Capítulo 11| Empecemos de cero.
Melanie.
Nuestra segunda clase había terminado, la semana pasó tan rápido que ni cuenta nos dimos que se acercaba los exámenes. Luna y yo hemos estudiando juntas en estos últimos días, nos hemos reunido incluso media hora antes de entrar a clases en la biblioteca para estudiar para el día de los exámenes.
Y, cuando puedo ayudo a Diana con sus trabajos luego de que salimos de su terapia con la psicóloga, me sorprende lo bien que esta desde que comenzó esas terapias con la psicóloga, luce mucho mejor y más sonriente.
<< Pero Luna sigue no llevarse muy bien con ella >>
Eso es cierto, Luna no le agrada y eso es que han coincido un par de veces en la biblioteca antes de que ella y yo nos conociéramos.
— ¡No puedo creer que tenga que compartir una clase con Katia!— Exclamó, la rubia sentada junto a mí.— Lo único malo de esta universidad son sus talleres obligatorios de caridad.
— Oh vamos Luna, al menos sólo será una vez por semana.— Ella me mira haciendo un puchero.— No es que vayas a ver a esa chica todos los días.
— Dicen que es insoportable y se plancha el cabello en clases.— Dice y mira hacia todos lados. Como si no quisiera ser oída por todos.— Quería estar contigo y no con esa.— Se quejó.— ¡Y lo peor es que también estará la rarita de Diana...!— La miro mal y ella agacha la mirada.
— No le digas de esa forma, Diana no es rara.— La defiendo.— Sé que ha pasado tiempo desde que se junta con nosotras pero aún está comenzando a relacionarse más con nosotras y con los demás, dale tiempo.
La escucho murmurar algo que no logro entender, al parecer no va a llevarse para nada bien con Diana cuando ella hace lo posible para llevarse bien e incluso nos invita a ambas a comer luego de clases.
— ¿No te parece extraño?
— ¿El qué?— Pregunto.
— El que siempre quiera ir a tu casa a quedarse a dormir cuando ella y su familia tienen más de una casa en esta ciudad.
Luna es exagerada, Diana sólo se quedado a dormir en mi casa dos veces cuando ella lo ha hecho más de dos.
<<Debe sentir celos de amiga...>>
Ruedo los ojos.— Olvídate de eso ¿sí? Mejor te diré con quien me ha tocado compartir la clase de taller de ayuda a la comunidad y a los niños sin hogar.— Le corto para dejar ese temita atrás.
— No me digas.
— Si te digo.— Echo mi cabeza hacia atrás soltando un bufido.— Kyle y Marcus.
— Al menos es mucho mejor que compartir con ellos que con la chillona de Katia.— Volvió a quejarse y entonces yo me río.
Al parecer la suerte no está con nosotras, luego de que Kyle me salvara esa noche él me saludaba cada vez que nos cruzábamos pero de un día para otro dejo de hacerlo y me ignoro por completo, entonces yo también lo he estado ignorando y evitando.
A veces no logro entender ese chico.
— Bueno creo que será mejor ponernos en marcha.— Golpeó sus piernas con ambas palmas de sus manos.— ¿Nos juntamos en la salida o el sexy de tu novio vendrá por ti?— Preguntó.
James y Luna por fin se conocieron, a él le pareció muy graciosa y le dio cierto aire a Rebeca.
— No, él debe ir a la reunión escolar de su hermana y luego se pasara al trabajo. Así que podemos irnos juntas.— Le sonrío.
— ¡Ok! Entonces nos vemos en la salida.— Me dio un beso en la mejilla, cogió sus cosas y se fue directo al salón de clases.
Guardo en mi mochila mis audífonos y me dirijo también a mi próxima clase, entro al salón y saludo algunos de mis compañeros de carrera pero a los demás no los conozco así que me siento en uno de los puestos disponibles.
La profesora entra al salón con un maletín y su portátil en mano, se presenta con nosotros y comienza enseguida con su clase sin antes de darnos una introducción en cómo estaba dividido este taller para los estudiante de último año.
La clase estaba yendo de maravilla hasta que toda nuestra atención fue dirigida hacia la puerta en donde Kyle y su mejor amigo venían entrando de mala gana. Ambos chicos entraron ignorando por completo al docente frente a ellos.
Son unos malos educados.
— ¿Esta es hora de llegar a mi clase jovencitos?— Preguntó la profesora.
Silencio.
— Tuvimos un pequeño problema con el rector, pero lo importante es que estamos aquí ¿no?— Ella suspiró, supongo que todos los docentes deben saber quién es Kyle.
No puedo evitar mirar de reojo a mis compañeras, parecían totalmente embobadas por ambos chicos. Pero el pelinegro y su amigo no se quedaron atrás, también correspondieron a las sonrisitas coquetas de las demás chicas.
— Hablare con el rector más tarde.— Dice.— Vayan a sentarte y déjenme continuar con mi clase.
Ambos chicos pasaron por mi lado dejando en el aire su perfume, cierro los ojos al darme cuenta que se sentaron atrás de mi.
Genial.
Cuando la clase dio por finalizada le envió un mensaje a Luna pidiéndole que nos reunamos en el casino para comer algo antes de volver a casa.
Cuando abro las puertas un silencio extraño se formó en el ambiente, todas las miradas estaban puestas sobre mi y debo admitir que me sentí un poco intimidada. Comenzaron a murmurar un par de cosas, los ignoro por completo y voy donde esta mi amiga sentad acompañada de Diana (para mi sorpresa) ya que Diana siempre viene hacia nosotras cuando yo estoy.
Al parecer comienzan a llevarse bien, más lo digo por parte de Luna.
— ¿Por qué todos me mirar como si fuese la actriz de The Vampire Diaries?— Le pregunto a Luna al momento de sentarme a su lado y, sin su permiso cogí un trozo de un emparedado de jamón.
Luna parecía que estuviese en otro mundo porque ni cuenta se dio que estaba sentada frente a ella, estaba pegada tecleando con desesperación en su aparato móvil.
— Creo que Katia ha comenzado a joder otra vez.— Luna abrió su mochila.
— ¿De qué hablas?— Le pregunto, entonces Luna saco de su interior un papel arrugado.— ¿Y esto qué?
— Cuando entramos aquí todos estos papeles estaban esparcidos por las mesas y en el suelo.— Dijo.
Hay una foto mía en el centro del papel enseñando mis pechos (esta fotografía claramente está montada) y debajo de esta hay algo escrito en grande.
"Termino siendo igual que ella, de limpia a una sucia chica que lo único que le importa es llamar la atención de los hombres al igual que Diana la chica con SIDA".
— ¿Qué es esto Luna?— Pregunto con mis manos temblorosas.
— ¿Sabías de esto Diana?— La rubia le dio un codazo a Diana quien por fin reacciona, nos mira con confusión y le enseño el papel en su rostro.
— N-no...— Dijo, arrugando el papel entre sus manos.
— Más de uno encontró esto en su casillero.— Dijo la rubia.
Aprieto mis puños con fuerza y mi respacion comienza a fallarme, busco con la mirada a la chic responsable de esparcir toda esta basura hasta que doy con ella. Estaba sentada en la mesa de siempre rodeada sus fasos amigos, incluyendo a Kyle y Marcus.
La mano de Luna se posiciona sobre la mía con fuerza.
— No dejes que esto te afecte, por qué es lo que ella quiere.
— Creo que yo me voy...— Oí decir a Diana, comenzó aguardar sus cosas en su mochila.
— Esta mi rostro estampado en ese maldito papel, ¿te imaginas que esa farsa circule en internet y mi novio se entera?— Luna aleja su mano.— O peor, mi familia.
— ¿Qué vas hacer?— Preguntó.
