5 Años Después
(Actualidad)
No hay nada que Ehan Hilton odie más que las mañanas.
Él se encontraba dormido sobre su estómago sintiendo como una mano acariciaba su espalda; el no recordaba a quien trajo a casa.
Al voltear se encuentra con una rubia de ojos verdes; muy hermosa la verdad, es una lástima que no recuerde lo que hicieron ayer.
—Hola dormilón— le dijo ella con voz chillona. El odia ese tipo de voces fingidas que parecen que la tipa tiene algo en la nariz. Giro dándole la espalda de nuevo.
—Conoces la puerta— dijo Ehan únicamente.
— ¿Qué?—Pregunto la rubia confundida.
—Que conoces la puerta— volvió a decir sin darse la vuelta— ya es de mañana, debes irte.
— ¿De qué hablas?— volvió a preguntar.
Ehan suspiro y pensó que la pobre ha de ser muy tonta para no entender que la está echando.
—El termino "pasar la noche con alguien" es eso. Pasar la noche. Nos acostamos y ya termino, ahora debes irte— dijo sin importarle nada.
La rubia lo jalo a manera de dejarlo acostado sobre la cama y se subió sobre él.
—No finjas que no lo disfrutaste; que no sentiste esta conexión al hacer el amor...
—Tuvimos sexo— le dijo Ehan manteniendo la expresión seria en su rostro— y no sentí nada, ahora ya te puedes ir.
El observo como la cara de ella se desfiguraba de la cólera.
—Eres un cabrón— le grito la rubia mientras se ponía en pie y se colocaba la ropa.
Tomo todas su cosas y salió de la habitación azotando la puerta.
Ehan vivía en un departamento de dos pisos en el centro de New York, era lunes y aparte de odiar las mañanas odiaba los lunes.
Se levantó con un dolor de cabeza horrible; de seguro anoche se emborracho demasiado. Se ducho tomándose su tiempo para quitarse la resaca pero la ducha parecía no funcionar.
Salió y se vistió con uno de sus trajes. Debía ir se ya a la empresa si no habría problemas, él era el dueño y debía de dar el ejemplo.
Al llegar a la cocina Cony le sirvió su comida y su remedio artesanal para quitarle la resaca.
—Aquí tienes—le dijo la mujer a Ehan.
Ehan al verlo abrazo a la mujer y la cargo dándole las gracias.
Cony Brown era una mujer regordeta muy próxima a los cincuenta, ella llevaba trabajando años para los Hilton y ahora Ehan, ella era como una segunda madre para él, siempre lo mantenía bien atendido.
Durante el desayuno su teléfono lo interrumpido, al ver la llamada de Nick contestó de inmediato.
— ¿Que paso Nick?— contesto alegre.
Nicolás Dolce era uno de sus mejores amigos, era alto con el cabello castaño. Generalmente es igual de jugador que él.
—Te vengo a recordar que hoy tenemos la comida con Alexander y su misteriosa prometida— dijo Nick en broma.
Alexander Ambrosetti era su otro mejor amigo, posiblemente el más incorregible de los tres, o eso pensaban hasta que les anuncio su próxima boda.
—Sigo sin creer que este comprometido— respondió Ehan sentándose a comer. Alexander se comprometió hace una semana, a pesar de ser grandes amigos ellos no sabían que él estuviera saliendo con alguien.
—No lo creeré hasta no ver a la chica, por cierto, según las fotos que he visto es muy hermosa. Espero que Alex no haya tomado la decisión con sus pantalones.
Ehan lanzo una carcajada al escucharlo.
—Claro que es hermosa, sabemos que Alexander tiene buen gusto. Pero es muy raro que todo esto sea tan rápido—dijo Ehan tomando su bebida.
— ¿Crees que tal vez esté embarazada?
Ehan casi escupe su bebida al escuchar la pregunta de su amigo. Seria mentir decir que no lo ha pensado.
—Alexander jamás se casaría por un hijo. Conociéndolo preferiría pagar manutención antes de casarse.
Ahora fue Nick quien soltó una carcajada.
— Tienes razón. Bueno igual la conoceremos hoy en el almuerzo. Necesitó conocer a esa mujer de gran paciencia. ¿Te paso a recoger para que lleguemos juntos?—pregunto Nick
—Sí, estaré en las oficinas, hoy no vigilo ningún hotel.
—Está bien, nos vemos luego— y con eso colgó.
Ehan es el heredero del imperio Hilton, él es exactamente el presidente de las empresas familiares desde hace dos años.
Pero su padre siempre estaba pendiente de los movimientos de la empresa y lo ayudaba cuando pedía su consejo.
Salió de su casa directo a la oficina; para él era un día normal. No se imaginaba que su vida pronto iba a cambiar.
El trababa de vivir entorno a su trabajo y de disfrutar los beneficios que este le proporcionaba. Hace años renuncio a las tontas ideas del amor.
Trabajo toda la mañana hasta que Nick paso por el, juntos se dirigieron hacia el restaurante. Alexander todavía no había llegado así que tomaron asiento y se dispusieron a conversar.
—Oye, ¿Y qué tal la rubia de ayer?— le pregunto Nick.
Ayer por la noche ambos salieron a un bar, tomaron y bailaron hasta que Ehan se fue con la rubia de piernas largas que lo despertó esa mañana.
—Estuvo bien — dijo únicamente con una sonrisa, por como tiene la espalda de marcada está seguro que esa chica era toda una fierecilla.
—Espero que hallas logrado hacer algo por que ayer ibas prácticamente fulminado por el alcohol — dijo Nick riéndose.
—Puedo estar en coma, pero siempre le daré a una chica lo que quiera— dijo Ehan con una sonrisa.
—No dudare de tus habilidades amigo. Pero debes admitir que tu fetiche por las chicas rubias es raro tomando en cuenta que tu ex prometida era pelirroja— dijo Nick con una sonrisa molestándolo.
— Tal vez, me aburrí de ellas. Pero...hablando de chicas. Me entere que Alisson regresa hoy, ¿Cómo crees que se tome la noticia de Alexander?
Alisson Keller, es una modelo ex novia de Alexander. Pero la verdad nunca fueron exclusivos, a ella le gustaba la publicidad y a él le gustaba su cuerpo.
—No tengo ni la menor idea, esa mujer está loca. Mi empresa tiene convenios con su padre y se dé buena fuente que toda la familia Keller tiene serios problemas; recuerda como era en la universidad.
Siguieron hablando hasta que observaron llegar a Alexander de la mano con una mujer castaña.
Los dos compartieron una mirada, la chica era muy hermosa, definitivamente su amigo poseía un muy buen gusto, pero lo más llamativo era sus ojos azules; no era muy alta pero lo que más les extraño es que no era el tipo de chica que su amigo acostumbra.
Se levantaron y saludaron primero a Alexander. La chica prefirió quedarse rezagada mientras ellos abrazaban su futuro marido.
Una vez terminaron los saludos, Alexander tomo a Paige y les dijo.
—Chicos ella es mi prometida la señorita Paige Evans— se las presentó— y ellos son los imbéciles que tengo por amigos. Él es Nick— le dijo presentándole al castaño — Y él es Ehan.
Ehan era un poco más pequeño que sus compañeros, pero aun así su altura no era despreciable.
—Mucho gusto preciosa, es un honor conocer por fin a mujer de gran paciencia que conquistó a este gruñón— le dijo Nick guiñándole un ojo mientras sostenía su mano.
—Es cierto, cuando nos enteramos que Alexander estaba comprometido no lo creímos hasta verte entrar por esa puerta con el— le dijo Ehan mientras ahora era el quien tomaba su mano a modo de saludo.
—Vengan tomemos asiento— les dijo Nick.
Alexander se ayudó a Paige a sentarse y se colocó junto a ella.
—Bueno cuenta nos Paige ¿Cómo te puede gustar este espécimen de neandertal?— Le pregunto Nick.
—Bueno, digamos que posee una labia estupenda— les dijo en broma a lo cual lanzaron una carcajada, mientras Alexander a su lado casi escupe el agua que estaba bebiendo.
—Eso no es cierto— le dijo Alexander con una mirada de incrédula.
—No amigo, es cierto; todavía recuerdo las fiestas en la fraternidad, nunca te ibas sin una chica, posees una gran habilidad de convencimiento con las mujeres— dijo Nick a lo cual Paige le lanzo una mirada ganadora a Alexander.
