Instituto de Hombres [#1] EN...

By Cam_Music

2.9M 189K 59.6K

Sarcástica, irónica y directa. Esas son las palabras con las que se define a la perfección a Dylan Parker, un... More

PRÓXIMAMENTE
Nota importante
Capítulo 1| Nueva vida
Capítulo 2| Un viaje a Los Ángeles
Capítulo 3| Esto no puede estar pasando
Capítulo 4| Viviendo con cuatro chicos
Capítulo 5| Noche de chicos
Capítulo 6| La iniciación
Capítulo 7| Primer día y venganza
Capítulo 8| Entrando al equipo -parte 1
Nota de autora
Capítulo 9| Entrando al equipo -parte 2
Nota de autora
Capítulo 10| Una pelea
Capítulo 11| Muchas versiones
Capítulo 12| Castigos
Capítulo 13| Partido con los Bulldogs -parte 1
Capítulo 14| Partido con los Bulldogs -parte 2
Capítulo 15| Los chicos de fiesta
Capítulo 16| Venganza, dulce venganza
Capítulo 17| Cabeza de zanahoria y Mr. Grinch
Capítulo 18| Recuerdos (especial)
Capítulo 19| La venganza de Tyler
Capítulo 20| Tyler, estás muerto
Capítulo 21| Un viaje al bosque -maratón 1/3
Capítulo 22| El hormiguero -maratón 2/3
Capítulo 23| El Kikoran -maratón 3/3
Capítulo 24| La venganza del Kikoran
Capítulo 25| Daniel capitán
Capítulo 26| Atrapar la bandera
Capítulo 27| Celular nuevo, amigo nuevo y helado en el suelo
Capítulo 28| ¡Soy Cam!
Capítulo 29| Es Nick Parker
Capítulo 30| Un tomate en los pantalones
Capítulo 31| Primer día de vacaciones
Capítulo 32| ¿Me descubrieron?
Capítulo 33| La verdad
Capítulo 34| Soy tu hermana
Capítulo 35| Ethan y Evan, me defiendo con Barnie
Capítulo 36| Estúpido Ethan, estúpido Barnie
Capítulo 37| ¿Celos? ¿Dónde?
Capítulo 38| Los hermanos Smith
Capítulo 39| Aprender a conducir
Capítulo 40| Prisión y McSexy
¡Feliz Año Nuevo!
Capítulo 41| Malentendidos y examen de Química
Capítulo 42| ¿Qué me pasa con Tyler? -parte 1
Capítulo 43| ¿Qué me pasa con Tyler? -parte 2
Capítulo 44| Desatre navideño
Capítulo 45| Un desastroso año nuevo
Capítulo 46| ¿Descubierta?
Capítulo 47| Partido importante, confesión importante
Capítulo 48| ¿Quieres...?
Capítulo 49| No estoy drogada
Capítulo 50| Droga en tu sistema y desfibrilador
Capítulo 51| Pelea y castigos
Capítulo 52| Una cita un tanto diferente
Capítulo 54| Plan cabrón-nicornio
Capítulo 55| La verdad siempre sale a la luz
Capítulo 56| Entrar en razón
Capítulo 57| El sabor del amor
Capítulo 58| Siempre fui chica, imbécil
Q&Q -curiosidades
Capítulo 59| Siempre en mi piel (final)
EPÍLOGO
Aclaraciones/SEGUNDA TEMPORADA
EXTRA #1
EXTRA #2
AGRADECIMIENTOS
Segunda temporada lista

Capítulo 53| La cápsula del tiempo

35.8K 2K 797
By Cam_Music

Por primera vez en mucho tiempo me vi bendecida por la suerte, y gracias al cielo el oficial de policía no logró atraparnos, aunque estuvo cerca. Todavía me parece surrealista el hecho de que Tyler se tomara una selfie junto a mí en medio de la persecución, el oficial salió en la fotografía.

Actualmente auto sigue andando en silencio, nuestras ropas se encuentran aún mojadas, a tal punto de que varias gotas caen a los asientos. Mantengo la mirada fija en la ventanilla, estamos en camino al lugar del último reto, según él, este reto será juntos.

La intriga no tarde en aparecer en mi semblante al percibir cómo el auto va disminuyendo su velocidad al ingresar al estacionamiento de la playa. ¿Qué hacemos aquí? Me giro a observarlo algo confundida, el chico me brinda una pequeña mirada antes de desabrochar su cinturón para salir del auto. Lo sigo con mis ojos, viendo como rodea el vehículo para luego detenerse en la puerta de copiloto, abriéndola.

