El Regreso de una Prodigio [H...

Autorstwa azul_flrs

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~Basado en el anime y manga Haikyuu!! © Todos los personajes son obra de Haruichi Furudate, a excepción de la... Więcej

Prólogo
Capítulo 1
Capitulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Nota
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Tres años después
Hi, there.
Capítulo 36
Capítulo 37
Update

Capítulo 15

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Autorstwa azul_flrs

El equipo femenino jugaba un arduo partido entre ellas para finalizar su último entrenamiento antes de las preliminares de la Intercolegial.

Las chicas estaban exaltadas, el sudor cubría los cuerpos de cada una de ellas, gritaban y se movían como no lo habían hecho antes en algún juego. Los nervios también estaban presentes, pero no dejaban que estos las dominaran, en estos momentos lo único que pasaba por sus mentes era no dejar que el balón tocará el suelo de su lado de la cancha.

—¡Buena salvada, Izumi-chan!— Nozomi exclamó antes de rematar un pase rápido. Yui salvó el balón, pasándolo a la setter de tercero, quien lo levantó para que su vice-capitana rematara. Afortunadamente Akari estaba ahí, salvando con dificultad el remate recto. La pelota se elevó nuevamente, dándoles otra oportunidad de conseguir un punto.

—¡Akari!—Yoshida le dió el pase. Dos bloqueadoras se elevaban ante ella, formando un muro que le impedía ejecutar un buen golpe. Extendió el brazo, simulando un poderoso remate cruzado con su mano izquierda, aparentemente, las bloqueadoras ya se habían acostumbrado a sus movimientos, así que tenían cubierto el área de ofensiva de la chica.

—¡Cruzado!—. Avisó su capitana, advirtiendo del área que debían cubrir. Akari tocó el balón, dando un suave toque, una inesperada finta advirtió del lado contrario.
Las chicas intentaron salvarla, pero les fue imposible reaccionar con suficiente velocidad como para alcanzarla.

—¡Bien hecho, Akari-chan!—Nozomi chocó los cinco con si compañera.

—¡Aaaagh!—. Las bloqueadoras protestaron.

—Siempre es difícil saber que es lo que harás ¿cierto?—Yui palmeó su espalda-. Todavía nos falta trabajar en eso.

—¡Bueno, bueno!—. Intervino Yoshida—. ¡Aún nos quedan dos puntos para alcanzarlas, Michimiya-senpai!

—¡Intentenlo!

—¡VAMOOOOOS!— Musitó una exaltada Nozomi.

El juego continuó, aunque les fue difícil a las kouhais lograr superar a sus senpais, quienes —aunque tenían una ofensiva más baja que las de ellas—salvaron la mayoría de sus ataques y lograban engañarlas atacando un área sin cubrir. Se sentían cansadas, pero la emoción seguía ahí, querían seguir jugando.

—¡Suficiente por hoy!—Harumi les avisó, soplando el silbato para que quedara claro que esto había terminado—. ¡Todas beban agua y estiren un poco, relajen los músculos!— Las chicas soltaron chillidos, inconformes de que el juego hubiera terminado. Sin embargo, obedecieron a su entrenadora y estiraron un poco.-Tendremos una reunión ¿de acuerdo?—Las chicas asintieron.

Poco después de haber estirado, comenzaron a recoger y a cambiarse las ropas deportivas por algo más seco. Akari recogía los balones que estaban desparramados en todo el gimnasio, devolviéndolos a donde pertenecían. Michimiya se acercó a ella, cargando en su brazos dos balones perdidos y echándolos en su lugar.

—Oi, Akari-san—. La llamó—. Hemos prestado algunos balones extras a los chicos, ¿podrías pasar a recogerlos?

La chica dejó de hacer lo que estaba haciendo y se giró a Yui.—Hai... pero ¿ellos ya terminaron su entrenamiento?

La capitana negó con la cabeza—. No lo creo, pero Sawamura me ha dicho que podíamos recogerlos cuando nuestra práctica hubiera terminado.

—Ya veo...

—¿Podrías ir por ellos?

Akari sonrío a su senpai—. Por supuesto—. La chica salió del gimnasio directo al de los chicos, ya que ambos equipo entrenaban por separado.

