Capítulo 1 "Duke University"

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Supongo que empezar la universidad es lo que la mayoría de los adolescentes quieren… digo, tienen libertad total, se alejan de sus padres y no hay reglas. Pero yo… yo tengo miedo de todo eso, no es que no me guste la idea de ser independiente, siempre lo fui. Pero me asusta que todo sea como siempre, no conseguir ni un solo amigo, excepto Joe. Durante el último año de preparatoria el fue mi único amigo, ¿Por qué? Fácil, porque él es el único que me entiende y que puede llegar a ser tan loco como yo.

– ¡Lia! –gritó mi madre desde el pasillo.

Cómo odiaba que me gritaran en las mañanas, odiaba las mañanas en sí.

– Estoy despierta –le contesté en el mismo tono.

Decidí salir de mi cómoda cama para ir hacía el baño, me miré en el espejo y ugh… que aso, tenía ojeras y estaba despeinada, las raíces de mi cabello comenzaban a aparecer. Si, estaba teñida. Me gustaba mi cabello, pero el año pasado quise un cambio, cambie mi cabello castaño largo y lacio, por rubio de igual forma.

Luego de examinarme por varios segundos en el espejo me saqué el pijama y me metí en la ducha, estuve allí unos pocos minutos y salí del baño envuelta en una toalla. Entré a mi habitación y me puse mi ropa interior, entonces comencé a buscar la ropa en mi armario, si se le podía decir así… mi habitación era un desastre, había más ropa en el suelo que en los cajones. Por fin encontré un short de jean y una remera negra, mis vans negras y listo. Delineé mis ojos y pensé en peinarme, pero no… después de todo solo voy a estar todo el día en casa sin hacer nada hasta que a mi madre se le ocurra darme una lista de cosas por hacer.

Bajé y me tiré en el sofá, tomé el control remoto y comencé a ver The Vampire Diaries. Estaba concentrada en el televisor hasta que la voz de mi madre me interrumpió.

– ¿No piensas hacer nada en todo el día? –preguntó ya con los brazos cruzados, ugh… odiaba que se pudiera en esa posición era obvio que me iba a dar un discurso sobre la responsabilidad y blah… blah.

– No sé mamá, son vacaciones –dije sin dejar de mirar la televisión.

– Tendrías que hacer algo, no hiciste nada durante todas las vacaciones y en tres días se terminan.

¿Qué? ¿En tres días se terminan los días de no hacer nada? Era increíble como habían pasado tan rápido las vacaciones de verano, eso significa que en dos días tenía que mudarme desde Nevada hacía Carolina del Norte.

– Creo que tendría que empezar a empacar las cosas para la universidad –dije sentándome en el sofá.

– ¿Empezar? –preguntó mi madre– hace un mes dijiste que lo habías hecho.

Ciero, lo dije para zafar de una de sus limpiezas generales, tengo tan mala memoria que ni recuerdo las mentiras que dije.

– Eh, si… pero había empacado las cosas como accesorios, cosas para mi dormitorio –en realidad no tenía idea de que decir– y me falta la ropa –mentira, me falta todo.

– Está bien –contestó un poco pensativa– cuando termines con tu ropa anda al ático, ahí hay todavía algunas cosas de cuando eras una niña, tienes que fijarte que es lo que quieres conversar.

– Bueno –bostecé y me levanté del sofá. Necesitaba dormir más.

Con las pocas ganas que tenía fui al ático para buscar las valijas que se encontraban allí, tomé una roja bastante grande y otra un poco más chica que era marrón con varias etiquetas pegadas, antes de salir de allí recordé lo que mamá había dicho sobre las cosas de cuando era niña.

Di un vistazo general hasta que vi una caja con varios juguetes, encontré una barbie que le faltaba una pierna, dos autitos de colección ¿Es raro? No lo creo, prefería jugar con autitos antes de que con muñecas. Continué sacando todo de la caja hasta que en el fondo encontré una carpeta con varios dibujos, en la tapa tenía escrita el número 1996, el año en el que había ido al jardín de infantes.

Nunca creceremos » louis tomlinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora