Capítulo 7|Todo es mi culpa.
James.
― ¡Ya no quiero seguir estudiando matemáticas!― Chilló mi hermana menor, cierro los ojos por un momento intentando controlar las ganas que tenia de gritarles y ordenarle que se sentara y siguiera con los ejercicios que le he dejado en su cuaderno.― De todos modos voy a reprobar, James.― Se quejó, volvió a sentarse en la silla frente a la mesa, cargando todo su peso sobre sus codos.
― Con esa actitud que tienes claro que lo harás.― Dije, dejo el bolígrafo sobre el cuaderno.― Catalina, no es tan difícil aprenderse los signos para resolver las ecuaciones.
― Para ti es fácil decirlo porque te iba excelente en esa materia.― Ruedo los ojos.― ¿Podríamos descansar un poco al menos? Hemos estado dos horas estudiando.
― Ok, ¿te parece ver una película?― Le propongo y ella me mira con entusiasmo en sus ojos.
― ¡Veamos bajo la misma estrella!― Se levantó y corrió a la sala para colocar la película.
No puedo creer que me hará ver esa película por tercera vez.
Guardo las cosas que están sobre la mesa y por curiosidad vuelvo a revisar mi celular con la esperanza de encontrar algún mensaje de Melanie.
<< Deberías buscarla tú...>>
Sé fui yo quien arruino las cosas, yo fui el primero quien soltó esas palabras innecesarias que en el fondo la lastimaron.
¿Qué demonios se me cruzo por la cabeza en decirle toda esa mierda?
<< Fueron los celos...>>
Claro, esos estúpidos sentimientos que jamás había sentido en mi miserable vida hasta que conocí a Melanie.
― ¿Y a ti que te pasa?― Preguntó Kevin, apenas entro al comedor con una bolsa de snacks.― Desde ayer que has estado extraño, bueno más de lo normal.
― No me pasa nada.― Cierro el libro y cuaderno de matemáticas de mi hermanita.
― No me salgas con que "no pasa nada", te conozco y sé que algo te sucede.― La voz de mi amigo me detuvo antes de poder marcharme e ir a ver una película con Catalina.― Soy todo oídos.
Dudo por un momento si en contarle o no sobre mi discusión con Melanie ayer por la madrugada, pero al final termino girándome hacia mi amigo y me apoyo contra la pared decidido a contarle lo que paso.
― Discutí con Melanie.
― ¿Ahora que le hiciste James?― Preguntó.
En cambio yo lo miro ceñudo.
Si muere el perro es mi culpa, si quedamos sin casa es mi culpa, si es el fin del mundo es mi culpa.
Excelente James, escogiste un buen mejor amigo, eh.
― Estaba celoso y le dije cosas que no debía que terminaron haciéndola llorar, me echo en cara cuando la deje, nos gritamos y ahora me ves aquí ayudando a mi hermana a estudiar para su examen de matemáticas de mañana.
Kevin meneó la cabeza.
― ¿Y lo dices así de tranquilo?― Kevin se sentó y cruzó sus brazos sobre la mesa.― Tú definitivamente eres un completo idiota respecto a las relaciones.
¿Será porque es la primera relación seria que tengo con una mujer?
Kevin es mi mejor amigo, ambos hemos sido testigos del caos que hemos vivenciado en nuestras familias uno más que desastrosos o dañinos que el otro, tenemos cosas en común y me refiero directamente hacia nuestros padres. Pero a veces este chico me llega aburrir.
― ¡Estaba celoso de un maldito idiota con el que la vi al ir a recogerla a esa estúpida fiesta de fraternidad!― Exclamé.― Creí que iba a besarla, Kevin.
Entonces mi mejor amigo se echó hacia atrás soltando una carcajada que me dejo completamente desconcertado.
¿Y este idiota por qué se ríe?
― ¿Qué te parece tan gracioso?
