JACK
Me sentía un idiota, un completo y feliz idiota. Cuando desapareció en el portal me sonreí a mí mismo, me elevé y di una vuelta completa al invernadero en menos de un segundo. Podría haber congelado la selva más calurosa del planeta sin el menor esfuerzo, podría haber dado una vuelta al mundo más rápido que Conejo. No me importaba lo que dijera Norte, haberla besado había sido genial. Nadie podía arruinarme ese momento, ni siquiera Pitch, o Vira.
- Así que… ¿Un beso? - preguntó un voz. Al volverme me encontré con Hada. No parecía molesta, ni tampoco que me fuera a dar un sermón… en realidad, parecía estar ¿Decepcionada? Creo que esa sería la palabra - Jack, ¿Sabes que ella no es Bianca no?
Corrijo, sí había alguien que podía arruinarme el momento: Hada. Baje lentamente y me senté en la rama de un árbol, Hada se quedó volando frente a mí.
- Claro que sí - dije molesto.
- ¿No crees que estás siendo un poco… precipitado?
- Sé lo que hice - farfullé - y con quien ¿Tú como lo sabes?
- No estés a la defensiva, Jack, por favor - ¿Cómo quería que no lo esté si me decía algo como eso? Hada parecía no querer pelear así que igualmente me obligué a serenarme un poco - Mi hada ayudante me lo dijo.
Nota mental: Hadita es una chismosa.
- ¿Por qué te preocupas? No hice nada malo.
- No digo que lo hayas hecho, Jack, pero creo que te estás adelantando. Acabas de saber de Bianca, quizá en el fondo esto sea en parte porque la extrañas.
- Sé lo que haga Hada - repetí -. Sia no es Bianca, eso lo tengo muy en claro.
Ella suspiró y se encogió de hombros.
- Espero que tengas razón, por tu bien, nosotros no estamos hechos para eso.
- ¡¿Alguien podría decirme qué demonios es "eso"?! - exclamé. No quería sonar molesto, pero que todos me hablen de algo como si lo conociera me ponía histérico.
- El amor, Jack - me dijo Hada con compasión. Eso me dejó helado y con la boca medio abierta -. Nosotros… los guardianes y espíritus somos diferentes, el amor es algo demasiado… grande para nosotros.
Y sin decir más se fue. No podía darme una respuesta así e irse ¡Exijo una explicación! ¿Amor? ¿De qué rayos estaba hablando? Bueno si, la había besado, me parecía un linda chica pero… ¿Amor? ¡¿Amor?! Yo no estoy hecho para esa cursilada estúpida. El momento había cuadrado y hasta yo sé que habría quedado como un idiota si no lo hubiese hecho, pero de ahí al "amor" había un gran paso que no pretendía dar.
Llegué a la sala del mundo, todos me miraban y por primera vez me sentí incómodo de ser el centro de atención.
- Muy bien, escúpelo Romeo, quiero saber que fue lo que pasó - dijo Conejo apuntándome con su boomerang, la sonrisa arrogante en el rostro me decía que todo sabían lo que había pasado en el invernadero. Si algún día tengo la oportunidad de vengarme de Hadita, lo haré.
- Nada pasó ¿Bien? - dije molesto. Solamente había sido un beso, no por eso me estaba casando con ella. Ninguno insistió, aunque Conejo volvió a reír mientras negaba con la cabeza. Norte era el que parecía más preocupado, me miraba con tristeza y temor, pero no porque a él no me hayan funcionado las cosas signifique a mi me sucederá lo mismo.
- ¿Y bien? - dije para iniciar una conversación, si tenía que analizar la cara de alguien más iba a volverme loco -. Pitch regresó y está aliado con Ella, ¿Qué haremos?
Todos miraron a Norte, pero él no parecía estar dispuesto a dar explicaciones.
- Quieren volver a la Edad Oscura - acabó murmurando. Conejo bufó y miró el mundo.
- Gracias por señalar lo obvio - dijo con cierto fastidio -, pero para eso necesitaría que Ice estuviese vivo.
- ¡Conejo! - exclamó Hada. Norte le lanzó una mirada de advertencia pero estoy seguro de que ya era tarde.
- ¿Quién es Ice? - pregunté frunciendo el entrecejo. "Ice" es hielo en inglés, yo hago hielo… sea quien sea este tipo, no me agrada. Conejo bajó las orejas, seguramente se había dado cuenta de su error, mientras los demás lo miraban como si fueran a despellejarlo allí mismo. Finalmente, Norte suspiró y me miró.