— ¿Qué hacemos aquí? —interrogo, nada más poner un pie fuera del vehículo.

El lugar se encuentra repleto. Varias personas se broncean en la arena, otras simplemente deciden entrar al mar. Un par de niños corren jugando con una pelota al tiempo que ríen, mientras que un señor cincuentón no deja de comerse con la mirada a una chica veinte años menor. El sol se encuentra en su máximo esplendor, causando que achine los ojos, aunque la primavera aun no haya comenzado, en Los Ángeles el sol siempre brilla sin importar la estación del año.

—Nuestro próximo reto, aun no se cuál será —la voz de Tyler hace que fije mi atención en él, ruedo los ojos ante su respuesta.

Mis converse están en el auto, por lo que mis pies hacen contacto con la arena caliente una vez hemos caminado un par de pasos. Mis pies comienzan a arder, causando un pequeño chillido de mi parte.

— ¡Arena caliente! —exclamo, dando pequeños saltitos.

Escucho las risas por parte del chico, pero prefiero ignorarlo, pues lo único que quiero es aliviar el ardor proveniente de mis pies. Algunas personas a nuestro alrededor nos observan curiosas, otras ríen con desfachatez. Avanzo un par de metros saltando, mientras trato de llegar al mar para humedecer mis pies.

— ¡Espera, enana! —escucho a Tyler a mis espaldas.

Al observarlo no pasa desapercibida su radiante sonrisa, atrayendo la atención de varias chicas a su alrededor. Muerdo el interior de mi mejilla sintiendo algo de enojo formarse en mi interior cuando tres chicas que antes se estaban bronceando se levantan, dejando a la vista sus diminutos bikinis, antes de caminar hacia él. El chico comienza a trotar en mi dirección, tensionando sus músculos con cada paso, parece un estúpido súper modelo de comercial.

— ¡Cuidado con la...! —antes de que termine su frase un chillido escapa de mis labios cuando mis pies tropiezan con algo, instintivamente intento sujetarme de lo más cercano: el brazo de mi novio. Este abre muchos los ojos al sentirse arrastrado conmigo en dirección al suelo, mi cuerpo cae por inercia hacia la arena, dejando mi cara enterrada en una especie de montaña. De repente escucho varias quejas además de algunas carcajadas— Lata —escucho su voz junto a mí, terminando la frase antes interrumpida.

Un resoplido escapa de mis labios al levantar mi rostro de la montaña de arena, comenzando a escupir la que se ha colado dentro de mi boca. Él se levanta antes de tenderme la mano, la cual acepto con un bufido. Trato de sacudir mis ropillas, para que todo rastro de arena desaparezca.

— ¡Oigan! ¡Destruyeron nuestro castillo! —exclama una voz infantil frente a nosotros, por lo que bajo un poco la mirada para posarla en un niño rubio junto a una niña rubia, de no más de diez años, con sus brazos cruzados y sus ceños fruncidos.

Sonrío para mis adentros, soy un par de centímetros más alta que ellos.

—No fue mi culpa, fue culpa del hobbit aquí presente. —me señala Tyler, ganándose una mirada cargada de indignación de mi parte.

Los niños descruzan sus brazos comenzando a reír. Ni que ellos fueran tan altos.

—Deben reconstruir nuestro castillo. —señala la niña hacia la pila de arena.

Elevo una de mis cejas de forma retadora, a mí nadie me dice qué hacer, excepto mi madre cuando está furiosa.

— ¿A eso llamas castillo? He visto colonias de hormigas mejores que eso. —alzo un hombro sin dale importancia.

El rubio ríe estando de acuerdo conmigo antes de acercarse a mi lado, mientras que la niña solo abre la boca indignada. Tyler frunce el entrecejo antes de posicionarse junto a la pequeña niña, frente a mí.

—Claro que no —la defiende, achino los ojos al igual que él.

Comenzamos una especie de guerra de miradas, en la que él me observa desde arriba, sus ojos avellana chispean con diversión. En serio, debo practicar baloncesto para estirarme un par de centímetros, ¡los niños de diez años casi tienen mi estatura!

—Es la guerra, el chico hace equipo con Melanie y yo hago equipo con el hobbit —afirma el rubio a mi lado de manera firme.