― Tú.― Carcajeó.― De los años que llevamos siendo amigos es la primera vez que te veo actuar de esta manera provocado por los celos.― Dice al cabo de un rato.― James no sé qué cosas le has dicho pero no te dejes llevar por celosos ¿entiendes? Eso puede jugarte una muy mala pasada como ahora, ambos confían en el uno y el otro ¿cierto?― Me quedo callado.― No me digas que le dijiste que...
― Dejare que las cosas se calmen un poco y veremos quién de los dos se traga su orgullo.
Kevin suelta un suspiro, se levanta y se detiene a mi lado colocando su mano sobre mi hombro dándome un leve apretón.
― Tú debes ir a buscarla, ella te ama y estoy consciente de ellos.
Dicho eso se terminó marchando dirigiéndose a la sala en donde se encontraba mi hermana menor. Apoyo mi cabeza contra la pared pensando en qué demonios debo hacer.
Melanie.
He vuelto a mirar mi móvil por novena vez en el día, son las seis y media de la tarde. Me la he pasado encerrada en mi habitación estudiando y viendo series en Netflix esperando algún mensaje de James o alguna llamada pero nada.
¿Debería ir a buscarlo?
Hace tan solo unos minutos termine de hablar por Skype con mis padres, estaban a cargo de Liana ya que mi hermano y April se fueron de viaje a celebrar aniversario de bodas, estaba feliz por ellos pero un poco triste por qué él aún no se ha dignado en hablarme cuando yo le he escrito una y otra vez para saber cómo esta, estoy más que segura que sigue enfadado.
― ¿Cariño puedo entrar?― Preguntó mi abuela desde el otro lado.
― Por supuesto abue.― Abrió la puerta y entro con una taza chocolate caliente.― Te he preparado una taza con chocolate caliente y malvaviscos.― Sonrío y ella se siente en el borde mi cama.
― Gracias abuela.― Con ambas manos cogí la taza.― Justo necesitaba algo caliente para seguir con mi tarde de series.
― ¿No has podido hablar con James?― Bebí un poco de mi chocolate caliente.
― No, pero pienso ir a su casa a hablar con él.
― Me parece muy bien, por cierto tu amiga Luna está esperándote abajo.― Dice.
¿Luna?
― ¿Le puedes decir que suba?
― Subirá enseguida, está hablando por teléfono.― Dice.― Es una chica muy agradable, me recuerda a Rebeca.
― Anoche hable con ella y al parecer esta teniendo problemas con el idiota de su novio.― No me lo ha dicho pero estoy segura que ese debe ser el motivo por el cual está actuando tan distante no solo conmigo e incluso con sus propios padres.
― ¡Mel!― La rubia entro a la habitación y se disculpó al ver a mi abuela.
― Las dejare a solas.― Mi abuela me da un beso en la frente y se marcha dejándome a solas con Luna.
La rubia se recostó en mi cama apoyando su cabe sobre mis piernas, al ver el malvavisco sobre mi taza de chocolate caliente saco uno y se lo comió.
― Dijiste que no vendrías hoy.― Le recuerdo por sus palabras dichas ayer.
― Cambie de opinión, ¿Qué te parece si salimos esta noche?― Propuso.
― Luna, mañana tenemos clases.― Le digo de manera obvia.
― ¿Y? no haremos nada indebido que nos perjudique ir lucidas a clases mañana.
― ¿Y a dónde quieres ir?― Pregunto.
― Bueno mi amigo el pelirrojo que salude el otro día en la universidad, él es boxeador y me ha invitado a su pelea y le pregunte si podía ir con alguien a lo que él acepto.― Dice ella sonriendo.
Las únicas veces que he visto a chicos boxeando ha sido cuando pequeña y acompañaba a mi padre a sus clases de boxeo con el tío Eric.
― ¿Segura que son amigos? Ese día se besaron cuando se saludaron.
― Nath es gay y si nos besamos es porque nos gusta fingir que somos más que amigos cuando eso no es cierto.― Se echó a reír, yo me la quedo viendo con la boca abierta.― ¿Qué? Es divertido.
¡¿Eso es divertido?!
Y creí que el extraño era Kevin.
