-Ah... Alec no tan...- Magnus entrelazo sus dedos en el cabello negro de su esposo y echó la cabeza hacia atrás mientras cerraba los ojos. Alec estaba ocupado en el mienbro del brujo, subio una de sus manos para desabotonar la camisa azul celeste de Magnus con el paso de los años se habia hecho experto en ciertas acciones y esta era una de ellas: quitar la ropa de Magnus fácilmente. Paso sus dedos acariciando el abdomen del brujo y alzó los ojos para ver lo que estaba provocando, curveo ligeramente los labios al ver que Magnus estaba perdido en el placer que le producía.
Lentamente se hizo hacía atrás para hacer un último movimiento con sus labios y mirarlo con sus ojos azules, Magnus volvio a mirarlo juguetón, lo estaba torturando al haber parado tan repentinamente. Alec se subió sobre el brujo para recostarlo sobre la cama, beso el cuello de Magnus y apretó su cadera con la de él, su erección lo delataba, Alec se mordió el labio mientras miraba al brujo, lo deseaba...
- Alec... si no lo haces ahora... -Magnus lo miro provocativo- te lo voy a hacer yo.... -Alec sonrio un momento pero después se inclinó y beso a su esposo con pasión mientras se desabrochaba el pantalón, Magnus le sacó rápidamente la playera gris para sentir la piel del nephilim contra la suya. Alec miro a su esposo unos segundos antes de comenzar pero en ese momento un llanto inundó los oidos de ambos. Alec se separó y miro hacia la puerta.
-Se despertó-dijo Alec con una gran decepción.
-Puedo hacerlo dormir solo por está vez... -sugirió Magnus que también miraba la puerta.
-No usaremos magia para dormir a Max, es un bebé-
-Ya tiene año y medio ¿Solo por esta vez?- Magnus había vuelto a mirar a Alec y este a Magnus para negar con la cabeza. - pufff... de acuerdo pero esto te costará garbancito y muy muy duro- Magnus le guiño el ojo.
-Te lo compensare- dijo Alec con una leve sonrisa y un beso rápido para después levantarse, subirse los pantalones e ir a ver a su hijo. El brujo estaba decepcionado pero no pudo evitar sonreir.
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-¡Max! -Alec miro horrorizado la sala del loft estaba convertida en una mini isla, donde estaba la alfombra circular habia un pozo de agua y peces...- acordamos que no volverias a hacer esto, Magnus se pondrá como loco cuando vea la alfombra.
-Papá no te preocupes-Max sonrió- Eh estado practicando y ya puedo dejarlo como estaba ¿Te enseño? -El niño movió sus manitas y de ellas salio un aura azul intensa que envolvio la arena y el agua del pequeño pozo, estas empezaron a desaparecer pero los peces que había dentro no, empezaron a brincar en el piso y el niño solto un grito de sorpresa- ¡Papá, papá has algo, se van a asfixiar!-
-Por el Ángel -dijo Alec mientras tomaba un florero de una de las mesas y se agachaba para meter a los escurridizos peces en el. Magnus entro al loft y vio a su esposo y a uno de sus hijos recogiendo peces en el suelo y echandolos en un florero tribal antiguo.
-¿Porque hay peces en mi alfombra italiana?- pregunto Magnus poniendose una mano en la barbilla.
-Hice parecer un pedacito de mar- dijo Max entusiasmado- Un pirata necesita un mar que navegar si no no es pirata, como barba negra - Alec termino de juntar los peces y se levantó con el florero mirando a Magnus.
—Te dije que no le enseñaras magia todavía, la última vez trajo una jungla aqui porque un tal "Tarzan" no era el rey de la selva sin selva-
-Oh vamos fue divertido buscarte en el río- Magnus hizo un gesto sin importancia-Como sea hay que poner las cosas de Max, Raphael lo esta esperando en el Instituto junto con Jace.
-¡SÍ!- Grito el pequeño brujo mientras se levantaba de un saltó- ¡El tío Jace dijo que iríamos a un lugar sorprendente!-
-¿Qué tipo de lugar?-pregunto Alec alzando una ceja, pero Max negó con la cabeza y salió corriendo hacia su cuarto Alec solo suspiro y se levanto del suelo.
-Vamos garbancito, tenemos cosas que hacer tú y yo- Magnus se acercó a su esposo y le dio un beso en los labios, Alec lo tomo de la nuca antes de que se separará y le robo un beso más.
