Louis PDV.
Iba rumbo a la clase de apoyo para Psicología cuando vi a Lia correr fuera de la biblioteca, yo no la veía bien. Me daba cuenta de que ella no se encontraba bien, podía notarlo a kilómetros.
Me acerqué a ella a sus espaldas, y pregunté.
– ¿Estás bien? –le cuestiné
– La verdad no –dijo un poco seria mientras me miraba. Efectivamente ella estaba mal, podía notarlo a través de sus dulces ojos, que creo que hoy no eran tan dulces, estaban perdidos con la mirada en quién sabe donde.
– ¿Qué pasa, Lia? –pregunté acercándome a ella– no me gusta verte mal.
– No sé que es lo que me pasa, ese es el problema –le contestó mientras se acercaba más a mí quedando a una distancia de escasos centímetros.
– Si no vas a decirme qué es lo que te pasa realmente, creo que deberías distraerte al menos –dije antes de relamer mi labio inferior.
Si no quería besarla justo ahora, algo tenía que hacer con mis labios, ¿No? Supongo que si.
– ¿Qué tienes en mente? –me preguntó.
– La fiesta de todos los viernes en la casa de fraternidad –le contesté medio sonriendo. Creo que hoy sería una buena noche para estar juntos y dejar de dar vueltas para decirle todo lo que siento.
– Está bien, ¿Me pasas a buscar?
– Claro –respondí– solo una cosa, lo que te sucede ahora, ¿Tiene que ver con el hecho de que salieras con Harry, él te hizo algo?
No pude evitar preguntarlo, Harry no había comentado nada sobre la cita con ella y necesitaba información.
– Claro que no –me contestó. Sabía que estaba mintiendo.
– No me mientas.
– Nunca te mentiría.
Claro, por supuesto Turner. Es claro que ella me estaba mintiendo, la conocía lo suficiente como para saber cuándo mentía y cuando no. Lo único que espero es que tenga una buena razón para hacerlo.
– ¿Estás bien? –preguntó Harry mientras salía de la biblioteca– bueno… veo que si.
– Si, no te preocupes, ella está bien –dije– conmigo.
Mierda, mis celos volvieron a hacerse notar otra vez. Simplemente no podía evitar sonar celoso cada vez que me encontraba con ella y había alguien interesado en ella cerca de nosotros.
Harry negó con la cabeza en forma de desaprobación y creo que un poco decepcionado. Ella no le contestó nada, solo note que comenzaba a caminar, creo que iba para su dormitorio. Yo caminaba a su lado pero no decía nada, no podía siquiera articular una palabra coherente. Ella tampoco decía nada, creo que estaba tan pensativa como yo. No era un gran momento para hablar sobre todo lo sucedido, así que era mejor dejar todo así, al menos por ahora.
– A las nueve vengo por ti –dije cuando llegamos a la puerta de su dormitorio.
– ¿No quieres pasar ahora?
– No, la verdad no quiero verle la cara a tu compañera de cuarto –dije refiriéndome a Eleanor– últimamente ha estado molestando bastante, luego te cuento.
Ella me sonrió y se despidió de mí con un beso en la mejilla. Lo que causo una gran sonrisa en mí, que aunque fuera extremadamente notable, ella no la había visto ya que había entrado a su dormitorio antes de que pudiera darme cuenta.
Comencé a caminar rumbo a mi auto, ya era tarde como para ir a la clase de apoyo, y sinceramente, era lo más aburrido que pudiera existir en todo el mundo. La universidad en sí era muy aburrida, ni siquiera sé cómo es que pude llegar a la universidad. Supongo que vine solo para no tener que escuchar casi todos los días a mis padres con sus reclamos, la mayoría de sus reclamos tenían una razón, pero aún así, eran demasiado molestos.
Apenas entré en mi auto lo puse en marcha, y comencé a conducir rumbo a la casa de fraternidad mientras que escuchaba un CD de The Fray, el mismo que había escuchado con Lia cuando habíamos hecho nuestro viaje. ¿Qué mierda es lo que me estaba pasando? Cada maldita cosa me hace pensar en ella. Necesito despejar mi mente, pero sé que volveré a caer en lo mismo otra vez y en realidad no quiero eso.
Cuando entré a la casa dejé mi mochila tirada a un lado del sofá y me desplomé sobre el mismo junto a Niall que estaba mirando no sé que cosa en la televisión.
– ¿Qué tal tú día? –preguntó él apenas me miró.
– No lo sé, fue… extraño –si, creo que esa era la palabra justa para describir mi día, mi semana, mi mes, mi año y mi vida entera desde que Lia apareció en ella– sé que Harry hizo algo ayer y necesito saber qué fue –resoplé– además Lia estuvo actuando raro hoy conmigo, creo que me mintió o algo así.
– Entonces es por ella que tu día fue extraño –me dijo el rubio– amigo, tú dices no saber qué es lo que te pasa con ella, ¿Tan difícil es admitir que estás enamorado de ella? –me cuestionó.
Si, es difícil admitir que estás enamorado de alguien que conoces desde los cinco años, es aún más difícil cuando esa persona es tu mejor amiga y no quieres echar a perder esa amistad. Siento que mi vida es una mierda justo ahora, me encuentro entre la espada y la pared, no sé que hacer.
– Si… –susurré– no quiero perderla y lo sabes, Niall.
Niall supo todo lo que me pasaba con Lia desde el primer día que la encontré en la universidad, aunque él no es mi mejor amigo, es a quién más le confío mis secretos sentimentales. Sin embargo, Harry es mi mejor amigo y es un buen chico, pero es inútil para esta clase de secretos y consejos, porque sé que tarde o temprano él logrará conquistar a la chica que yo quiero. Pasé por eso una o creo que dos veces, no me importó mucho porque no eran chicas de las que de verdad estuviera enamorado. A todas las chicas con las que estuve, les queda grande esa palabra. Excepto a Lia. Creo que para ella tendría que inventar una palabra yo mismo y así poder explicarle cómo me hace sentir.
– Si no le dices nada, sabes que podrías perderla y puede que sea para siempre, ella podrá ser siempre tú amiga, pero no siempre esperará a que le digas lo que sientes.
¡Alto! ¿Acaso el rubio decía que ella no me esperaría porque ella siente lo mismo por mí? ¿Eh? No, es imposible. Todo lo que pasamos como “pareja” siempre fue completamente falso.
– Louis, tienes que animarte antes de que Harry se te adelante.
¡Perfecto, Niall! ¿Algo más de presión para mí no se puede, cierto? Claro que no quiero perderla, tampoco quiero verla con Harry, pero tengo miedo de que ella me rechace y que luego no podamos ser amigos como siempre lo fuimos.
El sonido de mi celular me sacó de mis pensamientos, lo saqué de mi bolsillo y miré la pantalla, un mensaje de Eleanor. Cómo si mi día no pudiera ser peor, ella tenía que arruinarlo aún un poco más.
“Espero que abras los ojos esta noche, Lou. De verdad necesitas darte cuenta de qué clase de personas tienes a tu alrededor”. Creo que Eleanor no tenía una mejor cosa que hacer además de molestarme. Durante todo el día ha estado enviándome mensajes o parándome en el campus para decirme cosas estúpidas que para mí no tenían sentido alguno. Cómo si me interesara lo que ella quiere decirme, ya no más. Creo que necesita ir y comprarse una vida.
– ¿Eleanor sigue molestándote? –me preguntó Niall.
Como dije, él sabía todo lo que pasaba en vida sentimental y amorosa, incluyendo esto. Porque quiera o no, Eleanor fue parte de mi vida amorosa cuando era mi novia, y no puedo arrepentirme de eso.
– Si, no entiendo qué mierda es lo que quiere decir con sus mensajes tontos –le contesté a Niall mientras dejaba el celular sobre la mesa ratona.
Me levanté del sofá y subí directamente a mi habitación para buscar algo de ropa y luego ir a bañarme. Fue algo rápido, por eso tuve algo de tiempo para encerrarme unos cuantos minutos en mi habitación a pensar que haría con mi vida, a pensar en que haría con mi Lia. ¿Qué, yo dije… mejor dicho, pensé “mi Lia”? Cada vez estaba peor.
