Se sentía muy bien estar donde estaba, aquí con James que sin darme cuenta se metió en mi vida de improvisto. Pero he de decir que eso no me desagrada en lo absoluto.
Estos días que hemos estado en esta hermosa cabaña pude descubrir que James es mejor de lo que yo creía, es tan amoroso, cariñoso y tierno que a veces creo que estoy soñando y que nada de esto es real.
Me levante sin hacer ruido y lo observé unos instantes. Se veía tan hermoso cuando dormía, la sabana lo tapaba solo hasta la cintura y me regalaba una hermosa vista de sus abdominales perfectamente marcados, su pecho tan suave que se movía al ritmo de su tranquila respiración y sus brazos musculosos, era simplemente perfecto, parecía tallado por ángeles. Me voltee y fije mi vista en la imagen que me devolvía el espejo, me veía tan… simple. La maraña de pelos castaños no me hacía justicia en lo absoluto, pero mi cuerpo… pechos normales, ni mucho ni muy poco, creo que lo justo y necesario. Y sin contar algún que otro rollito que aparece de vez en cuando. Si a mí también me tallaron los ángeles, definitivamente los míos estaban borrachos.
Me dirigí a la cocina en busca de olvidarme todas la estupideces que estaba pensando y para preparar un rico desayuno para James, aunque teniendo bien en claro mi horrible capacidad para cocinar algo comestible, opté solamente por hacer un poco de café, jugo y una tostadas.
-Buenos días-dijo una sensual voz en mi odio mientras dos brazos me agarraban firmemente por la cintura.
-Buenos días-me giré para quedar de frente a él.
-Mmm… Café recién hecho-depositó un dulce beso sobre mis labios-¿También hiciste tostadas y jugo de naranja? Vas a tener cuidado porque me puedo acostumbrar a esto muy rápido-se alejó de mí sentándose en un banqueta, listo para mi fantástico desayuno.
-¿Quién te dijo que esa no era la idea?-le dije con voz sensual sentándome a su lado.
-Vas por buen camino entonces-sonrió de lado y no me aguante las ganas y lo besé, lo besé con desesperación, como si hiciera años que estaba esperando aquel beso.
-Me parece que el desayuno va a quedar para el almuerzo-dijo sobre mis labios con una sonrisa, mientras me cargaba en brazos y me llevaba a la habitación.
Ya era la hora de regresarnos, habíamos pasado tres días increíbles en aquella hermosa cabaña, pero era momento de volver a la realidad. Si no logro aclarar las cosas con el señor Porter, cosa que veo muy difícil en este momento, tendré que buscarme otro trabajo.
Ya en el auto camino a casa, rebusqué en mi bolsillo para sacar mi celular, el cual se encontraba apagado. Lo prendí y me encontré con 20, si 20 mensajes de voz.
-¡Mis padres!-grite sobresaltando a James.
-¿Qué… qué paso con tu padres?
-No lo llame, y deben estar preocupados-Marqué rápidamente el número de mi madre, la cual en menos de tres segundos respondió con un grito.
-¡¡Alexia Jacqueline Jhons!! ¡¿Se puede saber dónde demonios estas?!
-Mamá, ya soy grande-dije aun sabiendo que debería escuchar su sermón.
-¡Que grande ni que nada! Ahora mismo me explicas que es eso de desaparecer varios días y no avisar.
-Estuve con James mamá, ahora mismo estamos volviendo. ¿Están en casa todavía?
-Si no me quería ir hasta cercionarme que estuvieras bien y… ¡¿Con James?!-ya se había tardado en chillar como puerca- ¿Y me lo dices así? Quiero los detalles.
-Mamá, no te voy a dar detalles de nada-dije bajando la voz, pero por la mirada que me regalo James supe que me había oído.
-Pero Alex…
-Te veo en un rato ma. Besos-dijo algo pero colgué antes de poder oír.
-Muy curiosa tu madre ¿Eh?-James sonreía de lado y yo sentí ganas de que me tragara la tierra.
-¿Me despiertas cuando lleguemos?-me giré en el asiento observando el paisaje que me regalaba la hermosa carretera. No sé en qué momento pero me quede dormida.
