Epílogo parte I
|No sé si llegaras a valorar todo el esfuerzo que estoy haciendo por ti.
Febrero, del presente año.
Melanie.
Dejo la cafetera en su sitio, pongo el pan tostado sobre la mesa, la mantequilla junto con la mermelada. Llevo mis manos a mi cintura observando nuevamente el desorden de la sala, libros esparcidos sobre la mesa de centro, papeles con información médica, la laptop abierta y tres botellas de redbull vacías sobre la alfombra.
Hace dos meses que James entro a la universidad y ha estado estudiando día y noche sin parar, ni siquiera me doy cuenta cuando se va a la cama pero al parecer no duerme demasiado.
Me dirijo a la habitación deteniéndome en el lumbral con una sonrisa llena de ternura, lo que más me gusta es poder entrar aquí y guardar la dulce imagen de mi esposo con nuestro bebé recostado en su pecho desnudo mientras le hace cariño en su espaldita.
Ángel tiene la fortuna de ser pequeñito y dormir plácidamente sobre el pecho desnudo de su padre.
― El desayuno está listo.― Avisé, James abrió los ojos.
Las ojeras debajo de sus ojos son muy notorias ni que decir las gritas rojas.
― Me estaba quedando dormido, lo siento.― Bostezó, acuesta a nuestro bebé en la cuna y ambos nos dirigimos al comedor.
Mientras comemos me le quedo viendo pensando en lo último que me dijo hace un par de noches atrás. No estaba muy feliz con eso pero sé que debo apoyarlo.
― ¿En serio vas a ir?― Solté la pregunta a lo que me maldigo mentalmente.
James deja la taza con café sobre la mesa, mirándome con cansancio.
― Melanie, creo que lo hablamos ¿no?― Coloca los codos sobre la mesa.
― Es que...― Inspiro hondo.― Nada, olvídalo.― Sonreí sin mucho ánimo y seguí comiendo mi rebanada de pan.
Puedo sentir la mirada de James sobre mi pero no quería iniciar una discusión que sé muy que no terminara muy bien y es lo menos que deseo ahora.
Lavo la loza en silencio hasta que veo a mi esposo parado en la entrada de la cocina recargando todo su peso del lado derecho de su cuerpo en el lumbral mirándome con sus brazos cruzados.
― ¿No quieres que vaya, verdad?― Preguntó.
<< No...>>
Me cuesta hacerme la idea que va a irse por casi cuatro meses.
― Te vas por casi cuatro meses, James, ¿Cómo quieres que me sienta?― Suspiré.
― Sabes que he esperado semanas para ir a ese curso de salud y medicina, ¿puedes creer que me escogieron a mí y a otros cinco compañeros por nuestro gran desempeño? No quiero desaprovechar esta gran oportunidad, Melanie.
Me quedo en silencio, sé lo mucho que ha esperado por esta gran oportunidad, se ha matado estudiando para ser el mejor y obtener ese pase al curso de salud y medicina que será en la ciudad e México.
Tampoco me atrevo decirle que no vaya, sería muy egoísta de mi parte y no quiero cargar con eso después.
<< ¿Y qué haremos con tu pasantía que te ofrecieron?>>
No le diré nada acerca de esa pasantía, aún tengo una semana para dar una respuesta definitiva.
"Es una gran oportunidad, hija..."
"Puedes que sea la jefa de la empresa..."
― Sé lo mucho que te has esforzado, lo sé...― Fuerzo una sonrisa.
― ¿Y entonces? No es que me vaya al fin del mundo.― Interrumpió.― ¿Qué es lo que te preocupa? Si quieres puedes pedirle a tu madre que venga o irte con tus abuelos hasta que yo regrese.
Que fácil decirlo.
― Puedes ir tranquilo, sé que debo apoyarte.― Lo miro por un instante, su ceño se frunce.― ¿Qué?
― No estas siendo sincera conmigo, te conozco y se perfectamente que no quieres que vaya a ese curso.― Contestó.
Miré a James con ambas cejas alzadas, puedo notar lo frustrado que esta. Su semblante se tornó serio, se dio media vuelta dirigiéndose al sofá a lo que yo le seguí por detrás.