-Uno no es suficiente- Dijo Alec y se separo justo en el momento que Max aparecía en la sala con su mochila lista.
-Se estaban besando- dijo el niño.
-Si-confirmo Magnus- ¿Debería de darle otro? - el niño sonrio tímidamente y alzo los hombros, se encaminó a la puerta dando brinquitos.
-Los espero abajo ¡Pero no se tarden!- Magnus y Alec se miraron mutuamente para después sonreír y darse un último beso seguido de salir del loft.
Después se llevar a Max al Instituto con su hermano mayor Raphael, Magnus y Alec caminaron por las calles de New York el clima era templado en esa epoca asi que era perfecto. La noche comenzaba a caer sobre la gran ciudad y las luces de los edificios alumbraban el cielo con ese color lila y rojizo que era tan característico de la contaminación lumínica de las grandes ciudades.
-¿Recuerdas nuestra segunda cita?- pregunto Magnus- Jamás vimos la película, ahora que lo pienso me debes una salida al cine.
-¿Después de todos estos años quieres cobrarme eso aún? -Alec alzo la ceja- Eres de lo peor Magnus -giró la cabeza para mirarlo y sonrió, Magnus miro de igual manera a su esposo y se dio cuenta que si habían pasado algunos años, los rasgos de Alec se habían vuelto más marcados como su mandíbula que ahora era un poco más cuadrada, la barba que a veces se dejaba y si lo observababas de cerca (como lo hacía Magnus al dormir) se le estaban empezando a formar las primeras lineas de envejecimiento en los ojos. Su cuerpo tambien había cambiado pero claro para bien, los cazadores de sombras siempre tenian un cuerpo atlético y musculoso.
-Se trata de ti, jamás lo olvidaría- Alec sonrió y se acercó a el para besarlo pero en su visión aparecio una mujer, justo detrás de Magnus, estaba tan cerca que Alec noto un destello amarillo y brillante en sus ojos, el cazador de sombras se movio rápidamente junto con su esposo, este se volvió tambien hacia la chica pues habia sentido una presencia de un brujo.
-Magnus- dijo la joven con una voz firme y un poco aspera, no tenía la voz sedosa como su apariencia ya que ella era de un color palido de piel, cabello castaño y bastante alta, sus ojos eran increibles: eran una mezcla de azul claro con turquesa, grandes y tupidos de pestañas pero los labios eran finos, demasiado. -Al fin.
—Oh no, no puedes hacerme esto ahora— dijo Magnus frunciendo su expresión— ¿600 años y ahora te dignas a volver a aparecer? — la joven sonrió levemente de lado.
—No tenía motivos para verte—
—¿Ahora tienes uno?— Magnus sonaba fastidiado, miro a Alec de reojo y noto que estaba de brazos cruzados y con los labios apretados en una fina linea. Instintivamente supo que estaba enojado, tal vez porque presentía algo malo, y que no sabia nada de aquella mujer.
—Davinna, ese es mi nombre— la chica se dirigió a Alec, este la miro pero no respondió— Siempre tan serio Alexander Ligthwood, tranquilo no soy una ex amante de tu esposo. — Alec fruncio más su entrecejo ademas de que un ligero rubor atravesó su rostro —Como sea —volvió a ver a Magnus— el motivo por el que vengo no es para hablarlo a la mitad de la acera, iré a buscarte otro día porque tengo entendido que pretendían tener sexo, bueno él — señalo a Alec.
—Deja de leer su mente— Magnus chasqueo los dedos para poner un escudo en Alec— Es de mala educación revelar las sorpresas que tienen planeadas hacerte— Alec volteó a ver a su esposo con los ojos de plato, karenina solo alzó una ceja y los rodeo para seguir caminando y perderse entre la gente. Alec se aseguro de no verla en su campo de visión.
—¿Tengo que preguntar?— dijo Alec con el ceño fruncido, Magnus suspiró y tomo de la mano a su esposo para caminar a la dirección contraria de Davinna.
—De todos modos ibas a hacerlo— guardo unos segundos de silencio— La verdad es que me habia olvidado de su existencia, la última vez que la vi fue... hace 600 años después de un accidente que paso en Aragón— Magnus sintió un nudo en la garganta pues aquel accidente era el de Mila.
—De acuerdo... pero no me has dicho quien es aún ¿Porque no empezaste por decírme de donde la conoces y porque sabe quien soy? —Alec trataba de ocultar los celos que sentía.