No dudo en propinarle un zape por haberme llamado de esa forma.

—Hecho, quien haga el mejor castillo gana, los jueces serán los que estén en la playa —Tyler extiende su mano para cerrar el trato, no dudo en aceptarla.

—Los haremos papilla —aseguro, tomando al rubio de la muñeca para alejarnos un metro del lugar donde están nuestros contrincantes.

Tomo un par de palas de la arena, dispuesta a construir el mejor castillo de la historia.

Díganme infantil, pero no puedo resistirme a una apuesta. El niño rubio resulta que se llama Alex, y la rubia es su «enemiga». Es algo extraño debido a que estaban construyendo un castillo juntos, pero sus padres son amigos y vinieron todos juntos a la playa. No sé por qué esa historia se me hace demasiado familiar. En fin, nuestros castillos están casi terminados, en realidad no quedaron nada mal.

—Pásame la pala —le pido al niño mientras trato de cavar un agujero con mis manos.

Doy una pequeña mirada a mi lado, donde Tyler le cuenta algo que no logro percibir a Melanie, antes de darme una pequeña mirada. Frunzo el ceño, concentrándome en terminar mi castillo.

— ¿Por qué se llevan tan mal? —escucho la pregunta de Alex.

Una de mis cejas se arque ante su cuestionamiento, pero continúo agregando un poco de arena a una de las «torres». Sé que se refiere a Tyler, pero nosotros no nos llevamos mal, solo que estamos a acostumbrados a tratarnos de esa manera.

—No nos llevamos mal —afirmo, dándole una pequeña mirada—. Antes nos llevábamos mal, ahora somos novios —me encojo de hombros.

La sorpresa parece tatuarse en el semblante del niño, quien no deja de repasar a Tyler y luego a mí. Su sorpresa me hace carcajear.

—Pero no se están besuqueando por todas partes, parece que se conocen de toda la vida.

Dejo escapar una exhalación, asintiendo. Es cierto, nos conocemos desde siempre, aunque antes nos lleváramos demasiado mal, ahora las cosas han cambiado un poco. No digo que seamos la pareja perfecta, porque la perfección no existe, pero hacemos lo mejor que podemos. No pasamos acaramelados, solo nos divertimos como si fuésemos amigos, no obstante, él provoca demasiados sentimientos inexplicables.

—Nos conocemos desde siempre, antes nos llevábamos terriblemente horripilante, pero luego las cosas cambiaron —aseguro soltando una risilla.

Al parecer mi declaración lo hice replantearse algún aspecto de su vida, puesto que su mirada de posa en algo o, mejor dicho, alguien a mis espaldas. No dudo en seguir sus ojos azules, encontrando a Melanie llevando un mechón de su rubio cabello detrás de su oreja. No puede evitar sonreír.

—Te gusta. —mi afirmación parece haber tocado una fibra sensible, ya que el color carmesí inunda sus mejillas antes de negar efusivamente.

— ¿Qué? No, puf, quisiera ella —trata de explicarse, entre más palabras salen de su boca más se sonroja.

Sonrío ante tal imagen. No digo nada más, solo me concentro en terminar el castillo.

Varias personas se encuentran reunidas a nuestro alrededor, las chicas de diminutos bikinis también, pues Tyler gritó «vengan a votar en el nuevo concurso de castillos». A mí no me engañan, estoy completamente segura de que solo quieren observar el trasero del chico.

Sonrío antes de apegarme a él una vez este levanta su celular para tomarnos una selfie junto a los castillos, con Alex y Melanie acompañándonos. Percibo el sonido de la fotografía ser sacada, antes de incorporarme un poco mejor.

El agua de mar colándose entre los dedos de mis pies es una clara de señal de que no debimos haber construido los castillos tan cerca del agua.

— ¡Señoras y señores! ¡Niños y niñas! ¡Viejos pervertidos y viejas pervertidas! Bienvenidos al concurso de castillos —comienza con voz de comentarista, caminando en varias direcciones con la pala en mano actuando como micrófono—. ¿Cuál es el mejor castillo? ¿El número uno? —señala hacia el suyo con Melanie, ha de recalcar que quedó muy bien, no está perfecto, pero sí muy bien construido. Al señalar a su castillo una gran sonrisa se posa en sus labios— ¿O el número dos? —señala hacia el mío con Alex, haciendo una gran mueca de desagrado.

