Everything's going to be okay...

By WelcomeMyDear

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-Te amo. -dijo el castaño con lágrimas en los ojos.- Nunca dejé de hacerlo. ~Segunda entrega de Everything's... More

Capítulo 1✨
Capítulo 2✨
Capítulo 3✨
Capítulo 4✨
Capítulo 5✨
Capítulo 6✨
Capítulo 7✨
Capítulo 8✨
Capítulo 9✨
Capítulo 10✨
Capítulo 11✨
Capítulo 12✨
Capítulo 13✨
Capítulo 14✨
Capítulo 15✨
Capítulo 16✨
Capítulo 17✨
Capítulo 18✨
Capítulo 19✨
Capítulo 20✨
Capítulo 21✨
Capítulo 22✨
Capítulo 24✨
Capítulo 25✨
Capítulo 26✨
Capítulo 27✨
Capítulo 28✨
Capítulo 29✨
Capítulo 30✨
Capítulo 31✨

Capítulo 23✨

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By WelcomeMyDear

Dedicado con cariño a: angelyubaldo18, PamRiggs333 y VirgiBerry12

-¿Cómo vais a conseguir una cabeza igual a la suya? -pregunté a mi padre mientras metía armas y munición en una mochila.

-Nos las apañaremos.

-No creo que sean tan tontos como para tragarse eso.

Paró de hacer lo que hacía y me miró.

-Es lo mejor que podemos hacer. ¿Qué harías tú?

Me senté con las piernas cruzadas en la cama y pensé qué responder.

-No lo sé. -terminé diciendo.

Me lanzó una mirada de 'te lo dije' y prosiguió.

-¿Va Rosita?

-Sí, se ha negado a quedarse.

Reí. Nos parecíamos bastante aun sin ser parientes.

-Mamá se hubiera quedado.

-Sí... -suspiró.

-Yo también la echo de menos.

Se acercó y me besó la cabeza.

-Ahora volvemos a tener una familia.

-Ya éramos una familia. Tú y yo, ¿no? -dije separándome.

-A ti y a mí nadie nos va a separar nunca. Ni siquiera una mujer. No tengas miedo por eso.

-Lo sé.

-Somos un equipo. Recuérdalo.

Puso el puño y lo choqué.

-Papá, mira antes de disparar. -dije refiriéndome a Alejandro.

-Le encontraremos y le traeremos de vuelta.

Cargó la mochila al hombro y abrió la puerta para marcharse.

-Tened cuidado. Sobre todo con Maggie.

Se giró sobre sus talones y asintió. Se despidió poniendo su mano firme a la altura de su cabeza, cosa que me recordó a mi infancia, cuando le veía partir todas las mañanas.
Cerró la puerta y se hizo un silencio absoluto en toda la habitación. Suspiré y a mis oídos llegó el sonido del motor de los coches. Me coloqué al lado de la ventana y observé a los adultos cargar las armas y desaparecer por las puertas.
Abraham y Rosita se dieron un beso y el grandullón entró por el sitio del conductor. Era la primera vez que veía un gesto así en ellos. Normalmente no mostraban demasiado su amor ante los demás.
Me sentí bien. Era como volver al pasado y ver a mamá despedirse de su marido. La latina alzó la vista y me descubrió en el cristal. Me mandó un beso al aire y fue la última en dejar la carretera. Cuando los dos coches abandonaron Alexandria, volví a mis asuntos.

Cogí un cuaderno y un bolígrafo y dejé la casa. Me dirigí garaje de un hogar bastante grande. Olivia estaba allí, colocando unas latas en la estantería. Cuando se dio cuenta de mi presencia, me miró y sonrió.

-Hey, ____. ¿Qué te trae por aquí?

-Rick me ha pedido que apunte el recuento de comida, armas y municiones.

-Lo tengo en una hoja, déjame un momento para buscarla.

Asentí y me di una vuelta entre los estantes. La mujer volvió al instante y anoté lo que necesitaba.

-Gracias, Olivia. -sonreí.

