Capítulo dedicado a Raomy2
Capítulo 40| Siempre estuviste cuando necesite tu ayuda.
21 de Octubre, del presente año.
James.
Termino de vestirme y veo a Melanie a través del espejo completamente dormida dejando a la vista sus perfectas y bronceadas piernas. Jamás me cansare de contemplarla sobre todo sabiendo que compartiré el resto de mi vida a su lado.
Me acerco al borde de la cama y acaricio sus piernas esperando a que ella despierte.
— Buenos días, preciosa.— Poco a poco ella comenzó a despertar frotándose los ojos.—¿Dormiste bien?— Se sentó apoyándose en el respaldar de la cama con una sonrisa dibujada en sus labios.
— Dormí excelente.— Me inclino hacia ella para besar sus labios.— No deje de pensar en los preparativos.— Su sonrisa se ensanchó.
Cierto, nos casaríamos mañana y aunque yo no lo demostrara por dentro estaba literalmente mordiéndome de los nervios. Hoy vendrían a preparar el patio trasero para la fiesta luego de la boda, los padres de Melanie (futuros suegros) y Christopher habían llegado ayer por la mañana a la casa de sus abuelos.
— Anoche llegaste muy tarde, ¿problemas con el vestido?— Asintió sonriendo.— Me lo imaginaba.
— Habían unos vestidos preciosos pero...— Bajó su mirada a su vientre de seis meses.— Necesitaba algo que luciera muy bien con Ángel aquí dentro.— Río y volví a besar sus labios.
Si supiera que todo que ella se pone luce realmente hermosa.
— Voy a bajar, creo que no tardaran en llegar las personas encargadas de la decoración y sabes que tu familia no tardara en venir.
— ¡Olvide que mi familia vendría a comer!— Exclamó, hizo las sábanas a un lado y se levantó dejándome ver su ropa interior. Cogió ropa limpia y se encerró en el baño.
Son las once y media de la mañana, habia hecho un poco de ejercicio de muy temprano, me di un baño y .e cambie de ropa para recibir a la familia de mi prometida y no quise despertarla porque anoche había demasiado cansada.
Creo que será un día muy largo.
***
No puedo creer que mañana vaya a casarme, en mis veintiún años nunca había imaginado aquello. La verdad ni siquiera se me cruzo por la cabeza el tema del matrimonio hasta que Melanie lo planteo de la manera en que lo hizo, no estoy diciendo que me estoy arrepintiendo claro que no; la verdad estoy ansioso por dar este paso tan importante en mi vida y saber que compartiré el resto de mi vida con la mujer que amo y formar juntos una familia.
Así que aquí estaba, observando como el personal a cargo de la decoración hacia lo suyo y la verdad es que se ve bastante bien.
La carpa ya estaba armada es de color blanco y poco a poco estaban colocando las mesas mientras que otros colocaban guirnaldas de flores en las sillas que según Melanie y su madre le daría más vida al lugar y son del mismo color que el ramo de novia.
— Wells eso no va ahí.— Digo, al ver que colocaba las letras led de Mr & Mrs sobre una de las mesas circular.
— No molestes y mejor ayúdame.— Gruñó él.
Ruedo los ojos y cogí las letras para colocarlas en donde corresponde, ayudo a Christopher a levantar una mesa para colocarla cerca de la pista de baile.
No puedo creer que Christopher vaya a convertirse en mi cuñado.
— Disculpe.—Habló una chica de traje (encargada del personal)— Su prometida no nos dijo de que color quería que fueran los manteles para las mesas y traje dos opciones.— Miro a Christopher quien me hace una seña a que ponga atención, la chica me enseña el catálogo de los manteles de mesa.— Les enseño estos dos modelos que son los que más son solicitados por los novios.— Visualizo los modelos, uno es de color blanco con camino de mesa azul rey y el otro es de color marfil con camino plateado.
Lo pienso seriamente hasta que me decido con el mantel color marfil, la chica me agradece y va a comunicarles a los demás.
Christopher comienza hablar con un chico del personal mientras que yo reviso la lista de invitados deteniéndome en el nombre de la ex novia de mi mejor amigo.
Rebeca Ford, después de tantos años iban a volverse a reencontrar y eso a Kevin lo tiene nervioso mucho más que él vendrá acompañado con su cita.