Ahí fuera, el aire refrescaba su caliente cuerpo, que había ganado temperatura durante la práctica de hoy, sin embargo, siempre que los nervios se veían presentes, no podía evitar que su cuerpo temblara un poco. Las preliminares de la Intercolegial iniciaban mañana, y, sin duda que de todas, ella parecía ser la más nerviosa.

El gimnasio de los chicos seguía en movimiento, podía notarlo desde afuera, los chirridos que las zapatillas hacían contra el suelo, los estruendosos balones al ser golpeados, los gritos de emoción de los chicos... Todo eso hacía notar que ellos estaban muy enfocados en el torneo de mañana.

Akari tocó la puerta antes de abrirla.—¡Con permiso!— Dijo, gritándolo para todos, advirtiendo de su presencia ahí.

—Akari-san— La hermosa manager de tercero la recibió—. Es bueno verte.

La chica sintió sus mejillas calentarse al verla ahí.—¡Shi-Shimizu-senpai!—. La saludo, haciendo una reverencia, la mayor le dedicó una bonita sonrisa en respuesta.

—¿Necesitas algo?

—Etto... Michimiya-senpai me mandó por unos balones extras que había prestado a los chicos... Eh...

—¡Ah, si! Sígueme por favor.

Shimizu la guío más adentro del gimnasio, exactamente, al lado de donde Ukai-san se encontraba arbitrando.—¡Bien, tengamos un pequeño tiempo fuera, descansen un poco!

—¡Us!—Asintió el equipo, corriendo a donde las chicas estaban, en busca de sus botellas de agua.

Nishinoya fue el primero en advertir su presencia.—¡Akari-san!— Saltó a su encuentro, con destellos y un aura rosa saliendo de él.

—Nishinoya-senpai, te ves muy bien—. la chica saludó, sonriéndole con timidez. El chico, se abrazó a sí mismo, halagado de los dichos de la chica.

—¡Akari-san, te ves muy linda con tu ropa deportiva!— Añadió Tanaka.

—¡Ryu tiene razón, Akari!—La chica enredó sus dedos entre su corto cabello, como siempre, sonrojada de los cumplidos que los chicos le hacían.

—Gracias, chicos—. Pronto, los demás también la notaron, y no tardaron en darle la bienvenida.

—Al fin vienes a visitarnos, eh.— Le recriminó el capitán con una sonrisa en el rostro—. Haz dejado de hacerlo.

—Gomen Daichi-san, las chicas también hemos tenido largos entrenamientos.

Daichi palmeó su espalda—. ¡Lo sé, lo sé! Pero deberías venir más seguido.

—¡Lo haré!— Prometió, sintiéndose mal por no haber ido antes. Ukai-san bajó del lugar correspondiente al árbitro y se colocó a su lado.—Ah...Ukai-san.

—Los chicos tienen razón... Hace mucho que no pasabas por acá, Akari.

—¡¿Usted también??—Cuestionó, aquello la hacía sentir más culpable.

—Vamos, vamos—. Sugawara intervino—. Déjense de eso, la harán sentir mal—. El chico la tomó de los hombros, ampliando la bonita sonrisa que siempre adornaba su rostro.

—Akari-san vino a recoger unos balones que el equipo femenino nos prestó—. Avisó Shimizu, cortando la atmósfera.

—¡Ah, cierto! Michimiya me ha dicho que pasarían por ellos—. Daichi dijo—. Están por acá.— El #1 caminó hacia donde los balones se encontraban. Arrastrando el carrito hacia donde Akari estaba.—Aquí tienes.

—¡Muchas gracias, Daichi-san!

—Pero... ¿No será muy pesado que Akari lo llevé sola?— Inquirió Asahi, con más preocupación de la que hubiera imaginado.— Puede hacerse daño ella sola.

—¡Estaré bien, Asahi-san! ¡Puedo llevarlo sola!— La chica se defendió.

Tanaka se acercó a Nishinoya, cubriendo con una mano su boca para que los demás no pudieran escuchar.—Akari tal vez sea la única que no se asuste cuando Asahi-san le habla—. Le susurró con admiración.

—Yo puedo acompañarla—. Kageyama se ofreció amablemente, tomando el carrito de balones. El resto del equipo se quedó callado, sin creer que el llamado "Rey egocéntrico" se hubiera hecho disponible para ayudarla.