-Alex…-la dulce voz de James me despertó-Linda… llegamos-cuando abrí los ojos pude ver que estábamos fuera de nuestro edificio.
-Gracias-articule un poco dormida aún mientras él me abría la puerta del auto.
Entramos al edificio agarrados de la mano, parecíamos dos adolecente bobos. Entre risas y besos subimos por el ascensor y cuando se abrieron las puertas seguíamos en el mismo plan. Busqué la llave de mi apartamento y abrí la puerta encontrándome en el interior a mis padres, mi padre como siempre mirando a televisión, totalmente ajeno a lo que pasaba a su alrededor, y me madre estaba sentada en el sillón. Cuando me miró vi una expresión de felicidad en su rostro como hacía tiempo que no veía.
-¡James!-dijo pasando a mi lado y abrazando al hombre junto a mí. Quien recibió el abrazo con una sonrisa.
-Hola ma… Yo también vine, digo por si te interesa.
-Sí, si mi amor, pero es que estoy muy feliz por ustedes.
-¡Mamá por favor! No es que nos hayamos casado tampoco.
-Ya sé, ya sé. Pero es que me encanta James para vos-lo volvió a abrazar a lo que James solo reía.
-Bueno ma. Ya basta-dije separándola de él-¿Me acompañas a la cocina mamá?-antes que pudiera contestarme la arrastre conmigo-¿Estás loca mujer?
-Pero es que yo…
-Pero nada mamá, James y yo solos somos amigos.
-Mmm… Si entiendo “amigos”-dijo haciendo comillas en el aire.
-Jane, lo nuestro no es una relación seria, asi que te pido por favor que solo por un día, por un día-repetí en tono de súplica-Te comportes como una madre normal. Porque así lo único que vas a lograr es que salga por esa puerta y no volvamos a saber de él.
-Está bien, te prometo que no voy a espantarlo-dijo demasiado emocionada para mi gusto-Pero… que lindo que es. Y decime… ¿Es bueno en la…?
-¡¡MAMÁ!!-le grite antes que terminara-No tenes remedio mujer-volví a la sala dejando a mi madre sola en la cocina.
Me senté junto a James quien miraba algo en la tele con mi padre, él paso un brazo por mis hombros haciendo que me arrecostara a él. Como dice James definitivamente me podría acostumbrar a esto.
En ese momento comenzó a sonar mi celular y vi que era de la oficina del señor Porter. “Ya sé de quién heredo su hija ese mal sentido de la oportunidad” dije para mis adentro. Me levante, respiré hondo y atendí.
-Hola.
-¡Alex!-la voz del señor Porter sonaba muy alegre-Necesito que vengas a mi oficina. Tengo un trato para proponerte que no podrás rechazar.
-Señor Porter yo…
-No, no Alex. No acepto un no como respuesta. Te espero a las 3pm en mi oficina
-Está bien Señor Porter-dije resignada-Ahí estaré.
-Muy bien, así me gusta. Ohh y Alex por favor llámame Harry.
-Muy bien Harry-hice énfasis en su nombre-Ahí estaré.
Me gire en busca de reloj que había colgado en la pared de mi sala y vi que eran las 2:20pm. Tenía solo 40 minutos para llegar a la oficina del seño… a la oficina de Harry.
Miré a James quien me miraba con una hermosa sonrisa en sus labios.
-Me tengo que ir-articule-Me llamó el señor Porter y quiere que lo vaya a ver por lo del trabajo.
-¿Te llevo?
-Si James, gracias-me acerqué para besar su mejilla pero él fue más rápido que yo y giro su cara haciendo que nuestros labios se encontraran en un pequeño pero hermoso beso.
-Me…me voy a bañar-giré sobre mis talones y me metí al baño, no soy tímida ni mucho menos pero aquel beso delante de mis padres me dio mucha vergüenza.
Me duche y me vestí en tiempo record.
Sobre las 3pm. James me dejó en la puerta del gran edificio de Mode.
-¿Te espero?
-No te preocupes, después pido un taxi.
-Está bien, pero después llámame y contame como te fue-me giño un ojo antes de irse de vuelta a su apartamento.