No tardo en lanzarle arena por haber hecho esa mueca. Las personas comienzan a susurrar entre sí, tratando de decidirse por cuál votar.

—Ya saben, voten con conciencia —habla en dirección al montón de chicas que se encuentran embobadas con sus movimientos, antes de ofrecerles una pícara sonrisa.

Las chicas sonríen de vuelta emitiendo chillidos. Eso es una compra totalmente injusta de votaciones, todo parece empeorar y mis puños se aprietan cada vez con mayor fuerza cuando una de ellas le guiña el ojo.

— ¡No es justo! ¡Les estás coqueteando! —señalo en dirección a las chicas.

Tyler sonríe de medio lado, acercándose a mi oído. Mi cuerpo se tensa al sentir su aliento chocar con mi piel.

—Se llama saber hacer campaña —su voz suena divertida antes de plantar un beso en mi mejilla.

Es claro que ellas y todas las chicas votarán por su castillo, es un aprovechado. Ojalá pudiera hacer algo para que las demás personas votaran por el mío.

—Quítate la camiseta —susurra Alex en mi oído con total seguridad. Antes de poder protestar el chico se me adelanta—. Él está jugando sucio, puedes hacerlo también. Varios chicos y el viejo cincuentón pervertido te observan. —señala a donde un par de chicos sonríen.

No es de mi gusto quitarme la camiseta en frente de todos, pero es como si estuviese en traje de baño, ¿no?

Cuando estoy lista para negarme observo como Tyler pasa su camiseta por encima de sus hombros y mi mandíbula amenaza con caer al suelo al notar sus músculos tensionados a mi lado, una pequeña capa de sudor hace que su cuerpo brille, como el de un vampiro a la luz. Un par de chillidos y aplausos se hacen escuchar, si bien mi vista se encuentra fija en el firme torso de mi novio, ¿cómo es que no he pasado mis manos por todo eso?

La egocéntrica mirada de Wirthman se gana un resoplido de mi parte, sin embargo, de a poco una sonrisa se va formando en mis labios. Oh, querido Ty, este juego es de dos. Sin pensarlo dos veces y evitando que la vergüenza se apodere de mis inhibiciones no tardo en pasar mi camiseta húmeda por mis hombros,

Un par de silbidos no tardan en llegar a mis oídos y algunas miradas me escanean de inmediato. Mi sostén ha quedado expuesto a la vista de todos.

No trascurren ni dos segundos cuando Tyler ha lanzado su camiseta en mi dirección, la cual cae sobre mi torso.

—Ponte eso —gruñe con la mandíbula apretada, en un intento fallido por cubrir mi cuerpo.}

Sonrío para mis adentros a la vez que elevo mi ceja de manera retadora, creo que alguien está celoso. Él empezó, así que ahora que se aguante.

¡Castillo uno! ¡El castillo dos! —se escuchan los gritos provenientes de toda la playa, las personas no dejan de discutir sobre cuál será el castillo ganador.

Antes de que Tyler intente cubrirme aún más logro escapar de su agarre al tomar un puñado de arena húmeda, más conocida como barro, a la vez que impulso mi brazo para lanzárselo. La bola de barro vuela por los aires antes de estamparse en uno de sus fuertes y bronceados pectorales.

Una carcajada no tarda en salir de mis labios, mientras él borra toda emoción de su rostro.

Una chispa se hace presente en sus ojos avellana.

—Es la guerra —dice, agachándose a tomar un puñado de arena húmeda.

Mis ojos se agrandan al mismo tiempo que niego efusivamente. Su brazo se impulsa para luego soltar la bola de barro en mi dirección, instintivamente me agacho, dejando que el barro pase a poco centímetro de mi cabeza.

Un suspiro de alivio escapa de mi garganta, pero escucho un grito enojado a mis espaldas. Me levando para observar a un chico, el cual trata de quitarse el lodo de su rostro. El moreno se agacha a recoger un poco de arena, antes de lanzarla en dirección a Tyler, quien abre los ojos como platos, pero de forma ágil se agacha, provocando que el lodo impacte en el rostro de una mujer.

Hago una mueca cuando todas las personas comienzan a lanzarse bolas de barro y arena, sin embargo, me aprovecho de la situación el arrojar un poco de arena en dirección a las chicas de bikinis diminutos, impactando en el rostro de una de ellas. Antes de soltar una sonora carcajada algo se estrella contra mi mejilla.