—E-Etto... No es necesario T-Tobio.—Respondió la chica nerviosamente. Asahi hizo un rostro de alivio, los de primero lo miraban con el ceño fruncido y la boca entreabierta, Tanaka y Nishinoya tenían una mirada asesina, mientras que Daichi y Sugawara miraban la escena como dos orgullosos padres.

—Vamos.

—Ah, si.— Kageyama se puso comenzó a caminar con el carrito en manos hacia la salida del gimnasio. Akari se giró a los chicos y haciendo una reverencia se despidió.—¡Nos vemos!

—Akari-san, espera.— Sugawara la detuvo.—¿Por qué no vienes con nosotros al terminar la práctica? ¡Iremos por unos bollos!

La chica se desconcertó un poco la repentina invitación, pero le era imposible negarse. Asintió feliz.—¡Por supuesto!

Y salió, a donde Kageyama la esperaba.

—Amaneciste bondadoso hoy, eh.— Le dijo en tono burlón. Debía admitir que se sentía feliz de que se hubiera ofrecido, aunque realmente no necesitara ayuda. El chico frunció el ceño, sus mejillas empezando a colorarse.

—Las preliminares inician mañana,—le susurró— Deben estar nerviosas.

—Ah... Bueno.— Le dijo—. Podría decir soy yo la nerviosa, ellas realmente lo están haciendo bien.

—¿De verdad?—Le cuestionó, intrigado.— Pareciera que eres tú la más tranquila.

La chica frotó sus sudorosas manos en en el short deportivo.—En estos momento estoy hecha un manojo de nervios.

Kageyama suspiró.— Es normal, supongo.—Finalmente llegaron al gimnasio, que—al contrario de el de los chicos— ahora estaba silencioso. Pareciera que eran ellas las que habían decidido estar así, después de todo, no había mucho que hacer cuando los nervios dominaban la atmósfera, no podía culparlas.

—He oído que su primer juego será antes del nuestro.— Musitó el chico.

—¿De verdad? Yo creía que el suyo era antes que el nuestro—. Le contradijo.

El chico hizo memoria, intentando recordar con más claridad lo que Takeda-sensei les había dicho sobre el partido de mañana.

—Aunque fuera así...— Continuó ella—. Irán a apoyarnos ¿cierto?

Kageyama asintió levemente mientras miraba sus manos sujetar el de balones.— Lo haremos.— Akari sonrió, satisfecha de haberlo oído.

—Está decidido,— le avisó— entonces ganemos mañana.

—De acuerdo.— Terminó por decir, claramente en la misma sintonía que ella: ganar el primer día de las preliminares de la Intercolegial.

Entraron al gimnasio, donde el equipo de las chicas esperaba, sentadas en el suelo liso del lugar, rodeando a Harumi-san en un semicirculo, esperando por unas palabras.

—¡Al fin llegas, maldita!— Dijo Yoshida nada más verla entrar, con aura amenazante se abalanzó sobre ella.

—¡Y acompañada! ¡Quien lo diría Akari!— Añadió la pelirroja, imitando a la setter.

—¡Cierren la boca ustedes dos!

—¡Pero si no es nadie más que Kageyama-chan el que viene contigo!—Volvió a decir Nozomi, ésta vez, con una sonrisa irónica.

—Ho-Hola—. Saludó el mencionado, haciendo una reverencia para todas.

—¡Kageyama-chan, has sido muy amable en acompañarla!—La chica añadió, pasando un brazo por el hombro del chico.— Akari-chan se pierde con facilidad.

—¡Cállate, maldita sea Nozomi!—Reprochó molesta Akari.

Las chicas obedecieron a su petición, y dejaron de gritar eufóricas hacia ellos. Se volvieron a sentar, donde el resto del equipo se encontraba. Akari se giró a Kageyama, quien parecía abrumado por sus dos compañeras y no dejaba de juguetear con sus manos. Ella se acercó a él, quien levantó la mirada con nerviosismo, y le tendió el carrito de balones. Akari lo dejó ahí, después de todo, ya estaba en donde debía estar. Tomó la muñeca de Kageyama y lo llevó con ella fuera del gimnasio.

—Gomen, Tobio—. Se disculpó, refiriéndose al comportamiento de las chicas.

—Ah, está bien.— Aseguró él—. Será mejor que regrese al club.

—Cierto... Gracias por la ayuda.

Kageyama asintió con más tranquilidad.— Te veo después Akari-san.— Dijo antes de irse.  La chica se volvió nuevamente al interior del gimnasio, junto a su equipo.

Se sobresaltó al ver los caprichosos ojos de las dos chicas observarla desde adentro con intensidad.—¡¿Qué demonios pasa con ustedes?!— Musitó irritada, apartándolas de ahí y empujándolas de nuevo a su lugar.—Parecen unas acosadoras si me miran así.

—¿Kageyama se ofreció a ayudarte?— Cuestionó Yoshida mientras esbozaba una sonrisa socarrona.

—¡N-No tiene nada de extraño!— Se defendió la castaña.

Nozomi se acercó, con su típica mirada vanidosa y le sonrió con ironía.— No ¿como crees? Es muuuy normal que Kageyama se ofrezca para acompañar a una chica...

—¡Tu sarcasmo no funciona conmigo, Oyuki!

—¡Vamos, Akari!—La pelirroja exclamó—. ¡Definitivamente algo está pasando!

—¿A qué te refieres...?—Inquirió ella con brusquedad.

—¡Vamos ya, ustedes tres!— La gruesa voz de Harumi las hizo estremecer, quien las miraba con una vena saltona en su frente.—¡Déjense de juegos y vuelvan al círculo!— No les dió ni tiempo para responder antes de que obedecieran a la entrenadora y rápidamente se unieran al semicirculo hecho por el equipo. Las demás se rieron "disimuladamente" de ellas. Yoshida y Nozomi miraron a Akari, intentando retener una risa, mientras que la tercera se evitaba las ganas de darles un merecido puñetazo. Harumi se aclaró la garganta con fuerza, la suficiente como para que el gimnasio entero la escuchara.— Escuchen todas,— inició diciendo— mañana empiezan las preliminares para el torneo Intercolegial, así que quiero decirles unas cuentas cosas antes de finalizar por completo la práctica de hoy.

Las chicas la miraron, a la espera de las ansiadas cosas que tenía por decirles.

—Primero que nada, debo agradecerles.— Añadió con seguridad—. Les agradezco la oportunidad que me han dado de ser su entrenadora este año. Realmente me complace ser parte de este gran equipo.

—Harumi-chan...— Nozomi se sorbió la nariz con lágrimas en los ojos.

—Nozomi, estás exagerando.

—Si, ah... Como sea— La rubia mujer prosiguió—. Sobre el contrincante de mañana... Estoy segura que las de segundo y tercero saben quien es.— De pronto, el ambiente se volvió tenso entre las jugadoras mayores.— La preparatoria Shiratori.

—Lo sabía...— Una de las gemelas susurró con amargura.—Ellas de nuevo...

—¿De nuevo?— Izumi, la líbero, preguntó.

Michimiya—su capitana— se giró de manera que le diera la cara a cada una de ellas, principalmente, las de primer año. Y con la misma aura de capitana que tenía, habló.— Ustedes no lo saben porque son de primero, pero...—Reunió el suficiente valor para decir lo siguiente—. El año pasado sufrimos una terrible derrota contra ellas, con una diferencia enorme de puntos. Fue... Quizás el peor juego que hemos dado.— Sus palabras sonaban dolidas, sin duda que la capitana era la que mejor recordaba aquel partido, en el que se dieron cuenta muy tarde de lo mucho que les había faltado por hacer.

La vice-capitana se unió a Michimiya.—En ese entonces no teníamos jugadoras de tercero y el equipo carecía de integrantes, así que las pocas que quedamos nos desanimamos hasta el punto de descuidar los entrenamientos.—Pronunció aquello con gran amargura—. Nos hicimos tan irregulares que cuando el torneo llegó no teníamos ninguna oportunidad contra nuestras oponentes. No teníamos forma alguna que ganar.

Nuevamente la tensión hizo presencia entre las de segundo y tercero, cada palabra emitida de las senpais tenía esa sensación de nostalgia e impotencia que era imposible que las pequeñas kouhais no sintieran empatía por ellas, transmitiendo todos esos sentimientos atorados en sus pechos a ellas.

