Acosadora (Libro #1)

By BVNNHE

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Cada día desde mi ventana observo al otro lado de esta, esperando el momento. Todos los días a la misma hora... More

Prólogo
1. Actualmente
2.Te imaginas
3.Mi vecino del 308
4.Por favor
5.La ventana de los vecinos nuevos
6.Miedos.
7. Relación fracasada.
8.Relación
9. Andrew Parris
10. Mi deseo prohibido
11.Una pequeña mentira
12. La ventana
13.Un juego ganado.
14. Caída a la verdad.
15. Un recordatorio
16. Locura desatada
17. Ocultando la verdad.
18. Encuentros arruinados
19. Trevor
20. Pulguita
21.Vamos
22.Paradoja
23. Ocultando la verdad
25.Esto es una completa locura.
26. Encuentro
27. Él es Connor
28. Viaje.
29. Todo fue un sueño.
Epílogo

24.Pequeña acosadora

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By BVNNHE

Capítulo 24. Pequeña acosadora

Los veo sonreírse mutuamente y no puedo evitar que mis labios imiten su acción, hace tan solo unos minutos que los he estado observando, aunque a decir verdad se siente como si hubiera sido ya un largo tiempo desde que estoy parada y prácticamente pegada sobre el cristal de la ventana.

No miento cuando digo que verlos de aquella manera me duele, pero también me alivia de una manera extrañamente satisfactoria.

— Sabes estaba pensando pintar los cristales de la ventana de color negro — comenta con gracia Connor, doy un respingo en mi lugar al escucharlo tan cerca de mí.

No me sorprende que ya este despierto después de todo tiene que ir a trabajar, además de que no terminamos de ver aquella serie extranjera que trajo gracias a que este se durmió a penas y comenzó el capítulo tres, he de decir que a penas eran las nueva de la tarde cuando esto sucedió.

Doy una última mirada antes de cerrar la ventana con la gruesa cortina y girar por completo mi cuerpo hacia Connor.

Lo miro con incredulidad, coloco mi labio inferior sobre mis dientes y lo muerdo un poco tratando que la sonrisa que está a punto de formarse en mis labios no se note demasiado.

—Oh vamos—ríe bajo—te evitaríamos una demanda por acosar a tus vecinos.

Lo fulmino con la mira antes de pasar de él e ir directo a la cocina.

—Ya sabes no, "Julieta la pequeña acosadora" —dice a la vez que me quita las cosas que agarre hace un momento del refrigerador para hacer de desayunar—. Algún día se darán cuenta Julieta, sabes... simplemente ve y viólalo por última vez si es lo que quieres.

Golpeo con fuerza su brazo haciendo que este ría estruendosamente — una cosa por la que se caracteriza Connor es que en muy pocas ocasiones este se toma las cosas en serio, algo que a veces es un poco molesto e irritable — deja las cosas sobre la mesa aun riendo.

—No es gracioso Connor— gruño, tomo asiento sobre una de las pequeñas sillas transparentes que compre hace años en una tienda de segunda mano —. En serio que no lo es.

—Para mí sí— me sonríe juguetonamente antes de revolver mi pelo con una de sus manos ocasionando que mi cabello quede más enredado y esponjado que antes.

»Pero hablo enserio, deberías de hablar con él, ¿no has pensado en solo salir como antes lo hacían, como si nada hubiera pasado entre ustedes?—vuelve hablar después de un tiempo.

Lo veo moverse entre toda la cocina, sacando y metiendo diversos utensilios, no presto mucha atención a lo que hace, deja de importarme en un cierto tiempo, su idea por más descabellada que luzca no es tan mala a decir verdad.

—Tu cerebro saldrá huyendo si lo sigues utilizando de aquella manera— dice sacándome de mi ensimismamiento.

—¿Esa es la razón por la que el tuyo esta oxidado?— pregunto irónica, este coloca una de sus manos sobre su pecho pareciendo ofendido por mi resiente comentario.

—No esta tan oxidado sabes—río, pone un plato enfrente de mí, es un desayuno a la manera Connor, huevos y tocino.

— De acuerdo — sonrió mientras niego con la cabeza repetidas veces —. ¿Has hablado con Margot?

Al terminar la pregunta su estado de ánimo cambia drásticamente, sus facciones se endurecen por unos mili segundos de una manera impresionante, es muy raro ver a Connor enojado son muy pocas cosas que lo ponen de esta manera.

Su mandíbula se tensa por un momento y se sienta derrotado sobre la silla que se encuentra al lado mío.

—Escuche que anda con alguien—suspira, se ve terriblemente agotado para alguien de su edad —, no la entiendo Julieta — recarga sus codos sobre la mesa y deja caer su cabeza sobre sus manos cubriendo por completo su cara—. Me dijo que me quería, ¿entonces cuál es su problema?

Siento como mi corazón se estruja dolorosamente, odio ver a Connor así, lo conozco lo suficiente para saber que él nunca ha llorado por alguien y menos por una mujer. Se siente extraño de alguna manera, verlo de aquel modo no es nuevo para mí, pero eso no evita que me duela verlo destrozado.

Él nunca había tenido relaciones serias, ni mucho menos Margot, ambos solo buscaban una cosa: "sexo" — algo que extrañamente los unió —. Al principio ellos dejaron las cosas claras, solo habría sexo sin ningún tipo de compromiso, pero no falto mucho para que ambos vinieran a contarme lo que empezaban a sentir por el otro, así que decidieron llevarlo a otro nivel pero constantemente peleaban por pequeñeces que no tenían sentido, para no hacerlo tan largo: no funciono y las cosas se pusieron incomodas y diferentes.

