Everything's going to be okay...

By WelcomeMyDear

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-Te amo. -dijo el castaño con lágrimas en los ojos.- Nunca dejé de hacerlo. ~Segunda entrega de Everything's... More

Capítulo 1✨
Capítulo 2✨
Capítulo 3✨
Capítulo 4✨
Capítulo 5✨
Capítulo 6✨
Capítulo 7✨
Capítulo 8✨
Capítulo 9✨
Capítulo 10✨
Capítulo 11✨
Capítulo 12✨
Capítulo 13✨
Capítulo 14✨
Capítulo 15✨
Capítulo 16✨
Capítulo 17✨
Capítulo 18✨
Capítulo 19✨
Capítulo 20✨
Capítulo 21✨
Capítulo 23✨
Capítulo 24✨
Capítulo 25✨
Capítulo 26✨
Capítulo 27✨
Capítulo 28✨
Capítulo 29✨
Capítulo 30✨
Capítulo 31✨

Capítulo 22✨

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By WelcomeMyDear

Dedicado a: SamanthaMendez4, VeroZiga y anttedixon

Nos sentamos en la mesa del salón. Rick y Michonne miraban sin confianza a Jesús y Carl me miraba a mí sin entender lo que acababa de pasar.

-¿Le conoces? -preguntó Rick dirigiéndome la mirada.

-Sí. Me salvó la vida, por así decirlo.

Suspiró y Jesús me sonrió.

-Eres un amenaza para nuestra Comunidad. -habló ahora Michonne.

-¿Por qué? ¿Por intentar robar un cuadro? -contestó riendo.

-Eres rápido. Se te da bien la manipulación. Ya lo vimos ayer. -dijo Rick.

-Si os quisiera muertos, ya me habría encargado.

-Tiene razón, papá.

-Calla, Carl.

El joven bufó.

-¿Todo bien, pequeña Ford? ¿Y el otro chaval? -me preguntó ignorando a los demás.

Negué con la cabeza, con la mirada perdida.

-Se lo llevaron unos hombres...

-¿También conoce a Alejandro? -susurró Michonne a Rick.

-Los Salvadores. -respondió mi viejo amigo con cara de preocupación.- Estará bien mientras no dé mucha guerra.

-¿Los conoces?

-Por desgracia, sí.

Quedamos en silencio.

-¿Dónde está tu grupo? -dijo Rick entrelazando los dedos.

-No tengo. Ya te lo dije.

Le miré con una ceja en alto. Estaba mintiendo y yo lo sabía.
Me miró y tragó saliva. Los tres restantes lo notaron y esperaron impacientes a que el hombre volviera a hablar.

-Vale. -accedió.- Vengo de un lugar vallado, con comida, agua, armas. Está lejos de aquí.

-Te llevaremos de vuelta. Supongo que ____ también estará de acuerdo.

Asentí. Los dos adultos se miraron entre ellos y se levantaron. Cogieron a Paul de los brazos y le despegaron de la silla.

-Antes de irme me gustaría despedirme de ella.

La negra le miró con seriedad, pero acabó quitando la cuerda que rodeaba sus muñecas.
Me levanté de un salto y me acerqué corriendo. Le abracé con fuerza y él me alzó del suelo.
Cuando nos separamos se puso a mi altura y colocó su mano en mi hombro.

-Nos volveremos a ver con más tranquilidad. Sé buena, pequeña Ford.

Le sonreí y asentí como respuesta.
Me guiñó un ojo y dejó que Rick le volviera a poner aquellas esposas.
Al poco tiempo desaparecieron por la puerta y volví a sentarme junto al chico.

-¿Cómo le conociste?

-Larga historia.

Suspiró y se apartó el flequillo de la cara.

-¿Puedo verlo? -pregunté un poco cortada.

Me miró serio y sorprendido. Tardó un poco en responder a mi pregunta, negando con la cabeza.

-¿Por qué?

-Será mejor que no lo hagas... -dijo con tono triste.

Acerqué más la silla a su lado y toqué su pierna, dándole a entender que todo estaba bien. Sabía que se sentía inseguro, que tenía complejos, pero a mí me daba igual que estuviera tuerto, para mí seguía siendo Carl. El Carl del que me había enamorado.

Tenía la cabeza gacha, pero la levantó para mirarme de nuevo a los ojos.
Coloqué las manos detrás de su cabeza para deshacer el nudo de la venda. Al principio estuvo tenso, a punto de rechazar mi tacto con su pelo, pero poco a poco se fue relajando, dejándome terminar con mi objetivo.
Su ojo suplicaba que no lo hiciera, que no la quitara, pero quería hacerle saber que no me importaba.
Quité la venda de su cara y exhalé aire, sorprendida.
Había una gran herida oscura. Nunca había visto nada parecido. Donde antes se encontraba su ojo, ahora había un agujero con cicatrices a su alrededor y piel realmente malherida.

Giró la cabeza, intentando evitar que siguiera observando e inspeccionando aquel destrozo.
Cogí su cara con mis manos y le obligué a quedarnos cara a cara.
Estaba sufriendo, se lo notaba en la expresión.
Deposité un beso en su frente y luego junté nuestros labios.
Le sonreí cuando nos separamos y una pequeña curva se dibujó en su boca.

-No tengas miedo. Para mí eres perfecto.

-Pero la demás gente me mira como si fuera un monstruo.

-A la mierda con ellos. A mí y a tu familia no nos importa esto. -dije señalando con los ojos su cuenca.- Nos importa esto. -puse la palma de la mano en su pecho.- Eso es lo que vale la pena.

Se lanzó y me abrazó con fuerza. Acaricié con una mano su espalda y con la otra enredé sus cabellos entre los dedos.

-Gracias... -susurró escondiéndose en mi cuello.

Le tranquilicé un poco y cuando nos separamos me tendió el parche para que se lo volviera a poner.
Me coloqué detrás de él y lo até con delicadeza.

-Me gustaría acompañar a Jesús, ¿vienes conmigo?

-Tengo que quedarme. -contestó girándose.- Judith.

-Entiendo.

Se puso de pie y colocó su flequillo.

-Nos vemos más tarde. -dijo acariciando mi brazo y besando mi frente.

Le abracé y después le dediqué una sonrisa. Me despedí con la mano y salí por la puerta.

Mi padre y Daryl charlaban al lado de una caravana. Maggie y Glenn subían al auto y no había rastro de Michonne, Rick y Jesús.
Me acerqué al pelirrojo, quien me miró sonriente.

-¿Qué haces aquí? -preguntó.

-Voy con vosotros.

-¿Y quién ha dado permiso?

-Yo misma.

Dixon se rió y me dio una palmada en la espalda.

-¿Y tus armas?

Le mostré la funda del machete y el cuchillo en mi bota.

-Buena chica.

Entramos los tres. La pareja estaba sentada al lado de una ventana. Michonne ya se encontraba en el asiento del copiloto. Jesús estaba al final de la estancia.
Alzó la vista y sonrió de oreja a oreja.

-¿Me echas de menos?

-Un poco. -respondí sentándome a su lado.

-____. -me llamó Abraham. Le miré y negó seriamente.

-Papá, le conozco mejor que vosotros. Sin él, ni Alejandro ni yo estaríamos vivos.

Mi padre dirigió una mirada de agradecimiento al rubio y se acomodó en frente de Maggie y Glenn. Daryl se había puesto al otro lado de Jesús y afilaba un cuchillo sin prestar atención a su alrededor.
Por fin escuchamos un portazo. Rick se ponía el cinturón y arrancaba la caravana.
Miré por la ventana y Carl estaba en el porche, observando nuestra partida.

-¿Qué te ha ocurrido en el brazo? -preguntó Paul fijándose en el vendaje.

-Un perro. De los suyos.

Quedamos de nuevo en un silencio.

-En Hilltop tenemos un gran médico. Podría hacerte una revisión y una ecografía.

No me lo decía a mí. Giré la cabeza para ver a la pareja. Glenn tocaba el vientre de Maggie y ésta miraba a Jesús anonadada.

-¿Podéis hacer ecografías? -preguntó.

-No es que tengamos muchas embarazadas, pero sí, podemos.

Después de media hora de viaje, nos topamos con un coche en mitad de la carretera. Rick frenó y maldijo por lo bajo. Me asomé por la ventana y Jesús me apartó para que él también pudiera echar un vistazo.

-Son de los míos.

Saltó del asiento y me miró pálido. Miré entonces a mi padre, el cual ya había recargado su fusil.
Rick alzó la mano para que no hiciéramos nada.

-Daryl. -dijo antes de salir de la caravana.

El ballestero se hizo paso y fue al exterior. Jesús estaba inquieto, podía notarse a simple vista.
Dixon dio tres toques en la puerta, indicando que no había moros en la costa.
Paul salió disparado e inspeccionó el coche, buscando cualquier rastro.
Se llevó la mano a la barba y la acarició pensativo.

-Sé que sonará a locura, pero, ¿me dejáis un arma?

-Ni lo pienses. -respondió riendo mi padre en lugar del líder.

-Son mi gente. Estoy seguro de que están en apuros y...

-Iremos nosotros. Te quedarás con Maggie y ____.

-Yo quiero ir. -me quejé.

-____, por favor... -rogó Glenn.

Con un hombre desarmado y una mujer embarazada era la mejor opción que nos quedaba.
Asentí y el coreano me lo agradeció con una sonrisa.
Entraron a la casa que estaba a pocos metros y saqué el machete de la funda.

-No deberías haber venido. -dije apoyándome en el auto.

-No empieces tú también, por favor.

-Maggie, es que es verdad.

No contestó. Se sentó en el suelo y empezó a observar su pistola.

-Sólo quieren tu bien. -apoyó Jesús.

-Dejad el tema. Gracias.

Miré a la carretera. No hacía ni calor ni frío, si no una temperatura perfecta.
Los tres nos sentamos en la sombra a esperar. Yo afilaba el machete en silencio, no prestando atención a mis compañeros.
Después de un rato, la cabellera pelirroja mi padre apareció entre los árboles.
Me levanté de un salto y aprecié que junto a ellos venían dos hombres desconocidos para mí. A uno de ellos le ayudaban a caminar.

-¡Freddie! ¡Wesley! -gritó Jesús corriendo hacia ellos.

-¿Estáis bien? -dijo mi progenitor.

Asentí con la cabeza y vi cómo Glenn y Maggie se abrazaban.
Rick fue el último en salir de allí.

-Tiene una herida en la pierna. Hay que llegar a Hilltop pronto.

-Falta poco. Unos cuantos kilómetros y veremos la muralla.

-Entonces vámonos ya. -dijo Daryl terminando la conversación.

Volvimos a entrar sin perder más tiempo. Me pidieron que presionara la herida con la camisa del herido y eso hice todo el camino.

-Aparca aquí. -dijo el del gorro de lana.

Cuando estuvimos todos con los pies en la tierra, seguimos a Jesús entre charcos de barro.
Me coloqué a su lado y anduve con paso decidido.

-¿Quiénes sois? -preguntó uno de los guardias cuando estuvimos lo bastante cerca para escucharle.

-Vienen conmigo. Y traemos un herido.

-¿Esa es ____? -preguntó el otro.

-Sí, soy yo. -respondí apoyando el machete en el hombro.

-Son de confianza. -volvió a decir Jesús.

Lo pensaron un momento y bajaron las lanzas que tenían en las manos. Tiempo después las puertas se abrieron y volví a ver los pequeños puestos que parecían del medievo.
De nuevo, fui rumbo al hogar de Gregory con Michonne a mis espaldas.
El jefe del lugar salió a recibirnos después de tocar la puerta. Nos invitó a pasar mientras se llevaban a los dos desconocidos a que les curaran las heridas.

-¿Tú por aquí, niña?

Le miré sin expresión. Mi padre se puso delante de mí y cargo el arma.

-Tranquilos. -calmó Jesús con las manos.

-Venimos a hablar. -intervino Rick poniéndose en cabeza.

-Entonces hablaremos.

Grimes miró a Maggie, la cual dio un paso adelante y se presentó.

-Estaría mejor discutir esto en un lugar más tranquilo.

-Podemos pasar a mi despacho. No tengo ninguna prisa.

-Perfecto.

Maggie acompañó al viejo hasta una habitación y desaparecieron de nuestra vista.
Como si de mi casa se tratara, entré a la sala donde Jesús nos mandó esperar a mí y a mi amigo hacía meses.
Los demás fueron entrando poco a poco.

-Este sitio es raro. -susurró mi padre andando por la estancia.

-Lo sé. -respondí.- Ya he estado aquí antes.

-¿Cómo?

Señalé a Jesús con los ojos y me senté en una butaca cercana.
Puse atención a cada persona de la estancia. Daryl observaba con detenimiento un cuadro situado encima de una gran chimenea, Rick miraba por la ventana mientras Michonne ojeaba libros de las estanterías. Mi padre contaba balas, Glenn jugaba con un globo terráqueo y Jesús me miraba sin expresión.
Le desafié con la mirada. Acabó sonriendo y pasó por mi lado revolviéndome el pelo.
Maggie abrió la puerta al poco tiempo y pasó en silencio.
Rick se giró y se acercó.

-¿Cómo ha ido?

La mujer negó con la cabeza.

-Quiere colaborar, pero no puede permitir que su pueblo sea atacado por culpa de nuestro trato.

-¿Pero has podido conseguir algo?

-Sí. Que me coja asco.

Daryl se revolvió en su sitio y encaró a Jesús.

-¿Qué le pasa a ese tío?

-Que es imbécil.

-____... -me regañó pelirrojo.

-Tiene razón. -dijo Rovia mirándole.

-Gracias.

-Él es el líder. La gente le eligió. Puedo intentar que cambie de opinión, pero yo no tengo la última palabra.

-Quiere armas, munición. No tenéis nada. Nosotros podemos ayudaros. --intervino la embarazada.

-¿Y a cambio? No tenemos mucho.

-Verduras, cereales y una vaca. -respondió Daryl de buenas formas.

-Podría intentarlo.

Hubo un minuto de silencio.

-Entonces ya hemos acabado aquí. -dijo nuestro líder tocando el mango su pistola.

Me levanté del cómodo asiento y seguí a mi gente hacia la salida.
En la puerta que daba al exterior de encontraba Gregory. Se asustó cuando nos vio aparecer y nos pidió que le dejáramos acompañarnos a la salida.
Mientras íbamos bajando por una pequeña cuesta, aparecieron ante nuestros ojos un grupo de cuatro personas que hicieron parar nuestra marcha.

-Gregory. -dijo uno de ellos.- Tienen a Craig.

Gregory se quedó blanco y contestó con voz ronca.

-¿Cómo?¿Qué ha pasado?

-Nos los topamos en la carretera. -habló un rubio.

-Pero hay una forma de traerlo de vuelta... -dijo de nuevo el primero.

Se le notaba nervioso. Empezó a hurgar en su bolsillo.

-Lo siento... -susurró antes de sacar una navaja y apuñalar al hombre.

Saqué el machete, pero Abraham se puso delante de mí y me hizo quedarme quieta.
El que había actuado había sido Rick, quien dio un puñetazo en la mandíbula al atacante. Los compañeros de éste intentaron golpearle, pero Daryl y mi padre fueron en su ayuda.
Michonne y Glenn levantaron a Gregory y le llevaron a un lugar seguro. Maggie fue con ellos y me quedé sola mirando la pelea.
Los dos vigilantes de las puertas bajaron con sus lanzas, pero Jesús les paró los pies.

De los cuatro hombres solo veía tres. Al último le había perdido de vista y me puse a mirar por todas direcciones.
Sólo veía a personas asustadas y niños escondidos tras sus padres.
Por fin le localicé saliendo de una pequeña cabaña con una pala.
Se iba acercando corriendo hacia Daryl, quien se encontraba de espaldas.
Mis piernas se pusieron en marcha y sujeté con fuerza el machete. Justo cuando estaba alzando la pala para golpear al ballestero en la cabeza, arrollé con él y le tiré al suelo de un empujón.
Yo también perdí el equilibrio y caí sobre él. El machete desapareció de mi mano y el tobillo volvió a dolerme como hacía algunas semanas.
Noté cómo unos brazos me levantaban bruscamente y cómo ponían sobre mi cuello mi propia arma.

-¡Parad! -gritó en mi oído.- ¡Parad o la degollo!

Todos los hombres pararon y dirigieron la vista hacia mí. Una lágrima cayó por mi mejilla.

-No quieras hacerlo. Déjala.

-Las armas al suelo. No es coña.

El militar se agachó para dejar su cuchillo.
De un momento a otro escuché el crack de un hueso roto. La mano que sujetaba mi brazo se relajó y el machete cayó al suelo de nuevo.

Respiré hondo. Estaba a salvo.
Mi padre corrió a mi encuentro y revisó mi cuello. Me cogió la cara con las manos, y después de besar mi frente, me abrazó. Le rodeé con mis brazos y me hundí en su pecho.
Cerré los ojos y me centré en su respiración.

-Gracias... -dijo.

Me separé y me giré. Jesús había sido mi salvador por segunda vez. A sus pies había una roca manchada de sangre y el cuerpo del hombre de la pala yacía con la cabeza abierta.
Una mano se apoyó en mi hombro derecho. Miré por encima para encontrarme con la mirada azul de Dixon.

-Gracias, bicho.

Sonreí y volví a mirar al hombre de pelo largo. Volví a sonreír como agradecimiento y él respondió asintiendo.
El grito de Rick y su enemigo rompieron el momento. Salieron rodando por la cuesta y Grimes fue acorralado en el suelo.

-¡Ethan!

Paul salió corriendo.

-¡Jesús! ¡Espera! -exclamé.

La mano de mi padre me detuvo y este negó con la cabeza.

-Coge tu machete. No vaya a ser que se te olvide.

Fui en su busca con dificultades para apoyar pie debidamente. Me agaché junto al cadáver y recogí lo que era mío. Escupí en su cara y volví con Daryl y papá.

-Quédate aquí. -me advirtió antes salir corriendo a por el ex policía.

Fui acercándome y pude observar cómo Rick sacaba un cuchillo del cinturón y se lo clavaba al tal Ethan en el cuello.
Todo su rostro y parte de su ropa se tiñeron de color rojo. Se levantó como si nada y se encontró con muchas personas mirándole con terror.

-¿Qué?

Michonne y Glenn aparecieron detrás de mí asombrados y preocupados.

-¿Qué ha pasado? -preguntó el coreano.

-Larga historia.

-¿Estáis todos bien?

Asentí.

-Gregory no está grave. Ha sido superficial.

Rick empezó a caminar hacia los dos hombres que habían quedado con vida. Se mostraron sumisos ante él y respondieron a todas sus preguntas.

-Quieren la cabeza de Gregory. Si no se la llevamos antes de dos días, matarán a Craig y nosotros iremos detrás.

Rick miró a toda la gente que habitaba en el lugar y por último a Jesús.

-¿Saben luchar?

Éste negó.

-Bien. Entonces no nos interesa.

-¡No! -grité.- Alejandro está allí. Hay que salvarle. Por favor.

-Es sólo un crío. -me apoyó Michonne.

La miró y accedió después de unos segundos.

-Rick, Negan es peligroso. -advirtió Rovia.

-Nosotros también. Y aún no sabéis cuánto.

°*•°*•°*•°*•°*•°*•°*•°*•°*•°*•°
Hey heyy

Estoy de vuelta en el insti y no mola nada :(
Estas vacaciones me relajé un poco y es por eso por lo que subo capítulo un poco más tarde. No os voy a mentir, estaba perezosa. Pero, ¿quién no? Xd

Y para todas aquellas personas que me han pedido que les dedique capítulo, os pido perdón y paciencia. Tengo muchas personas y voy poco a poco y por orden.
Ojo, eso no significa que vayáis a quedaros sin dedicatoria, todo el mundo tendrá lo suyo. :)

Y el otro día, 6 de enero, fue el cumpleaños de nuestro Norman.
Y aquí va mi pregunta:

✨¿Qué signo del zodiaco sois?
✨Yo piscis. :3

☁️Instagram: @welcomemydear

Al♥

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