Ellos sonrieron ante el gesto, definitivamente, su compañero había encontrada a la horma de su zapato.
—Me agradas Paige— le dijo Ehan.
—Y dinos Preciosa ¿De dónde eres?— le pregunto Nick.
—Soy de un pueblo pequeño en Dakota del sur— les dije.
— ¡Oh! Así que eres sureña, me agrada— le dijo Nick tratando de molestar a Alexander.
—Y ¿cómo va la empresa Alexander?— le dijo Ehan al ver como Alexander le lanzaba una mala mirada a Nick.
—Todo excelente, gracias a Paige nos volveremos a colocar en primer lugar en esta temporada— dijo lanzando una sonrisa de arrogancia.
—Así que eres hermosa y talentosa, ahora entiendo por qué mi amigo rompió la regla de no empleados en su vida sentimental— les dijo Nick lanzando una mirada burlona a Alexander, el cual solo lanzo una carcajada y dijo.
—Ella es el paquete completo no podía desperdiciar esta oportunidad— les dijo con una sonrisa.
— Tienes razón amigo, la verdad Paige estábamos curiosos de conocerte, no entendíamos como Alexander se había comprometido— explico Ehan.
—Es cierto, todos pensamos que el sería el último en casarse, eso si no se quedaba soltero de por vida— bromeo Nick.
—Ni tan solo, eh. A este hombre le salen mujeres hasta por las paredes— bromeo Paige.
Sus amigos la observaron. Les gustaba esa chica.
—Lo sabemos, pero sigo sin entender ¿Por qué? Si yo soy más apuesto— dijo Nick.
El almuerzo paso entre bromas y halagos hacia Paige. Un almuerzo y ellos habían quedado encantados de la prometida de su amigo.
—Bueno mi bella dama, fue un gusto conocerte— le dijo Nick a Paige al despedirse— si este imbécil se arrepiente, me ofrezco para sustituirlo.
Paige rio ante su comentario y Alexander lo miro con molestia, pero Paige no se dio cuenta de su gesto.
—Lo pensare, pero gracias por la oferta— contestó Paige.
— Bueno, yo también me despido. Me encanto conocerte Paige. Lástima que no te conocí antes, si no; tu prometido fuera otro— le dijo Ehan guiñándole un ojo solo para molestar a Alexander.
—Definitivo, a ustedes los mantendré lejos de mi prometida— dijo Alexander con falsa frustración.
Todos se despidieron y Nick llevo de regreso a Ehan a las oficinas.
— ¿Que te ha parecido la prometía de Alex?— preguntó Nick.
—La chica es increíble; solo me preocupa si Alexander la puede hacer feliz, ella no es del tipo...descartable. Un error de él y ella sufrirá, es demasiado dulce para el. — cuestiono Ehan.
Aunque le costara admitirlo, él y sus amigos eran unos hijos de puta con las mujeres, y dudaba que lograran asentar cabeza, él lo intento dos veces y fracaso. Los hombres como ellos jamás se finjan en las mujeres que los pueden hacer cambiar, en cambio les huyen para evitar atarse a alguien de por vida.
—Alexander no se comprometería por cualquiera; creo que de verdad la quiere.
—Tal vez Nick, solo esperemos que no se equivoque en esta decisión.
—Tu siempre de negativo; quiero ver el día que una mujer te cace Ehan.
—Ya lo han intentado y no funciono— dijo Ehan recordando su fatídico compromiso con Giselle.
—Quien diría que fuiste el primero en comprometerse pero Alex se casara antes que tú.
—Cállate, que ese fue el peor error de mi vida— dijo Ehan con una risa, después de cinco años ya había superado aquel incidente.
Nick dejo Ehan frente a su edificio y se retiró. Todo iba excelente en ese día.
Pero lo que nuestro querido Ehan no sabía es que exactamente no muy lejos de ahí, en una de las alcaldías de la ciudad, una hermosa chica estaba dando el "sí quiero".
Sebastien Clark se estaba casando con la mujer que amaba.
Era una boda sencilla; como únicos invitados; los testigos y los hijos de la pareja.