El despertador sonó por quinta vez, y Bon decidió por fin deshacerse de las mantas de una patada. El frío invadió su cuerpo, y pensó en mandarlo todo a la porra y volverse a dormir.
No.
No, tenía que levantarse. Si Mangle se enteraba de que había estado vagueando le iba a caer una buena. Se armó de valor como pudo, y entre temblores trató de incorporarse.
-Nghh~
Le dolía todo el cuerpo. Miró por la ventana para enfrentar un oscuro día nublado.
-¡Bon! -llamó su padre desde la cocina- ¿Que acaso te dormiste?
-No, papá, ya voy -respondió, intentando que su voz sonase lo más despierta posible.
Sin embargo, parecía que la suerte no estaba de su parte esa mañana, pues nada más poner un pie en el suelo pisó una chincheta que se había soltado del corcho.
-¡Ahh! ¡Hijo de su...!
-¡Bon!
Se tragó sus maldiciones, y, malhumorado, se arregló y bajo donde su padre.
Cuando salió al exterior comprobó que todo lo que había pensado inicialmente sobre ese día (que era oscuro, frío, horrible, con viento y que apetecía quedarse en casa) era cierto. Soltó un bostezo y miró su móvil.
-¡Santa Cachucha! ¡Llego tarde!
....
-No puedo creer que de nuevo te retrasaras, cada vez te tardas más.
Mangle se llevó un trozo de pastel de fresas a la boca, mientras señalaba amenazadoramente a Bon con un tenedor.
-Ya te dije que lo sentía -se rascó la nuca apesadumbrado-. Hoy está siendo un mal día...
-Ohhh, Bon -Joy le agarró la mano con dulzura-. Si necesitas hablar de alguna cosa, sabes que puedes contármelo.
-Joy tiene razón. Estás tan distraído últimamente... Sabes que puedes contarnos lo que sea, si hay alguna cosa que te está molestando...
-Gracias chicas, de verdad se lo agradezco pero no es nada.
En ese momento su teléfono comenzó a vibrar en su bolsillo.
-¿Quién es? -Preguntó Mangle
-Ahh... Seguro que es mi padre, habrá olvidado algo y querrá que lo vaya a comprar después de las clases... -llevó la vista a la pantalla del móvil, distraído-. ¡Oh Dios mío, es de Bonnie!
-¿Ya se reconciliaron? -Preguntó Joy.
-No, no hemos hablado nada desde... Lo que pasó.
-Bueno, ¿Y qué es lo que dice?
-¡Ah, sí, sí, claro! -su corazón bombeaba a mil por hora en su pecho, tanto que podía escuchar claramente sus propios latidos en el interior de su cabeza-. ¡Quiere que nos veamos en el parque!
No cabía en sí de gozo, ¡Bonnie le había mandado un mensaje después de tanto tiempo! Y después de que él se hubiera comportado como un autentico imbécil...
-Me alegro por ustedes, Bon -Joy colocó su mano sobre la de su amigo, en un gesto de complicidad que no pasó desapercibido para Mangle.
-Bueno, ¿Acaso Bon y ese tipo comenzaron a salir o algo? Siento como si me estuviera perdiendo alguna cosa.
Bon dio un brinco en el asiento, abochornado.
-¡Cla-claro que no! Qué cosas dices... Nosotros no... nosotros nunca...-tartamudeaba, nervioso, haciendo bailar el flan que había sobre la mesa de un lado para otro.
-Ya, está bien, Bon. Ya sé que te gusta ese chico, ya deja de agitar los brazos como un pollo.
-¿Qué cosa? ¿Ya lo sabes? -Joy comenzó a reírse divertida-. ¿Acaso le dijiste?
-Yo no le dije nada -Joy no dejaba de reír.
Mangle se cruzó de brazos, parecía molesta.
