Estaba en el súper mercado haciendo las compras para la semana, la lista de compras que me había entregado mi madre era extensa… Había más de treinta artículos anotados en la lista, estaba preguntándome como haría para llevar todo esto a mi casa. Comencé a caminar por los pasillos que estaban rodeados de estantes que tenían varios productos de diferentes marcas, caminé y caminé por los diferentes pasillos mientras tomaba todo lo que estaba anotado en la lista y lo ponía dentro del carrito.
Hasta que llegué a mi sección favorita del súper mercado, la sección de postres comencé a caminar por el pasillo, tome varias cajas de gelatina, unos muffins de chocolate, un pie de manzana. Miraba el congelador donde se encontraban los helados para escoger un sabor que fuera del agrado de todos en casa, cuando me dispuse a tomar un envase que tenía tres sabores que eran: chocolate, vainilla y frutilla vi que otras manos también querían tomar ese envase…
-¡Hey!- dije y note que la persona que era dueña de esas manos era un chico de cabellos oscuro y ojos color verde, bastante atractivo, pero no más que mi rubio.
-Este helado es mío- dijo el chico haciendo énfasis en la última palabra.
-No lo creo- dije intimidante.
-¡Suéltalo!
-No voy a hacerlo- conteste y observe que ninguno de los dos estaba dispuesto a soltar el recipiente. El chico me lanzaba miradas asesinas y yo lo imitaba.
-No quiero golpear a una chica.
-No te atreverías- dije desafiante.
-¿Qué está pasando aquí?- pregunto una señora que tenía los mismos ojos color verde que el chico.
-Nada importante mamá- contestó –solo yo peleando con una extraña por un recipiente de helado- dijo él y sonrío.
A pesar de ser un completo cretino tenía que admitir que su sonrisa era encantadora… Me quedé como una boba mirándolo hasta que me di cuenta que su madre me observaba.
-¿Quién es ella?
-La extraña que quiere llevarse mi helado.
-Yo lo vi primero- dije en mi defensa, sin embargo estaba claro que iba perder. Era dos contra uno, pero no porque fuera así no iba a dar pelea.
-Ryan suelta eso- dijo la señora para mi sorpresa.
-¡Mamá!- dijo el chico haciendo berrinche.
-Déjalo compraremos otro en un diferente súper mercado. Además mira el carrito de esta chica se nota que lo necesita más que nosotros- afirmó la señora mientras observaba curiosa la gran cantidad de objetos que había dentro del carrito.
-Pero yo quiero comprarlo ahora.
-Niño llorón- susurré.
-¿Qué dijiste?- pregunto con furia el chico.
-Que si por favor puedes quitar las manos de mi helado, porque se me hace tarde.
-Ryan compórtate como un caballero, tú padre y yo no te educamos para que seas un cretino.
Cuando por fin el chico extraño quitó las manos del recipiente, le di una mirada de superioridad a él, a su madre le dirigí una mirada cálida que decía “gracias” y me dirigí triunfante hacia la sección de las cajas registradoras. Mientras dejaba el pasillo vi como la madre del chico que se llamaba Ryan lo regañaba mientras él lanzaba miradas asesinas hacia mi dirección. No sé porque tenía la ligera sensación de que me volvería a encontrar con él, pero en un lugar distinto.
-¡Mamá ya llegué!- dije mientras metía las siete bolsas del súper mercado que tuve que cargar, tuve que hacer varios malabares para cargar todas esas bolsas yo sola… La verdad no creí que mis brazos aguantaran tanto peso. Al fin estaba en casa y eso era un alivio para mí.
-¡Oh! Compraste muchas cosas beba- dijo mi mamá sorprendida y corrió hacia mí para ayudarme con todas las provisiones que había traído.
-Era imposible reducir el número de bolsas mamá- dije mientras cargaba tres bolsas y las metía en la cocina.
-Toma un vaso de agua, debes estar exhausta.
-Gracias- dije y me desplome sobre la silla más cercana que encontré.
-¿Y cómo te fue en el súper mercado?- pregunto mamá.
-Bien, sin no tomo en cuenta mi pelea por el helado.
-¿Una pelea? ¿Qué pasó?- pregunta confundida mamá.
-Sabes que soy amante del helado, así que fui al congelador a sacar un envase familiar para los cuatro con nuestros sabores preferidos y entonces un muchacho vino. También quería el mismo helado, así que discutí con él a causa del helado porque no quería soltarlo. Hasta que llego su mamá y le dijo que me yo merecía quedarme con el recipiente. Eso fue todo.