Me devolvió el gesto y me despedí con la mano.
Seguí andando calle arriba y me dirigí esta vez al pequeño cementerio, donde además de cuerpos, enterrábamos algunos cuantos fusiles.
Comprobé que cada cosa seguía en su sitio y me topé con la tumba de Ron.
Cogí algunas margaritas que crecían cerca y las deposité sobre los tres familiares.
Sobre las doce del medio día, fui hacia la entrada. Tal y como ponía en mi lista de qué haceres, había una carretilla de madera con algunos bidones de agua, lo cuales tenía que llevar hasta la torre de vigilancia.
Dejé el cuaderno a un lado y me subí. Intenté coger uno para calcular más o menos el peso y era demasiado para mis delgados brazos.
Llegué a la conclusión de que empujarlas sería lo mejor.
Le di una patada y cayó al suelo. Recé por que no estuviera roto, y tuve suerte. Arrastré como pude el gran objeto y lo coloqué más o menos donde tendría que estar. Me sequé la frente con la manga. Me quedaban sólo cinco más.
Volví a la carretilla y me preparé para otro gran esfuerzo.

-Hey, ¿qué haces?

Me sobresalté y llevé la mano al pecho.

-Eres tú. Qué susto. -sonreí a la chica de pelo largo.

-Lo siento, no era mi intención. -respondió con color en la mejillas.

Aparté el pelo de la cara y me subí las mangas.

-¿Te ayudo?

-Por favor. -reí.

Se quitó la chaqueta y sujetó un asa.

-¿Por qué haces esto? -preguntó mientras empezaba a andar hacia atrás.

-Rick me lo pidió.

-¿Y Carl?

-Él tiene otras cosas que hacer.

Calló y terminamos el trabajo.
Cogí el cuaderno y taché lo que acababa de hacer.

-¿Has terminado todo?

-Sí, creo que sí. No hay más cosas apuntadas.

-¿Vamos fuera?

-No puedo, Enid. Me han puesto a cargo.

-Oh, ya veo.

Se ató la chaqueta a la cintura y volvió a preguntarme.

-¿Y al muro? Tengo galletas.

Sacó una caja de la mochila y arqueé una ceja.

-¿De dónde has sacado eso?

-¿Y qué importa? ¿Vienes?

Accedí y ella rió.
Subimos a la plataforma en la que se quedó atrapada Maggie y nos sentamos en el borde.
La chica abrió el envoltorio y me ofreció una. La tomé con gusto y me la llevé a la boca.

-¿Es verdad que han ido a matar a ese tal Negan? -preguntó mirando al frente.

-Sí, pero estoy preocupada. Tiene fama de ser peligroso.

-Rick también lo es.

La miré con asombro.

-No es lo mismo.

-____, la gente mata por tres cosas. Supervivencia, poder y amor. Rick ha hecho cosas asombrosas, pero también temibles.

-Rick me ha protegido desde que le conocí. Matará por esta gente si es necesario.

-No le conozco lo suficiente.

Me limpié las manos en el pantalón y miré al horizonte.

-Hace días que Joe no sale de casa. -dijo dando un mordisco.

-¿Qué ha pasado?

-¿No lo sabes? Nick murió cuando cayeron las paredes.

La sesión de Ouija apareció en mi mente y recordé el brazo roto del chico.

-No sabía nada. ¿Y Carl?

-No lo sé, pero no es tonto. Supongo que se lo habrá olido si hace tiempo que no se le ve el pelo.

Cogí otro dulce más.

-Entonces, Deanna... -la miré esperando una respuesta.

Asintió tristemente y suspiré.

-Toma la última, estoy llena.

Me tendió la caja y la rechacé.

-Como me la coma, lo echo todo.

-Como quieras. -contestó.

-Creo que sé a quién le sentaría bien una galleta.

-No te va a abrir la puerta, ya lo he intentado y está cerrada con llave.

-Bueno, pero habrá otra entrada, ¿no?

Encogió los hombros.