― Como tú digas, ¿Y a qué hora es la competencia de tu amigo?― Le pregunto.
― En dos horas.
― Ok, tengo tiempo para cambiarme.
Le doy un último sorbo a mi taza con chocolate caliente, salgo de la cama y busco algo abrigado que ponerme para salir con la rubia.
Cuarenta minutos después yo ya lista ambas bajamos corriendo por las escaleras encontrándonos de frente con mi abuelo quien cargaba una torre con papeles.
― ¿A dónde van?― Preguntó mi abuelo.
― Iremos a comer pizza a un nuevo local italiano que abrieron en el centro.― Se apresuró decir mi amiga, yo me le quedo viendo. De pronto siento su codo chocar con mi brazo.
― Perfecto, voy a dejar esto en mi despacho y las llevo a...
― ¡NO!― Gritamos al unísono.
Mi abuelo nos queda mirando con ambas cejas alzadas.
― Digo...Luna ha venido en su auto así que no te preocupes, abuelito.― Digo con una sonrisa.
― Esta bien mi niña, no duden en llamarme por si necesitan a algo.
Dicho eso cogí el brazo de Luna y salimos de la casa, nos subimos a su auto y nos fuimos a donde será la pelea de boxeo.
***
Ya nos encontrábamos dentro del lugar, debo decir que hay muchas personas aquí dentro apostando dinero por algunos de los competidores. Estaba segura que esta pelea iba a ser muy interesante porque si hay demasiadas personas (mayoría hombres) es porque los que van a pelear deben ser muy buenos ¿no? En la esquina se podía ver una barra donde una chica más o menos de mi edad estaba vendiendo bebidas alcohólicas y cigarrillos.
Pero algo llamo mucho mi atención y es que los hombres eran no más de cincuenta años y venían acompañados de mujeres muy bien vestidas (elegantes para ser más exacta).
― ¡Bebé!― Luna y yo nos volteamos, el pelirrojo alzo la mano en forma de saludo a la rubia y comienza a caminar hacia nosotras.
Luna me suelta el brazo y se lanza a los brazos del chico, es dos cabezas más alto que yo. Debo admitir que es guapo, su cabello estaba peinado hacia al lado derecho y tenía un aro plateado en el cartílago de su oreja izquierda.
― Así que tú debes ser Melanie.― Dijo el chico, al llegar a mi.
― La misma y en persona, un placer en conocerte.― Estrechó su mano con la mía.
¿En serio este chico es Gay?
― Tienen asientos VIP, si gustan algo de beber solo diríjanse a la barra que la casa invita.― Le entrega dos credenciales a Luna y luego nos guiña un ojo.― Nena, si me necesitas ya sabes a donde encontrarme.― Le murmuró a la rubia a lo que ella se sonroja.
¿Qué?
Él chico se despide de mi y se va perdiéndose entre la multitud, miro a Luna porque parecía aun embobada por su amigo.
― Él es el futuro padre de mis hijos.― Dijo aun mirando en dirección a donde se había ido el pelirrojo.― ¿No te parece guapo?
― Pero él es gay.― Le recuerdo.― ¿Cierto?
― ¡¿Qué!? No claro que no, él no es gay sino su hermano gemelo.― La miro con sorpresa.― Nathial es gay es el chico a quien salude en la universidad, este se llama Jean.― Dice.― Y Nath está por allá.― Me tomo el rostro obligándome a girar en direcciona donde se encontraba uno de los gemelos que estaba sobre el cuadrilátero.
― P-pero en la universidad te has besado con Nath...
― Shhhh...― Me cubrió la boca.― Jean no lo sabe, mejor vamos a sentarnos ¿sí?
No digo nada y la sigo para ir a tomar asiento en primera fila, Nathial al ver a Luna la saludo de inmediato y se bajó del cuadrilátero. Un micrófono comenzó a bajar desde el techo y todos comenzaron a tomar asiento.