-Parece que no te cayó tan mal- dice mamá y me mira.
-¿Quién el chico del súper mercado? Me cayó como una esfera.
-¿Y eso qué significa?
-Que me cayó como gordo, me cayó mal. Es un cretino. ¿Sabes que fue lo peor?
-¿Qué?
-Que me dijo que no le importaba golpear a una chica. Es la peor persona que pude conocer. Pero su madre era buena, gracias a ella estoy aquí y en una sola pieza- dije mientras extendía mis brazos.
-Quizá fue solo un decir beba.
-Como sea, es un completo cretino espero no volver a verlo en lo que me queda de vida.
-¿Otra novedad?
-No ¿debería haber otra?
-Creí que ahora porque sales con un famoso, tendrías algunas admiradoras o admiradores- dice mamá guiñando un ojo.
-Qué cosas dices mamá, si yo soy una persona normal. No soy famosa, ni-
-No eres famosa, pero sí tienes a un novio famoso. Ten cuidado. No quiero que… ¿Cómo se llama?
-Niall- repliqué un poco enojada, ¿cómo era posible que no se acordara del nombre de su futuro nuero? Bueno todavía no me había pedido matrimonio, pero yo quería que él fuera el padre de mis hijos.
-Ni… Ni… Que nombre más extraño ni siquiera puedo pronunciarlo. Ah ya sé- dijo mamá y salió corriendo de la cocina dejándome sola.
-¿Mamá?- pregunte después de cinco minutos.
-¡Aquí esta!- dijo mientras me mostraba una revista de adolescentes.
-¿Y eso?
-¡No quiero que él te haga daño!- dijo mientras me mostraba una fotografía de One Direction y señalaba a Niall.
-Tranquila mamá, es un buen chico. Me trata bien y no me obliga a nada- tal vez debí evitar decir lo último, porque los ojos de mamá estaban abiertos como platos.
-Obligar ¿a qué podría obligarte?
-Mmm… Tú sabes… a… eso… cuando. Sabes a lo que me refiero- dije mientras sentía que toda mi cara estaba más roja que un tomate.
-Ah bueno- dijo mamá tranquila –sabes que siempre debes usar protección. No quiero sorpresas.
-Hay mamá ¿cómo puedes estar tan tranquila? Mira como me pongo yo, más roja que el tomate.
-Es algo natural en estos tiempos hablar sobre “eso” no está mal. De hecho es bueno, así evitamos un embarazo no deseado. Pero volviendo al tema, no quiero que te lastimen. Te conozco eres muy fuerte, sin embargo también eres frágil.
Sabía de qué hablaba…
Su nombre era Mateo mi primer novio, primer amor. Ya sabes cómo es al principio todo es felicidad, flores con arco iris de colores, pero luego eso se va apagando… y lo peor es cuando es persona te deja de querer primero. Como me pasó a mí, así que se podría decir que mi relación con él no termino bien. Después de que él me botara, me la pasaba llorando o comiendo un envase de helado mientras veía películas románticas. Masoquista ¿no? Mamá se preocupaba mucho porque no sabía qué hacer y papá como siempre decía que quería ponerlo en su lugar, me pidió más de mil veces que le dijera donde vivía, pero yo me negué. Le dije que no valía la pena que vaya a buscarlo porque el valía menos que la nada. Y mi hermano pequeño hacía cosas tontas solo para que yo me riera, como lo quería era mi payasito. Bueno sigue siéndolo. Finalmente después de seis meses, si seis meses logre recuperarme y cuando nos encontrábamos en los pasillos de la escuela hacía como si no lo conociera. Nos graduamos el mismo año, pero ahora ya no sé nada de él, no le deseo el mal ni el bien.
-No pasará lo mismo que paso con Mateo. El fue un completo idiota y Niall no lo es.
-Lo que me preocupa es que te pase algo, te sientas frustrada y que cometas una tontería. Tenerte lejos es algo muy difícil para mí- dijo mamá mientras veía como sus ojos se llenaban de lágrimas.
-Mami- dije y la abrace –estaré bien, Angie, Charlie y Mery son unos buenos amigos, ellos se encargan de hacerme reflexionar antes de que cometa una locura.
Pero mamá comenzó a llorar, y como yo no soy buena con las palabras continúe abrazándola.
Bueno, este es mi capítulo favorito... c: