CAPITULO 6
Aarón.
Odiaba el despertador, y más cuando todavía no había salido ni el sol, el entrenador nos reúne a las cinco de la mañana para entrenar porque según él por la tarde después del almuerzo estamos demasiado empanados, y la verdad que aun que me moleste como el infierno madrugar vamos mucho mejor .
Todavía no me puedo quitar de la cabeza la bonita sonrisa de Armida sin esos hierros en su boca, y bueno tampoco sé porque a las cinco de la mañana estoy pensando en mi vecina.
por supuesto a Olivia no la sentó nada bien que no la pudiera llevar hoy al instituto, pero lo siento su novio es demasiado gilipollas, así que, que venga él a recogerla.
Desayuno lo primero que pillo, aun que ya sé que a mi madre no le gusta que haga estas comidas, ella siempre me ceba antes de salir de casa, pero la verdad que no es la mejor manera de rendir en un entrenamiento.
El entrenamiento pasa rápidamente para mi sorpresa aun que estoy muerto por todo el esfuerzo, este fin de semana tenemos el primer partido, y bueno todos estamos bastante nerviosos, he quedado con Armida en la biblioteca a las diez, hemos cambiado otra vez la hora, pensaba que ella hacia menos cosas, pero la verdad es que me estoy dando cuenta que en realidad ella nunca para, ya me explico porque la veía tan poco cuando estaba en su casa, a Olivia nunca la ha interesado, bueno en realidad la dejo de interesar cuando llegamos a secundaria.
El instituto es situarse, Olivia y yo elegimos lo más alto, mientras que Armida, se tuvo que quedar sin elección y quedarse en lo más bajo por su aspecto, no es la más guapa, ni tiene el mejor cuerpo, pero yo la conozco y tiene un buen fondo, aun que aquí con eso no haces nada por muy superficial que suene, al tener una hermana tan guapa como Olivia ella ha sufrido todo lo malo por dos, y yo como el verdadero cabron que soy me he quedado de brazos cruzados viendo como todo el mundo la hacía mierda, mientras dejaba a mi mejor amiga de toda la vida de lado, me dolió ver como la insultaban pero un día intente hacer algo y todos se empezaron a meter conmigo, y ahora lo pienso y en realidad prefiero que se metan conmigo y defenderla a ella, porque a mí cuando me paso lo pase verdaderamente mal, así que lo que tenga que ser será, yo soy el capitán del equipo me puedo permitir ser amigo de quien me dé la gana.
- ¿Qué haces aquí tan temprano? – la voz de Rus me saco de mis pensamientos.
- He quedado para terminar un trabajo
- ¿con quién has quedado pillín? - dijo levantando las cejas.
- Con Armida, es mi compañera en Literatura
- ¿Ahora te juntas con la hermana fea? – su cara era seria – por lo que van contando te han visto varias veces con ella.
- No es la hermana fea Rus, ¡no seas un gilipollas hombre! – dije enfadado.
- Aarón, Aarón... en lo que has quedado hombre – se empieza a reír
- Te he dicho que pares ¿vale? – plante mi mano en la mesa, haciendo que parase de reír – solo me hace los trabajos ¿vale?
- Oh vaya, que crack eres, con razón eres el capitán, te ligas a la fea y te hace los trabajos, ¿sabes si tiene alguna amiga fea para mí? Porque de verdad podría pagarla si eso la hace sentirse bien.
- Para de llamarla fea, se llama Armida.
- Pero ella es fea.
- ¿y qué? Y tú eres un subnormal y no por eso te llamamos así, ¿verdad?
- Aarón, de verdad chico mira bien donde te metes y con quién andas, deja claro tus intenciones porque te puedes meter en la mierda ya sabes cómo van aquí las cosas y cuál es tu circulo social, no mezcles, nunca es bueno, un día puedes estar arriba y otro día con tu amiga Armida, en la mierda.
- Yo solo la quiero para los trabajos.
- Ella babea por ti, besaría el suelo por donde pisas Aarón la he estado observando de lejos y ella no siente una amistad por ti, créeme conozco esa mirada.
- ¡Vete a la mierda Rus! búscate una vida.– me levante retirando la silla furioso y Salí de la biblioteca dando un portazo quiero ser su amigo, no que todos me vean como si ella me gustara o al revés, eso es algo que NUNCA puede pasar, ella no es mi tipo ni mucho menos... como dice Rus ella es fea así que, que los den a todos, a la mierda todo, me voy a mi casa a dormir.
Armida.
Yo bueno... solo quería coger un libro de la estantería que nos vendría bien para terminar el trabajo y lo que he escuchado a sido como si toda la estantería se cayera sobre mí, sabía perfectamente que Aarón había vuelto a mi si sacaba algo, pero yo... jamás pensé que sería la fea que hace sus trabajos, las lagrimas pican en mis ojos, es verdad que he estado babeando por el todo este tiempo, es algo que no puedo evitar son sentimientos que tengo hace mucho por él, y que ahora me había ilusionado más, creía que anoche después de verme sin brackets él podría haberme visto más guapa, pero está claro que no... lo ha dicho bastante relajado, no me doy cuenta de que estoy llorando hasta que una lagrima cae en el libro que estoy sosteniendo, no puedo dejar que esto me afecte, es más es algo que tenía que haberme esperado y no me tenía que haber pillado de improvisto, así que limpie mi cara tome unas cuantas respiraciones y salí del pasillo encontrándome de frente con Rus.
- Vaya... - se rasca la cabeza – oye bueno ¿tú tienes amigas?
- No.