Todas las luces de pronto se apagaron y el cuadrilátero se ilumino por completo dejando únicamente al réferi a la vista de todos. Los gritos no se hicieron esperar por algunos fanáticos y yo como pude me apreté un poco más contra mi compañera, los señores que vestían de traje y eran acompañados por mujeres jóvenes comenzaron a murmurar entre ellos.
― ¿Son apostadores?― Le pregunto en un susurro a Luna.
― Sí.― Respondió ella.― Una vez por mes se realizan estas competencias de boxeo y apuestan por el mejor, todos aquí ya tienen a su favorito e incluso tienen club de fans.― Dice ella.
No puedo evitar seguir viendo a los apostadores, al parecer deben ser muy adinerados y dudo que estén aquí solamente por las apuestas.
― ¡Muy buenas noches!― Gritó el hombre.― ¡¿Están listo para ver a los dos mejores boxeadores en esta noche!?
― ¡Siiii!― Gritaron todos.
Entonces presentaron al primer chico, vestía con una bata azul bordeada por una cita roja y en pectoral derecho tenía una insignia de corona dando a conocer que era el rey. El chico es alto, un poco robusto, su cabello es ondulado y es de tez morena.
Cuando se quitó la bata mi amiga y yo nos quedamos viendo, el traje que llevaba puesto aquel muchacho apodado "El Rey" era muy ajustado dejando mucho a la imaginación de los presentes y apenas nos dio la espalda para saludar a sus fans volteo rápidamente.
Creo que después de esto voy a tener pesadillas.
Entonces otro chico sube al cuadrilátero vestido también con una bata pero de color negro y con bordeada con una cita dorada y en su pectoral derecho presentaba una letra "K" con una rosa espinada envuelta alrededor de dicha letra.
Aquel chico estaba con la capucha puesta sin dejar ver sus ojos, dándole un aire misterioso y rebelde; su nariz perfectamente perfilada, algunos mechones de su cabello caían a su mejilla y una pequeña pero seductora sonrisa se les curvo en los labios apenas se paró frente a su oponente.
― ¡Denle un gran aplauso al mejor y ganador del primer lugar a Kyle Parker!― Gritó el réferi.
Luna tomo mi mano al instante y supongo que es por la sorpresa al oír el nombre de Kyle salir por la boca de aquel hombre pero la culpo porque yo también estaba sorprendida.
¿Qué sucedió con el golpe que dio por mi culpa?
Kyle se quitó la capucha y con la ayuda de su asistente también la bata. Lo único que llevaba puesto eran unos shorts negros con bordes de cinta dorada, su torso estaba descubierto dejando a la vista sus brazos tonificados, de manera discreta miro a las mujeres quienes venían acompañadas de aquellos hombres adinerados y parecían embobadas.
― No tenía idea de Kyle estaba metido en esto.― Murmuró rápidamente Luna.― Estoy segura que sus padres no tienen ni la menor idea de esto.
El referí los llama a ambos diciéndole que solo serán dos rounds lo que definirá cuál de los dos será el campeón de esta noche quien se llevara la medalla y obviamente un porcentaje del dinero apostado.
¿Eso es legal?
Y entonces comenzó apenas el ring de la campana sonó, ambos chicos comienzan a moverse de un lado a otro dándose una mirada llena de odio, pero entonces Kyle mira hacia el público encontrándose con mi mirada y de la compañía de Luna.
Maldita sea.
El tal Shaw aprovecho la distracción de Kyle y lanza el primer golpe a Kyle, pero como si la suerte estuviese del lado del pelinegro aquel golpe no llega a ninguna parte de su rostro porque logra esquivarlo al instante y le lanza un puñetazo bajo a su oponente logrando que Shaw retrocediera, gritos, aplausos, silbidos se escuchaban por todos lados dejándome prácticamente sorda. Shaw se recompone y se acerca decidido a golpear al peligro lanzando una y otra vez golpes con sus puños derecha izquierda a lo que Kyle con sus antebrazos se protege de los golpes.
¿Qué está haciendo?
Pero como si Luna me estuviese leyendo la mente dijo:
― Está haciendo que su oponente gaste energía propiciando esos golpes.
