Capítulo dedicado con amor a: OliLestidoLopez, GrimesRheeDixon03 & YamelAlanis
-Bueno, me alegra conocerte al fin, Rick Grimes.
Se acercó poco a poco. Sonreía como si disfrutaba lo que estaba haciendo. Pero, ¿por qué? ¿Quién era ese sujeto?
-Os preguntaréis qué hacéis aquí. -habló cuando estuvo lo bastante cerca.- Veréis... Resumiéndolo un poco... La cagasteis pero bien.
Dirigió su mirada hacia mí. Me guiñó un ojo.
-Yo soy Negan. -gritó alzando los brazos- ¿Teníais ganas de conocerme?
Abrí mucho los ojos. Era él. Pero, ¿cómo? ¿No se suponía que los mataron?
-Fuisteis rápidos y con un plan muy elaborado, pero no lo bastante listos.
Se puso de cuclillas frente a Rick, quien sudaba como nunca.
-Por eso vais a pagar. Así que ahora, voy a destrozar a golpes a uno de vosotros.
Se me heló la sangre al escuchar aquello. Me tensé y se formó un nudo en mi garganta.
Se puso en pie de nuevo y nos escaneó a todos.
-Es tu hija, ¿verdad? -dijo aquel hombre a mi padre señalándome con el bate.- Sí, tenéis la misma nariz.
Tenía la mirada perdida. Esto era el fin, sin duda.
-Oh, claro. ¡Ya lo entiendo! -río Negan.- Esta es tu novia, ¿no, chico? -se dirigió a Carl.- Qué bonito.
Se paseó entre nosotros.
-Tengo una idea genial. -dijo de repente.- Ponte de pie. -señaló a Carl.
-¡No! -gritó Rick.
-Calla tu sucia boca si no quieres que te vuele la cabeza. -respondió.- Chico, en pie.
Carl hizo caso y se fue incorporando despacio.
-Y ahora tú. -me dijo a mí.- Levántate.
No sabía reaccionar. Miré a Negan a los ojos y le hice caso. No quería que le hiciera daño a nadie.
-Estupendo. -sonrió.- Venid conmigo.
Eché una mirada a Carl. Respiré hondo y nos acercamos a aquel psicópata.
Nos puso uno en frente del otro, delante de los demás.
-¿Sabéis que va a pasar ahora? -preguntó.- Nos vais a hacer un espectáculo, sí.
Todos los hombres de Negan vitorearon y gritaron.
-Nos vais a hacer disfrutar. -miró a Carl.- La vas a hacer disfrutar. -me miró a mí.- Quítate la ropa.
-¡No! -gritó mi padre.
Le miré con lágrimas en los ojos.
-¿Qué os dije antes? Como digáis algo os mato. Y es la última advertencia. Ya puedes continuar.
Me quité la camisa. Los hombres silbaban y gritaban cosas. Me deshice de la otra camiseta y quedé en sujetador.
-Todo.
Mi corazón latía muy fuerte. No quería hacerlo.
Poco a poco desabroché la prenda y esta cayó al suelo.
-¡Me la pido para luego! -gritó un tío.
-Oye, tú. -dijo a Daryl.- No bajes la vista. Esto lo presenciaréis todos y cada uno de vosotros.
Negan puso la mano en el hombro de Carl. El chico miraba al suelo.
-Es tu turno. -le susurró.
Nuestras miradas se cruzaron. Las lágrimas caían por mis mejillas. Pude leer sus labios. 'Lo siento', decía.
Se acercó más a mí. Cerré los ojos.
Sentí sus manos tocando mi pecho.
-Pero qué soso eres. -escuché la voz del jefe.- O lo haces mejor, o le digo a otro que lo haga por ti.
-¡Ni se te ocurra! -Abraham gritaba. Oí el sonido de un golpe. No quería abrir los ojos.
Noté la respiración de Carl cerca de mí.
-Perdóname. -me susurró al oído sollozando.
Empezó a besarme el cuello y a darme pequeños mordiscos.
-Tu hijo se está creciendo, ¿eh, Rick? -exclamó Negan.- Anda, vístete ya, me das asco. -dijo luego apartando a Carl de mí.- Menuda marca te dejó el chaval.
Puse mis manos en el pecho, tapándome. Me agaché para recoger mis pertenencias pero el hombre que aún nos mantenía con vida les dio una patada.
Fui detrás de ellas pero un tío de pelo blanco las cogió y las quemó con un poco de gasolina y una cerilla.
-Que no te dé vergüenza, preciosa.
Todos rieron. Me sentí un juguete de usar y tirar. Alguien colocó una camisa a mi espalda. Carl se encontraba detrás de mí. Se fue a su sitio con la cabeza baja.
-Quiero tener una charla contigo. -señaló al líder con el bate.
Se acercó y le tomó de la chaqueta, arrastrándole hasta la caravana.
-No tardaremos. Tengo que enseñarle algunas cosas a Don Rick.
Después de cerrar la puerta, se puso en marcha y se alejó entre la oscuridad.
***
No habría pasado ni media hora cuando el auto volvió. La puerta se abrió de una patada y Grimes salió disparado.
Negan apareció detrás y, de nuevo, cogió a Rick y le llevó hasta su sitio.
-No creísteis que pasaríais por esto sin recibir un castigo, ¿o sí? No deseo mataros. Que eso quede claro desde el principio, quiero que trabajéis para mí. Y no podéis trabajar si os mato, ¿no? No pienso cultivar una huerta. Pero habéis matado a mi gente. A muchos hombres, demonios. Más de los que puedo aceptar.
Todo estaba en silencio. Miré a mis compañeros, la mayoría miraba al suelo.
-Todo esto. Todo esto es para que decidamos quién de vosotros tendrá el honor. ¿Todavía no os habéis orinado encima? Vaya, tengo el presentimiento de que estamos cerca. Sí, muy pronto aquí habrá mucho olor a orina.
Se paseó en círculos, con su bate en el hombro.
-No sé a quién elegir. Oh, espera, tengo una idea, Lucille. -le dijo a su bate. Hizo un pausa y prosiguió.- Una dola... -empezó a recitar mientras apuntaba uno a uno con el arma- tela catola... coge al tigre... por la cola... si te ruge... suéltalo... mi madre me enseñó... a elegir el mejor de aquí... y te ha tocado... a ti.
El bate apuntó a Abraham. El sudor caía de mi frente y mis manos temblaban.
Rezaba por que no le hiciera nada.
-Podéis respirar, podéis pestañear, podéis llorar, diablos, todos haréis eso.
-Papá... -dije en un susurro.
Me miró con cara de total tranquilidad. Hizo un movimiento con las manos para que me calmara.
-Si alguien se mueve o dice algo, sacad el otro ojo al chaval y dárselo de comer a su padre. Entonces empezaremos.
Sus ojos se encontraron con los míos. Le pedí piedad, cualquier cosa que salvara la vida de mi padre.
Me escocían los ojos y mis mejillas estaban muy húmedas.
-Mira y aprende, princesa. Mira y aprende.
-Por favor, no... Por favor... -rogué.
Alzó el bate y golpeó la cabeza del pelirrojo. Un hilo de sangre se deslizó por su frente y Abraham volvió a incorporarse.
-¡No!
Estaba en shock. No veía nada debido a las lágrimas acumuladas en mis ojos y mi cuerpo no respondía. Sólo veía sangre.
-Vaya. Lo soporta como todo un campeón. Maldita sea.
-Comeme... la polla... -dijo mi padre aguantando el dolor.
Se me cayó el alma a los pies. Intenté no mirar más, agachar la cabeza y no ver lo que se avecinaba. Porque esto solo era el principio. Pero no podía.
Volvió a golpearle con más fuerza y se desplomó en suelo. Sangre salía disparada por todos lados, manchando mi ropa y mi rostro.
Mi voz había desaparecido. Quería gritar, golpear cualquier cosa, incluso morir junto a él. Había llegado a pensar en lo peor.
Una y otra vez la madera y los alambres tocaban con brusquedad el cráneo de mi progenitor.
Caí completamente al suelo. Mi cara rozó la arena y seguí llorando y llorando hasta que paró.
Su cuerpo estaba intacto, su cabeza destrozada. Solo sangre y restos de cerebro.
Un hombre me agarró de la camisa y me obligó a sentarme de nuevo.
Negan se acercó a mí con el bate lleno de la misma sangre que corría por mis venas.
-Era duro de pelar, ¿eh?
Miré sus pies. No quería subir la cabeza. No dejaba de temblar.
-Mírame cuando te hablo. -dijo cambiando el tono burlón a uno serio y temerario.
Hice lo que me ordenó y me apuntó con Lucille. Noté cómo Carl se revolvía en su sitio. Yo me dedicaba a mirar los trozos de carne y algún que otro pelo con brillo naranja entre los pinchos.
-Mirad a esta pobre niña. ¿Veis lo que me obligáis a hacer? Ahora se ha quedado huérfana.
Me giré para mirar a Rosita, quien lloraba aunque luchaba por mantenerse fuerte. En realidad, todos lo hacían y apretaban los puños.
De un momento a otro, Daryl se lanzó contra aquel tipo y le dio un puñetazo en la cara. Le cogieron entre cuatro hombres y le tumbaron en el suelo.
Negan se agachó para quedar cara a cara con el cazador.