“¡Calma tus hormonas, Tomlinson!” me fastidió mi estúpido subconsciente. Luego de meditar en mi habitación sobre qué haría con Lia, decidí bajar. Ya todos estaban terminando de organizar la fiesta, vasos sobre todas las mesas. Acomodaron los sillones de una manera diferente para dejar lugar a una especie de pista de baile, todo en cada fiesta siempre cambiaba un poco. Tomé mi celular y las llaves que estaban en mi mochila, entonces salí de la casa y me subí al auto para ir a buscar a mi mejor amiga.
– ¿Qué tal esas horas con tus mejores amigas? –pregunté sarcásticamente refiriéndome a Eleanor y Brooke. Mientras que ponía en marcha el auto otra vez para ir hacía la fiesta.
– Encontré a Eleanor revisando mi computadora y ahora sabe que lo nuestro fue una mentira, luego Brooke se reveló contra Eleanor… así que creo que bien –me contestó.
– ¿Eso quiere decir que ya no tendremos que fingir más? –pregunté fijando la vista en el camino.
“No más besos para ti, Louis”, otra vez me molestó mi desgraciado subconsciente, lo estaba odiando profundamente.
– Eso creo –dijo mientras miraba por la ventanilla.
– Bueno –fue lo único que pude contestarle.
No quería parecer cortante o malhumorado, es decir. Yo nunca era así, pero el hecho de perder algo con ella me molestaba. A pesar de que fuera una falsedad lo de ser novios, al menos era una fantasía a medio cumplir para mí, suena inmaduro y créanme que lo sé.
– ¿En qué piensas? –le pregunté tratando de entablar una conversación. Era un momento extremadamente incómodo.
– Nada importante –contestó sin quitar su vista de la ventanilla.
Sentía que no quería mirarme y odiaba eso, odiaba que las personas no me miraran cuando les hablaba.
– No me mientas –insistí mientras colocaba mi mano sobre su pierna.
No sé de donde mierda salió ese reflejo realmente, solo sé que me gustó.
– ¿Me quieres decir tú que mierda te pasa? –me preguntó mirándome a los ojos.
– Que no te entiendo y me preocupas –dije tranquilo sin siquiera mirarla. No quería mirarla hasta estar seguro de lo que iba a contestarle, tampoco me importó realmente cómo me lo había preguntado.
– Vamos, Tomlinson. Sé que algo te pasa y si no me lo dices ahora mismo, te juro que no vuelvo a hablarte jamás –me dijo amenazante.
Sabía perfectamente que cuando ella hablaba así, hablaba en serio y una parte de mí se asustaba un poco… en realidad bastante.
– Hey, cálmate –la miré– voy a decírtelo, pero no ahora. Cuando estemos en la casa de fraternidad prometo contarte todo –dijé y le regalé una sonrisa antes de volver mi vista al camino.
El resto del camino pasó rápido, ya sin ninguna clase de tensión todo se sentía mucho mejor. Caminamos dentro de la casa, se había llenado rápido, habían personas por todas partes. En menos de cinco segundos perdí a Lia de mi vista. Busqué una bebida de no estoy seguro de qué, en la mesa y me acerqué a Joe y a Zayn que se encontraban parados a los pies de la escalera.
– Joe –dije antes de tomar un último trago de mi bebida– ¿Podría hablar contigo un momento?
Él asintió y me siguió hasta el patio trasero, habían solo dos o tres personas por allí, así que era el sector más privado de la casa justo ahora. Ni mi habitación sería privada, sabía que ya habría personas arriba follando.
– Dime –dijo Joe mientras se apoyaba en una de las paredes de la casa con los brazos cruzados.
– Solo quería saber si Lia tiene algo con Harry, quiero decir si tú sabes algo… o si quizás está enamorada de alguien más –le dije mientras rascaba mi nuca, estaba nervioso. Sabía que si algo le pasaba a Lia él lo sabría, pero me daba un poco de miedo preguntarle algo, creo que él podría comentarle a ella que estuve conversando con él sobre este tema.