—Fue duro, es cierto.— Yui habló—. Pero fue suficiente para hacernos recapacitar sobre ello, así que las pocas que quedábamos regresamos con la intención de hacer las cosas bien está vez. Entrenamos, y entrenamos tan duro... Queríamos que hubiera una pequeña posibilidad de volvernos fuertes. Que si en el futuro llegaban nuevas integrantes no creyeran que este no era un verdadero equipo.— Suspiró, tomando una gran inhalación de oxígeno—. No queríamos decepcionarlas a ustedes.

Las de primero sonrieron, se sentían felices de que ya hubiera la confianza entre ellas como para contarse los triunfos y las derrotas, que tuvieran la seguridad de que ahora eran un equipo.

—Así es.— Harumi-san retomó la palabra—. Y después de haber estudiado a nuestras próximas oponentes, he decidido que ésta sería la mejor rotación.— La mujer tomó su pizarrón, en el que se marcaban las posiciones con sus respectivas ocupantes.— Creo que es la rotación que más nos favorece, cuando Nozomi y Hanako lleguen a la ofensiva, en la línea de bloqueo, tendremos una gran defensiva en cuanto a recepciones.  Y viceversa, siempre habrá una oportunidad para atacar.

El equipo escuchó con atención la explicación de su entrenadora, analizando y sacando el máximo provecho que pudieran. Después de todo, ese era la última práctica antes que de las preliminares iniciaran. Una vez que concluyeron, las chicas se dispusieron a ordenar sus pertenencias para poder partir.

Akari estaba guardando lo suyo con rapidez, quería llegar lo más rápido posible a casa. Tenía una conversación pendiente con Bokuto.

—¡No olviden estar puntuales mañana aquí!

—¡Ossu!— Respondieron coordinadamente todas ellas.

Akari se despidió del resto de las chicas y se dispuso a partir. Un revoltijo de emociones se hicieron presentes en su pecho; emoción, nerviosismo, felicidad... Miedo. Incluso ese seguía ahí. Pareciera que no se iría por más intentos que hiciera, no podía deshacerse tan fácil de él. Pensó en todo lo que había pasado desde su estadía en Miyagi, en Karasuno. Nuevas experiencias, nuevos amigos... Y mañana iniciaba lo que tanto le apasionaba, el voleibol estaba de vuelta.

Aunque seguía presente su vida en Tokio, aunque sus más preciados recuerdos se formaron ahí, ella simplemente no podía evitar sentir un caluroso acogimiento en este pequeño pueblo.

Una vez más, como había hecho desde que estaba aquí, inició su camino de vuelta a casa.

______

El olor de la cena que su madre preparaba llegó hasta sus fosas nasales, lo que provocó que su estómago rugiera con desesperación.

Saludó a sus padres y su hermano antes de permitirse degustar de la maravillosa comida que estaba servida en su plato.

—¡Itadakimasu!—Comió, comió y dejó reposar.

Kou la miraba con una sonrisa en su rostro, conociendo perfectamente las razones por las que parecía tan emocionada.

—Mañana inician los torneos ¿cierto?— Preguntó, atrayendo la atención de la chica.

—Si.

—¡Eso es bueno, querida!— Musitó felizmente si padre.— Es muy bueno que te distraigas en algo nuevamente.

—Gracias papá.

—Akari— Su madre llamó—. Recuerdas lo que te pasó la última vez, ¿verdad? No quiero problemas de nuevo.

—¡Vamos, mujer! ¡Se ve tan feliz, déjala en paz!— Su padres defendió protectoramente. Él sabía que su madre había cambiado con respecto a que Akari jugara voleibol desde el accidente en secundaria.— Ella está grande, estoy seguro que lo sabe.

—Sigue siendo peligroso. Recuerda que te permitimos jugar por ser una recomendación del doctor después de que-.

—¡Lo sé!— Arremetió con firmeza.— ¿Vas a hablar de ello? ¿Es así? ¡Porque entonces no quiero escuchar!

—Akari, cálmate.— Kou intentó calmarla pero ella se negó. Su madre abrió los ojos con sorpresa.

—Escucha, Akari. Sabes que ese problema está ahí, si continúas forzandote podría haber peores consecuencias.

—¡No!— Volvió a contradecir.— Eso fue hace muchísimos años, ¿lo entiendes? ¡Me trataron y se fue! ¡Así que no está!

—¡No puedes arriesgarte de esa manera! ¡Viste lo que sucedió en Tokio!

