Capítulo 17: Las Pesadillas También Son Sueños.
Narra Nadia.
Ya pasó un mes desde el entierro de Jorge. Todavía me duele pero trato de no pensar mucho en eso.
Ahora me encuentró con los chicos, Tom y Andy, mirando una película de terror. Mientras Andy se muere del miedo, Tom y yo nos estamos riendo de ella.
Se preguntaran: "¿No te dan miedo?". La verdad esque no le tengo miedo a las películas de terror, lo contrario; me rio de ellas. Es inútil tenerles miedo, bueno, al menos para mí, pasé por muchas cosas desde los doce, que ahora ya no me da miedo nada.
Tuve que madurar a los doce, eso nunca me gustó. Siempre quise ser como las niñas que veía en la plaza, nunca se preocupaban por nada, eran inocentes y con una infancia que siempre envidié.
A esa edad a mi me separaron de mi familia. ¿Qué clase de niña con esa edad puede tener una infancia normal? Yo no, y no creo que otro que esté en mi lugar tenga esa misma infancia.
A los doce hice cosas que ningún otro niño pudiera soportar, a los trece me escapé con Sam y los años siguentes la pasé en la calle, digamos que me conozco todo Londres, cada vez que iba a la plaza siempre veía a niños, adolecentes o personas mayores riendo, jugando o cualquier otra cosa. Mientras yo me dedicaba a mirarlos desde un árbol a todos.
Toda mi adolecencia me la pasé, prácticamente, huyendo de la Mafia más peligrosa del mundo. A ver, ¿qué otro niño de mi edad pudo experimentar todo eso y no tener un trauma?. A parte de Sam, creo que nadie.
Eso sería imposible, gracias a Dios yo no tengo ningún trauma, lo contrario, me gustaría ver a esos infelices que arruinaron no sólo mi vida, sino la de muchos chicos o chicas de mi edad o más chiquitos, es por eso que siempre quiero verlos morir, no tan exagerado, pero sí los quiero ver en el Infierno.
La verdad es que sí me dejaron un trauma, bueno si tener pesadillas todas las noche es un trauma, entonces sí. Siempre es la misma pesadilla.
Yo estoy caminando en la plaza de la mano de alguien, que no se quién es, y de la nada aparecen unas camionetas negras y bajan muchas personas, entre ellos dos mujeres que nunca les veo la cara, y apunta a mi dirección y antes de que peguen un tiro yo despierto.
Siempre es lo mismo, nunca les puedo ver las caras a ninguna persona. Nunca.
Andy: Hey. ¿Estás bien?- Preguntó sacándome de mis pensamientos.
Nadia: Sí, sólo estaba pensando- Dije soltando un suspiro.
Tom: ¿Otra vez pensando en las pesadillas?- Yo asiento. Ellos son los únicos que saben de mi pesadillas-. Ya te dije que eso te hace mal.
Andy: Nena, Tom tiene razón, eso te hace mal- Dijo preocupada.
Nadia: Es que no puedo dejar de pensar en eso. No entiendo, siempre sueño lo mismo, el mismo lugar, tomada de la mano con un alguien, luego bajan muchas personas de una camioneta, entre ellos siempre son las mismas chicas que nunca les puedo ver la cara, y cuando estan a punto de dispararme, siempre despierto. Siempre trato de no pensar en eso pero me puede y termino pensando en todo- Dije triste.
Andy: Nosotros te vamos a apoyar y lo sabés, pero tenés que dejar eso de lado. Tenés que distraerte y cuando sueñes y les veas las caras ahí podemos hacer algo. Pero mientras eso no pase, no podemos hacer nada- Dijo abrazándome.
Tom: Andy tiene razón, siempre vamos a estar con vos y las pesadillas, le vas a ver las caras cuando se pueda.
Nadia: Es por eso que los quiero. Son los mejores- Dije sonriendo y ellos también lo hicieron.
Nos quedamos hablando de idioteces y riéndonos. Hasta que tocan el timbre.
Nadia: ¿Ustedes esperaban a alguien?- Ellos negaron.
Tom: Voy a fijarme quién es-. Antes de que vaya, lo agarré de la muñeca.
Nadia: Tené cuidado- Él asintió. Al rato vino con una carta-. ¿Para quién es?
Tom: Para vos- Dijo extrañado. Es normal que este así, nunca recibo nada.
Abrí la carta y me quedé en shoock.
Andy: ¿Qué dice la carta?- Preguntó preocupada, ya que yo no decía nada. Ellos leyeron la carta y también se quedaron en shoock.
La carta decía:
¿Cómo está el rubio de aquella banda? Creo que se llamaba Niall, sí, así se llama.
¿Te fijaste cómo está? Tenés que preguntarle. No creo que se encuntre bien en este momento. Tené cuidado, estoy mas cerca de lo normal.
Pd: No olvidés que las pesadillas también son sueños.
Atte: M.
Eso es lo que dice la carta. Cuando reaccioné, agarré el celular de Andy y marqué a Justin.
*Llamada Telefónica*
Justin: ¿Andy?
Nadia: No, soy Nadia.
Justin: ¿Dónde está Andy? ¿Ella está bien?.
Nadia: Sí, ella está bien. Llamé para preguntarte algo.
Justin: ¿Qué querés?- Dijo haciendo un intento de sonar frío. Cosa que no logró.
Nadia: ¿Sabés cómo está Niall.?
Justin: Supongo que está en su casa. ¿Por qué?- Preguntó extrañado.
Nadia: Justin, necesito que vengas a la casa de Tom y nos llevés a la de Niall.
Justin: ¿Para qué?- Dijo desconfiado
Nadia: ¿Podés confiar una puta vez en mí?- Dije alterada. Soltó un suspiro.
Justin: Está bien. Pero cuando estemos en el auto me vas a explicar todo esto- Dijo y colgó.
*Fin de la Llamada Telefónica*
Andy: ¿A quién llamaste?- Preguntó después de salir de su trance.
Nadia: A Justin. Le pregunté si sabía algo de Niall y me dijo que está estaba en su casa. Ahora viene para acá- Dije sentándome en el sillón.
Tom: Ah.
Luego de que Justin llegara, fuimos corriendo al auto de él con la carta.
Justin: Bien, ahora me vas a explicar por qué tenemos que ir a la casa de Niall- Dijo mientras conducía.
Después de explicarle todo, desde mis sueños hasta las cartas, llegamos. Estacionó el auto y bajamos.
La puerta estaba abierta y estaba todo oscuro. Esto no me gusta para nada.
Entramos y lo vi tampoco me gustó. Vi a...
Narra Niall.
Estaba en el sillón mirando una película y comiendo pollo. Hasta que escucho la puerta que se abre a la fuerza y yo me paro de un salto mirando a la sala
Xx: Así que éste es Niall.
Niall: ¿Quién sos?- pregunté asustado. No todos los días un desconocido aparece de la nada en tu casa.
Xx: Eso no importa, lo que ahora importa es dejarle un mensajito a mis profugas- Dijo cínico. De la nada se me vino una imagen de Nadia a la cabeza.
Niall: ¿Y yo que tengo que ver?
Xx: Todo, mi querido Niall. Pero pronto te vas a enterar quién soy. Chicos, a él-. Después de eso, unos tipos me empezaron a golpear por todos lados, y lo último que vi fue a él tipo lléndose con los que me golpearon.
Todo se volvió negro.