– No creo que ella esté enamorada de Harry –me contestó mientras sacaba un paquete de cigarrillos de su bolsillo y retiraba un encendedor del mismo– por lo que sé, ella salió con él solo para molestar al chico del que está enamorada –me respondió antes de encender uno de los cigarrillos y comenzar a fumarlo.
Bueno, al menos sabía que no estaba realmente interesada en Harry, y que estaba enamorada de alguien.
Joe me acercó el paquete ofreciéndome un cigarrillo y negué con la cabeza.
– De casualidad, ¿No sabes quién es el chico del que ella está enamorada? –le pregunté realmente intrigado.
– Si –dijo antes de soltar el humo de su boca– pero creo que deberías averiguarlo tú mismo, porque yo no soy cupido –dijo con cierta diversión en su tono de voz.
Yo reí ante su comentario y volvimos a la sala, Zayn se encontraba en el mismo lugar de hace unos minutos. Así que nos quedamos allí conversando por unos minutos, los temas de conversación eran variados, pero ninguno realmente importante.
– Tenemos que hablar –me recordó Lia ya cerca de mí. No sé en qué momento llegó tan cerca de mí, creo que estaba demasiado perdido en mis pensamientos.
– Luego –le contesté despreocupado.
En realidad, no sabia qué iba a decirle. Luego de que Joe dijera que está enamorada de alguien más, no puedo dejar de pensar en eso. Necesito distraerme.
– No, Louis ya –dijo insistente. Creo que estaba demasiado ansiosa, una de las cosas que adoro de ella. Parece una nena cuando se pone así.
Bufé y la tomé de la mano, solo alcanzamos a subir dos escalones antes de escuchar la voz de Eleanor llamando la atención de todos en la fiesta. Mierda, ¿Ahora con qué estupidez iba a salir?
– Como todos saben, tenemos una parejita feliz aquí –dijo señalándonos a Lia y a mí, ¿Qué mierda se proponía? Ya sabe que no somos pareja– creo que no son tan felices cómo parecen, el jueves ella estuvo saliendo con Harry Styles, como saben es el mejor amigo de Louis, el problema aquí es que ella y Harry se besaron –dijo satisfecha mientras nos miraba, alto ¿Cómo es que Harry y ella se besaron? Tenía que suponerlo, era algo obvio– ¿Acaso tú y Louis terminaron? –le preguntó Eleanor a Lia.
No iba a soportar esa escena, no quería mostrarme débil frente a la mitad del alumnado de Duke. Solté la mano de Lia y rápidamente subí, recorrí el pasillo casi corriendo hasta llegar a mi habitación, en donde me encerré.
Me tiré sobre mi cama mirando la pared. No puedo creer que esta mierda me esté sucediendo otra vez… quiero decir, mi mejor amigo besando a mi mejor amiga, de la cual estoy enamorado. Eso no se siente bien, para nada.
Luego de unos segundos escuché el picaporte tratando de abrirse, intento fallido, había cerrado la puerta con llave para que nadie pudiese entrar y molestarme. Luego vinieron los típicos golpes en la puerta, no dije nada, no quería hablar con nadie y tampoco estaba seguro de si mi voz pudiera salir de mi boca o no.
– ¡Sé que estás ahí, Tomlinson! –gritó Lia mientras golpeaba cada vez más fuerte mi puerta– ¡Ábreme!
No le hice caso, no dije nada. No quería verla y volver a caer a sus pies. No otra vez. No quería verla y sentir esa tonta opresión en el pecho cuando le sonreía a alguien más, tampoco quería sentir mi corazón acelerarse cuando ella estaba cerca y me abrazaba. Lo más importante es que, yo no quiero besarla y sentir que somos solo nosotros dos en el mundo, tengo que dejar de ilusionarme con aquello porque todo eso es solo una farsa.
De repente sentí mi colchón hundirse a mis espaldas, miré por menos de un segundo y ahí estaba ella, mi perdición.