—¡Como sea!— Exclamó, sintiéndose molesta con todos. Se levantó de la mesa, sin siquiera recoger su plato y subió con pasos pesados a su habitación. Su hermano y sus padres la miraron retirarse con enojo, fue un mal momento para tocar el tema.

Akari tomó su celular y localizo apurada el número telefónico Bokuto, notando algunos mensajes que aún no había leído.
Comenzó a escribir el mensaje para su amigo.

"De: Akari Hall.
Para: Bokuto Kotarō.

Asunto:

Las preliminares comienzan mañana, estoy muy nerviosa. ¡Deséame suerte!

PD. Perdona que te lo diga por mensaje, pero mi madre me ha hecho molestar y no me siento con ánimos para hablar.

¡Aún así sabes que te quiero mucho! Ah, y dile a Akaashi que recibí su mensajes ayer, mándale un beso de mi parte. Ojalá pueda ir a Tokio pronto, los echo de menos."

Envió el mensaje.

Cerró los ojos y se imaginó el escenario que presenciaría mañana por primera vez en preparatoria, en Miyagi. De pronto se sentía relajada, la irritación y molestia que su madre le había provocado se había esfumado, dando paso a un tranquilizador silencio.

No pasó mucho cuando el celular vibró. Lo abrió y leyó el mensaje que recién había llegado:

"De: Bokuto Kotarō.
Para: Akari Hall.

Asunto:

¡Había oído algo de eso! ¡Me alegro tanto por ti! Te deseo me mejor suerte del mundo Aki-chan.

Ojalá estuviera ahí, ¡me gustaría abrazarte tanto!😭😭 :'(

PD. ¡Estoy tan celoso de que Akaashi reciba un abrazo tuyo y no yo! :(

PD2. Hablemos mañana por teléfono ¿de acuerdo? ¡Te extraño tanto! Anoche imaginé que estabas aquí entrenando con nosotros y todos estaban celosos de mi porque tenía una linda extranjera conmigo. ¡Fue tan triste! :'(
¡Pateales el trasero mañana con esa zurda!".

Akari sonrío, reteniendo lágrimas y risas al mismo tiempo después de haber leído el mensaje. La foto del perfil que Bokuto tenía le hizo sentir aún más nostálgica, se encontraban ellos dos, hace 4 meses exactamente, en la ceremonia de graduación del Hōkusu, estaba con él a su derecha, abrazándola con extrema ternura mientras que Akaashi estaba a la izquierda, con su usual semblante serio intentando alejar a Bokuto un poco de ella. Todavía recordaba tan vividamente aquel momento: su graduación compartida con todos sus amigos y personas que más quería.

Nuevamente escribió.

"¡Gracias Bokuto-san, siempre me subes el ánimo!
¡Prometo que llamaré mañana para avisarte de nuestra primera victoria!

PD. Por favor no te pongas celoso, ¡Akaashi-kun se merecía uno!

Te quiero mucho, nos hablamos mañana.
¡Te mando miles de abrazos!"

Otro mensaje llegó a sus notificaciones, imaginó que sería Bokuto pero el número desconocido y perfil vacío le indicaba que definitivamente no era él.

"De: Número desconocido.
Para: Akari Hall.

Te has ido antes de lo esperado y no he logrado verte después de la práctica. Y... no quería irme a a dormir sin desearte suerte mañana, confío en que ganarán.
Nos vemos mañana, iré a apoyarlas. Esfuérzate.

Por cierto soy Kageyama".

Se sorprendió, y un fuerte latido se encendió en su pecho... ¿Por qué sentía ese tipo de sensaciones cada vez que se trataba de él? Una involuntaria sonrisa apareció en su rostro, una ola de calor atravesó su rostro. Raramente deseó que tuviera una foto de perfil, quizás así lo último que vería antes de dormir sería su sombrío semblante. Era extraño, si, pero le hubiera gustado que fuera así.

Apagó el móvil y recostando su cabeza en el costado de la cama dejó que el aire acondicionado refrescará su caliente cuerpo y... se sintió bien. Sin nada más que eso, ninguna palabra más, simplemente se sintió bien.

_____

Perdonen la tardanza, pero hay algo que me ha impedido ser constante: la escuela. La odio.

¡Pero ya está aquí! ¡Y falta más!

Gracias por las casi 800 vistas y los 119 votos, les juro que me hacen enormemente feliz.

Ao-chan.

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