― James.― Pronuncié en un tono suave, él se sienta en el sofá ordenando los libros y papeles que dejo tirados durante la noche.― Créeme que estoy muy feliz por esta gran oportunidad que se te ha brindado, pero tampoco me pidas que no me preocupe y me mandes a la casa de mis abuelos como si fuese esa la solución y mucho menos sabiendo que te iras a México, creí que ese curso lo harías aquí...― Cerró la laptop con fuerza, no me miraba a los ojos, tenía la vista puesta en un punto fijo.
― Creí que ibas a ser capaz de poder entenderlo, me equivoque y la idea de que fueras un tiempo con tus abuelos era para que no te sintieras sola aquí.― Dice, sin siquiera mirarme.― Todo lo que me he propuesto para poder salir adelante no es únicamente por mi sino que también por ti y por nuestro hijo, quiero que todo valga la pena, mis desvelos, mi cansancio, todo y si tengo que irme a la mismísima china para ser un gran médico y superarme lo haré.― Inspiró hondo para calmarse y pone de pie.― No pienso renunciar a esta oportunidad por tu falta de entendimiento y egoísmo.― Replicó.
Cuando soltó lo último me dolió demasiado el pecho, nos quedamos en silencio por unos segundos hasta que oí a Ángel llorar. Yo sin decir nada más me dirijo a la habitación, saco a mi bebé de la cuna con cuidado y lo recuesto sobre la cama.
<< Al parecer alguien necesita un cambio de pañal...>>
Busco la pañalera y comienzo a desvestir a mi pequeño para poder mudarlo. Entonces veo a James colocarse una de sus camisetas oscuras y se coloca su chaqueta de cuero favorita.
― ¿A dónde vas?― Le pregunto.
No contesto.
Al terminar de mudar a mi bebé lo cargo y le doy un beso en su mejilla. James cogió su celular, su billetera y las llaves del auto.
― James...
― Tengo una cita con un tatuador, nos vemos en casa de mi padre.― Dicho eso, salió por puerta dejándome con un extraño sentimiento en el pecho.
¿Estoy siendo realmente egoísta?
Yo estoy feliz de que haya entrado a la universidad a estudiar lo que él quería, sé lo está siendo increíble a pesar de que lleva dos meses en la carrera.
Ya ni siquiera sé pensar.
***
― ¡Pero si llego mi adorado sobrinito!― Exclamó Kevin, bajando por la escaleras.
Le agradezco a una las mujeres del servicio por ayudarme con el coche y el maletín de mi bebé. Kevin aparta un poco la mantita del rostro de mi bebé y sonríe.
― Él también te extraño.― En todo el camino mi pequeño no ha dejado de quejarse, se callaba y luego volvía arrugar su rostro chupándose el dedo.
Kevin me saluda con un beso en la mejilla y me pide cargar al bebé así que con cuidado él lo toma en sus brazos haciendo unas clases de puchero al momento en que mi bebé abrió sus ojos.
― Es idéntico a James cuando era un bebé.― Dice, lo mire con cara de ¿Cómo lo sabes? Nunca he visto fotos de él cuando era un bebé.― La abuela de James tenía una foto de James cuando era pequeño y es sorpréndete el parecido que tienen.
Sin duda será igual a su padre.
― ¿Dónde están Robert y Catalina?― Pregunto.
Nos dirigimos a la sala, acomodo el coche de Ángel en una esquina de la sala y dejo el maletín con estampados de animales salvajes sobre el sofá.
― Catalina esta en casa de una amiga y Robert está teniendo una reunión por video llamada.― Me informa, sonrío al ver como Kevin le hace mimos a mi pequeño.
Comenzamos a charlar un largo rato hasta que me dijo que había comenzado una relación con Alissa, me gustaba ver que por fin haya dado por terminada su historia con Rebeca sobre todo que ahora ella ha comenzado a salir con alguien más. Sé que ambos merecen ser felices y me gusta ver lo están siendo ahora, sobre todo ella después de todo lo que paso en su relación anterior.
"Lo di en adopción..."
"Hubieras visto la felicidad de esos dos padres al conocer al niño..."
"Lo llamaron Mirt..."
"Solo mi familia y tú saben que tuve un bebé..."
"Kevin jamás debe saberlo..."
― ¿Y estas bien con ella? Hace tempo que no la veo por aquí.― Ángel comienza llorar y Kevin rápidamente se pone de pie, acomodo mi bebé y notó como mi amigo desvía la mirada al momento en que desbotono una de las copas de mi sostén para darle leche a mi hijo.