— ¡Te mato! —exclamo en su dirección, el chico finge terror antes de reír.

Los músculos de su abdomen se tensionan por dicha acción, pero con mi mayor fuerza de voluntad retiro la mirada del lugar donde se marca su «V» para lanzarle un puñado de arena, el cual colisiona con su rostro. Sus carcajadas cesan de inmediato cuando las mías comienzan a resonar.

Un grito escapa de mi garganta cuando siento que uno fuertes brazos me levantan del suelo, corriendo conmigo como si mi peso fuese igual a una pluma. Vuelvo a gritar cuando diviso que los pasos de Tyler se dirigen en dirección al mar y lo siguiente que percibo es como mi cuerpo se sumerge por completo. Sin duda este ha sido uno de los mejores y más divertidos días de mi vida.

Juego un poco con mi brazalete, estoy algo desesperada. Tyler fue hace un par de minutos a un establecimiento desconocido, dijo que no se demoraba. No obstante, no me caracterizo precisamente por ser una persona paciente y peor aun si mi ropa se mantiene empapada. No dudo que me enferme en un par de horas.

A mi parecer, fue extremadamente divertida la guerra de lodo que hicimos en la playa, todas las personas no dejaban de lanzarse arena y correr como niños.

Faltan varias horas para el atardecer, por lo que el sol aún se encuentra en todo lo alto, según él, ahora debemos ir a un lugar sorpresa. Aun no entiendo qué hace en ese establecimiento de fotografías.

Percibo como la puerta del establecimiento es abierta, y por esta sale un Tyler demasiado sonriente con una bolsa en mano. Espero que abra la puerta del auto, siguiendo todos sus movimientos con la mirada. Una vez está por encender el auto posiciona la bolsa en los asientos traseros.

— ¿Y bien? —interrogo cuando pone el auto en marcha, el chico me envía una pequeña mirada, con una sonrisa adornando su rostro—. Ya entendí, no me dirás nada. —bufo, rendida.

Él asiente pronunciando un «exacto». Me cruzo de brazos recargando mi cabeza en la ventanilla, observando las cosas perderse en la lejanía.

Poco a poco mis ojos se sienten algo pesados, por lo que los cierro por un segundo, solo será un segundo.

—Voy al baño —le susurré.

Me tambaleé un poco al tocar el suelo, aun así, intenté hacer mi mejor esfuerzo por mantenerme estable en los botines de camino al baño, aunque no supiera dónde se encuentra. Las luces y las personas moviéndose en todas las direcciones no ayudaban mucho.

—Dyl... Dyl, despierta —escucho una voz que me susurra, aunque no logre observar a nadie.

Caminé por un pasillo algo vacío hasta encontrar una puerta abierta, gracias al cielo era el baño, así que no debía seguir buscando. Arrugué la nariz ante el aroma que este desprendía y cerré la puerta para hacer mis necesidades. Un par de minutos después abrí la llave del agua dejando que esta empapara mis manos para luego enjabonarlas.

Observé mi reflejo, percatándome de lo brillante que se mantenía mi frente debido a la capa de sudor que desprendía, pasé el dorso de mi mano por mis ojos. Sentía el alcohol en mi sistema.

Oye... Dyl... qué linda te ves cuando duermes, eres muy hermosa. —la voz vuelve a susurrar, a la vez que siento que alguien acaricia mi mejilla.

Me sobresalto, antes de entreabrir un poco mis ojos. Una sonrisa no tarda en aparecer al observar a Tyler a pocos centímetros de mi rostro.

¿El sueño que tuve...? ¿Fue una especie de recuerdo? Tal vez en un par de días logre recordarlo todo. El sueño me confundió un poco, se supone que sí bebí, es lo único que he podido descubrir hasta ahora. Además, bailé con Tyler, y... un día antes de ir a la fiesta mi amistad con Evan estaba intacta, pero después no sé qué sucedió. ¿Ocurrió algo en esa fiesta que no me quiera decir? ¿Le hice algo malo?

Nada más poner un pie fuera del auto los alrededores me atrapan con su belleza. Estamos en lo que parece ser una montaña o colina, todo rodeado por árboles y césped.

— ¿Qué...? —antes de formular mi pregunta me da la vuelta.