Me levanto, me cuelgo la mochila por mis hombros y camino hacia donde estaba ella lo más rápido que puedo con mis puños cerrados a ambos costados de mi cuerpo.
— Melanie espera.— Diana me detiene por detrás.— Yo iré hablar con ella, por mi culpa estas metida en esto.
— No.
— Espera aquí.— Me dice con una sonrisa.
Diana se dirige a ellos, Katia se levanta mirando a la pelinegra con una sonrisa llena de malacia a lo que sus amigos incluyendo a Kyle la miraban con cierta intranquilidad. Pero justo en ese momento Katia levanta su mano y solo puedo observar como de un golpe vi caer a Diana al suelo.
Maldita hija de perra...
Entonces corrí y me acerco a ella más rápido y me impulso para empujarla con todas mis fuerzas contra la mesa en la cual ella estaba sentada junto con sus amigos, quienes no hicieron nada para ayudar a Diana.
Ni siquiera puedo medir la rabia que siento en estos momentos, de ver como esta chica se atreve en golpear a Diana de esa manera cuando sabe que ella no es capaz de ni siquiera de defenderse por si misma.
— Aleja tus asquerosas manos de mi.— Habló la morena.
Diana sin ayuda de nadie se levanta de inmediato limpiando sus lágrimas de sus mejillas y retrocede hacia atrás pero note que sus piernas flaquean y suelto a Katia para poder sostener a mi amiga.
— ¿Es que acaso no te cansas de fastidiarle la vida a los demás?— Le pregunto, ella sonríe y eso más me enfurece.
— ¿Qué crees tú, eh? Si lo hago es porque se lo merecen.— Responde ella, aun con esa sonrisita burlona.
Nadie merece ser tratado de esta manera.
— No vas a sentirte mejor provocando dolor a los demás, Katia.— Katia tragó saliva pero se vio obligada a soltar una risa sarcástica.— Mejor no sigas metiéndote en lo que no te importa, porque si no peor te va ir si sigues metiéndote conmigo hija de perra.
<< Control Melanie, control...>>
Suelto a Diana y me giro hacia con ella.— ¿Cómo demonios me dijiste?
— ¿Ahora eres sorda?— La muy idiota se ríe otra vez acompañada por sus amigas.— Eres igual a esta estúpida.— Señaló a Diana detrás de mi.
— ¡Ya es suficiente!— Grité ganándome completamente la atención de todos.— Deja de una vez por todas de fastidiarle la vida a todos, ninguno de aquí es tu títere para que vengas aquí y los manejes a tu antojo. Nadie te soporta ¿acaso no te das cuenta que, si no tuvieras el poder que tienes gracias a TUS padres ninguno de ellos estaría detrás de ti?— Señalo a sus amigos con la mirada.— No te sientas superior ante los demás, nadie aquí gira a tu alrededor; entiendo que no tengas un objetivo y qué no tengas que hacer nada con tu vida pero no hundas a los demás contigo en tu agujero.
— ¡¿Quién te crees que eres para hablarme de esa manera como si me conocieras!?— Me empuja.
— Porque eres muy fácil de leer.— Recordé las palabras de Kyle y su mirada recae sobre mi.— Das lastima al ver lo bajo que puedes llegar.
— ¡Cállate hija de perra!— Levantó su mano y me dio una bofetada con todas sus fuerzas.
El golpe que ella me dio llego hacer eco en la cafetería, elevo mi mano a la zona en donde propicio la bofetada en mi mejilla y veo como Kyle y Marcus se levantan.
— Mel...— Murmuró Luna, no sé en qué momento llego hasta donde yo estaba.
Inmediatamente siento como la sangre me hierve en el interior de mi cuerpo, y entonces sin pensarlo dos veces con toda la rabia que sentía justo ahora, hago un pie hacia atrás y estampo con todas mis fuerzas mi puño contra su mandíbula a lo que Katia pierde el equilibrio y tropieza cayendo sentad de culo al suelo.
Todos comenzaron a murmuran y unos que otros decían que llamaran a alguien para detener esto. Estaba dispuesta a lazarme sobre esa estúpida y partirle la cara pero siento los brazos de Kyle tomarme por la cintura.
— ¡Suéltame que aún no termino!— Comienzo a golpear su brazo.
Marcus y otro chico ayudan a Katia a levantarse y un hilo de sangre sale de su boca.
— ¡Me las vas a pagar hija de puta!— Chilló.
— ¡A mí me respetas!— Intento zafarme de los brazos del pelinegro pero es imposible.
Kyle me arrastro prácticamente de la cafetería, patalee, grite para que me soltara hasta que lejos de todos por fin lo hizo.
¡Quería seguir dándole su merecido!
<< Con la violencia no solucionaras nada, deberías ya saberlo >>
Estoy completamente furiosa, necesitaba descargar toda esta ira que sentía en estos momentos y teniendo a Kyle aquí no era muy buena idea...
— ¡¿Puedes calmarte!?— Exclamó.
Un día me ignora sin ningún motivo y ahora me ayuda.
— ¡Debiste dejarme darle su merecido!— Le empujo, Kyle me toma de los brazos.
— Con la violencia no vas a solucionar nada.— Dijo.— Creí que eras más inteligente que ella, pero me equivoqué.— Me soltó.
— Eres igual que ella Kyle, pareces su maldito perro faldero.— Mis palabras parecieron molestarle, porque lo siguiente que hizo me tomo por sorpresa.
Me acorralo contra la pared con ambos brazos pegados a esta al lado de mi rostro. Su rostro estaba demasiado cerca.
— No vuelvas a compararme con ella en tu vida ¿oíste?— Lo miro a los ojos pero no digo nada.— He salvado tu trasero por segunda vez con la diferencia de que esta vez no te suspendan.
Él mismo dijo el primer día que nadie aquí iba a ayudarme pero él si lo ha hecho, al parecer se ha tragado sus propias palabras.
— No necesito tu ayuda, Kyle.— Le suelto.
— Eres insoportable.— Murmuró.— Deberías estar agradecida que al menos te ayude a no seguir con el escándalo.
Créeme que, muy en el fondo estoy agradecida Parker.
— Y tú eres un completo idiota.— Ambos escuchamos un ruido a la vuelta del pasillo, entonces aprovecho en empujar a Kyle.
— No sé cómo es que tu familia y tu novio te soportan.— Dice en mi dirección.
— Al menos yo si tengo una familia.— No mido lo que dije, la mirada de Kyle cambia por completo y un cargo de culpa me invade así que paso por su lado para salir de la universidad y buscar a Luna.
Salí lo más rápido que pude, busque mi celular para llamar a Luna pero no me contesta así que sigo caminando sin ningún rumbo especifico.
Llego a un parque pequeño que estaba a dos cuadras de la universidad, me siento en una de las bancas frente a un pequeño lago donde unos niños le daban de comer a los patos.
James:
No creo pasar esta noche a tu casa nena, Eich quiere verme y no puedo decirle que no.
Eso me hizo sentir un poco triste pero sé la situación en la que esta ese hombre y entiendo que desee ver a James.
Melanie:
Entiendo, ve con él sé que te necesita.
James:
¿Todo bien?
No, nada está bien.
Melanie:
¡Claro que sí!
James:
Debo seguir trabajando, te llamare después.
James se desconectó, me quedo viendo como una tonta nuestro chat de conversación y suelto un suspiro que no sabía que estaba conteniendo.
James últimamente ha trabajado mucho y a remplazo a unos cuantos compañeros para según él ganas más dinero, le pregunte ¿por qué? Y me contestó que ese dinero lo estaba juntando para algo muy especial dejándome con cientos de signo de interrogación en mi cabeza.