- Jack, cuando Pitch quiso que te unas a él hace 65 años no fue casualidad - me dijo, otra vez esa mirada compasiva que me ponía nervioso -. Como tampoco es casualidad que las personas asocien el frío con la tristeza, el miedo y el dolor.
- Calder Ice - siguió Hada - fue el anterior espíritu el invierno, Jack. Un ser oscuro y cruel que azotaba el mundo con ventiscas mortales y heladas abrumadoras.
- Ice se unió al Pitch y Ella cuando tuvo oportunidad, los tres hacían estragos en todo el mundo - explicó Conejo.
"Pero entonces llegamos nosotros y les dimos una buena paliza" me mostró Meme.
- Ice murió en la batalla, casi cien años después, tu reviviste como el espíritu del invierno. Hombre de la Luna creyó que podrías redimir los actos que Ice había cometido y darle un nuevo valor al invierno. No se equivocó, renunciaste a Pitch y te uniste a nosotros - explicó Norte con alegría.
- Y por eso no debemos preocuparnos - dijo Conejo frotándose las patas -. Jack es de los buenos y si pudimos una vez siendo cuatro contra tres, ahora siendo cinco contra dos los aplastaremos.
Había algo en sus palabras que no terminaba de gustarme, como si estuviesen presionadas. Recordé mi encuentro con Pitch hacía tiempo atrás… Nunca se lo había dicho a nadie pero aquella vez, realmente me había tentado. En ese entonces estaba tan desesperado por compañía y Pitch había llegado a convencerme con sus palabras de "sé lo que sientes", pero ya no soy el mismo que era antes, y sé que nunca me uniría a ellos.
- ¿Estás seguro muchacho? - preguntó una voz suave en mi cabeza, un escalofrío me recorrió la espalda y todo a mi alrededor se volvió oscuro. Apunté con mi cayado a donde creía que venía la voz, pero por alguna extraña razón sentía que no serviría de nada.
- Y estás en lo correcto, Jack - dijo Pitch apareciendo entre las sombras frente a mí. Quise disparar pero mi cayado no funcionaba, lo miré con furia y frustración.
- Tranquilo muchacho - murmuró Vira apareciendo tras él -. Esta vez solamente queremos charlar.
- Ya tuve suficiente de ustedes dos ¿Qué quieren? Y ¿Dónde estoy?
- ¿Esto? Es una parte recóndita de tu mente - dijo Vira -. Te recuerdo que puedo visitarte cuando quiera querido - Una mancha negra apareció en mi sudadera, sus cuchillos, claro.
- Escucha Jack, no creas todo lo que te dicen de los Guardianes, ¿Qué saben ellos de Clader? - sonrió Pitch - Nosotros lo conocimos mejor que nadie.
- Clader era un espíritu libre, muy parecido a ti muchacho, rebelde, intrépido, un alma solitaria y feliz de serlo. Hacía lo que quería, cuando y donde se le plazca, nadie podía con él. Era… poderoso y todos sabían su nombre.
- ¡Deberías haberlo visto Jack! - dijo Pitch y una chispa de emoción brilló en sus ojos - Todos creían en él, niños, adultos, ancianos ¡Hasta los animales!
- Todos le temían querrás decir - corregí, entonces Vira soltó una risita y se apareció a mi lado.
- Creo que no entiendes querido. Calder Ice fue por mucho un espíritu imparcial, él hacía su vida, sin reglas, sin responsabilidades… algo así como lo que tu hacías. Hasta que llegaron los Guardianes.
- Intentaron cambiarlo, limitarlo, ponerle reglas - explico Pitch encogiéndose de hombros -. Calder no era para eso, pensé que tu tampoco Jack. No pensé que te convertirías en su nuevo perro faldero.
- No soy el perro de nadie - respondí molesto. No iba a dejar que me traten así.
- Pues tampoco le llegar a los talones a Calder - dijo Vira con desprecio -. Él era el invierno personificado muchacho, con todo lo que implica. Caos, destrucción y frío. Él sabía controlarlos mejor que nadie, por eso se unió a nosotros, para recuperar su libertad… y porque rompió una regla sagrada entre los Guardianes.
- ¿Lo recuerdas? - dijo Ptich fingiendo pena - Pobre Ice… estaba destrozado, primero los Guardianes y luego ella.
- ¿De qué hablan? - si lo sé, soy un idiota, pero la curiosidad me ganó de entrada.
