Cerró los ojos intentando concentrándose solo en la música que escuchaba, pero se le era difícil, por no decir imposible. Los recuerdos de la noche anterior venían a él como pequeñas agujas que se clavaban en su corazón, no podía creer Taekwoon se empeñara en seguir cargándole toda la culpa y como si no tuviese suficiente, él no había hecho más que aceptarlo. Luego de que Taekwoon se había ido de la habitación dejándolo solo, se había terminado de beber lo que quedaba en la botella que Hongbin había llevado y había golpeado la pared con todas sus fuerzas, agradecía la música estuviese lo suficientemente alta como para que nadie lo hubiese oído, se había sentido devastado y él ser más estúpido que estaba sobre la faz de la tierra. En ese momento había deseado arrancarse el corazón, ya no podía más con esa angustia que parecía no desaparecer con nada, lo único que deseaba era dejar de sentirse así de mal. Sentía que había tocado fondo y se había quedado dormido llorando una vez más.
No sé arrepentía de haberse ido a estudiar a Londres, había sido una de las mejores oportunidades que había tenido en su vida y se había esforzado al máximo por hacer que todos los que habían confiado en él se sintiesen orgulloso de su desempeño. No había sido nada fácil y agradecía haber encontrado a alguien como Mir, el cual siempre lo había apoyado en los momentos que quiso darse por vencido, recordándole todas las razones por las que debía seguir luchando, mencionando a Taekwoon como una de ellas, pero parecía que su lucha no había acabado tras regresar, pero ahora era por razones diferentes, igual que cuando estaba en Londres, no había querido rendirse, incluso si se sentía perdido, se había dado ánimos y lo había intentado una y otra vez. Taekwoon era lo más importante que tenía en su vida junto a Jiwon y no deseaba perderlo, pero había entendido que todo tenía un límite y él ya lo había sobrepasado desde hace algún tiempo. Quiso creer e intento convencerse de que este aún lo amaba, pero se había cansado de darse cuenta que por más que lo intentará sus esfuerzos eran en vano.
No sabía en qué momento se había enamorado tanto, no veía su vida sin el mayor y deseaba más que nunca que este estuviese allí dándole ánimos, quería seguir esforzándose para ser mejor para él, quería compartir con él todas sus alegrías y tristezas, al igual que apoyarlo a él en todo momento. No podía evitar pensar en que le hubiese gustado que todos sus anhelos juntos se hubiesen realizado, así como la posibilidad de formar una verdadera familia juntos, quería tener hijos con él y aunque sabía que ellos al ser hombres no podían procrear, pero existían más opciones y él hubiese estado dispuesto a intentar cada una de ellas con tal de conseguirlo, le hubiese gustado conformar con él la familia feliz que nunca había tenido, sin contar el que quería pasar toda su vida junto a Taekwoon, pero parecía ser que todo sus anhelos estaban hecho trizas en el suelo al igual que su corazón. Nada duraba para siempre, él lo sabía, pero incluso así conservaba la esperanza de que pudiese existir un final feliz al igual que en los cuentos de hadas, pero había sido demasiado ingenuo.
Desde hace años que no se sentía tan mal como se sentía en ese momento, podía recordar cuando se había dejado cegar por el dolor luego de que se llevaran a Hyuk a otra ciudad y cómo su vida parecía haberse detenido cuando este le había dicho que su relación había sido un error, pensaba que ni si quiera en ese momento se había sentido tan roto como se sentía en ese momento. Pero ahora no tomaría decisiones apresuradas y no buscaría darle fin a su vida como si lo había hecho aquella vez. Esta vez no estaba solo, tenía el apoyo de Jiwon y de sus amigos y aunque sabía que sería difícil, podría salir adelante una vez más. Sería el mejor arquitecto de todos y demostraría una vez más que sin importar que fuese lo que le pasara, él podría resurgir de las cenizas como si fuese un ave fénix, sin embargo era más fácil pensarlo que hacerlo.
No importaba que tan mal pudiese haberla estarla pasando, el saber que contaba con el apoyo de Taekwoon lo había hecho seguir adelante, había sido él quien le había ayudado a superar las pesadillas y el miedo que le producía pensar en sus padres y en encontrárselos una vez más, a pesar de que se había terminado cualquier vínculo que pudiese tener con ellos, también había sido él quien lo había ayudado a confiar aún más en sus habilidades y le había dado a conocer el mejor lado de sí mismo, ese que ni si quiera él conocía, incluso lo había incentivado a irse a Londres persiguiendo su sueño, aunque contradictoriamente fuese eso mismo lo que ahora los había terminado de distanciar. No entendía porque todo estaba terminando de ese modo y sin darse cuenta tenía el rostro empapado en lágrimas, le dolía darse cuenta que todo había llegado a su fin.
Se bajó del autobús caminando lentamente a su destino, no creía que Yongguk estuviese despierto a esa hora, pero prefería estar solo un poco más. El viento mecía con suavidad sus cabellos mientras que unas cuantas hojas caían al suelo recordándole que faltaba poco para el otoño, haciéndolo sentir nostálgico, al igual como las hojas de los arboles caían, él sentía que su amor se iba marchitando y no había podido hacer nada para evitarlo, salvo contemplar como sus recuerdos juntos parecían ser olvidados y llevados con el viento.
Encendió un cigarrillo dándole una honda calada, Taekwoon ahora estaba con otro chico y él había sido lo suficientemente ingenuo para creer que lo escogería a él, se preguntaba una y otra vez ¿Dónde se habría ido el amor que decía sentir?, aún le costaba trabajo convencerse de que todo hubiese terminado tan de prisa, nunca se creyó listo para enfrentar el momento en que el mayor lo dejara, ni si quiera pensó en que su relación hubiese terminado del todo, aún aunque estuviese a miles de kilómetros de distancia. Le terminaba de partir el corazón darse cuenta que se había equivocado. Pero ya era momento de comenzar a sanar sus heridas y comenzar una vez más, aunque sentía que nada tenía sentido si no tenía a Taekwoon a su lado, pero sabía que no podía echarse a morir y que era momento de que tomase los pedazos de su corazón roto y tomaran caminos separados.
Estaba preparado para el otoño, estaba listo para ver como todo en lo que creía se estaba marchando, estaba preparado para ver las hojas caer y como los colores se convertían en oro y se marchitaban.
Estaba casado de sentir que se estaba destruyendo a sí mismo aferrándose a imposibles, se mantuvo paseando por un largo rato mientras se perdía en sus pensamientos, al llegar al departamento notó que Yongguk estaba despierto componiendo nuevas canciones para su banda y que al verlo su expresión serena cambio rápidamente a una de preocupación.
-¿Qué ha pasado? – Le preguntó preocupado acercándose a él y envolviéndolo entre sus brazos.
-Se ha acabado – Susurro sintiendo como toda la tristeza volvía a él de golpe. Yongguk lo había guiado al sofá sin dejar de abrazarlo, mientras que él comenzaba a contarle todo lo que había ocurrido, comenzando a llorar nuevamente humedeciendo la playera del otro, sentía que su tristeza no acabaría nunca y ya estaba más que cansado de sentirse a sí de débil.
-Realmente estoy odiando a ese idiota de Taekwoon, miren que hacer sufrir de esta manera a mí Sikie– Decía apegándolo aún más a su cuerpo mientras le acariciaba el cabello con cariño. –Ya vendrán días mejores-
-Eso espero Guk – Murmuro relajándose con sus caricias, hasta que se durmió.
Abrió los ojos al sentir los rayos de sol en su rostro, aún le dolía a horrores la cabeza, hace mucho tiempo que no tenía una resaca así de espantosa, se levantó a buscar una botella de agua y observo la hora en el reloj de la pared notando que eran casi las 3 de la tarde, Yongguk le había dejado una nota diciendo que saldría y volvería a la noche y casi sin pensarlo recordó 6la nota del chico que había conocido, estaba dudoso sobre sí debería llamarlo o no, le daba muchísima vergüenza, aunque no era como si se estuviese comprometiendo a algo, ese chico solo mencionaba que quería conocerlo, no era como si le estuviese proponiendo matrimonio o algo así y en ese momento no le venía mal conocer a alguien, necesitaba distraerse y dejar de pensar en Taekwoon de una vez por todas. Saco la botella de agua del refrigerador tomando un trago mientras iba a buscar su celular y la nota, no perdía nada con llamarlo, tomo el papel entre sus manos y marcó el número que allí salía, sintiendo una creciente ansiedad al escuchar como contestaban la llamada.
-¿Diga? – Escucho decir a una voz varonil y él se sintió tentado a colgar la llamada, ¿Qué estaba haciendo? - ¿Diga? – volvió a preguntar el chico y Wonsik carraspeo llamando su atención.
-Hola –Dijo nervioso- Soy Wonsik, tú... - No pudo terminar de hablar porque fue interrumpido.
-¡Soy Jongin! No puedo creer que realmente me llamaras, me habían tachado de loco por darte mi número, ¿Quieres ir por un trago? – Pregunto animado.
-Una gaseosa estaría bien –
-¿Tienes resaca? – Pregunto riendo.
-Una de los mil demonios. No quiero beber nunca más en mi vida – Jongin volvió a reír al escucharlo decir aquello.
-¿Entonces te parece si te invito a cenar? –
-Por mi está bien –
-Entonces juntémonos en.... – Jongin le dio la dirección, quedaron de acuerdo en la hora y luego colgó.