Todavía no estaba segura de lo que me esperaba del otro lado de aquella gran puerta de vidrio. Pero no quería volver, volver a ver a Claire, a Jesse…
Todo aquello no paraba de dar vueltas en mi cabeza y de lo único que sentía ganas era de salir corriendo de allí, pero yendo contra mis instintos respiré hondo, como si estuviera juntando coraje, y empujé la enorme puerta.
Caminé lentamente hacia el ascensor y oprimí el temible botón del piso 23, cuando las puertas se abrieron vi a mi amiga Carol detrás de un escritorio, ella dejo unos papeles sobre su mesa y camino hacia mí.
-Buenos días señorita Jhons.
-Buenos días Carol-dije juntando la mayor cantidad de amabilidad que pude.
-El señor Porter la está esperando, pase por favor-¿Desde cuándo es tan amable conmigo? Esto me está dando miedo.
-¡Alex!-Harry se levantó de su silla con las abrazos abiertos hacia mí.
-Hola señor… Harry-traté de corregirme.
-Por favor sentate. ¿Queres tomar algo?
-No, no se preocupe-me senté frente a su escritorio.
-Bueno Alex-dijo poniendo serio-te llame porque quiero que sigas trabajando para mí.
-Se… Harry yo… no puedo. Y no me malinterprete, amo Mode y siempre fue mi sueño trabajar aquí. Pero cuando entré se convirtió más en una pesadilla. ¿Usted me entiende no?
-Si Alex, yo te entiendo. Pero vos entendeme a mí, sos realmente buena en tu trabajo, no puedo dejarte ir así como así.
-Gracias, eso realmente me halaga Harry, pero…
-Sí, ya sé. Claire, Jesse y todo eso ¿no?-yo asentí-Estoy dispuesto a echar a mi hija Alex.
-¡Usted no pude hacer eso señor! Claire es su hija.
-Y lo va a seguir siendo Alex, eso no lo va a cambiar. Pero Claire no está bien, creo que ya la perdí-pude notar un dejo de tristeza en su mirada-Pero puedo poner mis ficha en vos, tenes un gran futuro en esta carrera Alexia. Te voy a ofrecer algo.
-Lo escucho Harry.
-Podes trabajar desde tu casa, digo por un tiempo y cuando te sientas más segura volves.
-¿Trabajar desde mi casa?-le miré un poco extrañada.
-Si Alex, yo haré que te envíen todo el material del próximo número de la revista y vos lo ves, luego tenemos una reunión y vemos que se queda y que no. ¿Qué decís?-me miró con los ojos llenos de ilusión y no pude decirle que no.
-Está bien Harry. Así será entonces.
-Así se habla Alex, estoy muy contento. Le diré a Carol que mañana a primera hora te pase todo el material ¿Está bien?
-Perfecto.
Me despedí de Harry y salí de aquel edificio, la verdad es que mi me entacaba mi trabajo en Mode y no lo quería dejar, y con esta oportunidad estaba más que feliz. Ahora tenía que llamar a James y contarle la buena noticia. Cuando agarre mi celular para marcarle vi que me estaba llamando. No se pude aguantar, pensé.
-Hola hermoso.
-Alex… necesito que vengas a mi casa-se lo notaba algo alterado, nervioso.
-¿Qué pasó James?-se escuchó un ruido detrás de él, algo así como el llanto de un niño.
-¿Podes venir Alex? Te necesito-casi me lo estaba suplicando.
-Ya voy James-paré un taxi y me subí rápidamente en él.
En menos de 10 minutos ya estaba golpeando la puerta del apartamento de James.
-¡¡Alex!!-dijo abrazándome-No sé qué hacer yo…-miré dentro de su apartamento y pude ver un niño de o más de 3 años sentado en suelo.
-¿Qué… quien es él James?-dije señalando al pequeño castaño y de ojos celeste cielo.
-Él es Liam… Mi hijo…
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No me odien!! =C
Siento haber demorado, pero es que lo tenía casi termina y como no me gustó lo reescribí todo!!
Mil gracias a todos por la paciencia que me tienen!!
Ahhh... ¿Que piensan del pequeño? Espero sus comentarios.
Beso y Abrazos... Los quiero Aguss <3