»A veces pienso que solo juega conmigo, no pensé que diría alguna vez esto Julieta, pero duele como la mierda amar a alguien

Me atrevo apartar sus manos de su cara, sé que no le gusta llorar enfrente de alguien pero de algún modo necesita desahogarse.

Le regalo una de mis mejores sonrisas.

— Lo sé.

Lo abrazo de alguna manera u otra, la mesa pone una cierta distancia sobre nosotros, no es un abrazo de lo más cómodo pero aun así él no se aparta.

— Nunca me di cuenta que nuestra relación estaba jodida desde un principio, a pesar de que somos tan iguales también somos tan diferentes. — se separa un poco de mi para mirarme a los ojos —. ¿Crees que me enamore de la persona equivocada?

Su mirada busca con desesperación la mía, hay un millón de emociones que se cruzan sobre sus facciones pero el miedo es el más evidente.

— No —me limito a decir.

‹...›

Aparto la mirada del libro que estaba leyendo al escuchar unos suaves golpes en la puerta—un suspiro cansado brota de mis labios en tan solo pensar pararme — como puedo me levanto del cómodo sillón y voy hacia ella.

Una sonrisa tímida aparece en su rostro justo cuando abro la puerta, forzó una sonrisa.

— ¿Molesto? — pregunta avergonzada.

Niego con la cabeza mientras me aparto de la puerta dándole el suficiente espacio para que entre.

—Solo quería entregarte esto— me tiende una hoja de un grosor no muy grande, era de un color crema y unas hermosas flores dibujadas en el material que sobresalían un poco hacían que resaltara las letras cursivas de color negro en el que era visible su nombre y el de Andrew.

Observo por completo la invitación que me tiende Althea como si esta solo fuera una ilusión, siento mi corazón latir fuertemente contra mi pecho, pongo en un puño ambas manos que se encuentran a mis costados sin hacer ningún tipo de movimiento.

Un gemido adolorido se escapa de mis labios, dándome cuenta de lo que está pasando, trato de evitar que las lágrimas salgan— contengo el leve temblor que hay en mis manos cuando dejo de apretarlas y tomo la hoja — suspiro nuevamente tratando de tranquilizar a mi cuerpo por completo.

Trato de sonreír lo más que puedo a la vez que mantengo mis facciones serenas.

— Oh— mi voz sale más ronca de lo que esperaba, trato de aclarar mi garganta —. No pensaba que fuera tan pronto su boda— me sincero.

— Ni yo, pero Andrew lo quiere hacer lo más rápido que puede. — se encojé de hombros perezosamente, una sonrisa se extiende por sus labios a la vez que estira ambas manos hacia arriba lo más que puede —, en verdad espero y puedas ir, eres la única amiga que he tenido desde que he llegado aquí, pensaba pedirte que fueras mi dama de honor pero Andrew dijo que no me tomara tantas confianzas contigo cuando apenas y te conocía.

—Supongo que tiene razón — habla antes de que la puerta vuelva a ser golpeada pero esta vez un poco más fuerte.

Le doy una última mirada a la invitación para después dejarla caer sobre el sillón en el que hace unos momentos me encontraba antes de dirigirme hacia la puerta, no necesito saber de quién se trata pues Althea me lo confirmo cuando sus ojos brillaron como si fueran dos grandes focos.

Respiro lo más ondo que puedo antes de abrir de par en par la puerta, su cabello se encontraba despeinado y unos hermosos hoyuelos aparecen en su boca cuando me ve, trae puesto aun su pijama aun cuando sé que el odia estar en ese estado cuando ya es tan tarde.

Me tiende una de sus manos en forma de saludo, tardo un poco en reaccionar y tomar su mano, mi respiración se vuelve acelerar de forma antinatural, mis ojos buscan con esperanza los suyos que parece que me evitan a cualquier costa, aprieta mi mano antes de alejar de la mía, me sorprende sentir un pequeño papel sobre mi palma cuando ésta ya no está en contacto con la suya, Andrew pasa al lado mío sin darme ni una mirada en el proceso, aprieto mi mano en la que se encuentra el dichoso papel.

—¿Por qué tardaste tanto?

—Estaba buscando algo— me mira directamente a los ojos— ¿vendrás a nuestra boda vecina?, en verdad espero que sí, quisiera verla ahí.

Les doy una pequeña sonrisa antes de hablar. — No creo poder ir, iré a visitar a mis padres.

La mirada preocupada que me da Andrew me asegura que no es buena idea ir allá, pero quiero arreglar todo, no puedo seguir así por más tiempo, no con mi familia.

El celular de Althea suena sobre su bolsillo, ésta se disculpa antes de irse a un lugar más apartado de nosotros.

—¿Estas segura de ir Julieta? — pregunta Andrew, sonrió antes de asentir repetidas veces con la cabeza.

—Ya es tiempo, no puedo seguir así.

Althea regresa antes de que Andrew pueda volver hablar e incluso antes de que yo pueda decir algo esta dice que tiene algo importante que hacer para su boda, se apresura hacia la puerta dejándonos solos nuevamente. Un suspiro se escapa de los labios de Andrew para después caminar hacia la dirección en la que su prometida se fue.

— Suerte, espero y no faltes — dice antes de salir por la puerta, mi ceño se frunce ligeramente sin entender lo que quiso decir hasta que siento nuevamente la pequeña hoja que fue depositada en mi mano.

Trago con dificultad mi propia saliva, respiro repetidas veces para tratar de tranquilizar mis nervios, abro con cuidado el pequeño papel. Sonrió lo más que puedo al leer la nota que se encuentra sobre el papel.

Ni loca faltaría.

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