Mi mandíbula amenaza con caer al suelo, el sol está poniéndose en el horizonte, donde logra observarse el paisaje de la ciudad. Las luces de los edificios comienzan a hacerse presente, no puedo apartar mi vista de tanta hermosura. No sé cómo hay personas que no disfrutan esta clase de vistas, no es que yo sea una amante de los escenarios románticos, pero esto es realmente digno de admirar. Romántico o no, amo este lugar y solo he estado un par de minutos.

—Esto es... wow —es lo único que logro pronunciar.

Ríe un poco antes de enseñarme la bolsa en sus manos. Abro la boca al notar que es la misma que no me dejó fisgonear.

—Las selfies eran para esto. —saca un montón de fotografías de la bolsa.

Son todas las fotos que nos tomamos hoy. Río al observar en la que nos lanzamos a la fuente, con todas las personas riendo a nuestras espaldas. Repaso todas y cada una de ellas, algunas ni siquiera supe que las había tomado.

— ¿Las vemos? —interroga, asiento sin despegar mis ojos de las fotografías.

Me dejo guiar hasta que nos sentamos en el capó de su auto. Levanto la mirada observando el sol ponerse.

Percibo como me rodea con sus brazos, proporcionándome algo de calor cuando una fría brisa me hace estremecer. No dudo en acurrucarme en sus brazos, incluso siento el pecho de Tyler vibrar debido a sus risas.

—Dyl... —susurra acariciando mi cabello, hago un extraño sonido con mi garganta para que sepa que lo escucho, aunque mi mirada se encuentre fija en las fotografías—. ¿Se considera un error a algo de lo que no te acuerdas o no estuviste consciente, literalmente? Como el bailecito que hiciste en la fiesta sobre una mesa.

Frunzo el entrecejo al incorporarme, no comprendo muy bien su pregunta. Fijo mi mirada en sus ojos avellana, los cuales se encuentran un poco más oscuros. El sol ha terminado de ponerse, por lo que la oscuridad nos rodea.

—No, no estaba consciente. Y yo no debo perdonar las faltas de alguien, la pregunta sería si tú eres capaz de perdonar tus propios errores —digo con voz firme, desvía un poco la mirada en dirección a la ciudad. Incluso noto como se debate internamente, cuánto daría por saber que pasa por su mente—. Los errores no son fracasos, son experiencias —susurro para que logre escucharme.

— ¿Desde cuándo tan sabia?

Su comentario me hace negar divertida, él no duda en tomarme de la barbilla, plantando sus labios con los míos. Un hormigueo me recorre completa cuando sus suaves labios se mueven al compás de los míos, no sabría describir cómo me siento en este momento, ni siquiera todos los cosquilleos que se hacen presente. Lo único que quiero es quedarme aquí con Tyler, no encuentro manera de explicar las sensaciones que se esparcen por mi cuerpo. Una vez nos alejamos con las respiraciones agitadas, me sonríe antes de darme un beso casto y me rodea con sus brazos, recostándonos en el capó del auto.

— ¿Podrías inventar un diccionario en el que solo los dos sepamos el significado? —interroga, aun rodeándome con uno de sus brazos y con la mirada fija en el cielo.

Lo pienso unos segundos, ¿un diccionario? Soy buena inventando palabras, aunque no estoy segura.

—No sé... ¿cuál sería la palabra secreta para mi nombre? —inquiero algo curiosa, pero sin moverme de sus cómodos brazos. Su respiración es pausada, tanto así que me relaja.

—Hum... debe empezar con «D»... —se lo piensa un segundo, mi atención está fija en sus palabras— ¿Dycie?

Río un poco ante el nombre que ha escogido. Suena bien, a decir verdad, por lo que asiento con una sonrisa plantada en mis labios.

—Dycie... me gusta. ¿Cuál será el tuyo? —interrogo, se hace el silencio, cada uno pensando en cual podría ser su apodo secreto. No sabría qué apodo usar, todos mis sobrenombres son ofensivos. Abro los ojos cuando uno llega a mi mente—. ¡Tylerdo! —exclamo emocionada, para luego echarme a reír.

El pecho de Tyler comienza a vibrar a la vez que sus roncas carcajadas inundan el ambiente.

— ¿En serio? ¿Cómo Talerdo de Tadeo, el explorador perdido? —interroga.

Asiento soltando una pequeña risa, debemos admitir que el nombre secreto es gracioso.

Siento como su pulgar traza círculos en mi espalda baja, provocando que mi vello se erice en esa zona.

— ¿Cómo se dirá «te quiero»? —susurra en mi oído.

