Escuchando a tu destino

By KatnissSakura

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Basada en la película Escucha tu destino (August Rush) con los personajes de cómo entrenar a tu dragon HTTYD ... More

Parte I
Parte II
Parte III
Parte IV
Parte V
Parte 6
Parte VII
PARTE XVIII
PARTE IX
Parte X
Parte 11
Parte XXII
Parte XXIII
Parte XIV
EPILOGO

Parte XV FINAL

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By KatnissSakura


Lo subrayado es parte de una canción traducida al español.

ESCUCHANDO A TU DESTINO PARTE 15.

Después de múltiples ensayos en el sótano de la casa de los padres de Snotlout; Hiccup y compañía habían regresado a la ciudad, esa noche sería su concierto por lo que decidieron relajarse un poco antes del gran evento.

Fueron a comer, y después de atragantarse decidieron pasear por la gran plaza que frecuentaban cuando sus vidas no eran tan liosas.

—Yo iré por un helado. —sugirió Stormfly, arrastrando a su esposo con ella hacia un carrito que vendía dicho postre.

Pronto Ruffnut la imitó llevándose a Snotlout y Tuffnut de paso.

— ¿Tú no vas Hiccup? —preguntó Fishlegs al ver que el castaño miraba en dirección contraria a donde todos iban.

—No, ahora vuelvo.

Y como si estuviera acudiendo a un llamado, se dirigió hacia un chiquillo que tocaba solitariamente en una de las grandes jardineras del parque. Al acercarse lo vio lo con los ojos cerrados, estaba muy flaco, de cabello castaño como el de él y tenía un semblante realmente triste pero a la vez inspirador, además de que estaba tocando una bella melodía con tan pocas notas. Era un trabajo digno de ser recompensado, por lo que le dio todas las monedas de dólar que tenía.

El niño despertó con el ruido que generó, ahí fue cuando fue Hiccup pudo apreciar sus melancólicos ojos verdes. Era como si viera un reflejo de si mismo.

—Gran sonido chico. —felicitó con una sonrisa; algo le decía que debía hacerlo y no sólo ignorarlo.

Pero el niño no respondió, más bien, parecía tener una recelosa actitud ante su presencia.

— ¿Es una "monster nightmare"? —preguntó señalando la guitarra roja que él cargaba.

El niño asintió, aun guardando distancia.

— ¿Puedo verla? —Insistió Hiccup para hacer conversación, sería su último intento o parecería un acosador.

El chiquillo giró levemente su cabeza hacia Viggo, que seguía discutiendo por teléfono.

—No te preocupes, soy músico también. —persuadió de nuevo el castaño.

Hikke observó la guitarra negra que colgaba de su espalda, una NightFury 2000, también tenía curiosidad, quería saber si sería lo mismo que tocar su guitarra, además que el hombre de cierta manera le inspiraba mucha confianza, era como se visualizaba él en 15 o 20 años más.

Sin dudar más, se acercó a él y le extendió su guitarra y él a cambio le mostró la suya; Hiccup se sentó para poder apreciar mejor el instrumento, mientras que Hikke sólo estaba atento a sus movimientos, a leguas notó que se trataba de un experto y amante de la música como él lo era.

—Es preciosa. —Hiccup tocó algunas de sus cuerdas con delicadeza y habilidad. —Muy buena acústica.

—Eres muy bueno. —admiró Hikke con timidez.

—Gracias, ahora toca con la mía.

El niño tomando aquello como una especie de reto, se colgó la guitarra y tocó sin problema alguno la notas que Hiccup había tocado previamente, sólo que con una técnica diferente.

Como respuesta, Hiccup volvió a tocar las mismas notas, después se inventó unas nuevas sólo para comprobar si el chico podía seguir su ritmo, para Hikke fue como una invitación para demostrarle que podía hacerlo e incluso superarlo, un sentimiento de competitividad que no sabía que tenía.

Pronto el mayor tomó su ritmo y el chico también, entre ambos empezaron a componer una magnífica y rítmica melodía, se olvidaron de la competencia (que Hikke se inventó) y se permitieron disfrutar de la música que sin lugar a dudas unía a las personas.

Hiccup entre el rasgar de las cuerdas, veía impresionado como aquel niño que debía tener 10 u 11 años tocaba como todo un profesional, pero dejando eso a un lado lo que más le gustó fue ver que la tristeza de él se había ido, y sin notarlo la de él también, ¿así hubiera sido aquellos duetos que se imaginaba con su difunto hijo? Le gustó mucho esa sensación.