-Vamos. -dije poniéndome en pie y dirigiéndome a las escaleras.

Cuando estuvimos juntas, nos pusimos en marcha.

-¿Y la comida? Tendrá que salir a comer, ¿no?

-Se la dejaban en el porche, creo.

-¿A dónde vais con tanta prisa? -nos interrumpió Spencer, apareciendo de la nada.

-No te importa. -respondió cortante mi compañera agarrándome del brazo para seguir andando.

Miré el rostro del hombre, quien no parecía muy contento por la contestación.
Unos metros más adelante, me atreví a preguntar:

-¿Por qué has hecho eso?

-No le conoces. Ya lo harás. -se limitó a decir.

Subimos las escaleras de la entrada a la casa.
Enid dio tres golpes a la puerta.

-¡Joe! ¡Abre la maldita puerta!

Observé a mi alrededor. Había una mesa con dos sillas. Sobre una de ellas había dos latas y en el suelo otra.

-Enid... -la llamé.

Se dio la vuelta y señalé la comida. Me miró con preocupación y decidí ir a la parte trasera de la casa. Saqué el cuchillo de la bota y me dirigí en silencio. Había una puerta y a la derecha una pequeña ventana. Me asomé por ella; era la cocina.
Todo parecía estar en su sitio, no noté nada raro. Giré el pomo, esperando que también estuviera cerrada, pero para mi sorpresa se deslizó haciendo crujidos.
Encontré un interruptor y lo pulsé. La luz parecía funcionar. Salí a un pasillo con todos mis sentidos en alerta. Abrí la puerta de la entrada, encontrándome con una chica de brazos cruzados.

-¿Dónde estabas? ¿Y cómo has entrado?

-Por atrás.

Se hizo paso y entró a lo que sería el comedor.

-¡Joe! -gritaba.

-¡Hey! ¿Estás loca? No llevas armas.

Me miró sin expresión. Me llevé el dedo índice a los labios.
Dejé la sala y empecé a subir las escaleras al segundo piso. Había un pequeño pasillo con varias puertas, todas cerradas.
Abrí la más cercana a mí y entré con el cuchillo en alto. Era el cuarto de baño. Había un armario abierto y varios botes y objetos de higiene esparcidos por el suelo.
Dejé la sala y abrí la puerta de en frente. Daba a una habitación matrimonio.
Fui a la tercera puerta, pero antes de girar el pomo, escuché un gruñido. Mi corazón empezó a latir con fuerza. Conté hasta tres y abrí de una patada. Bajé el arma al ver la escena.
Oí los pasos apresurados de Enid subiendo los escalones.

-¿Le has encontrado? -dijo con respiración agitada.

-Sí, pero será mejor que no entres.

Dio un paso hacia mí pero sus pies pararon cuando llegaron a sus oídos los sonidos guturales del chico.

-Quédate ahí.

Joe colgaba del techo, de una cuerda amarrada al ventilador. No llevaría más de tres días muerto, presa de la desesperación. Me subí a una silla para intentar cortar la cuerda. Sus manos casi tocaban mi cabeza. Me puse puntillas, pues era demasiado baja. Mis pies resbalaron y me agarré a las ropas del caminante, clavando cuchillo en su estómago y rajándole el abdomen.
Sus tripas abalanzaron sobre mí y, ahora sí, caí al suelo de espaldas.
Noté un sabor a sangre en mi boca y algunas otras sensaciones desagradables. Joe seguía lanzando gruñidos y bufé a la hora de ponerme en pie y quitarme sus entrañas encima. Cansada, lancé el cuchillo a su cabeza y cesó de hablar.
Otra vez me subí a la silla y saqué el arma del ojo. Corté la cuerda con dificultad y el cuerpo cayó haciendo un estruendo. Le tomé por los pies y le arrastré hacia la salida.
Enid estaba sentada en las escaleras y cuando me vio aparecer me lanzó una mirada de no entender.

-No preguntes. -dije antes de que abriera la boca.