Muerdo mi labio al sentir una pequeña corriente en el lugar. Este chico produce serios efectos en mí. Pienso un poco antes de responder, en realidad no se me ocurre nada, como cuando te preguntan qué has hecho últimamente y de repente olvidas toda tu vida.

—Tal vez... ¡di xyro! ¡Que signifique «te quiero»!... ¡Di azzo es «te amo»! —comento, demasiado emocionada.

Su pecho vuelve a vibrar debido a las sonoras carcajadas que lanza, no puedo creer lo que dije.

—Me gusta... entonces bi xyre es «me quieres» y bi azzo es «me amas» —me apega más a su cuerpo.

... ¿Y «por siempre»? —interrogo con mi rostro oculto en su cuello, aspirando su fantástico aroma. El chico comienza a negar haciendo que mi ceño se frunza.

—No quiero un por siempre de dos meses, prefiero un poco a poco que dure toda la vida.

Sonrío ante sus palabras a la vez que un revoltijo se forma en mi estómago, es totalmente cierto. He conocido parejas que hoy se juran amor eterno, pero en un par de meses se odian. Esas parejas que se dedican mil y un estados en Facebook diciendo cuanto se aman, para después bloquearse mutuamente.

—Ven. —se incorpora tomándome de la muñeca.

Nos bajamos del capó, observo como Tyler mantiene la bolsa con algo dentro, mientras me guía un par de metros lejos del auto. Una vez allí fija su mirada en la mía.

—Recordaremos esto toda la vida, dentro de diez años vendremos a este lugar —afirma sonriendo, le sonrío de vuelta, ha este paso mis mejillas se entumecerán, pero lo vale.

El chico saca de la bolsa una pequeña cajita de terciopelo azul, paso mis dedos por la superficie, notando unas letras escritas en cursiva. «Dyler».

En su interior de ella se encuentran todas las fotografías. Una amplia sonrisa se forma en mis labios, si es que puede ser más grande

—Escribe algo en alguna —me tiende la pequeña caja junto con un bolígrafo de tinta negra, algo titubeante los tomo.

Saco una de las fotografías al mismo tiempo que sonrío observándola, sé perfectamente que escribir en esta.

—Tú escribe en algunas —le tiendo la caja, su risa inunda el lugar mientras toma un par de fotografías.

Detrás de la foto que nos tomamos antes de la caída en la fuente escribo «Di xyro, bi xyre. Di azzo, bi azzo. Atte. Dycie y Tylerdo». Las frases que escribí sobre otras fotos serán un secreto, ni siquiera se las mostraré a Tyler, deberá esperar diez años.

—Debemos enterrarla —dice, una vez todas las fotografías se encuentran dentro.

Comenzamos a cavar con las manos, apartando las ramas y tierra que se encuentran estorbando. Una vez el agujero está hecho entre los dos depositamos la pequeña caja, para después cubrirla con tierra.

Sonrío satisfecha levantándome del suelo, para después sacudir mis manos en mis vaqueros. Tyler sin mediar palabra se aproxima tomándome de la cintura para apegarme a su cuerpo, mi nariz comienza a rozar con la suya antes de que una sonrisa se forme en sus labios.

—Jamás olvidaré este momento, te lo prometo —susurro, segura.

Un cosquilleo se extiende por todo mi cuerpo cuando sus manos se posan firma en mi cintura, sus labios comienzan a moverse de forma dulce y tierna, al mismo tiempo que llevo mis manos a sus hombros. Poco a poco el beso se torna un poco más apresurado, me separo un segundo para tomar aire antes de volver a unir nuestros labios. Un hormigueo recorre mi espalda cuando su mano se adentra debajo de mi blusa, mi piel se eriza cuando sus cálidos dedos hacen contacto con ella.

Percibo como las manos de Tyler se posan en mi trasero para luego impulsarme, sin dudar abrazo su cintura con mis piernas. Mis labios no dejan de cosquillear, este ha sido un día perfecto. Noto como mi trasero toca un objeto frío, el chico me ha posicionado en el capó del auto, sin despegar nuestros labios me recuesto atrayéndolo conmigo. Siento mi cuerpo vibrar ante las caricias que me proporciona, un escalofrío me recorre entera, aunque mi cuerpo esté ardiendo en llamas. Siento como si flotara en nubes de algodón.