—Si te refieres a que ella fue alguna amante... no, ella misma lo dijo— Magnus lo miro de reojo, Alec apretó los labios con fuerza — La conozco porque... se podría decir que —suspiro— ella es mi hermana.
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Los dos hermanos estaban en una habitación del Instituto de New York, el más pequeño Max estaba sobre una cama dando brincos aún por la euforia del paseo al cual habían ido mientras que Raphael, el mayor tenia un libro en su regaso que hojeaba con entusiasmo.
—¡Aquí mira! este es el cuento, se supone que es real el otro día oi a papá que con este los Blackthorn descubrieron lo que estaba haciendo Malcom Fade— el pequeño brujo se lanzó hacia la otra cama para mirar el libro.
—No entiendo porque las personas se vuelven malas— levantó la vista a su hermano— cuando seas grande no te harás malo ¿Verdad?— Raphael nego con la cabeza.
—Claro que no, además soy un cazador de sombras estoy aqui para protegerte ¿Tú tampoco o si?— Max hizo un puchero y negó con la cabeza seguido levantó el dedo meñique.
—Prometelo— Raphael entrelazo su dedo con el de su hermano.
—Yo Raphael Santiago prometo que siempre protegere a mi hermano por subre todas las cosas — sonrió— ¿Felíz? — el brujito pareció complacido para después mirar el libro pero al cabo de unos minutos volvio a hablar.
—Raphael— su hermano alzo la vista— Te soñado cosas malas.
—¿Pesadillas?—
—Son más feas que las pesadillas, se sienten más reales— tomo el libro y busco un cuento titulado "El viajero de los sueños" — Es como este, asi se siente —Raphael fruncio el ceño.
—¿Como lo sabes si no has leído el libro?— el pequeño se encogió de hombros.
—Ya lo hice... bueno lo hare hoy contigo lo ibas a elegir después de leer el de lady midnight, se que trata de un mago que puede viajar en el tiempo cuando sueña pero puede predecir el futuro también— Su hermano abrió los ojos como plato pues su hermano tenia razón.
—¿Estás diciendo que puedes predecir el futuro cuando sueñas?—
— A veces, soñé que leia ese cuento, pero las cosas malas me dan miedo— su hemano se acercó al brujo.
—¿Qué cosas malas?— preguntó asustado pero la curiosidad lo invadía.
—Alguien malo me está buscando—
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—De verdad no puedo creerlo ¿No es una broma?— Magnus nego con la cabeza— Por el Ángel entonces ella es hija de Asmoideus también... seguramente quiere algo de ti.
—No sabría decierte Alec, solo la vi una vez en toda mi vida, pero aparecer así de la nada...seguramente está loca — Magnus tomó un tragó de su bebida, ambos estaban de vuelta en el loft, sentados en el sofa que daba al balcón. — Pensé que habías visto sus ojos.
—Alcance a ver un destello pero no estaba seguro, mi runa de visión no estaba funcionando y eso me preocupa, no es normal.—
—Podriamos ir a Islandia, los niños podrían ver la Aurora boreal, es época— Alec fruncio el entrecejo y miro a Magnus.
—¿Qué? Magnus estamos hablando de algo importante ¿Y sales con eso?— su tono era agresivo.
—Alexander no ha pasado nada hace media hora no sabias de su existencia, además yo recuerdo que Davinna ha vivido un poco más que yo tal vez aprendió a hacer un mejor glamour incluso para ustedes — suspiró y se levanto para servirse otro trago— y lo de Islandia también es importante, la próxima semana es cumpleaños de Raphael. —Alec miro hacia el suelo unos segundos para hacer las cuentas y efectivamente su esposo tenía razón, volvio a mirarlo para hablar pero Magnus ya se había acercado a él— No dejaré que nada ni nadie dañe a los niños o a ti, te amo Alec y si alguien se mete con nuestra familia... conocerán lo peligroso que puedo ser. —dejo su trago en la mesa y puso su mano en la mejilla del nefilim acercándose más— Puedes estar tranquilo, así que... ¿Planeabas tener sexo?.
—Eh...— Alec se quedó sin palabras, pensaba responder a todo lo que había dicho Magnus pero eso último no lo esperaba, su esposo se acercó a sus labios y lo beso lentamente pero con una ligera presión. Alec cerro los ojos y saboreo aquel beso, instintivamente tomó a Magnus del cuello y deslizó sus manos hasta los hombros y bíceps del brujo, se separo para mirarlo con aquellos ojos azul intenso— Lo sigo planeando— Alec se quitó la playera negra seguido de volver a besar a su esposo.