[Aisa]
Salgo rápidamente de la cama al escuchar insistentes golpes a la puerta. Parece que de no ir a abrir quien sea que esté del otro lado entrará a la fuerza. Mi corazón se acelera al pensar que sea la policía. Busco rápidamente que ponerme y salgo de la habitación dejando a As aún dormido de manera profunda. Tomo una fuerte respiración antes de abrir y al hacerlo no sé si sentir alivio o más angustia.
— ¿Aisa? ¿Que haces aquí? — miro a Luis y sonrío a medias.
— Aquí vive mi... pareja. ¿Por qué estás tú aquí?
— Vengo a hablar con tu pareja.
— Dominik no está por ahora, salió temprano.
— ¿En verdad? — cuestiona alzando la ceja. Su tono de voz me dice que no me cree del todo.
— Sí, cuando desperté ya no estaba.
— Bueno no importa, en algún momento tendré que encontrarme con él, ¿cierto?
— Supongo.
— La verdad me alegra encontrarte Aisa , necesito hablar urgentemente contigo.
— ¿C-conmigo? ¿De que?
— ¿Puedo pasar?
— ¡No!
— ¿No?
— Es que estaba a punto de irme a casa, Gretel me espera.
— Maravilloso, vayamos a tu casa, tengo muchas ganas de ver a Gretel.
— Bien.
Después de arreglarme debidamente salgo del departamento de As esperando que no despierte tan rápido. Luis se ofrece a llevarme en su auto así que rápidamente partimos hacia la casa. Pienso en si Gretel aún está desaparecida o ya está ahí, por alguna razón espero que no lo esté y esa chiquilla. ¿Ahí seguirá?
En el camino no digo nada, pienso en que si Luis quisiera hablar conmigo en su papel de detective policiaco no me llevaría a casa sino a una oficina para interrogarme. De alguna manera eso me tranquiliza y al mismo me asusta más.
Cuando llegamos a casa compruebo que Gretel no está y tampoco hay rastros de la otra chica. Me siento aliviada de que así sea. Luis se sienta en al sala, le ofrezco algo de beber, pero lo rechaza, algo nerviosa me siento frente a él.
— Ya sabes sobre lo que pasó a Adam Fisher — dice mirándome fijo, yo bajo la mirada al no poder sostenersela después de escuchar el nombre de Adam.
— Lo sé, Viri me ha contado.
— Me sorprendió saber que lo conocías y más aún que habías salido con él.
— Solo... fue una vez — y eso bastó para que fuera asesinado.
— Mateo fue el que me contó. Ellos eran amigos así que le ha afectado bastante así como a todos sus estudiantes en el Dojo. Me dijo que Adam iba a ser tu maestro personal. Que se habían llevado muy bien y que saldrían por todo el fin de semana juntos.
— Sí, eso planeabamos, pero... no se pudo llevar a cabo.
— ¿Por qué no?
— Luis ¿Estás acusándome de algo? — pregunto directamente, le miro fijo y él hace lo mismo. Termina por hacer una pequeña sonrisa.
— ¿Tengo que acusarte de algo?
— No, pero siento que lo haces.
— Eres sospechosa Aisa — dice y el miedo comienza a hinundarme—. Te vieron con la víctima y hay testigos que aseguran de que te fuiste con él. Pero tranquila, no eres culpable así que no tienes que temer. ¿Cierto?
— Cierto — contesto intentando que mi voz no salga dudosa.
— La verdad es que yo no llevo ese caso, yo no puedo acusarte de nada— Luis dobla las piernas y se recarga completamente en el respaldo del sillón, clava sus ojos en los míos y me dedica una sonrisa casi amigable—. Aisa simplemente estoy hablando contigo como los amigos que somos, porque me preocupo por ti y tu hermana, casi las veo como si fueran hermanas mías, sabes que Viri las quiere como si eso fueran. Hermanas.
— Sí, lo sé. Agradezco tú preocupación.
— Creo que no estás bien enterada de lo que pasó hace días en el instituto. Hubo un asesinato. Deberías estar más al pendiente de tu hermana.
— Tienes razón, no la he cuidado debidamente en las últimas semanas.
— Ha habido tantos asesinatos últimamente. Hay mucha movilización y al mismo tiempo se esta manejando de una manera un tanto secreta y eso no me gusta. Me recuerda a todos esos casos extraños que hubo hace siete años. Se siente como si los dos muertos hubieran vuelto a la vida para obtener venganza — le miro sin entender. ¿De que dos muertos habla? No sé, pero sé que me está relacionando con todo eso. ¿Viri habrá abierto la boca?
— Yo... he estado tan distraída que no me he enterado de nada.
— Puedo notarlo. — Luis revisa su celular y se pone de pie—. Tengo que irme, hay muchas cosas que debo de hacer.
— Sí.
— Mañana se llevará a cabo el funeral de Adam, estarás ahí ¿cierto?
— Sí — contesto no estando muy segura de ello.
— Entonces ahí nos vemos.
Acompaño a Luis a la puerta, sé que hay algo más que quiere decirme, lo veo en la manera en que me mira. Cuando sale, se gira hacia mí. Sus mirada está llena de preocupación.
— Me han sacado de todos los casos — dice tomandome por sorpresa— Todas esas muertes de gente importante. No puedo seguir con ello, me han asignado a los casos "insignificantes" como la muerte del conserje y la desaparición de tres hombres, entre ellos un ladrón.
— Ya veo, aunque no sé porqué me dices eso.
— Supongo que no debería hablarte de mis casos. Pero últimamente todos hacen cosas que no deben. Te digo esto porque esas muertes están conectadas de alguna manera a todas las demás, incluyendo a Adam. Ellos no lo han notado, espero no lo hagan. Están demasiado ocupados queriendo descubrir quien los está cazando.
