Arrastré mis pies desde la casa de Amy hasta el parque más cercano. Metía las manos en los bolsillos y bufaba rechistando. Me molestaba que Dean me hubiese pedido perdón y que yo hubiese aceptado tan rápidamente a verle, pero no podía evitarlo. Después de todo, le tengo mucho cariño y no quiero que estemos peleados. Nunca me gusta pelearme con nadie.
Entro al parque y camino hasta que le veo sentado en un pequeño banco de madera. El sol le da de pleno y él lo disfruta con los brazos bajo su cabeza. Sus músculos se marcan y la camiseta deja ver la cinturilla de sus pantalones tejanos. Lleva los zapatos de siempre, y yo sigo admirando tal obra de Dios hasta que mira hacia mí. Echo a andar de nuevo con rapidez hasta llegar a él, y entonces, él me saluda con una pequeña sonrisa arrepentida.
-Hola Sophia -se incorpora y me deja sitio a su lado. Yo me siento, dejando espacio entre nosotros. Al menos, que piense que no le va a ser fácil que le perdone.
-Hey -le saludo con un pequeño movimiento de cabeza y él suspira.
-Mira... Lo siento, ¿vale? -busca mi mirada con la suya, pero está clavada en el suelo.
-Vale -me encojo de hombros sin dejar de mirar la hierba como si fuese lo más interesante del mundo. Preferiría estar mirándole a él pero hoy sus ojos brillan como si fuesen estrellas y su sonrisa está más bonita que nunca. Me distrae.
-¿Vale? ¿Ya está? ¿Así de fácil? -puedo ver por el rabillo del ojo su expresión confusa y su ceja alzada. Vuelvo a encogerme de hombros, desinteresada.
-¿Qué quieres que te diga?
-No sé, Sophia. Te conozco desde hace menos de un mes y ya sé que no te conformas tan fácilmente. Dime lo que piensas -gesticula rápidamente con las manos intentando que le mire.
Al final, clavo mi mirada en sus ojos y frunzo el ceño.
-¿Sabes qué pienso? Pienso que no sé por qué te enfadaste por esa idiotez. ¿Qué te pasa? -él parece sorprendido, se echa un poco hacia atrás y tartamudea unas cuantas veces.
-Yo... Yo... -se pasa la mano por el pelo, resoplando-. Yo no lo sé, Sophia, pero te pido perdón.
Niego y me levanto del banco suspirando. ¿No lo sabe? ¿Qué es lo que no sabe? Se enfadó porque no le conté que me besé con su mejor amigo y ahora, ¿me está diciendo que no sabe las razones?
Me cruzo de brazos y le miro. Él me mira fijamente, y yo acabo por ceder.
-¿No vas a levantarte? Me apetece comer y vas a ser tú quien me invites.
Su sonrisa ocupa toda su cara y se levanta de un salto.
-Desde luego -niego sonriendo a la vez que ruedo los ojos y le agarro del brazo.
-Anda, vamos.
(...)
Hago caricias sobre mi abdomen mientras hablo con Amy tirada en mi cama. Las ventanas están abiertas y entra la brisa junto a los rayos del Sol, la música suena de fondo y miro al techo escuchando cómo Amy me pregunta que qué tal fue con Dean.
-No lo sé... Tal vez... Tal vez tengáis razón. Tal vez, sólo tal vez, puede que le guste... -me encojo de hombros aún sabiendo que no puede verme y ella pega un chillido a través de la línea.
-Al fin te das cuenta. Pensaba que no tardarías tanto.
- No sé, Amy. Me dijo que no sabía las razones por las que se enfadó, y el único motivo que le veo es porque estuviese celoso... Pero no lo entiendo. Somos amigos... Y a mí... A mí me gusta Ethan. Creo. Sí, me gusta Ethan -asiento sabiendo que en el fondo intento convencerme a mí misma entre esta confusión.
-Sophia, cielo, es posible que te gusten dos personas a la vez -frunzo el ceño ante su respuesta.
-Pero... -ella me interrumpe sin dejarme hablar.
-Ya sé lo que harás. Harás una lista. Una lista con las cosas buenas y las cosas malas de cada uno, y así te decidirás.
-¿Decidir el qué?
-Decidirte por uno de los dos. Es fácil.
-Yo no creo que sea tan fácil Amy, no son objetos, y elegir tener una relación con alguien es algo complicado... Supongo. Además, ni siquiera sabemos si quieren tener una relación conmigo. Estamos hablando de ellos como si supiésemos lo que piensan.
-Los hombres no piensan. Lo que quieras tú lo quieren ellos.
Pongo los ojos en blanco y me levanto de la cama. Me acerco a la ventana y me asomo, mirando a la gente pasear por la costa de la playa.
-No creo que sea tan fácil.
-Lo es. Házme caso. Haz la lista, después hablamos. ¡Adiós! -me cuelga sin poder darle una respuesta y tiro el móvil a la cama resoplando.
Pienso durante unos minutos en lo que hemos hablado y en Dean, después en Ethan. Después en Dean otra vez.
Me acerco a mi escritorio y abro la mochila del instituto. La primera vez que la abro en todos estos días. Pensaba que no iba a necesitar abrirla hasta el día antes de empezar el curso.
Saco una libreta y un bolígrafo de mi estuche y me siento sobre la cama con las piernas cruzadas.
Hago dos rayas en mitad de la hoja. Una llamada Dean y otra Ethan. Las divido en cosas buenas y cosas malas.
Me paso minutos pensando en qué poner mientras muerdo el bolígrafo.
-Ya sé -empiezo a escribir y acabo con la palabra "guapo" en los dos lados. Gruño frustrada e intento pensar en algo más.
La puerta de mi habitación se abre y me sorprendo al ver a Ethan parado en el umbral con dos botes de helado en las manos. Entra sin darme opción a hacer nada y se sienta a mi lado. Mira lo que estoy haciendo curioso y cierro con rapidez el cuaderno. Me levanto y lo dejo en la mesita antes de que pueda ver su nombre en él.
-¿Qué haces aquí? ¿Mi madre te ha dejado entrar? -él asiente sonriendo y yo ruedo los ojos. Maldita mi madre y su manía de que tenga novio. ¿No es al revés? ¿No son las madres las que no quieren que tengas novio? Una madre normal no deja subir a un chico a la habitación de su hija. Creo.
-Traje helado, esa es mi excusa para verte. Te echaba de menos -una pequeña sonrisa se asoma en mi cara y me siento a su lado. Cojo un bote cuando me lo tiende junto a la cuchara.
-Gracias -sonrío y le miro.
-¿Gracias? Me debes algo a cambio -ríe y yo le miro confundida.
Él lleva su mano a mi mentón y hace rozar sus labios con los míos. Frunzo el ceño al escuchar cómo gritan mi nombre desde la calle y me levanto extrañada. Me asomo a la ventana y me sorprendo más al ver a Dean.
-Hey, ¿puedo subir? -su sonrisa es grande y aun estando lejos puedo apreciar el color brillante de sus ojos.
¿Qué más puede pasar?
N/A:
¡Hola! Estoy de vuelta. Quería desearos un feliz año nuevo después de casi dos semanas, pero mejor tarde que nunca, ¿no? Espero que disfrutéis el capítulo. ¡Un beso!