<< Oh vamos no es la primera vez que te ve dándole de comer a Ángel..."
Me cubro con la mantita de mi bebé y entonces Kevin algo sonrojado vuelve a mirarme.
― S-sí estamos bien es solo que lo traigo aquí porque al parecer Catalina lo le agrada.― Dice.― Nos juntamos en su departamento, a veces me quedo con ella allá pero no he querido traerla.
― Entiendo.― Me río, puedo entender esos celos que siente Catalina.
Yo misma me sentí así cuando mi hermano tuvo a su primera novia y que por suerte no duraron más de tres semanas.
― ¿Y tú? Te veo algo triste.― Agacho la mirada.
― ¿Yo? No, estoy bien.― Digo.
James dijo que vendría para acá luego de tatuarse así, necesito disculparme con él por mi actitud. No quiero que estemos enojados, después de todo aún queda un mes para que se vaya a ese curso.
― Oh vamos, te conozco y no sacas nada con mentirme.― Se ríe.― ¿Es sobre la pasantía? Dijiste que aún no estabas segura y que tal vez le ofrezcas a tu amiga Luna ir contigo.
Ni siquiera se lo he comentado.
― No es sobre la pasantía.
― ¿No le has dicho a James, cierto?― Niego con la cabeza.― Espera, es sobre James ¿no? Por eso esa carita.― Sonrío, es increíble lo bien que puede conocerme este chico.― ¿Qué paso?
<< No quiero que se vaya...>>
― Es sobre ese curso allá en México, una parte de mí no quiere que él vaya pero la otra parte sí quiere, quiere que vaya a superarse y adquirí más conocimientos...― Admití.― No sé, me hago ideas estúpidas yo sola en mi cabeza.
Kevin se sienta a mi lado y me mira a los ojos con una dulce sonrisa a lo que la desvío.
― Yo te entiendo, entiendo esas dos partes la cual una quiere y la otra no.― Suspiré.― No quieres porque te sentirás sola y tendrás que cargar con todo el peso que tendrás por cuidar Ángel tú sola, más si vas aceptar esa pasantía en la empresa del amigo de tu padre.― Seguí sin mirarlo.― Pero sabes que tendrás la ayuda de tu familia y la de James.
― Si aceptó la pasantía...tendré que irme a California.
― Lo sé y James ya estará de vuelta cuando tú termines.― Dice.
Quizás Kevin tiene razón, sé que mi madre estará feliz con ayudarme a cuidar a mi hijo mientras termine mi pasantía.
Oímos la puerta principal cerrarse y vemos a James entrar a la sala mirándonos a mi y a Kevin, justo en ese momento Robert también aparece con una sonrisa de felicidad al verme a mi y a su nieto.
Cuando mi bebé termino de tomar su leche, vuelvo ocultar mi pecho y bajo mi blusa. Acomodo a mi bebé para soltarle sus gases.
― Lamento por no recibirlos antes.― Robert se acerca envolviéndome en un cálido abrazo y luego le da un toquecito con su dedo en la nariz a mi hijo.
― ¡Debo ir a rellenar unos documentos!― Exclamó mi amigo.― No tardo.― Pasó por lado de su amigo dándole una palmada en el hombro.
Se lo que tramas, Kev.
― Voy a ir cambiarle el boddy a Ángel, se ha manchado con leche...
― Yo lo haré.― Miro a mi suegro.― Al parecer ustedes dos tienen algo de qué hablar.― Robert posó sus ojos sobre James.
Robert carga a mi bebé con cuidado, cogió el maletín y se retira de la sala dejándonos a solas. James se quitó la chaqueta dejándolo sobre el respaldar del sofá.
― James.― Sus ojos conectan con los míos.― Quiero que sepas que no estoy en contra de que vayas a ese curso ¿entiendes? No soy egoísta, no quiero que me veas de esa manera y te apoyo, apoyo a que vayas a México.
― ¿Y entonces por qué sigues sacando el tema del curso? No es la primera vez que tenemos pequeños encontrones por lo mismo, cada vez que lo hablamos pones caras de fastidio, me hablas cortarte y me molesta eso. Yo lo único que te he pedido es tu apoyo, nada más que eso.