No podía creer que realmente saldría con ese chico y más aún con el aspecto fatal que tenía, creía que un zombie luciría mejor que él y si bien él no iba a juntarse con ese chico con la intención de conseguir novio pero tampoco quería el chico saliese corriendo asustado debido a su aspecto, quería conocerlo y quizás llegar a ser buenos amigos, pero tampoco quería darle una mala impresión, aunque Jongin lo había visto borracho en el peor momento de su vida, luego de eso no creía que hubiese una peor impresión que esa. Suspiro resignado, no obstante intentaba animarse pensando que sí incluso así había querido conocerlo, tendría que mostrarle una mejor versión de sí mismo, por lo que se decidió a comenzar a arreglarse, aunque faltasen algunas horas para que salieran.
Se había dado una ducha bastante larga, usualmente el tardaba unos pocos minutos, pero esta vez sentía tan reconfortarle el agua tibia corriendo por su cuerpo, que quería permanecer allí por más tiempo. Se había colocado unos jeans gastados y una playera sin mangas con un estampado con frases en inglés, había secado su cabello y lo había peinado hacia un lado y por último se había delineado los ojos. Se miró al espejo y no se veía tan mal, tampoco podía hacer maravillas, después de todo se la había pasado un montón de horas llorando como si no hubiese un mañana y ni mencionar la resaca. Se puso lentes de sol, tomo su chaqueta y documentos y salió del departamento, aún era algo temprano para salir, pero distraerse mirando tiendas de música no le vendría nada mal, más ahora que prácticamente lo tenían de guitarrista oficial, debía comprar algunas cosas para su guitarra.
Había llegado justo a tiempo al lugar acordado, sintiéndose avergonzado de no poder recordar con claridad cómo era Jongin, en su mente los recuerdos se mostraban bastante difusos. Notó como un chico de más o menos su misma estatura, de piel morena y una sonrisa seductora en sus labios se acercaba con pasos fijos hacia él, era un chico bastante atractivo y él no había podido evitar quedar deslumbrado al verlo.
-Pesé a que fuiste tú quién me devolvió el llamado, no puedo creer que realmente hayas venido – Decía el chico bastante emocionado – Soy Jongin – Dijo extendiéndole la mano y este la estrecho.
-Wonsik – Dijo cortes, le causaba gracia aquella presentación, pero era lo que correspondía. –Me causa curiosidad el que estés tan sorprendido porque aceptara –
-Estudiamos en la misma facultad, la misma carrera de hecho, pero vamos en distintos años, por lo que es común escuchar a las chicas hablar sobre que eres un "desperdicio" porque llevabas un montón de tiempo con un chico, por eso mis amigos decían que no me tomarías en cuenta –
-Me siento como una celebridad – Dijo Wonsik un tanto avergonzado, le sorprendía que Jongin supiese de él.
-Lo eres y tu popularidad aumento cuando te fuiste a estudiar al extranjero, los maestros viven hablando maravillas de ti – Decía Jongin encogiéndose de hombros.
-Bueno, no hemos venido a hablar de mí – Dijo un poco cohibido. -¿A qué lugar te gustaría ir a cenar? – Preguntó cambiando de tema y comenzaron a hablar sobre qué lugar podrían ir y terminaron yendo a un pub. A Wonsik le sorprendía la facilidad con la que se dejaba envolver en las palabras de Jongin, le llamaba la atención ese chico y se sorprendió a un más al notar que tenían bastantes cosas en común, no se sentía incómodo con él e incluso creía que podrían llegar a ser buenos amigos, aunque parecía ser que Jongin deseaba cualquier cosa, menos eso.
-¿Saldrías conmigo otro día? – Le había preguntado sonriendo coqueto.
-Sólo puedo ofrecerte mi amistad, si eso no es un impedimento, claro que acepto salir contigo otro día – Respondió sincero, no quería que Jongin se hiciese falsas ilusiones, era un chico guapísimo, seguramente no querría perder su tiempo con alguien que aún no superaba a su ex novio.
-Ni si quiera he intentado hacer algo y ya me estás rechazando – Dijo fingiendo llorar – En realidad aún no puedo creer que aceptaras salir conmigo –
-Vamos, no es para tanto. No soy ni la mitad de genial de lo que crees -
-Pero respondiendo a tu pregunta, por ahora no tengo problemas con eso – Dijo riendo con suavidad – Si te parece bien para la próxima podríamos ir a bailar, puedes invitar a alguien más para que no te sientas tan incómodo -
-Arrastraré a alguno de mis amigos conmigo, entonces – Dijo riendo también.