Me levanto y miro un auto estacionarse frente al parque, Kyle se baja del auto y decido caminar por la otra dirección.
— ¡Wells!— Gritó.
No te voltees, no te voltees.
Su mano atrapo mi mano que hace que me detenga, me giro hacia a él y luce cansado.
— ¿Qué quieres?— Le pregunto.
— Quiero que vengas conmigo.— Lo miro ceñuda y suelto una risita sarcástica.
— Contigo ni a comprar pan voy.— Él sonríe.— No sé a dónde quieres llevarme pero no pienso ir contigo, además me has estado ignorando. Hace un par de semanas.
— Tú eres la que has estado evitándome, Wells.
— ¿Sabes qué? Olvídalo.— Me giro para seguir caminando pero se para frente a mí, colocando sus manos sobre mis hombros.
— Ok, sí he estado ignorándote y también evitándote porque no quero causarte más problemas con tu novio.— Dice.
— Gracias por decírmelo.
— Vamos Wells.— Él frunció los labios.— Conozco una manera perfecta en cómo puedes desahogarte y echar toda rabia a la basura.
¿Una manera?
— ¿Y qué te hace creer que aceptare en ir?
— Porque me lo deberás por yo haberle dicho al imbécil de mi padrastro que Katia fue quien empezó l pelea en la cafetería.— Lo mire a los ojos.
— ¿Hiciste qué?
— Escucha, solo ven conmigo.
— Ok, espero que a donde me lleves me sirva.
Él sonríe y me guía hacia su auto, ambos nos subimos y nos ponemos en marcha.
***
Minutos más tarde Kyle aparca el auto frente al gimnasio en cual él lo vi pelear por primera vez. No entiendo que le hace pensar que este lugar a ayudarme.
Kyle saca del asiento trasero un bolso rojo, ambos nos bajamos y caminamos hacia donde se encuentra el guardia.
— Bienvenido Parker.
— La chica viene conmigo.— Me señala, el guardia asiente y entramos.
Kyle deja su bolso sobre un banco pequeño y observa hacia todos lados como si buscara a alguien. Por mi parte quería preguntarle sobre su relación con el rector quien cabe recordar es un amigo de mi abuelo.
— Kyle...
— ¡Kyle ya llegaste!— Gritó una voz masculina, ambos nos giramos en dirección a la entrada y un chico pelirrojo corre a nuestra dirección.
¿No es Nathial?
Él y yo no hemos tenido la oportunidad de hablar mucho cuando estoy con Luna. Cuando el me vio sus mejillas se tornan rojizas y su paso disminuye.
— Hola Nath.— Saludó Kyle.— ¿Has entrenado duro esta semana?
— Como todos los días, Kyle.— Dice él, sin apartar la mirada de mí.— Hola Melanie.
— Hola.— Le saludo con un sonrisa de boca cerrada.
— Voy a cambiarme ¿ok?— Dijo Kyle, dirigiéndose a mi esta vez.— Nath cuídala por mi.— Le da una palmada en el hombre, cogió su bolso y fue a cambiarse.
— ¡Puedo cuidarme sola!
— ¡Sí, claro!— Exclamó y yo ruedo los ojos.
— ¿Cómo has estado?— Preguntó el pelirrojo ganándose mi atención.
Seguí a Nath a uno de los ring, parece que no le agrada que este yo aquí.
— He estado bien.— Le sonrío pero él no me devuelve la sonrisa.
Nathial mira en dirección en donde se habia ido Kyle y yo le sigo la mirada encontrándonos con el pelinegro únicamente en ropa interior.
¡Oh por dios!
Abro bien los ojos y con mis mejillas ardiendo me doy la vuelta para mirar hacia otro lado. Miro de reojo a Nath quien parece...
Oh...
Ya entiendo.
— Nath comienza a calentar con los mismos ejercicios de esta mañana.— Le ordenó Kyle al pelirrojo.