James se paró frente a mí, aparto un mechón de cabello de mi mejilla y acerco su rostro al mío.
― Lo siento, puedes ir tranquilo que Ángel y yo estaremos bien.― Susurré.
Me da un beso en la frente y se da la vuelta, cogió su chaqueta pero algo cayó de su interior.
Rápidamente recojo lo que se ha caído y me quedo con el corazón en la mano al darme cuenta que era un comprobante de vuelo a la ciudad de México para mañana en la noche.
¿Qué?
― ¿Te iras mañana?―Pregunté.
James se quedó rígido y puedo oír como susurró "mierda", se volteó hacia mi.
― Necesito hacer unas llamadas.― Me arrebata de las manos los comprobantes.
Solté una risa sarcástica.
― Dijiste que te irías en un mes, se supone que pasaríamos mi cumpleaños los tres juntos.― Le recordé.― ¿Hay algo más que te falta decirme?
― Demonios, Melanie, no será el único cumpleaños que pasaremos los tres. Habrá más así que no hagas esto más difícil de lo que ya es para mí.
<< No se cumplen veintidós todos los días...>>
― Bien, que importa ya.― Me encojo de hombros.
Paso por su lado dirigiéndome hacia las escaleras para subir a ver a mi hijo.
<< Tranquila...>>
Lo estoy.
***
Son aproximadamente las ocho y media de la noche, he estado todo el día sola ya que James ha ido de aquí y para allá con algunos de sus amigos de su carrera realizando todo lo necesario para ese curso.
He tomado la decisión aceptar la pasantía y le informe a mi padre apenas esta mañana, Luna ira conmigo a California y se lo mucho que desea quedarse conmigo en casa de mis padres.
<< La única persona a quien falta decirle es a James...>>
Cuando termino de bañar a mi hijo lo visto y lo acomodo en la cama con dos almohadas protegiéndolo a ambos lados.
James minutos después salió del baño únicamente en boxers y con su cabello aun mojado intentando secárselo con la toalla.
Entonces me doy cuenta que en su brazo izquierdo lleva tatuado el nombre de nuestro hijo, sonrío por lo significativo que es haberse tatuado el nombre nuestro bebé.
― ¿Tus padres vendrán para tu cumpleaños?― Preguntó, cogió sus jeans negros y se los colocó.
― No.― Me limito a contestar.
Sigo esperando a que me llegue el correo del director me envié la información con los datos de la empresa y poder llenar la plantilla.
― ¿Por qué no?― Preguntó con el ceño fruncido.
― Porque mi madre vendrá por mí el martes, me iré con ella y con Luna a California.― Le informo, no esperaba esa respuesta.
― Dijiste que...
― Sé lo que dije pero he cambiado de opinión además tengo motivos para irme.
― ¿De qué hablas?― El tono de su voz se tornó serio.― Si lo dices porque me iré a...
― No es porque te vayas a México, es porque me ofrecieron una pasantía en la agencia 4starlife de marketing digital gracias a mis calificaciones y mi madre me ayudara a cuidar a Ángel mientras yo no esté en casa durante el día.― James se revuelve el cabello.
― ¿Por qué no me lo habías dicho?― Sus venas en sus brazos se marcaron al bajar la maleta de la cama.
― Porque no estaba segura si aceptarlo.
― Tus padres estarán felices de tenerte allá con ellos.― Dice.
― Supongo que sí.
James termina de vestirse y su celular comienza a sonar, no tarda en contestar.
― Sí, sí, ya estoy listo pueden pasar por mi...sí, Maya dijo que no estaría esperando en el aeropuerto.― Alzo ambas cejas, despegando mis ojos de la pantalla de la laptop.
¿Quién es Maya?
<< Oh vamos, no podemos sentir celos por una chica que ni siquiera conocemos...>>
― Sí, ningun problema...bien, aquí te espero.― James colgó.
Dejo la laptop sobre la cama y me entro al baño soltando el aire que no sabía que estaba conteniendo. ¿Qué sucede? No puedo sentirme así, me moje la cara y me recogí el cabello en un moño alto.
Cuando salgo del baño, James estaba jugando con las pequeñas manitos de nuestro hijo logrando que mi pequeño hombrecito sonriera.
