Algún día alguien me va a convencer,
por mientras guardo la alegría semiamarga de verte y no ver.
Me como la dulce tristeza de ver los días pasar sin cambio aparente.
Y la paleta de la vida me ha dejado con resfrío amoroso.
Ya enferma, me recupero poco a poco.
Nadie está en mis zapatos, o todos han estado demasiado.