Mientras caminaba me puse a tararear una canción que yo misma inventé, y al mismo tiempo iba saltando, sí, muy niña pero a mi me gusta ser así.
Al llegar al instituto que me quedo observando la hermosa fachada de cemento.
«Si que es bello...» Pienso asombrada, una árbol de cerezo daba el ambiente perfecto de una película.
Entré, y mi primera impresión es movimiento, gente de aquí para allá, gritando y conversando.
—Hola— Me saludó una voz femenina a mis espaldas. Al voltearme agita su mano en modo de saludo, es una chica pelirroja y algo bajita.
—Hola ¿que tal como estas?—Preguntó sonriente— Yo soy Cristy Soy nueva, Mucho gusto.
—Yo estoy bien, soy Iris, tu nueva compañera. Bienvenida al instituto Sweet Amoris.
En eso momento suena la campana de lo que se suponía era entrar a clases.
—¿Esa la campana de clases verdad?—Pregunto con certeza y ella asiente—Entonces vamos al salón.
—Sip vamos...—Me responde tranquilamente, comienza a caminar hacia el aula y la sigo.
Entramos calladas al aula, y la gente comienza a murmurar. Entre las personas, pude escuchar claramente «¡Es la nueva! Si que es fea» al escucharlo volteo hacia la dirección de la que provino la voz, es un grupo de chicas, una rubia, una china y una castaña. Sigo mi camino sin prestarles atención.
Al fondo del salón estaba un chico jugando en la consola. El chico siente mi mirada y voltea.
Cuando me vió lo salude con la mano en silencio, me devolvió el saludo y me senté en el primer puesto que vi.
«Vaya sí que es raro, ¿Acaso no tiene miedo de que lo vean jugar a la consola en clase? Na... Que importa hoy es un día especial y solo me debo preocupar por eso» Pienso algo despreocupada.
—¿Escuchas cuando te hablan Cristina?—Me habla casi gritando el profesor, sacándome así de mis pensamientos.
—Dígame Cristy, ¿Que desea?—Pregunté despistadamente.
Todos, menos el profesor, sueltan una estrepitosa carcajada.
—Le dije que usted se va sentar al lado del señor Armin. —Me regañó algo exasperado, señalándome una dirección, al mirar el lugar donde señalaba, vi, que era el chico de la consola que había visto hace algunos momentos.
—O-ok je.— Tartamudeo nerviosa levantándome del asiento con cuidado.
Me dirigí en dirección a mi nuevo puesto y alguien puso su pie en mi camino haciendo que me cayera estruendosamente, voltee hacia el estúpido que me hizo caer, más bien estúpida. Es la chica de antes que me ha dicho fea.
—Ay, lo siento.—Se disculpó hipócritamente.
No me iba a encolerizar por una idiota. Me levanté dignamente y me dirigí al asiento.
—¿Hola?—Saludo a mi nuevo vecino de asiento— S-soy Cris—Pero el tal Armin me interrumpió.
—Cristina García, prefieres que te digan Cristy, si, ya me di cuenta de eso. Vivías en los Angeles pero te mudaste cerca de aquí, si lo sé. Por cierto soy Armin.
—P-pero, ¿¡Como lo sabes!?—Prengunté horrorizada, tal vez tenía un acosador y ni me había dado cuenta.
—Soy vidente...—Dijo con voz dramática mientras movía sus dedos.
—¿¡Enserio!?—Tal vez podía leer mi mente, y no era un acosador.
—Na... Solo que un día entré a la sala de maestros, buscando la consola que me habían confiscado y sin querer abrí el cajón de los expedientes y vi un expediente nuevo, el tuyo, así que me dio curiosidad y lo miré. —Me dijo todo eso como si fuera completamente normal.
—Estás loco.—Dije algo escandalizada.
—Señorita Cristina, y señor Armin ¿Tienen algo que compartir con la clase?—Nos sermoneó, con la típica frase, el profesor .
—N-no señor profesor.—Respondimos al unísono los dos.
—Bueno, señorita, preséntese ante la clase, si no es mucha molestia.
-Claro que no es molestia señor.—Respondí encogiendo mis hombros.
Me levanté y me dirigí al pizarrón, esta vez con cuidado de que la rubia no me hiciera caer.
—H-hola soy Cristina García, pero díganme Cristy o Cris si prefieren. Soy de Intercambio, de eso ya se se dieron cuenta, yo antes vivía en Los Angeles pero me mude a aquí, mi comida favorita es la pizza, y amo los animales, en especial los conejos, gracias.
—Bueno siéntate Cristina.—Me ordenó el profesor.
—Por favor ya le dije que me llame Cristy.— Le reproché sentándome de nuevo en mi puesto.
LUEGO DE CLASES...