— No entiendo por qué decidieron casarse tan pronto, bueno la verdad ni siquiera sé porque mi hermana acepto casarse contigo.— Dice, cruzándose de brazos y se apoyó contra una de las mesas.
Y aquí vamos otra vez.
— Ya supéralo Wells, que a partir de mañana seremos familia.— Sonrío y lo apuntó con el bolígrafo.
Oí el grito de la hija de Christopher y me giro para ver como la pequeña corría de un lado a otro siendo perseguida por mi hermana menor.
— Es la peor noticia que me han podido dar en mi vida, James.— Murmuró para nosotros dos, ya que Melanie, mi abuela y su madre paseaban mirando como el personal a cargo de la decoración hacia su trabajo.
Ruedo los ojos y me aparto de Christopher para ir a fumar, lo necesitaba con urgencia. Cuando estoy lo bastante alejado llevo el cigarrillo a mis labios y lo enciendo.
"He decidido quedarme en Seattle..."
"Creo que será bueno comenzar de cero en esta ciudad, juntos..."
Oficialmente Melanie y yo nos quedaremos en esta ciudad, luego de la boda esperaremos el lunes para mudarnos. Hemos comprado un par de cosas para nuestro piso, lo básico.
Y se deberán estar preguntado ¿Y con qué dinero? Pues con el dinero que hemos estado ahorrando ella y yo.
— ¿James?— Oí la voz de mi abuela, decido apagar el cigarro sabiendo que le hace al el humo.
— Por aquí.— Mi abuela se asoma y sonríe.— ¿Todo bien allá dentro?
— De maravilla, no puedo creer lo bien que se lleva Robert con Cameron.— Reí.— Hijo.
— ¿Hmmh?
Mi abuela me tiende un sobre blanco que lo recuerdo a la perfección, es el sobre con la carta que me dejo mi madre antes de morir y que nunca me atreví a leer.
— La encontré en tu habitación, creo que es importante que la leas.— Dice.
— ¿Por qué?
— Porque en esa carta sale la clave y nombre del banco en que tu padre te dejo a tu nombre quince mil dólares.
¿Qué?
— ¿Qué?— Murmuró.
— Antes de que él muriera dejo toda esa cantidad en el banco únicamente para ti con la única condición que lo reclamaras cumplieras tu veintiún años.— Desvío la mirada un momento.— Sea como haya sido mi hijo en el fondo él quería dejarte protegido, las únicas personas quienes lo sabía era yo y tu madre.
— ¿Y Eich?— Negó con la cabeza.— No puedo aceptar ese dinero, mucho menos sabiendo como lo consiguió.
— Lo sé pero creo que las circunstancias las ameritan ¿no crees?— Sé que se refiere a los próximos gastos de mi hijo y de la mudanza.
<< Creo que si es necesario ese dinero...>>
Con ese dinero podre pagar la clínica a la hora en que Melanie se ponga en labor de parto.
— Bien, lo aceptare.— Mi abuela sonríe con satisfacción por mi decisión y recibo el sobre.
— Voy a volver a dentro, te quiero.
— Y yo a ti abuela, y, gracias.
Mi abuela se va y vuelvo a estar solo, observando el sobre con un poco de inseguridad. No estaba seguro si las palabras de mi abuela eran ciertas ¿realmente él pensó en mi bienestar?
— Por fin te encuentro, James Russell.— Salgo de mis pensamientos al oír a Kevin.— No puedo creer todavía que mañana te casas, hermano.
Demonios, aun no me acostumbro.
— Pues créelo.— Nos saludamos con un choque de puños, Kevin se apoya contra el muro observando como mi prometida reía a carcajada junto a su hermano y cuñada.
— Melanie me dijo que no tendrán luna de miel, ¿es cierto?— Preguntó.
— Decidimos no tener intimidad hasta que no nazca nuestro hijo.— Él asiente levemente.— Ella quiere hacerlo refiriéndome obviamente irnos algún lado pero prefiero su bienestar y la de mi hijo.
<< Vamos tú también quieres...>>
— Entiendo pero de todos modos te lo entregare.— Saco del bolsillo interior de su chaqueta un sobre blanco.— Es un regalo de bodad de mi para ustedes.— Se ríe.
¿Es acaso el día de los sombres?
