limpiar los pasillos. Saque baldes y algunos limpiadores, mientras Justin se limitaba a mirarme. En seguida Justin tomó un año y comenzó a limpiar los casilleros mientras yo sacaba el agua de limpieza para ponerlo en el balde. Estruje varias veces el limpiador para comenzar a limpiar los pasillos.
En uno de mis movimientos me resbale y me caí, chillé por la impresión. Justin inmediatamente me miro y al segundo me levante. No me había hecho daño. Después de aquello comenzamos nuevamente a limpiar hasta que otra caí al suelo pero esta vez en Justin. Había cruzado el limpiador con piernas mientras Justin estaba detrás de mí limpiando un casillero.
—Y me dices que no quieres llamar mi atención —dice Justin algo adolorido.
—Fue solo una caída —le digo, quería preguntarle si le había dolido pero me calle al ver su rostro.
—Acéptalo, mueres por estar entre mis brazos —dice Justin egocéntrico.
—Já, yo no quiero estar a tu lado —dije mientras todavía estábamos en suelo.
—¿Pero con Jason si? —me pregunta en seguida. Noto celos en su voz.
—No es problema tuyo —me levante en seguida del suelo.
Ordene mi ropa al instante, mire a Justin quien inmediatamente se había levantado. Abrí mis labios para hablar pero Justin tomo cada uno de mis hombros y fui lanzada a los casilleros. Chille por el susto y pude sentir cada uno de sus brazos a cada costado mío, dejándome atrapada.
—¡¿Es por ella verdad?! —espeto Justin mirándome.
—¿Quién? —me hago la tonta ante su pregunta.
—Por favor, lo sabes... con la chicas que me bese el otro día ¿o acaso crees que soy idiota?
—¿Qué mi importa ella a mí? —mire a Justin furiosa.
—¡Te importas porque estas celosa! —grita Justin en seguida me reí falsamente.
—¿Celosa? ¿Por ti? —me reí de nuevo.
—No mientas, te conozco.
—Nunca estaría celosa de ti —mi voz se había vuelto seria.
—No lo creo, te vi cuando te habías puesto la gorra de Jason al verme —dice Justin. Sus ojos se habían vuelto más oscuros.
—No es así, Jason solamente me dio su gorra, porque es un caballero atento con las chicas y no es un animal como tú, que dice una cosa pero luego hace otra. —Justin alza una ceja.
—¿Así que soy un animal? Bueno preciosa, puedo serlo —Justin sonríe irónicamente.
Al terminar su última frase pude sentir como desgarraba la parte de arriba de mi blusa, trate de quitarlo encima pero fue en vano ya que su mano izquierda me tomo las dos manos para tirarlas hacia arriba, sentí sus boca sobre mi pecho lamiéndolo y quise llorar al momento. Me removí pero él llego hasta mi cuello, cual chupo fuertemente mientras mis manos eran soltadas. Rapidamente sin perder tiempo, las manos de él tomaron sin cuidado mis muslos para colocarlas entre sus piernas
Chille furiosa, confundida y dolida por lo que estaba haciendo. No conocía a Justin de esa manera tan desesperada y sin sentidos.
Subió sus manos hasta dentro mi pantalón y eso fue la gota que rebalso el vaso. Lo empuje tan fuerte y lo único que atine en ese momento fue darle vuelta el rostro cara con una palmada de mi mano.
—¡Eres un imbécil como todos Justin! —grite con toda mi alma.
No pude mirarlo y lo único que hice fue correr, correr llorando, llorando por él.
—Te odio Justin —susurre mientras corría llorando por amor.
Después de aquello con Justin, no había vuelto hablar con él. Había llegado a mi casa directamente para ocultarme en mi habitación. No quería ver a mis primos ni a mi madre y para mi suerte no me habían molestado en la tarde.
No entendía porque Justin se había comportado de esa manera, como si fuera un animal realmente y yo fuera su objeto. Antes era consentido pero aquello que había hecho no lo había sido. Había abusado de mí en una parte y no me había gustado para nada.
Llore una y otra vez en mi cama, mis ojos ya estaban bastante hinchados cuando me había vuelto a dormir.
Al despertar mis ojos estaban hinchados, lave mi rostro varias veces para que la hinchazón baja pero nada hubiera resultado. Por otro lado me había acordado que Jason y Justin habían peleados a golpes. Así que decidí ir a buscar respuestas con Jason. Necesitaba saber porque siempre discutían y también quería saber desde cuando se conocían.
Me duche, me lave los dientes, me peine y me vestí cómodamente para ir directamente a la casa de Jason. No iba a tomar desayuno porque que quizás estaría Justin en mi cocina como todos los días. Solamente sentí varias risas al salir de mi casa.
Toque varias veces la puerta de la casa de Jason, sabía que estaría él ahí debido a la hora que era. Di unos cuantos pasos antes de volver a tocar y lo que me encontré fue a Jason con la mejilla moreteada y con el labio hinchado. Tenía un corte en la comisura de sus labios que no había sanado en la noche.
—Jason —susurre apenada.
Tome en seguida el rostro entre mis manos para ver detenidamente el moretón de su mejilla derecha. Aquello me había molestado, la pelea a golpes había sido ayer. Ayer yo vi a Justin y él no tenía ningún golpe.
Del instinto mío, abrase a Jason. Él no reacciono solo se mantuvo quieto por segundos hasta que sus brazos me respondieron.
—Siento lo que te hizo Justin —dije a Jason para separarme de él.
Jason hizo una mueca.
—Pasa para que hablemos —dice abriendo más la puerta.
Entre a al a casa de Jason. Él cerró la puerta y me guio hasta su sala para que nos sentáramos.
—¿Cómo sabes que fue Justin? —pregunto Jason.
—Justin me fue buscar para decirme que éramos compañeros de castigo —al decir aquello Jason hace una mueca. Al parecer eso lo había molestado.
—Se me había olvidado que ayer te quedaste castigada —dice Jason apretando los labios y de pronto se queja de dolor.
—No te han curado ¿Tienes un botiquín? —digo mientras me acercaba a él—. Tus heridas no se ven..
—No te preocupes —me interrumpe Jason.
—Jason tienes que curarte. Tienes el corte del labio abierto. —Jason suspira.
—Sí, está en el baño. No deberías de preocuparte por mí. —dice Jason mirándome.
—Omitiré aquello, iré por el botiquín, permiso —le digo para dejarlo solo en la sala.
Fui en busca del botiquín para volver a la sala. No deje a Jason tiempo solo debido a que tenían un baño en la planta de la casa. Al llegar al salón, abrí el botiquín para mirar lo que contenía aquella pequeña caja. Saque algodón y pomada para limpiar a Jason.
Cuando iba limpiarlo se alejó y lo mire, tenía miedo a la pomada.
—¿ Tiene miedo chico rebelde? —le pregunto mirándolo con las cejas alzadas.
—No. Pero eso arde —indica a la popada con el dedo índice.
—Te arde más el labio en ese estado. Deja limpiarte —le digo mirándolo.
—Está bien mamá —dice Jason y yo suelto una risilla.
—Tranquilo, estas en buenas mano —me acerco y pongo la pomada en labio.
—Au..Au —se queja Jason mientras aplasto un poco más la pomada en su labio.
—No sabía que a los chicos rebelde les dolía algo —digo burlándome de Jason por sus quejas.
—Au, si, si duele....somos personas, au.. —me dice y suelto otra risilla.
—Tranquilo —dije para retirar el algodon con pomada de su labio.
—Gracias enfermera —dice de pronto y rodeo los ojos por aquello.
Le coloco un marche en labio.
—De nada mi paciente —le digo mirándolo con una sonrisa.
—¿Has tomado desayuno? —me pregunta.
—No, me he levantado para venir hablar contigo de algunas cosas.
—¿Podría saber qué cosas? —Jason se levanta del asiento.
—Necesito saber de dónde se conocen y porque ese repentino odio hacia cada uno —digo para guardar las cosas en el botiquín.
—Sabes porque Justin y yo discutimos, es muy obvia la razón —Jason me mira descaradamente de arriba hacia abajo y siento mis mejillas ponerse rojas.
—Tratare de creer aquello. Pero ¿De dónde se conocen tú y Justin? —pregunte.
Jason se mantiene en silencio por segundos pero luego abre sus labios para responder.
—Solíamos ser amigos y no diré nada más. Ha terminado el cuestionario —responde Jason.
Quise en seguida hacer otra pregunta pero el sonido de mi estómago vacío de hizo presente entre nosotros
—¿Te apetece tomar desayuno conmigo? —me pregunto.
—Bueno— dije por el hambre que había aparecido.
Jason me guio hasta la cocina. Inmediatamente saco algunos ingredientes para comenzar algunos panqueques. Le ofrecí ayuda pero se negó inmediatamente obligándome a sentar a esperar el desayuno.
—¿Tu padre? —le pregunto y él se gira para mirarme.
—Está en el trabajo — responde.
Jason se giró para mostrarme su espalda.
—¿Sabías que tu madre y mi padre eran amigos? —dice de pronto.
—Algo me había contado mi madre —digo para ver a Jason prender el fuego de la cocina y sacar un sartén.
No dije nada más porque Jason se puso hacer los panqueques. Minutos más había terminado de observarlo. Eran tan distintos a Justin. Jason tenia era poco más alto que Justin y un poco más fornido, además que tenía un hermosos ojos azules.
Comimos el desayuno con algún par de comentarios sin sentido. Nos reímos un poco. Al terminar de comer ayude con Jason a limpiar el desastre que había dejado.
—Te ayudare aunque no querías —dije mientras limpiaba los platos.
—No es necesario —comenta Jason.
De pronto sentí que Jason me abrazo por detrás. No creí que fuera capaz de estar posado detrás de mí mientras lavaba los platos del desayuno. Podía sentir respiración y otra cosa, me mordí la lengua para no gemir. Me estaba comenzado a sentir incomoda.
—Tienes unas manos suaves —dice Jason tocando mis manos.
—Gra..Gracias — dije nerviosa.
Termine de lavar los platos rápidamente para no sentirlo más atrás mío.
—Jason, creo que me tengo que ir. Mi madre hoy no tiene turno y me gustaría pasar con ella. —dijo una de las tantas escusas.
—No te preocupes —me dice son una sonrisa—. Igual gracias por todo.
Le di un beso en la mejilla en forma de despedida para después salir de la casa de Jason. Quien me observo hasta que yo entrara a mi hogar. Ya adentro de las paredes mi casa, pude percibir el silencio. Pase por la sala hasta la cocina y no encontré absolutamente a nadie.
Del mesón de la cocina tomé una fruta para lavarla y empezar a comerla. Era una banana que no me demore mucho en apreciar su sabor. Bote a la basura su cascara para ir en dirección de la sala, ya cuando estaba en medio de ella, oí algo que llamo mi atención.
Camine hasta posarme en las escaleras y ver semi abierta la puerta de mi habitación. En seguida subí para ver si alguno de mis primos se estaba colando o era mi madre. Por mi cabeza paso que podría ser un asesino pero omití aquello, no había oído la puerta abrirse y menos oí derribarla abajo.
Al llegar a segundo piso, me puse delante de la puerta para ver quien estaba adentro y de un segundo otro aparece Justin delante de mí dándome un susto. Pero su mano toma mi muñeca para que entre a la habitación.
¿De dónde había aparecido? Me pregunte entre una mezcla de asustas y sorprendida al ver a Justin.
No pude evitar que mi corazón se paralizara ya al estar adentro. Mire su rostro y pude notar algo de mis dedos en mi rostro. Al parecer lo había marcado por la abofeteada del día anterior. Justin tenia sus nudillos apretadas en cada una de sus manos y su mirada era literalmente seria.
—Tenemos que hablar —dice Justin mirándome. Dude en responderle pero Justin me seguía mirando esperando una respuesta.
—No, tu y yo no tenemos nada de qué hablar —le digo mirándolo seria. En aquello se vino a la cabeza los recuerdos de ayer. Un sabor amargo recorrió mi garganta.
—¿Dónde estabas? —pregunta Justin con un tono molesto.
—Que te importa —responde ante su pregunta controladora. Me alarmo cuando Justin toma de mis muñecas para estrecharme contra pared suavemente. Él quería dejarme atrapada sin salida.
—¿Estas con ese maldito? ¿Cierto? —pregunta Justin enojado.
—¡No le digas maldito! ¡No debiste pelear a golpes con él! Jason es muy dulce para merecer aquellos golpes —espeto molesta e irritada.
—Así que dulce ¡y yo que soy! —Grita Justin mirándome mientras us manos me apretaban mis muñecas—. ¡Eres muy ingenua para creer que Jason es dulce, él es peligroso!
—¡¿Qué me hablas de peligroso, si tú también te has golpeado con él?! —grite enojada mientras me miraba— Además Jason no se ha comportado como una bestia como tu Justin. -le grito y él me mira.
—No me digas eso. Jason es más peligro que yo y por esa razón tienes que alejarte de él —gruño Justin enojado—. Lo que pasó ayer a ti también te termino gustando y no me lo niegues, porque te encanta que te toque.
Me mordí el labio mientras algunas de mis lagrimas se empezaban animal.
—¡Tú solamente juegas conmigo, mejor vete con la chicas que supuestamente quieres! ¡No estoy dispuesta a que me digas que me gusto, por que sabes que no es asi Justin!