Cavamos una tumba junto a la Nick y cogimos la comida del porche.
Se nos hizo tarde y el sol empezaba a ponerse.
La gente que se encontraba fuera de sus casas miraban asustados.
Me despedí de la chica y entré en casa.
Dejé el cuaderno en la mesa del comedor y advertí que había una fotografía en el centro de esta.
La tomé y comprobé que era la ecografía de Maggie. Sonreí al recordar la escena en la caravana cuando volvíamos a la Comunidad.

'Observé con detenimiento la figura del bebé y sonreí. Se la di a Daryl, quien hizo un intento de sonrisa y el último en tenerla fue mi padre.
Cuando la tuvo entre sus manos, se formó una curva en su rostro al instante y me miró a mí.
Devolvió el papel a los futuros padres y se inclinó hacia ellos.

-Glenn... -le llamó casi susurrando.

Apoyé la cabeza en la ventana y escuché con atención.

-Mientras hacíais la masa... ¿pensasteis en hacer el bollo?

El coreano se quedó de piedra, Daryl se llevó la mano a la cara y yo luchaba por no explotar de la risa.'

La dejé donde la había encontrado y subí a darme una ducha.
Entré en mi habitación y me topé con Carl durmiendo abrazado a su hermana.
Apagué las luces y me puse a su lado, con Judith entre nosotros. Deposité un beso en la cabeza de ambos y cerré los ojos lista para que Morfeo me acogiera.

***

-Muy bien, enana. -dije mientras metía la cuchara en su boca.

El otro Grimes miraba por la ventana impaciente a que aparecieran.
Le quité el babero y la cogí en brazos. Me puse al lado del hermano y este pasó su brazo por mi hombro.

-Mira, ya están.

Las grandes puertas se abrieron dejando paso a un par de coches.
Carl y yo salimos a su encuentro. Judith se revolvía en mis brazos pero pude sostenerla sin problemas.

Michonne salió con aspecto cansado y cerró la puerta de un portazo.
Uno a uno, fueron abandonando los autos. Mi corazón latía con fuerza, no solo por lo ocurrido la tarde anterior.
Esperaba con ansias poder ver a Alejandro salir junto a mi padre, pero desgraciadamente, nadie acompañaba al pelirrojo.
Entregué la niña a Carl y salí corriendo en su busca.

-¿Dónde está? -pregunté en voz alta y respirando rápidamente.

-No estaba allí, cariño. Los matamos a todos. Lo siento.

Me acerqué al coche para abrir la puerta. Tenía que estar ahí. No podía ser verdad.

-____...

Me tomaron de los brazos y me separaron del auto.

-Hicimos todo lo que estuvo en nuestra mano...

Sentí una puñalada en el pecho. Me llevé las manos a la cara y de ahí, a la cabeza. Empecé a hiperventilar. Me negaba a aceptar la realidad.
Negué mil veces con la cabeza y caí de rodillas. Las lágrimas mojaban el asfalto y mis llantos callaban los gruñidos que provenían de detrás de los muros.

Había cristales en el suelo y mi suerte andaba descalza.

°*•°*•°*•°*•°*•°*•°*•°*•°*•°*•°
Hey heyy
¿Qué os va pareciendo la historia? Tengo alguna idea que otra pero no sé muy bien cómo lo voy a hacer xd

Quería deciros que estoy pasando por una mala racha y tengo bastantes problemas, por eso quería pediros perdón y paciencia porque a lo mejor tardo un poco más en subir.

También quería agradecer a todas esas personas que me comentan cosas súper bonitas y me alegran el día❤❤

Pregunta:
¿Hay por aquí algunx Potterhead?
Es que tengo obsesión con Harry Potter xd VIVA DRACO MALFOY

Si a alguien de Madrid le interesa, estaré el 11 de febrero en la Japan Weekend, iré otra vez de Carl. Estaré encantada de conocer a quien quiera :)

Si queréis ver mi cosplay↓↓

☁️Instagram: @welcomemydear

Al

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