Salgo de la habitación sentándome un momento en el sofá, escodo mi rostro entre mis manos soltando un suspiro. A los minutos después alguien toca el timbre y me levanto para ir abrir la puerta, me encuentro con un chico de mi misma estatura de tez morena.
― Hola guapa, soy Scott amigo y compañero de James.― Me tendió su mano.
Iba a responderle pero siento la presencia de mi esposo detrás de mi y me volteo encontrándomelo con nuestro bebé en sus brazos.
― Pasa, Scott.
Me hago un lado permitiendo al moreno entrar, menos mal me dedique a limpiar esta mañana porque a veces no tengo tiempo cuando Ángel está despierto.
― ¿Y este bebé tan lindo es tu hijo?― Le preguntó el moreno a mi esposo, con su dedo tomo la manito de mi bebé.― Mejor ni me respondas porque se parecen demasiado.― Se ríe.
― Ella es Melanie, es mi esposa.― Me paro al lado de James con una sonrisa, esta vez correspondo a su apretón de mano.
― Vaya viejo, no nos dijiste que estabas casado.― Se burló y noté a James voltear los ojos.
¿No les dijo?
Woh.
― Voy a ir por mis cosas para irnos.― Scott asintió y los tres nos dirigimos a la habitación, cierro la puerta para que su amigo no nos escuche.
Dejó a Ángel en la cama nuevamente dándole un beso en su frente.
― James.
― ¿Qué?― Trago saliva.
― Sé que estas molesto...
― No estoy molesto, estoy dolido por cómo me ignoraste esta mañana, por tus actitudes y porque ni siquiera me dijiste lo de la pasantía.― Mantiene la mirada fija en mi.
― Lo siento, pero también quiero que entiendas...
Me interrumpió.
― ¿Entender qué? Si fuese al revés te daría mi apoyo al cien por cierto sin dudarlo, porque te amo y estoy feliz de que vayas hacer esa pasantía a una de las agencias más importante como lo es esa. Pero en cabio tú...― Mi corazón se apretó.― No veo que estas feliz por mi.
No quise decir nada más, no quiero amargarle el viaje.
Me siento en la cama para doblar la ropita del bebé, aparto una lágrima de mi mejilla antes de que James se diera cuenta.
― Te amo.― Le oí susúrrale a nuestro hijo.― Melanie.― Suspiró.
― Te deseo mucha suerte en ese curso y un buen viaje.― Dije, él se colocó de cuclillas frente a mi pidiendo a que lo mire a los ojos pero s lo hacía sé que iba a llorar pero entonces oímos el llamado de su amigo que hora de irse.― Se te ve hacer tarde, te están esperando James.
― Oye.― Sus manos atraparon mis mejillas.― Mírame, por favor.
― Vas perder tu vuelo.― Exhaló con fuerza y alejó sus manos.
― No sé si llegaras a valorar todo el esfuerzo que estoy haciendo por ti.
Entonces lo miro y él se dio cuenta de lo que dijo soltando una maldición.
― ¿Qué dijiste?― Dejó la ropita de Ángel a un lado.
― Maldita sea...― Se alejó.
― Repite lo que dijiste, James.
― Olvídalo, a veces creo que fue muy apresurado...
― ¿En casarnos?― Se quedó callado.― Vamos dilo, créeme que no es la primera vez lo que lo escucho.
― Melanie, por dios ya basta.―Negó con la cabeza y se paró tomando su equipaje.
Salimos de la habitación, Scott dejo de mirar las fotos que estaban sobre la repisa y ayudo a su amigo con el equipaje.
― Te espero abajo, un gusto en conocerte Melanie.― Se despide el chico.― ¡Y ya apresúrate James!
― Lo que dije allá dentro...lo siento.
― Por favor llámame cuando llegues.― James se inclina para poder besarme pero corrí el rostro.― Te están esperando.
― Te llamare todos los días.― Asiento y salió por la puerta.
Antes de que uno de los dijera algo simplemente cerré la puerta de un portazo y me eche a llorar.
"No sé si llegaras a valorar todo el esfuerzo que estoy haciendo por ti..."
No puedo creer que haya dicho eso cuando lo único que hecho es valorar todo lo que ha hecho por mi todo este tiempo.
<< A veces no es el corazón quien habla...>>
Ahora los dos estaremos separados por cuatro meses.