– Déjame solo –murmuré contra mi almohada.
– Louis no puedes actuar como un niño el resto de tu vida –dijo mientras acariciaba mi brazo formando círculos con sus dedos– necesito que me digas qué es lo que te ha estado pasando últimamente, de verdad me preocupas.
– No creo que te hayas preocupado por mí cuando besaste a Harry –le contesté enojado. No quería sonar así, pero mis celos me ganaban.
Me di vuelta mirándola a los ojos, sus ojos no irradiaban luminosidad y alegría como lo hacían de costumbre. Ésta vez era diferente, no era enojo… era tristeza y eso en un segundo partió mi corazón.
– ¿Estás celoso? –preguntó.
¡Justo esa pregunta! Mierda si, si estoy celoso.
– Si, Lia –admití– ¿No te has dado cuenta de nada? –pregunté.
Ella se levantó de la cama mirándome confundida, lo sé, lo sé… mis palabras usualmente confunden bastante.
– ¿Puedes explicarme qué es lo que te pasa? De verdad no te entiendo –dijo seria.
Me levanté de la cama sin dejar de mirarla a los ojos, mi enojo y mis celos se estaban acumulando cada vez más.
– ¡Te dije que no salieras con Harry! –le grité. No me acuerdo de haberle gritado antes, pero mis celos me estaban controlando– solo te pedí eso, Lia. Tú vas, sales con él y lo besas, es mi mejor amigo y no puedo soportar eso –dije ya bajando un poco la voz, sé que terminaría haciéndolo de todos modos– ¿No te has dado cuenta de todo lo que siento por ti? Ya sé que teníamos ocho años cuando prometimos ser novios, pero yo… yo te amo –se lo pude decir, al fin pude liberarme de eso– he intentado decírtelo miles de veces, lo he insinuado y creo que tú no sientes lo mismo.
– Lou, yo…
No quiero que me llame así, no. Yo esperaba que me llamara así cuando fuéramos novios. Cuando estuviéramos acostados mientras hablábamos sobre el futuro. La dejé llamarme así, solo a ella, porque espera estar con ella. Pero con esto, un poco de mis ganas se fueron ya.
– No me llames así –la interrumpí– ya comprendí que no sientes lo mismo por mí, lo cual está bien porque yo solo me hice ilusiones.
– Yo no quiero que te sientas mal, mucho menos por esto. Porque yo…
– Voy a mudarme este fin de semana –la interrumpí otra vez– así tú podrás venir a ver a Harry y no tendrán que sentirse incómodos con mi presencia.
– Louis, no tienes que hacer eso.
– Harry y tú necesitan su espacio –le respondí
– Harry y yo no estamos saliendo –dijo a la defensiva– apenas lo conozco y él sabe bien que estoy bastante confundida.
– No es necesario que intentes hacerme sentir mejor, Lia –dije bajando un poco la mirada– no quiero la lastima de nadie. Tampoco quiero que pienses que estoy enojado contigo, solo que me molestó que no me dijeras lo que en realidad estaba pasando, me dolió. Por favor, déjame solo –le pedí.
Ella solo me miró y salió de la habitación. No quería romperme enfrente de ella, no quería hacerlo enfrente de nadie.
Segundos después mi perdición volvió a aparecer en mi puerta.
– Te pedí que me dejes solo –dije sin antes dejarla hablar.
– Déjame decirte algo, Lou –me pidió.
– No me llames así –contesté arrogante. En verdad quería escuchar, pero no era el momento indicado– no tengo nada que escuchar que venga de ti –le dije serio mientras miraba la pared a sus espaldas, no tenía el suficiente valor para mirarla a los ojos otra vez.
– No me importa –dijo firme mientras se acercaba a mí– tú no entiendes que para mí es difícil asimilar todo esto, de verdad no lo entiendes. Yo te amo Lou –dijo. Uhm… ¿Qué mierda es lo que acaba de decir? Creo que escuché mal, de todas formas eso me hizo sonreír, aunque trate de ocultar mi sonrisa un poco, se supone que estaba enojado– antes no podía entenderlo. Besé a Harry, si, pero ese beso no se compara con las veces que me besaste aunque fueran solo para molestar a Eleanor.