Volvió a incorporarse y habló alto y claro:
-De acuerdo, escuchad, que ninguno vuelva a hacer algo así. Lo mataré, sin excepciones. Esta primera vez fue gratis. La angustia es muy grande. Lo entiendo. Pero, me gustas. A ti no te tocaré.
El corazón me palpitaba a mil por hora. Habría otra víctima, estaba segura.
-Solo estáis haciendo que las cosas sean más difíciles. Joder, no aprendéis la lección... Bueno, tal vez así se arregle.
Nos pilló por sorpresa a todos. Aaron yacía en el suelo rodeado de sangre mientras Maggie le miraba con horror.
De nuevo la angustia y el miedo se apoderaron de mí y de todos los presentes.
Me costaba respirar debido al llanto.
El chico se quedó tirado en el suelo. Le daban pequeños espasmos.
-Perece que he dado justo en la diana -se colocó el bate en el hombro.- ¡Venga, chico! ¡Levanta y muestra que eres todo un hombre como el zanahorio!
Aaron seguía moviéndose como si le estuvieran dando descargas eléctricas y Negan siguió con la tortura. Cerré los ojos con fuerza, deseando que nada de lo que estaba pasando fuera real.
-Lucille está sedienta de sangre. ¡Es un bate vampiro! -gritó el asesino meneando el bate y manchando a todos.
Miré a Carl por un momento. No parecía tan afectado como los demás.
-¿Era un chiste demasiado malo? Joder, tengo que currármelos.
Se acercó a Rick y se agachó en frente de él.
-¿Entiendes ya cómo son las cosas? Ahora mando yo.
Se dirigió entonces al rubio de cara quemada que sostenía a Daryl.
-Dwight, mételo en el coche.
Cogieron al ballestero en contra de su voluntad y le metieron en una furgoneta blanca a empujones y malas palabras.
No sabía qué hacer ni qué pensar. Si hacer caso al cuerpo de mi difunto padre, a Negan, Daryl o Rick.
Se acercó a nuestro líder y le cogió de la chaqueta, arrastrándole hasta donde estaba él.
-¿Quién tiene el hacha de Rick? -preguntó sonriendo a sus hombres.- Oh, chaval, tráela.
En la escena apareció Alejandro con moratones en los ojos y heridas por todo el rostro. Caminaba con miedo y le entregó lo que quería con las manos temblorosas.
Me miró con los ojos vidrios y se fue por dónde había venido.
-Chico, ven aquí. -señaló a Carl con el dedo.
Este hizo lo que pedía y se acercó a él.
-¿Tienes miedo?
-No. -respondió serio, desafiándole.
-Genial. ¡Me gusta este chico! -exclamó tirando su sombrero a un lado.- ¿Eres zurdo?
-No.
-Perfecto.
Subió la manga del brazo izquierdo y le tumbó en el suelo.
-¿Alguien tiene un rotulador?
Le tiraron uno, el cual cogió al aire. Se agachó junto a Carl y dibujó una línea en la piel.
Miró al padre, quien le devolvió una mirada de odio.
-No me gusta esa mirada, ¿lo sabías?
Rick seguía desafiándole con la mirada. Negan jugó con su lengua y volvió a hablarle:
-Rick, hagas lo que hagas, pase lo que pase, no debes desafiar el nuevo orden mundial. El nuevo orden mundial es este y es muy sencillo. Aun si eres estúpido y probablemente lo seas, puedes entenderlo. ¿Estás listo? Aquí va, presta atención. Quiero que cojas este hacha y le cortes el brazo justo por esa línea.
Eugene se tapaba la cara con ambas manos. Me sentía mareada por todas las emociones y disgustos que había tenido en menos de una hora.
-Si lo cortas verticalmente, podrá mover lo que le quede de brazo. -sonrió con malicia.
Se puso en pie y dio una vuelta a su alrededor.
-Vamos Rick. Mi paciencia se acaba.
-No... no... -balbuceó.- Hazme lo que quieras a mí, pero deja a mi hijo.
-¿Me vas a hacer contar?
-Por favor... -suplicaba al borde del llanto.
-¡Me vas a hacer contar!
Rick ya había empezado a llorar.
-Tres... -empezó a contar.
El padre pedía piedad.
-Dos...
-Papá, hazlo. -escuché al pequeño Grimes.
-Uno.
El ex policía cogió el arma y lo alzó despacio, mientras sus lágrimas caían sobre sus piernas.
-Alto. -le paró entonces Negan.
El aire volvió a mis pulmones y mi corazón al pecho.
Le arrebató el hacha y se agachó a su lado.
-Esa es la mirada que quería ver. -le felicitó.- Nos ha costado dos vidas y casi un brazo pero lo hemos conseguido. Juntos. -nos miró.- Tú estabas a cargo. Construiste algo. Creíste que estaban seguros. Lo entiendo, pero se comenta que no están seguros. Ni un poquito. A decir verdad, están fritos. Más aún si no hacen lo que quiero y lo que quiero es la mitad de vuestras cosas.
Rick asintió repetidas veces.
-Iremos a visitaros de vez en cuando. Y sed considerados con lo que nos ofrezcáis. Hasta entonces, adiós.
Toda la gente que estaba allí se movió de repente. Se cruzaban unos con otros, recogiendo armas y coches. Me giré para buscar a Alejandro.
Sabía que estaba vivo.
Le vi entonces bebiendo de una botella de agua, mientras un hombre le daba órdenes.
Cuando ese sujeto desapareció, rápidamente me buscó con la mirada.
Hice ademán de levantarme para correr a sus brazos, necesitaba darle un abrazo.
Negó con la cabeza y me quedé quieta. Me dedicó una sonrisa triste y volvió a lo que debía de hacer.
Abracé mis rodillas y escondí mi cara, como todos los demás. No solo había perdido a mi padre, había perdido parte de mi familia.
De un momento a otro, todas esas personas habían desaparecido.
Me acerqué a su cuerpo. Los ojos me escocían, rabiaban. Puse la mano en su pecho y le miré, aunque no quisiera.
Escuché pasos detrás mía y un brazo en mi hombro. Me giré para ver a Carl.
-____... Vamos...
-¡No! -grité frustada.- Déjame en paz.
Se alejó junto a su padre y volvió a dejarme con mis pensamientos.
Me sentí culpable. Él no merecía morir.
Apoyé la cabeza en su torso e intenté sentir de nuevo el calor que siempre me proporcionaba en momentos duros. No encontré refugio alguno.
Me separé y volví a sollozar.
Me sentía orgullosa de él, por todo lo que había hecho por nosotros, por lo que había hecho por mí. Por ser el mejor padre con el que una chica podría soñar. Por ser como era él.
Apoyé el culo en suelo y le acerqué más a mí, colocando su cuerpo sin vida sobre mis piernas.
Le cogí la mano y le sujeté con fuerza. Me movía hacia adelante y hacia atrás acariciando sus dedos.
-Wise men say, only fools rush in. But I can't help falling in love with you.
Shall I stay? Would it be a sin, if I can't help falling in love with you?
Like a river flows, surely to the sea, darling, so it goes some things are meant to be.
Take my hand, take my whole life, too. For I can't help falling in love with you.
Canté su canción favorita. La que solía recitarme por las noches cuando era pequeña. Se lo debía.
No sé cuánto tiempo estuve llorando con él entre mis brazos, intentando que volviera a la vida.
Me había quedado sola. Lo había perdido todo.
Nunca pensé que ocurriría. Siempre imaginé a mis padres muy mayores, conociendo a sus nietos y contándoles anécdotas mías y de George. Pero eso solo eran sueños ya imposibles de cumplir.
Notaba las miradas del grupo sobre mí. Seguramente pensaran que estaba chiflada, que se me había ido completamente.
A mis oídos solo llegaba el sollozo ahogado de Rosita.
Levantaron a Aaron entre cuatro y se lo llevaron entre los árboles. Eugene seguía con la cara tapada y después de un tiempo Rick y compañía vinieron hacia mí.
-Tenemos que llevárnoslo.
Rick se agachó a mi lado y me acarició el pelo.
-¿Estará bien? -solté con la voz rota.
-Volverá a casa. Los cuatro lo harán.
Jugué con los dedos del pelirrojo.
-Ellos también eran parte de nuestra familia.
Le miré con agradecimiento. Él a mí como si fuera su hija, como si a partir de ese momento fuera una Grimes más.
Dejé que Glenn, Rosita, Carl, el líder y Eugene se llevaran el cadáver.
Las lágrimas caían sobre la tierra haciendo que ésta se humedeciera.
Vi a Maggie de pie, pálida y acariciando sus brazos. Me levanté con cuidado y me acerqué a ella.
La abracé con las últimas fuerzas que me quedaban y lloré en su pecho como una niña durante mucho, mucho tiempo.
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Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, me deseo a mí misma ?( Cumpleaños feliz 🌸🎈🎉
Como regalo os dejo este capítulo que os merecéis por todo el apoyo, ya que EGTBO ha llegado a los 8K❤
Ha sido largo e intenso 😔
No os voy a mentir, desde un principio tenía pensado matar a Glenn y seguir la historia original, pero como ningunx de nosotrxs superó su muerte, he decidido dejarlo vivo, que es nuestro coreanito❤
Pregunta:
🌸¿Os gusta BTS?
🌸Me quiero casar con JungKook. Necesito un coreano poh favoh
☁️Instagram: @welcomemydear
Y si queréis que os dedique algún capítulo, ponedlo en comentarios, ¡me encanta dedicarlos!
Al♥