— Sí.— Obedeció, me miro con cierta tristeza, se bajó del ring y fue a buscar un par de cuerdas.
Kyle a los pocos minutos regresa completamente vestido, me lanza unos guantes de boxeo y yo me le quedo viendo.
— Póntelos.— Me ordenó.
¿Qué?
— Yo no sé de boxeo, así que paso.— Le lanzó los guantes a lo que él los atrapa.
— No te traje aquí para que me miras semi desnudo y mucho menos para que veas a otros boxear.— Lo miro con la boca entreabierta.
— Y-yo no te estaba mirando.— Kyle se encogió de hombros.— Sabia que no debía haber venido.
— Ya no te quejes, póntelos.— Volvió a lanzarme los guantes.
Suelto un suspiro, Kyle me indica en donde puedo dejar mis pertenecías así que dejo mi mochila sobre un banquito, me quito los accesorios de mis manos y me coloco los guantes de boxeo.
— Perfecto, ahora ve a ese saco y Michel te enseñara como posicionar tus manos mientras que yo voy a calentar.— Yo asiento y Kyle se va junto a Nath.
Me paro frente al saco de boxeo, el tal Michel me ayuda con mi posición y me indica un par de cosas. No debe ser tan difícil así que me preparo y suelto el primer golpe.
— Creo que eso estuvo bien...— El chico a mi lado se ríe.
— Vamos continua.— Dice.
Seguí golpeando el saco de boxeo sin ningún intento de moverlo, entonces comencé a recordar todo lo que sucedió con Katia anteriormente y comienzo desquitarme con el saco con todas mis fuerzas hasta que logro moverlo.
¡Esto es genial!
Pero agotador.
Michel me habia dejado sola mientras yo golpeaba una y otra vez el saco de boxeo, hasta que mis brazos ya no dan más y me abrazo a este mirando hacia donde se encontraba Nath junto a otro chico peleando en uno de los ring.
Busco a Kyle y lo encuentro junto a Michel haciendo abdominales sin camiseta. Se estaban riendo por algo y ellos se dan cuenta que los estoy mirando y aparto la mirada rápidamente hacia Nath.
Qué vergüenza.
Me siento en el suelo y me quito los guantes lanzándolos lejos, echo mi espalda hacia atrás y cubro mis ojos con mi brazo derecho.
— ¿Te cansaste ya de mirarnos?— Oí la voz de Kyle.
Genial.
— Cierra la boca, Parker.— Gruñí.
— Oye deberías limpiarte la baba.— Me siento bruscamente y me arrepiento al instante.— Cuidado.
Me a sujeta del brazo pero me suelto.— Eres un tonto.
— ¿Cuándo será el día en que dejes de insultarme, Wells?— Me extiende su mano.— Levántate que aún no terminamos con la clase.
Sin decir nada acepte su ayuda para levantarme del suelo, vuelvo a colocarme los guantes y Kyle me ayuda a subir al ring.
— Te enseñare las posiciones básicas del boxeo.— Asiento como respuesta.— Te pondrás en posición en guardia.— Kyle se paró con las piernas separadas a la altura de sus hombros, flexionando ligeramente sus rodillas y se apoyó sobre las puntas de sus pies.— Luego debes adelantar su pierna izquierda y ladea un poco tu cuerpo y por ultimo flexiona un poco tus codos, colocándolos a la altura de tu rostro y pegados al cuerpo para que de esa manera protegas tus costados ¿entiendes?
— Si.— La verdad no mucho.
— Ok, hazlo.
Imito la misma posición que Kyle hizo hace unos segundos atrás pero me enredo y escucho a mi compañero gruñir.
— ¡Eres un asco!— Se burló él.
— Oh eso me hace sentir muy bien, muchas gracias.— Digo con sarcasmo.
— Mejor pasaremos a la siguiente fase.
¿A la siguiente qué?