— No entiendo de que hablas.
— Gretel... deberías vigilarla más. No creo que su novio sea muy buena influencia. Pienso que quieres mantenerla alejada de todo eso de lo que escaparon — la manera en que Luis me mira mientras dice eso me hace entender que él sabe mucho más. Incluso más de lo que yo misma sé.— Es cuestión de tiempo para que vengan a interrogante, ten cuidado con lo que dices. Si es como sospecho no tendrás mayores problemas por la muerte de Adam, pero sé que ellos están buscando y si tengo razón tú y Gretel correrán peligro.
— Con ellos, ¿Te refieres a la policía?
— No. Estate atenta Aisa, yo... no puedo hacer por ustedes más de lo que ya hago— y con esas palabras Luis se marcha.
Me quedo quieta en mi lugar procesando lo que ha dicho. Fue demasiada información que aun no entiendo. Tantas muertes y hasta habló de una cacería. No entiendo nada, solo una cosa me queda completamente clara. Él sabe quien soy, sabe mi pasado y tal vez sabe o por lo menos sospecha de As y Gretel, pero por alguna razón está actuando a mi favor aunque eso signifique ponerse en peligro a sí mismo.
Entro a casa y busco el teléfono, marco una y otra vez a Gretel, pero parece que su celular está desconectado, eso me preocupa más de lo que ya estoy. Desde la vez que Gretel desapareció y después llegó en tan mal estado ya no he sentido tanta confianza en Andrew como al inicio. As desconfía de él, Luis lo hace y sé que debo hacerlo yo. A decir verdad quisiera saber exactamente que está pasando porque no entiendo absolutamente nada.
No he desayunado, pero no tengo apetito. Mi cabeza da demasiadas vueltas, una vez más mi vida es un completo caos. Otra vez me veo rodeada de sangre y asesinatos que me persiguen. Ya no culpare a As diciendo que todo comenzó cuando llegó, eso realmente ya no importa y también sé que era algo que tarde o temprano iba a pasar con Gretel.
Me dirijo al hospital esta vez con la intensión de renunciar a mi puesto de una vez por todas, de todas formas con tantas fallas seguro ya estaban por despedirme. Cuando llego y entro me encuentro a Viri platicando con una jovensita rubia. Llego a ellas y Viri me mira con una mezcla de alivio y preocupación.
— Hola — saludo parándome frente a ellas.
— Hola Aisa — Viri me da un abrazo, noto como la chica se pone nerviosa al mirarme.
— Yo ya me voy Viri, gracias por lo de hoy — mi amiga me suelta y con una sonrisa se dirige a la chica.
— No tienes nada que agradecer Enid, no dudes en volver si vuelves a sentirte mal.
— Vendré si eso pasa. Me voy, me saludas a Luis por favor— la chica nos sonríe y después se aleja.
— ¿Quien es ella? No parece una simple paciente más.
— Mmh, supongo que no lo es. Va al mismo instituto que Gretel. Luis la trajo para que la atendiera el día que hubo ese asesinato. Quedó un poco traumada la chica.
— ¿Estás haciéndola de psicóloga ahora?
— No, simplemente me tocó ser su enfermera cuando se desmayó por un bajón. Es muy linda, me agradó, por alguna razón Luis le pone atención. Supongo que de alguna manera la situación contribuyó para que comenzáramos una linda amistad. Además es hermosa ¿no crees? Parece una muñequita de porcelana.
— Supongo.
— ¿Y tú ya no piensas venir a trabajar?
— No. Voy a renunciar.
— ¿Que? ¿Es enserio?
— Sí, pero Viri, quiero preguntarte algo.
— ¿Que cosa? Pregunta.
— ¿Tú le contaste a Luis sobre lo que te dije? ¿Sobre mi pasado?
— Por supuesto que no. — sé que no miente así que no digo más. Luis es completamente capaz de descubrirlo por si solo.
— Tengo que irme.
— Aisa no renuncies. No quiero que te vayas. Además te gusta tu trabajo y te ayuda a distraerte. No lo dejes. — miro a mi amiga, ella tiene razón con respecto a que me gusta lo que hago y es cierto que me ayuda a salir un poco de mi mundo de locos, pero odio salvar vidas al mismo tiempo que coopero para arrebatarlas.
— He fallado mucho últimamente.
— Si hablas con el director estoy segura de que te dará otra oportunidad. Siempre has hecho un buen trabajo.
— Es que no sé si quiero seguir realmente.
— ¡Por favor! Piensalo un poco más antes de que renuncies.
— Bien, lo pensaré. Pero tengo que irme ya.
— Yo debo volver a mi lugar. Me dio gusto verte hoy, te ves mejor que ayer.
— Me siento mejor.
— Cuidate por favor — Viri me da un nuevo abrazo y después se marcha.
Regreso al apartamento de As, pienso en lo enojado que ha de estar. Río al mismo tiempo que siento un leve cosquilleo causado por la sensación de estar haciendo una travesura. Cuando entro a la habitación el cosquiello desaparece y se reemplaza por el nerviosismo y el miedo.
As no está.
— ¡Pero lo dejé atado! — exclamo caminando a la cama donde yace un espacio vacío que anteriormente era ocupado por el cuerpo de As.
Observo una nota a los pies de la cama. La tomo y mi corazón se acelera al leer las palabras en el papel:
"Es mi turno de divertirme"
— Ay no... otra vez no.
La cacería comienza. Nuevamente la presa soy yo y el cazador es un asesino pervertido y muy enojado. Supongo que debería tener miedo y no estar sonriendo como lo hago... cómo la completa desquiciada que soy.