- Está bien... ¿y conoces a alguien que querría hacer la tarea por mi?
- Bueno... creo que el pensar nunca pasa de moda ¿sabes? Te podría decir de alguien, pero un futbolista sin estudios... creo que si te dijera a alguien para que te hiciera la tarea sería una tontería, créeme me lo agradecerás cuando estés firmando camisetas.
- Cariño... en el fútbol, lo que vende es una cara bonita y un cuerpo esculpido por los dioses, lo necesito para la beca.
- Oh bueno entonces creo que este jodido por todas las bandas – le guiñe un ojo y me fui dejándolo con la boca abierta.
La semana pasó la profesora nos dejo más tiempo para hacer el trabajo, cosa que agradecí porque necesitaba energía para hablar a Aarón el cual estaba haciendo meritos por esquivarme y no dirigirme la palabra ¿tan fea era?
Estaba en el aula de plástica con un puzzle cuando alguien me llamo.
- ¡Armida! – me dí la vuelta y todo paso a cámara lenta.
- ¿Eres imbécil? – le grite.
- Imbécil, y guapo cariño, a mí nadie me llama tonto y feo en la misma frase – y todos sus amigos le siguieron, todo en un momento se lleno de risas, mi cara estaba roja y mis ojos conectaron con los de Aarón pero el solo volvió a su taquilla, así que, bien, incluso genial.
Cuando Salí de la clase me encentro con Aarón.
- O vaya ¿te estás haciendo el encontradizo o es que necesitas que te haga algún trabajo?
- ¿estas bien?
- ¿ahora te preocupa eso?
- Eso te pasa por hablar con quien no debes.
- No te equivoques, él fue el que vino a decirme si tenia alguna amiga más para que le hiciera la tarea, así que yo solo le respondí.
- Que el dijo ¿Qué?
- ¿Tu también te estas volviendo tonto y sordo?
- No seas así Armida.
- No el que no lo tiene que ser así eres tú, si solo querías que te hiciera la tarea me lo hubieras dicho desde el principio, no hubieras venido con lo de volver a ser amigos.
- Espera, espera...
- No, no espero ya se que soy lo suficientemente fea como para avergonzarte de que te vean conmigo y que es demasiado.
- ¿puedes dejar de hablar un momento? – dijo apoyándome en la pared.
- No, solo me tienes que decir lo que quieres, y si quieres que me aleje de ti, pues me alejo.
- Estas pesada hoy... mas de la cuenta.
- Bueno eso tiene fácil solución; sígueme ignorando como has hecho durante toda la semana.
- Sobre eso..
- Sobre eso nada, ¡no me vengas con excusas de mierda!
- Vale entonces seré directo, quiero seguir en el circulo del fútbol y que las animadoras estén conmigo.
- Osea que eso me deja a mi fuera.
- Fuera, bueno no del todo por que podemos vernos.
- Vernos si que nadie no vea... se te escapa algo.
- ¿el que?
- Mi hermana es animadora ¿sabes?
- Tú hermana últimamente no esta en tu casa y otra cosa... ¿Por qué mierda sabes todas esas cosas?
- Bueno, yo estaba en la biblioteca.
- ¿estabas escuchando?
- Solo estaba cogiendo un libro para nuestro trabajo y tú te pusiste a hablar.
- ¿Por qué escuchas detrás de las cosas?
- No lo sé, es algo que tengo que dejar de hacer porque nunca escucho cosas buenas sobre mí.
- ¿entonces si sabes todo porque me estas liando?
- Te estas liando tú solo ¡ya ni se por lo que regañamos!
- ¡Porque no quiero que nos vean juntos!
- ¿entonces que haces hablado conmigo en mitad del pasillo?
- Tengo que dejar de hacerlo.
- ¿vas a tener el valor de hacerlo?
- Por supuesto que sí.
- Y yo tengo que hablarte a escondidas para hacerte los trabajos.
- Lo vas pillando, solo que tú no vas a hacer mis trabajos, solo me vas a ayudar a hacerlos
- Eres un imbécil ¿sabes?
- Sí me lo dicen mucho últimamente – se separa de mi
- Creía que te gustaba pasar tiempo conmigo – mi mirada cae al suelo.
- Y me gusta.
- Ya, pero creía que era especial para ti, o sea creía que tu apariencia no te importaba tanto, pero ya veo que me equivocaba, como siempre.
- No eres especial en eses aspecto Armida no confundas las cosas.
- Lo sé Aarón nunca me enamoraría de alguien como tú – mi corazón se rompió un poco más – no de alguien que no voy a poder tener nunca.
- Vale entonces todo aclarado.
- Por supuesto – me cruce de brazos y el estaba observándome, obviamente mi cara tenía que ser un poema, sentí algo dentro de mi que me cambio todo el cuerpo, una verdad que me estaba golpeando de frente, mis hombros cayeron con un suspiro y tuve que aguantar las lagrimas, Aarón nunca seria mío.
- ¿Te veo luego?
- No, ahora mismo no te quiero ni ver.
- ¿pero tenemos que terminar el trabajo?
- Toma – le entregue mi parte – si has leído mis correos sabrás las partes que tenias que hacer así que solo júntalo y mañana lo presentamos en clase.
- Pero... ¿y la tarea de literatura?
- No sé, yo ya la he acabado, llama a alguna animadora seguro que están encantadas de ayudarte.
- Necesito aprobar esta asignatura Armida.
- Y yo necesito alejarme de todo lo que me hace mal. - le di la espalda
- ¿Armida? - me dí media vuelta.
- Vete a la mierda Aarón - y seguí mi camino.