-Bueno, ¿Pero acaso crees que soy tonta? Tengo ojos en la cara, ¿Sabes? -señaló el ojo que no cubría su flequillo como prueba de ello-. ¿Todas las veces que te marchabas corriendo sin decir nada? ¿Cómo actuabas extraño cerca de él? Si hasta te metiste en peleas con los Nightmares por ayudarlo. Eres bastante obvio, si me preguntan.
Bon cruzó los brazos sobre la mesa y hundió su carita en ellos, mientras soltaba un gemido de consternación.
-No sé que voy a hacer, me siento muy perdido. Quiero verlo desesperadamente, pero... después de lo que sucedió creo que solo causará más problemas. Además, también está Toddy...
-Y hablando de la reina de Roma, por allá viene. Será mejor que te des prisa.
-¿Eh? ¿Prisa? ¿Prisa para qué?
-Si esa bruja te atrapa llegarás tarde a tu cita -Comentó Mangle, Joy se rió de su crueldad.
Pero Mangle tenía razón, tenía que irse antes de que Toddy empezase a darle conversación.
-Cuiden bien de Toddy, chicas, por favor. ¡Y gracias! -echó a correr y salió de la cafetería.
-¡Buena suerte, Bon! -le gritó Joy.
-O sea, ¿Dónde va Bon? Le traía un té boba muy rico.
-Hola, Toddy...
...
Bon hizo tiempo comprando un refresco y unas papitas en una de las máquinas del exterior de la escuela. Leyó y releyó el mensaje de Bonnie. Era escueto y formal, típico de Bonnie, y a la vez, quizás demasiado distante, pero ¿Qué esperaba?
Tenía que haberle llamado, tenía que haberle pedido perdón, se comportó de manera muy infantil, y Bonnie no se merecía eso. Pero él... él simplemente no quería seguir haciéndose daño. Aunque, si lo pensaba de esta manera, desde que habían dejado de practicar juntos cada día se levantaba de peor humor. Había bajado sus calificaciones y estaba más distraído. Durante mucho tiempo estuvo tratando de encontrar algo que demostrase que lo que sentía por Bonnie no era más que admiración, pero al final se dio cuenta de que era imposible: no era admiración, era amor.
Por fin se hizo la hora, y Bon se encaminó hacia el parque tarareando una canción del repertorio de su banda. Cuando llegó descubrió que Bonnie ya se encontraba allí. Su primer instinto fue el de esconderse tras un matorral, pero luego se dio cuenta de que se vería ridículo, así que trató de sonreír mientras se aproximaba al otro.
-Ho-hola, Bonnie, ¿Qué tal te va? -"Sí, ¿Qué tal te va desde que te traté como basura la última vez que hablamos?"
-Maestro -Bonnie alzó la vista para mirarlo, y Bon sintió un escalofrío recorriendo su columna-. Has venido.
-Pues claro que he venido -Bon lo miró extrañado.
-Bueno, no respondiste a mi mensaje, y me has estado evitando por un tiempo, así que pensé que probablemente no vendrías.
"Y aun así viniste a esperarme, tonto". Bon sintió una extraña presión en su pecho.
-Lo lamento por eso, me he comportado de una manera muy estúpida, por favor, Bonnie, perdóname.
Bonnie le dedicó una sonrisa tímida, y se subió las gafas.
-Está olvidado, maestro. Lo que quería pedirte era si podríamos retomar los ensayos de guitarra... Los chicos realmente están trabajando mucho, y no he encontrado a nadie con un talento como el tuyo para poder practicar.
No, Bon, dí que no. No te conviene, va a volver a pasar, te vas a volver a acostumbrar a tenerlo, y nunca va a corresponderte. Di que no, estás bien así.
-Me encantaría volver a practicar contigo.
Mierda.
_________________________________________________________________
¡Hola! Historia tonta que he decidido escribir en el autobús, de camino a clases. Espero que os guste (/^o^)/ <3 <3 <3
AVISO: El BonxBonnie irá despacio, todo a su debido tiempo, no desesperen ;)
Gracias por leer.