– Nuestros besos fueron falsos, solo queríamos molestarla –contrarresté.
– ¿El de la casa de playa también? –me preguntó.
Bajé la mirada sin poder responderle, era difícil, muy difícil responder a eso.
– Respóndeme, Louis –insistió.
– ¿A dónde mierda quieres llegar con esto, Lia? No tiene sentido –dije negando con la cabeza. No quería estar en esta tonta situación.
– Aún no respondes –me reprochó.
– Está bien, Lia. Ese si fue real, pero fue el único y tú actuaste extraña, eso me hizo saber que tú no sentías lo mismo. Luego te besé en otras ocasiones y aunque eran para molestar a Eleanor, no puedo negar que lo disfruté –terminé por confesar, había disfrutado cada uno de nuestros besos– ¿A qué querías llegar con esto?
– A nada, solo me gusta molestarte –me respondió divertida. Ella adora molestarme, creo que eso es lo que la hace ser mi mejor amiga.
– Eres insoportable –le respondí sonriendo.
Era imposible no sonreír cuando ella estaba cerca, me pregunto si Harry sentirá lo mismo cuando la ve. Noté que ella estaba pensativa y era extraño.
– ¿En qué piensas? –le pregunté.
– En ti y en tu sonrisa –me contestó y la miré confundido, eso fue… raro– no quiero que dejes de sonreír jamás.
– Todos en algún momento dejamos de sonreír –le dije obvio.
– Prometo hacerte sonreír cada día de tu vida –contestó seriamente.
Eso era aún más extraño. ¿Cómo se supone que iba a hacerme sonreír siempre? Ah, lo olvidaba… ella es Lia Turner y siempre me hace sonreír hasta con solo respirar.
– Como sea –le contesté sin darle mucha importancia.
Eso fue raro hasta para nosotros, un segundo estábamos discutiendo y luego hablando de mi sonrisa o de nuestros besos.
Ella salió de mi habitación dejándome solo otra vez, sé que yo fui quién le pidió que me dejara solo. Pero ahora había un vacío en la habitación.
Salí de ella y bajé las escaleras, busqué a Harry a través de toda la sala hasta que lo encontré cerca de la mesa de bebidas. Me acerqué a él para poder hablarle.
– Tenemos que hablar –le digo mientras caminamos hacía el frente de la casa– es algo importante –le digo apenas atravesamos la puerta.
– ¿Es por tu novia? –me pregunta divertido. Lo miro confundido y él sigue hablando– quiero decir si es por Lia.
– ¿Por qué dijiste que si era por mi novia cuando estabas hablando de Lia? –le pregunté aún más confundido.
– Es que por más que hubiera sido toda una farsa, sé que la amas de verdad y creo que ella igual.
– ¿Por qué mierda la besaste si ella siente algo por mí? –le pregunté enojado– si te dabas cuenta de que yo estoy enamorado de ella, ¿Por qué mierda haces esto?
– Cálmate –me dijo mientras me sostenía por los hombros calmándome– lo hice porque quería comprobar que no me equivocaba, los he visto besarse. Ella no me besó como te besa a ti, y eso que soy irresistible –dijo bromeando– pero Lou, yo no siento nada por ella. Te hice sufrir un poco solo porque es divertido verte así, pero créeme que ella es para ti.
Si no fuera que hizo todo esto para comprobar que Lia de verdad sentía algo por mí, probablemente estaría golpeando a Harry justo ahora.
– Más te vale que sea así, porque ella es mía –lo amenacé.
– No te preocupes, querido amigo. Yo estoy interesado en otra chica –me dijo con una sonrisa.
Harry al ataque.
– No quiero detalles –le digo mientras vuelvo a la casa. Apenas entro puedo divisar a Joe, Zayn y Brooke conversando. ¿Qué mierda hace Zayn junto a Brooke? No me importa. Igualmente me acerco a ellos.