— Amárrate el cabello para que estés más cómoda, sigue golpeando el saco que yo ya regreso.
Me amarro el cabello y bajo del ring para seguir en lo que estaba anteriormente, pasaron minutos hasta incluso una hora desde que Kyle dijo que regresaría hasta que mi cuerpo ya no da hasta más y me apoyo contra la pared.
Kyle vuelve junto a Nath, el pelinegro se acerca a mí con una botella con agua y me da. Le quito la tapa y bebo de un trago la mitad de la botella.
— ¿Te sientes mejor?— Preguntó.
Debo admitir que esto es genial, me ha ayudado mucho aunque es agotador.
— Sí, creo fui boxeadora profesional en la otra vida.— Me reí y él también.— Quería preguntarte algo.
— Dime.
— ¿Qué tipo de relación tienes con el señor Delvenne?— Le pregunto, Kyle dejo la botella en el suelo tomándose por sorpresa mi pregunta.— Yo estoy al tanto de que tu madre y él...están casados.
— No creí que te interesaran mis asuntos familiares, Wells.— Fruncí el ceño.— No es tu asunto.— Me dice con voz fría.
— Mi abuelo es su amigo, me llamo mucho la atención en cómo te referiste a él cuando fuiste por mí al parque.—Digo.— Hace un par de noches conocí al señor Delvenne en persona, fue a la casa de mis abuelos a cenar y es muy agradable y habló mucho de ti.
Kyle me mira con cierta sorpresa en sus ojos.
— Supongo que debes también saber que él y mi madre eran amantes ¿no?— Me quedo en silencio.— Ese hombre sabía que mi madre estaba casada y aun así decidió meterse en las bragas de mi madre.
— Kyle...
— La relación de mis padres no era la mejor del mundo, mi padre siempre viajaba por trabajo y nos dejaba a solas con mamá pero aun así siempre él se esforzaba en darle todo lo que ella quería.
— Las relaciones no se basan en lo material ni en el dinero, Kyle.— Soltó un bufido.— Tu madre debía sentirse sola, ella tal vez quería un poco más de atención y amor de un hombre y...
— Y lo encontró en los brazos de Richard Delvenne.— Asiento levemente.— Yo los descubrí en la habitación en cual mi madre compartía con mi padre, ella me vio y me siguió y lo único que hice fue tomar de la mano a mi hermano y salir de casa.— Mi corazón se detiene al ver sus ojos cristalinos.— Mi padre cuando regreso de su viaje yo le conté del engaño de mi madre y él no dudo en pedirle el divorcio, discutieron, lloraron, se gritaron infinidades de cosas hasta que mi papá cogió sus cosas y se marchó.— Una sonrisa triste se formó en sus labios.— Admito que Richard ha estado haciendo todo lo posible para ganarme como lo hizo con mi hermano, pero yo no soy un objeto que se puede comprar por qué así se ganó a mi hermano menor y supongo que con mi madre también.
— No lo creo, él habló mucho de lo feliz que es tenerlos a ustedes como familia y nos contó sobre el embarazo de tu madre. Tal vez no fue lo correcto en cómo sucedieron las cosas entre ellos, debieron primero al menos tu madre haberle dicho la verdad a tu padre que ella se había enamorado de otro porque ella si ama a Richard.— Kyle me mira.— Él no va a ser tu padre porque ya tienes a uno, pero él quiere formar un lazo contigo y está buscando el medio en como acercarse a ti pero tú no lo dejas.— Pose mi mano sobre su hombro.— Dale una oportunidad, estoy segura que no te vas arrepentir.— Le sonrío.
— No veo a mi padre hace cuatro meses porque según él no tiene tiempo, tal vez nosotros somos un estorbo en su vida y en su carrera después de todo o siempre lo fuimos.
— No digas eso.— Le doy un empujón con mi hombro.
— Empecemos de cero.— Dijo de pronto.
— ¿De cero?
— Quiero ser tu amigo.