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El tiempo pasaba con lentitud y parecía ser que los días no avanzaban. No soportaba ver cosas que le recordasen a Taekwoon, aunque al tener amigos en común se le era mucho más difícil de lo que imagina, sin desearlo había mirado el teléfono de Hongbin mientras este revisaba sus redes sociales, viendo una foto de Taekwoon y su novio abrazados, había tenido que disimular lo mal que le había hecho sentir aquello para evitar Hongbin se sintiese culpable por algo que iba más allá de él, aunque agradecía el esfuerzo que tanto Hakyeon como él hacían para intentar hablar lo menos posible de Taekwoon.
Se había terminado llenando de trabajo para intentar pensar lo menos posible en cualquier cosa que pudiese producirle dolor, necesitaba mantenerse ocupado, encerrarse en su propio mundo si era necesario, pero parecía ser que el insomnio no quería facilitarle las cosas, no podía evitar terminar perdiéndose en recuerdos y pensamientos autodestructivos cada vez que intentaba descansar, pero de una forma que no terminaba de entender parecía que Jongin leía sus pensamientos y de pronto se encontraba animándolo o distrayéndolo cada vez que lo inundaban los recuerdos, también había comenzado a ir a alguna de sus presentaciones con Shadow Dragons y sin darse cuenta habían comenzado a pasar mucho tiempo juntos y no le desagrada para nada, Jongin estaba a comenzando a ser la calma en sus días de tormenta.
-Qué guapo te ves hoy – Le había dicho Jongin al verlo – Realmente te sienta el rubio –
-Lo sé – Dijo egocéntrico, se había cansado de tener el pelo negro y siempre había tenido una debilidad por teñir su cabello de rubio.
-¿Y a qué se debe el cambio? –
-Me gusta el cabello rubio – Dijo encogiéndose de hombros.
-Te queda tan bien – Decía mirándolo embobado - No sé cómo puedes ser tan lindo – Había comenzado a acariciarle el rostro con suavidad, mientras su mirada se perdía en sus labios. –Cada vez me gustas más – Susurro comenzando a disminuir la distancia entre ambos, pero Wonsik se alejó incómodo.
-Eres un chico guapo, es algo que no puede negarse. Me gusta estar contigo también, pero... -
-¿Pero? -
- Estoy metido en un puto hoyo negro del cual estoy intentando salir, no quiero terminar dañándote –
-Dame una oportunidad – Decía tomando una de sus manos entre las suyas a la vez que depositaba un corto beso – Permite sanar tu corazón –
-Jongin... - Exclamó frustrado. Lo estimaba lo suficiente como para saber que él solo lo haría sufrir, una parte de él deseaba intentarlo, pero la otra estaba demasiado asustada.
-Haré que todo tu dolor se vaya – Murmuro nuevamente acercándose a su rostro y Wonsik estaba demasiado perdido en sus palabras como para poder alejarlo, solo reaccionó al sentir sus labios sobre los suyos – Quiero hacerte feliz, es lo único en lo que pienso desde el momento en que te vi destrozado por tu ex novio, no importa cuánto tiempo me tome, sólo quiero que seas feliz –
-Me siento incapaz de corresponder tus sentimientos, tengo miedo de lastimarte con mis idioteces. Mereces a alguien mejor –
-Tú eres lo mejor – Murmuro a la vez que tomaba su rostro entre sus manos – Entonces ¿Me darás una oportunidad? – Wonsik estaba demasiado confundido, pero de todas formas había asentido lentamente, sintiendo como un calor lo inundaba por dentro al ver la radiante y sincera sonrisa que Jongin le había otorgado, para luego sentir como este lo abrazaba emocionado.
Jongin había llegado a salvarlo del hoyo negro en el cual había caído y aunque sintiese que era egoísta de su parte estar con él si no sentía lo mismo, deseaba intentarlo, quería darse una nueva oportunidad de comenzar otra vez y podría ser que eso no durase para siempre, quizás ni si quiera funcionaría, pero a pesar de todo el miedo que sentía por lo que estaba haciendo, no podía evitar estar feliz. Había comprendido que ya no podía seguir esperando por Taekwoon y aunque era algo que venía pensando hace algún tiempo, al fin se sentía preparado para hacerlo realidad, después de todo, ambos habían elegido.
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Hello~
Tenía muchas ganas de hacer un capitulo entero con la perspectiva de Wonsik, aunque creo quedó un poco triste, luego dicen que me encanta hacerlo sufrir, pero no, yo también sufro mientras escribo lo que él siente :c aunque para escribir el capitulo me inspire mucho en the fall de imagine dragons , por sí alguien quiere escucharla y deprimirse conmigo (?)
Debo decir que me gusto mucho escribir lo de Kai y Ravi, no sé porque jajaja
Espero que les haya, ya saben, cualquier duda, reclamo, sugerencia, es bien recibido en un comentario.
Nos vemos, besitos~