– Hola –dice Brooke apenas me ve– ¿Todo está bien con Lia? –pensé que esa pregunta sonaría sarcastica, pero no fue así. Creo que estaba preguntando en serio, supongo que peleó con Eleanor y se volvió una persona más… ¿Decente? Supongo.
– Más o menos –le contesté sin darle mucha importancia– Joe, ¿El chico del que hablamos hoy, soy yo?
– ¿Del que está enamorado Lia? –preguntó él asegurándose de qué estaba hablando yo. Asentí– debes averiguarlo tú.
– Ella está enamorada de ti –me dijo Brooke metiéndose en mi conversación con Joe.
– ¿Cómo lo sabes? –cuestioné.
– Me di cuenta desde el primer día, cuando ella preguntó si Eleanor tenía novio y le hablé sobre ti, sé que estaba celosa. Luego de verlos juntos me di cuenta de cómo se quieren, no es necesario ser un genio para notarlo.
Lo que dijo Brooke me dejo pensando, ¿Tan obvio era? Creo que por primera vez en mi vida disfruté de escuchar las palabras de esta chica. Estuve hablando con ellos hasta que se marcharon. La mayoría de las personas se habían ido, así que fui a la cocina e hice un poco de café para mí y para Niall, éramos dos de los únicos tres de la fraternidad que seguíamos despiertos. La música se había apagado, y muchas de las personas en la sala solo conversaban.
– ¿Lia se fue ya? –me pregunta Emma, una de las pocas chicas que vive en la casa. Emma es una buena amiga mía dentro de la casa, no somos de salir juntos ni nada por el estilo. Pero es una gran confidente.
– Eso creo, no lo sé –le respondo mientras sirvo café en dos tazas.
Me siento en la isla de la cocina con mi taza de café enfrente de mí, Emma está a mi lado en la misma posición que yo.
– Espero que puedas arreglar todo con esa chica, porque tiene muchísima suerte de que alguien como tú esté enamorado de ella –me dijo Emma. Sus palabras me hicieron sentir bien, mucho mejor de lo que habría esperado.
Luego de unos minutos apareció Niall en la cocina con Lia detrás de él.
– Lleva a Lia al campus –me dijo e inmediatamente salió de la cocina.
Levanté la mirada por menos de dos segundos y volví a bajarla.
– ¿Quieres que te lleve? –le pregunté mientras revolvía el contenido de la taza con una pequeña cuchara.
– Si no te molesta si, pero sino no hay problema –dijo un poco nerviosa.
– No hay problema –dejé a un lado la cuchara y bebí el café de la taza– te llevaré –le contesté mientras me levantaba de mi asiento.
Ella caminó fuera de la casa mientras que yo subí a mi habitación para buscar una chaqueta y mis llaves.
Luego de algunos minutos salí y me acerqué al auto, apreté el pequeño botón para desactivar la alarma del auto, ella entró rápidamente al auto, segundos después yo repetí la acción. Prendí la calefacción, el viaje era tranquilo, no hablábamos pero tampoco era incómodo.
Conducía por la ciudad, en un principio pensé en llevarla directamente al campus. Pero decidí que eso no iba a ser lo mejor, la llevaría al departamento que me habían comprado mis padres hace unos meses. Solo que no lo usaba porque no me gustaba estar solo, prefería vivir con mis amigos.
– ¿A dónde vamos? –preguntó ella al notar que nos alejábamos de la zona del campus, no le contesté– vamos, dime.
La miré y le sonreí, sabía perfectamente que eso le molestaría.
– ¿Lou? –preguntó intentando conseguir al menos una palabra por mi parte.
– No me llames así –dije serio. A pesar de que las cosas se iban solucionando, y todo se estaba encaminando, me gustaba molestarla un poco y hacerla desesperar. Amo su cara cuando eso sucede.
* * *
En multimedia les dejo una foto de Emma, la amiga de Louis. Otro capítulo largo. La verdad pensé en hacerlo en dos partes, pero iba a aburrir porque gran parte del capítulo soy cosas que ya pasaron, aunque desde la perspectiva de Louis. En el próximo capítulo va a narrar Lia, y va a ser del mismo tamaño de siempre.