Mis pulsaciones se elevan tanto que temo tener un ataque que arruine el momento. Su cuerpo se posa sobre el mío, contagiándome de su excitación. Un pequeño sonido escapa de mis labios al sentir su mano debajo de mi camiseta, trazando pequeños círculos con la yema de sus dedos. Sin embargo, unas gotas húmedas se escurren por mi entrepierna, haciendo que mi ceño se frunza.

—Ty... —logro decir entre el beso, mis labios palpitan de sobremanera.

El chico lanza un gruñido atrapando mi labio inferior entre sus dientes. Hago un esfuerzo sobrehumano por no perder la cabeza, un jadeo escapa de mis labios cuando siento como un camino de besos húmedos recorren desde mi cuello hasta mi clavícula.

—... Ty... te-engo algo-o hú-me-edo —digo sin dejar de besarle.

El líquido vuelve a bajar, volviéndose algo incómodo. Mi cuerpo se tensa un poco al sentir algo duro en mi abdomen, Tyler vuelve a gruñir dejando una línea de besos por mi mandíbula, mi cuerpo se retuerce a la vez que un suspiro sale de mis labios. Mi ritmo cardíaco se eleva, el nerviosismo se hace presente, jamás he llegado tan lejos con Tyler. Con toda la cordura que me queda posiciono mis manos en sus hombros, alejándolo.

—Dyl... lo siento si me pasé —articula con voz ronca, sus labios se encuentran rojos e hinchados, su cabello está más despeinado de lo usual.

Nuestras respiraciones son irregulares, percibo como su pecho sube y baja de forma apresurada. Niego con la cabeza brindándole una pequeña sonrisa tranquilizadora, la humedad en mi entrepierna me molesta demasiado. No es esa humedad que describen en los libros, está es caliente, es... diferente.

—Solo que... —muerdo mi labio inferior dudando entre decir o no, el chico me observa expectante. Mis manos tiemblan al mismo tiempo que siento el nerviosismo—. Préstame tu móvil un momento —percibo como duda un poco antes de tomarlo de su bolsillo trasero y extenderlo en mi dirección.

Algo titubeante hago clic en el icono de la linterna, de inmediato esta ilumina un poco el lugar

—Cierra los ojos o aparta la mirada —le pido. Al notar que Tyler tiene los ojos bien cerrados abro mis piernas, alumbrando con la linterna—. Por la que me parió.

Cierro mis piernas de golpe. Al notar mis palabras abre los ojos, espantado. Antes de que pregunte me adelanto a decir

—Andrés me cagó el mes, el día, el año, la vida —gruño frustrada, devolviéndole el móvil—. Por si vas a preguntar, «Andrés» es el periodo —digo todo con los brazos cruzados, sin pelos en la lengua.

Sus ojos avellana amenazan con salir de su lugar mientras intenta decir algo.

—Yo-o —tartamudea.

Su rostro se ha tornado carmesí, sin embargo, en pocos segundos la risa se apodera de él. Elevo una ceja al percatarme cómo rompe en carcajadas, las cuales se escuchan aún más fuertes debido al silencio que reina en el lugar.

Puto Andrés, ¿tenías que venir hoy? Aunque no sé si estaba preparada para dar ese paso.

¡Hi! No sé por qué pero este capitulo me encantó... ¿que les pareció a ustedes?
Estoy casi segura que muchooos de ustedes ya estaban con cara perver (͡° ͜ʖ ͡°) hasta que ¡SHAZAM! La escritora cagó la escena xD... no fue mi culpa, fue culpa de Andrés.

Pregunta preguntona: ¿Cómo llegaron hasta esta historia? No sé... tengo curiosidad, siempre tengo curiosidad.

Cam V.

Continue Reading

You'll Also Like

546K 26.2K 46
Mi vida cambió, en ese instante en que abrí mi laptop y leí el correo que decía "aceptada", fue como si mi vida diera un giro de 180°. Todos estaban...
1.2M 103K 48
¿Y si por accidente te ganas el odio del cantante más famoso del país? *♫* Kale es el cantante juvenil más amado de la década, pero está cansado de s...
69.5K 3.4K 60
Normal. Mi adjetivo favorito. Nunca me han gustado los cambios. Mi vida es normal, mis padres, amigos, calificaciones, escuela, todo es absolutament...
53.6K 4.7K 24
Becky llega a la Universidad con su novia friend Y le toca sentarse con freen Qué es una chica interosexual Y tiene fama De usar a las chicas pero po...