Justin alza una ceja de pronto y analiza mis palabras.
—Estas celosa —confirma Justin.
Me quedo en silencio ante esas palabras.
Si estaba celosa pero no era todo lo que me hacía sentir mal.
—Y tú estas celoso de Jason —expreso para mirarlo directamente a los ojos. Justin de pronto suelta una risilla burlesca.
—Por favor hasta tú no te lo crees —me gruñe mirándome—. Porque mírate, eres fea.
Nunca, desde los meses que conocía a Justin me había dicho algo como aquello. El corazón se me helo por sus palabras. A lo que único que reaccione fue a quedar mirándolo y apretar mis manos mientras mis muñecas seguían atrapadas por sus manos.
Quise llorar y me apreté los labios para aguantar el dolor de sus palabras. Aquellas palabras no me impresionaban pero si que saliera de los labios de Justin. Antes de él lo había escuchado en Santiago, Lewis, Alex, Elena e incluso otras personas que habían estado molestando a mi alrededor durante años. Pero ahora que estaba al borde de terminar la secundaria y comenzar la universidad, no iba a permitir que nadie más me humillara de esa forma. Menos a una persona que considere a mi amigo y que al final terminamos siendo amigos con derecho a roce.
Lo empuje logrando soltarme y mi cuerpo se fue contra él.
—¡Si soy tan fea ¿porque ayer quisiste hacerme eso?! ¡No creo que una fea te revuelva el piso! —grite furiosa.
Justin me miro sorprendido por aquella reacción mientras con mis manos lo empujaba hacia atrás desafiante. Al instante una mano de Justin atrapa uno de mis brazos mientras lo miraba furiosa.
—Porque no te quiero ver cerca de nadie que sea yo —con la fuerza de su mano me atrae a su cuerpo y quieto quieta ante esa reacción—. Porque eres para mí y solamente mía, eres mía gafitas. y eso te debe quedar bien claro en tu cabecita.
Su voz había sonado enfermiza mientras su mirada estaba oscura. Apreté mis puños nuevamente.
—¡Yo no soy tuya! —grito para zafarme de su agarre. ¿Creía que tan fácil iba a caer?
Al terminar el grito, él me había lanzado contra la pared cual no me había dolido pero si me había tomado por sorpresa. Justin se aprovechó de tomarme las piernas ponerse entre ellas. Forcejee inmediatamente pero l instante Justin meneo su pelvi contra la mía.
—Eres mía gafitas.
Lo mire pero de pronto los ojos de él se habían cerrado y sus labios habían capturado los míos, mi cuerpo reacciono, mi estómago quiso expulsar todas las mariposas y mi perdí en control de propio cuerpo. Justin me tomo entre sus brazos para profundizar el beso. Carnosos y jugosos labios, era lo único que podía sentir mientras movía mis labios contra los de él. Su lengua busco la mía, aunque la mía se negaba a ceder pero Justin logro que cediera a un beso francés.
Pose mis manos en su cabello, mientras las manos de él se posaron en mi cintura mientras seguían con esos movimientos pélvicos. Reaccione al abrir mis ojos y me aleje para abofetearlo.
—Te odio. Te gusta alguien más y estás jugando conmigo. —mis lágrimas comenzaron a recorrer mis mejillas.
—¿Cómo tiene la cara de decirme eso mientras tú también juegas con Jason? —Justin me miraba seriamente—. Practicante desde que él te toma atención estas dispuestas a tener su presencia al lado tuya.
—No —niego rápidamente.
—¡Eso es una mentira! —me espeta Justin.
—¡ Tú estás jugando conmigo! ¡Y lo único que quieres es escucharte con Jason! —lo tomo de la camisa—. ¡Además a ti te gusta alguien más Justin!
Justin se queda en silencio
—El beso fue un error.
—No llames error amar alguien. Pero me quedo claro que no quieres estar conmigo —dice Justin para quitar mis manos de su camisa—. Te he dado todas las señales pero ahora aun así parecer estar ciega.
—No, yo te vi con otra chica. No me digas que amas ahora siendo que te he visto con otra —digo rápidamente.
—Tu sigues queriendo estar ciega ante todo lo que hecho —gruñe Justin.
De pronto Justin se retira de mi habitación, estaba dispuesta a seguirlo pero algo en mi corazón me hizo quedar quieta en mi posición. Las lágrimas recorrieron al instante mis mejillas cuando sentí el sonido de la puerta cerrarse fuertemente.