— No tenías que molestarte, Kev.— Recibo el sobre y lo abro encontrándome con dos boletos de avión destino a Maldivas.— ¿Qué, es en serio?— Pregunté.
Kevin sonrío con orgullo.
— ¡Claro! Melanie y tú merecen un buen descanso, además el traslado y el hospedaje viene incluido.— Avisó.— Como no podrán viajar por el momento tienen las opciones de cambiar las fechas del viaje o un rembolso.
— ¿Cómo pudiste pagar algo como esto? A Maldivas es muy costoso.— Digo, sin apartar la mirada de los dos boletos.
— Lo único que puedo decirte es que las clases particulares en esa universidad privada y de riquillos dieron buenos frutos.— Sonrío.
No puedo estar más agradecido con el gran amigo que tengo a mi lado.
— Siempre estuviste cuando necesite tu ayuda, eres un gran amigo.
— Y lo seguiré estando.
— Gracias, Kev.
Sin duda Kevin es un gran amigo.
****
Me encontraba en la entrada junto a Melanie despidiéndonos de su familia, sus padres ya se habían subido al auto ahora esperábamos a que April saliera del baño para poder marcharse con su esposo e hija. La pequeña Liana es una niña encantadora y muy risueña, y sobre todo adora a su tía.
Me gustaría poder tener algún día una hija.
— Iré por April.— Dice Melanie, despidiéndose por tercera vez de su hermano y sobrina.
Entonces Christopher me mira con seriedad mientras que su hija que yacía en sus brazos me tendía su mano a lo que sonrío y acaricio su pulgar.
— Espero no decidas huir media hora antes de la boda.— Ruedo los ojos.
— No te preocupes por mí, será mejor que tú no huyas cuando le dé el sí a tu hermana.— Suspiró.
— ¡Ya es hora de irnos!— Exclamó April, me da un beso en la mejilla como despedida y se para al lado de su esposo.
— Vamos hija, dile adiós a tu tío.— La pequeña se despidió inclinándose a mí para darme un corto y tierno beso en mi mejilla.
Ahora entiendo porque Melanie adora tanto a esta niña.
Son pasadas las once de la noche, supuestamente Melanie se iría a casa de sus abuelos para prepararse allá para la boda pero prefirió irse mañana por la mañana aprovechando que su padre vendría a dejar algunas cosas.
Cuando entramos a la habitación Melanie decide darse un baño antes acostarse, me desvisto, me coloco el pantalón de pijama quedándome con el torso descubierto y me dirijo a la cama.
Observo la carta entre mis manos sin aun poder abrirla, no estaba seguro de querer leerla. La guardo en el cajón y cierro los ojos por un momento.
Minutos después Melanie sale del baño ya puesta con su pijama, me da un beso en la frente y se acuesta a mi lado observándome.
— Mañana me convertiré en la señora Russell.— Dice, divertida.— ¿Quién lo imaginaria, eh?
— Me gusta cómo suena.— Me giro hacia ella apoyando todo mi cuerpo con mi brazo izquierdo.— Nos conocemos desde hace años, no hablábamos...
— Hasta ese día en que te descubrí en el salón fumando y me besaste en el pasillo.— Recordó a lo que yo sonrío.
Fue ese día que comenzó nuestra historia.
— ¿Por qué no me fije antes en ti?— Ella lo piensa un momento.
— Supongo porque eras muy idiota como para darte cuenta de mi existencia.— Sonrió.
— Oh vamos Wells.— Me reí.— Te amo, Melanie.— Susurré, mientras ella deslizaba sus dedos por mi hombro.
— Te amo, James.
No quería volver a separarme de ella jamás, ella es todo lo que necesito en esta vida y velare por su felicidad y por la de mi hijo que viene en camino. Es nuevo comienzo que no pienso desaprovechar, durante años estuve sumergido en un hoyo que no creí que iba a salir hasta que esta mujer llego a mi vida a cambiarlo todo, mis pensamientos, mi corazón, todo.
Y no pienso volver a perderla.
Ella acercó sus labios a los mío y me beso con suavidad, coloqué mis manos al final de su espalda para atraerla a mi cuerpo.
Mañana seremos oficialmente marido y mujer.
¡Feliz día del amor y de la amistad! sé que es un poco tarde pero de todos modos quería decirlo, disculpen si tarde en subir el capítulo <3
Pd: Quedan pocos capítulos para el final.