— Podría pensarlo.— Me río.
— Wells.
— ¿Hmmh?
— ¿Qué llevas puesto debajo de tus jeans?— Preguntó y yo me atoro con el agua.— Casi me bañas.
— ¿Por qué preguntas eso?
— Es para pasarte unos shorts.
— Sólo llevo mi ropa interior.
— Creo que tengo unos short femenino, vengo enseguida.— Kyle se levantó y fue a buscar unos shorts para mi.— ¡Nath ayuda a Melanie con su estiramiento!
Nath llego a mi lado con unos short femenino, me pide que vaya a cambiarme y eso hago. Rápidamente me quito mis jeans y me pongo mis short, los dejo sobre mi mochila y llego nuevamente al lado del pelirrojo.
— Ok, empecemos.— Me dice.
Me ayudo a realizar estiramiento de brazos, piernas, saltamos la cuerda cinco minutos y veo Kyle hablar con unos chicos quienes al parecer lo están grabando.
— ¿Hice algo malo?— Le pregunto.
— ¿Por qué la pregunta?— Comenzó a enrollar las cuerdas.
— Porque desde que llegue me has mirado de mala gana, es como si no quieras que estuviera aquí.
— Yo creo que no es necesario decirlo.— Lo miro confusa.— Sé que jamás tendría una oportunidad con él.
Lo sabía.
— Nath...
— Sé que eres su novia y me disculpo...
— Espera, espera, espera.— Le detengo.— Kyle no es mi novio y además yo ya tengo novio.— Le hago saber.
— ¿Qué? Creí que estaban juntos.
— ¡No!
— Es que Kyle nunca a traído una chica aquí.
Ok, eso no lo esperaba.
Luego de una nuestra pequeña charla Kyle regresa con nosotros me pide que me prepare y nos subimos al ring.
— ¿Y ahora...?
— Vamos a pelear tú y yo.
— ¡¿Estás loco!?— Se echa a reír al ver mi expresión.
— Oh vamos no seas miedosa, no te haré daño ¿no es así Nath?
— Kyle dice la verdad.— Lo apoya.
— Solo será un round.
Suelto un suspiro y Nath me entrega los guantes de boxeo. Kyle se quitó la camiseta y se colocó los guantes también, los pocos chics que estaban aquí hicieron de espectador.
Okay...
Entonces la pequeña pelea entre nosotros comenzó, Kyle es quien da el primer golpe que por suerte logro esquivar.
Soy yo quien le da un golpe esta vez a Kyle y me río al verle dado justo en la cara, los demás comenzaron a reír al igual que yo. Pero entonces Kyle me da un golpe y caigo al suelo.
— Idiota.— Me quejo.
— No seas llorona.
¿Me esta provocando?
Sin más le doy propcio un golpe en el vientre y Kyle tropieza, doy por finalizada esta absurda pelea y lanzo los guantes lejos. Me bajo del ring y cogí mis cosas para ir a cambiarme.
— Idiota.— Repito.
Cuando vuelvo ya con mis jeans puestos Kyle está esperándome ya vestido también. Me guiña un ojo y me lanza una botella con agua.
— Golpeas fuerte, eh.
— Ya vámonos.— Le sonrío.
***
Kyle paro el auto frente a mi casa, habíamos hablado en todo el camino. Algunas gotas caían así que me apresuro en bajarme del auto para entrar a casa.
Camino hacia la entrada con una sonrisa pero entonces oí la voz de Kyle a unos cuantos pasos. Me giro hacia él y siento sus brazos rodearme tomándome por sorpresa.
— Kyle...
Su mentón descansó en mi hombro y yo lo miro, una sonrisa estaba en sus labios.
— Gracias, gracias Melanie.— Me hizo girar hacia él y me dio un beso en la frente.
Él se alejó y se fue de vuelta a su auto, me quedo sin aliento por un momento.
¿Gracias por qué?