- Calder se enamoró, Jack - dijo Pitch con una sonrisa -, de una mortal. Eso está estrictamente prohibido, o al menos lo estaba en su tiempo. Los Guardianes no lo dejaron en paz y esa fue la gota que colmó el vaso. Calder huyó por ella pero… algo terrible paso. Lo olvidó.
- Ella conoció a alguien más - siguió Vira - a otro mortal… alguien "real".
Sentí un peso en el estómago y recordé a Sia y a su amigo besándose… no… no era cierto, era ellos jugando en mi cabeza ¿No?
- Calder estaba destrozado. Nosotros lo ayudamos, borramos su dolor.
- ¿Por qué me están contando esto? - pregunté furioso.
- Para prevenirte Jack - dio Vira poniendo una mano en mi hombro, la aparté enseguida.
- Entre los Guardianes y esa muchacha acabarás igual que Ice - acabó Pitch.
- ¡Cállense! - grité casi fuera de mi - ¡No soy como ustedes, nunca lo fui!
- Eres el Caos, Jack - dijo Vira sonriendo -, podrás creer que esa tontería de la diversión es tu centro, pero en el fondo sé que extrañas tu libertad. El invierno es perfección y paz. Detiene el poder creativo y vigoroso del verano, da equilibrio al mundo. El invierno mata, Jack… no lo olvides.
- ¡FUERA DE MI CABEZA! - grité con todas mis fuerzas. Agarré mi cayado y lo golpeé contra el suelo, un destello azul salió inundando todo y haciendo desaparecer las imágenes de Vira y Pitch.
Cuando mi vista se acomodó, los todos me miraban sorprendidos y atónitos. Miré a mi alrededor y todo estaba congelado. Un duende que pasaba quedó casi convertido en una perfecta estatua de hielo, incluso a un yetis se le entumecieron los brazos. Hada agitaba sus alas semi-congeladas y Conejo se sacudía la nieve. Sentía que me temblaba el cuerpo y la cabeza me daba vueltas. La última frase de Vira me daba vueltas en la cabeza "El invierno mata". Claro que lo sabía, yo mismo era prueba de eso, pero algo amargo subió por mi garganta.
- ¿Jack? - preguntó Norte pasando una mano frente a mi cara - ¿Te encuentras bien?
- Pitch - murmuré - y Vira... en mi cabeza…
Ignoré la punzada en el estómago. Norte me tomó por el hombro un momento mientras me recuperaba. Esto de ser el puente entre los malos y nosotros no me agradaba en absoluto.
- ¿Qué dijeron? - preguntó Conejo.
- No… no lo recuerdo - no iba a contarles lo que pasó, ya vería la forma de indagar por mis medios -, fueron demasiadas cosas juntas.
- Jack - me llamó Hada al tiempo que tomaba mi sudadera, en varios lugares había manchas negras, de todas las puñaladas que Vira se había divertido en darme. Norte me miró sumamente preocupado.
- Mejor ve a descansar - me dijo - busca un lugar tranquilo, donde te sientas cómodo. Si tienes problemas, usa esto.
Me dio una esfera de nieve y me dejaron ir, aunque ninguno de los demás lo hizo. No protesté y volé lo más rápido que pude directo a mi lago. Llegué a una pequeña cueva que yo mismo había excavado con los años, la entrada estaba congelada con una gruesa capa de hielo para evitar extraños. Era de noche cuando llegué, me metí dentro e hice algo que hacía mucho no hacía, me puse la camisa con la que había aparecido hacía más de 300 años. Aparté mi sudadera, no quería ver más esas manchas negras. Me revisé el cuerpo varias veces, no tenía nada. Hice una cama con nieve y me dejé caer en ella. Me dormí enseguida y estoy seguro de que Meme me ayudó un poco, luego le agradeceré.
* * * * * *
- ¡Jack! - gritaban - ¡Jack! ¿Dónde estás? ¡Jack!
Me desperté despacio, bastante confundido. Miré para todos lados y pude ver que frente a mi cueva pasaban las figuras distorsionadas de varias personas. Quizá alguien se había perdido, sería mejor salir a investigar. Deshice el hielo de la entrada y de pronto me encontré con Emily, la primita de Sia, me miró con sus grandes ojos cafés y sonrió.
- ¡Está aquí! ¡Está aquí, lo encontré! - gritaba.
Un momento después, Sia apareció junto con Jaime y los gemelos. Cuando nos vimos sentí una repentina alegría recorrer mi cuerpo, sonreí, ella me sonrió y todo el hielo de la puerta se derritió en el acto.
Si, oficialmente, estoy en un gran problema.