Vuelvo a mirar a ambos chicos, los minutos transcurrían y transcurrían. Quedaba menos de dos minutos para que esto termine, entonces Kyle hace su movimiento, hace su pie atrás y se agacha un poco lanzando con todas sus fuerzas un puñetazo en la mandíbula de Shaw y una en la boca del estómago logrando que el chico se tambalea y caiga al suelo.
Decido salir lo antes posible de ese lugar, por suerte Nathial llega al lado de Luna y aprovecho escapar. Cuando estoy en la entrada puedo el oír el nombre del ganador de esta noche y los silbidos, aplausos no se hicieron esperar.
Kyle ha ganado.
Me siento en un banca larga, saco mi móvil para llamar algún Uber e irme a casa. Pero antes de que pudiera marcar me quedo mirando la foto de mi fondo en la que salía con James.
Tal vez debería ir a su casa.― Pienso.
Meneo la cabeza y me pongo de pie, camino hacia la esquina aun con mi mirada pegada en la aplicación para llamar algún Uber.
― ¿Esta perdida la señorita?― Preguntó una voz ronca detrás de mí, puedo ir la risita de dos personas más pero no me voltee.
Simplemente lo ignoro y sigo caminando pero al parecer aquel tipo iba a seguir insistiendo porque podía oír sus pasos seguirme.
― Vamos muñeca que no te haremos nada.― Siento el brazo de uno de los sujetos sobre mi hombro.
Me obligan a detenerme y guardo mi móvil rápidamente en mi bolso. Esta vez decido girarme para enfrentarme al chico y cuando lo hago las ganas de correr me invadieron por completo.
Son tres hombres más o menos de unos veintisiete años, completamente desaliñado, el olor alcohol y a cigarro emergían de su cuerpo y eso me hace retroceder.
― Estoy ocupada, ¿por qué no se van a molestar a otro lado?― Digo fingiendo molesta, cuando realmente estoy asustada.
Los tres comparten miradas de complicidad y uno de ellos se echa a reír con ganas, pero el otro sonríe y le hace un asentimiento con la cabeza a su amigo y se aproxima a mí.
― ¿Por qué no vienes con nosotros?― Dijo uno de ellos, relamiéndose los labios.
Saco mi móvil de mi bolso y con la mayor rapidez del mundo busco el número de James para que venga por mi.
― ¿No han odio lo que dije? Lárguense y déjenme sola par de imbéciles.― Solté, entonces uno de ellos me quito el celular de mis manos y mi corazón se acelera al cien.
Maldición.
― ¿Ibas a llamar a tu noviecito primor?― Me toman del brazo con brusquedad.― ¿Huelen eso? Esta chica está muerta de miedo.― Se ríe.
― ¡No me toques infeliz!― Le grito, al momento en que el chico encapuchado me toma de ambos fuerzas e intento zafarme.― Devuélveme el teléfono...
― Eso no va a poder ser posible, pero si vienes con nosotros tal vez cambie de opinión.― Sonrío con malicia.― Nos la pasaremos muy bien los cuatro, primor.― Me dice el hombre con voz extraña.
― ¡No me toques!― Vuelvo a gritar pero entonces el otro me toma con fuerza y comienzan a obligarme a ir con ellos.― ¡Suéltenme!
― Cúbranle la boca.― Le dijo a uno de sus acompañantes.
― ¿Q-qué van hacerme?― Pregunto con el miedo en mi voz.
― Si te portas bien y nos obedeces no te haremos nada.― Dice.
― ¡Por favor déjenme ir!― Les suplico, uno de ellos me cubre la boca con una mordaza y mis ojos se llenan de lágrimas.― ¡Ayudaaaaa!― Chillo por sobre de la mordaza.
Tengo miedo...
Nota de autora: Perdón por la tardanza en actualizar, iba a subir el viernes pero he estado muy ocupada con algunos asuntos personales.
¡Intentare subir el próximo capítulo entre hoy o mañana!
-Besos y abrazos.