Y sin tener en cuenta de que en realidad eran padre e hijo, Hikke se preguntaba lo mismo, ¿así sería compartir un tiempo musical con su padre? Y deseó que en lugar de Viggo, su falso padre, ese hombre lo fuera.

Y dando unas notas finales, la melodía acabó, ambos dando un golpeteo en las cuerdas para acallar el sonido por completo.

—¡Fue increíble chico!, ¿hace cuánto tiempo tocas?

—Unos meses. —contestó con sinceridad.

—¿Unos meses? —repitió el incrédulo Hiccup. —¿Dónde aprendiste a tocar así?

—En el instituto de las artes musicales de Berk.

Eso dejó aún más impresionado al cantante, y recordó sus pocos años en esa escuela antes de que decidiera dejarla.

—Hoy tendré mi concierto.

—¿No me engañas, cierto? —preguntó aun receloso de aquella fantástica historia.

—No, señor... es verdad. —respondió el niño con tranquilidad. —Aunque no podré ir. —bajó la cabeza mostrando otra vez aquella melancolía.

—¿Por qué no? —preguntó Hiccup paternalmente.

—Es que...—Hikke volvió a ver disimuladamente a Viggo. —Es una larga historia. —dijo en un resoplido.

—Bueno, pues sí yo estuviera en ese instituto y tuviera un concierto... no me lo perdería por nada. —aconsejó lo que probablemente Astrid le hubiera dicho, dado que ella si terminó sus estudios ahí.

—Pero... ¿y si algo malo pasa?

—Nunca abandones tu música. —Volvió a aconsejar Hiccup ahora desde su perspectiva. —Porque créeme, que es al único lugar donde te puedes refugiar y te permite liberarte de todas tus presiones. Hazme caso, lo aprendía a la mala.

Recordó aquel agrio pasado, pero pronto se enfocó, no se trataba de él, sino de aquel niño que también parecía muy confundido y abrumado, tal y como él lo había estado.

—Escúchame, nada malo pasará, debes de confiar en que todo saldrá bien. ¿Está bien?

Hikke le sonrió y en respuesta tocó dos últimas notas en la guitarra NightFury. Algo muy significativo para Hiccup, pues así solía comunicarse con Astrid cuando practicaban con sus instrumentos; algo que le hubiera encantado enseñarle a su hijo.

—Me llamo Hiccup Haddock. —Extendió su mano, casi olvidando que no se habían presentado.

—Hi...Ryker Grimborn. —titubeó el menor.

—Que buen nombre. —respondió el mayor notando aquel titubeó, era notorio de que le mentía, pero ¿por qué?

—¡RYKER!

Aquella espantosa voz le dio la razón, a unos metros de él un hombre de aspecto fiero llamaba al muchacho como si de un animal se tratara, volvió su mirada a Hikke y este parecía temerle. Apenas preguntaría si estaba bien, cuando Hikke devolvió su mirada a él.

—Mi padre. —Presentó el niño de inmediatamente para que no hubiera malas interpretaciones.

Fue algo lamentable para Hiccup, pues si estaba siendo utilizado por un extraño hubiera intervenido, pero eran familia y no podría hacer nada hasta que se demostrara alguna clase de violencia física, y Hikke estaba bien, físicamente.

—Me tengo que ir. —dijo con pesar y ambos se entregaron sus respectivas guitarras.

Antes de irse, Hiccup le dio un coscorrón al muchacho y le recordó que no abandonara su música; y al verlo alejarse Hikke realmente deseó que él pudiera ser su padre.

—Vamos muchacho, Viggo no deja de gritar. —Pidió Gustav que había visto todo a lo lejos. —¿Oye, no crees que ese hombre se parecía a ti, sólo que sin tanto cabello?

Pero Hikker no respondió, miró aquel hombre hasta que se alejó con un grupo de personas.

.

—Oye eso estuvo increíble. —admiró Tannlos impresionado, él y todos los demás también habían sido testigos de duelo de guitarras. — ¿Y ese chiquillo? Por un momento pensé que era tu hijo.

Hiccup sonrió melancólicamente, "Yo también lo pensé", aunque para él, su hijo era un ángel que estaba en el cielo, guiando sus pasos para encontrar a la mujer que amaba.

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Astrid no se encontraba bien, no había podido ensayar correctamente debido a la preocupación, no sabía si sería capaz de tocar debidamente durante el concierto, menos hacer su solo.

—Tienes que concentrarte. —pedía Heather, quien sería una de las chelistas.

—No puedo, no creo ser capaz. —se seguía reprimiendo la rubia, la cual perdía poco a poco la esperanza.

—¡Tienes que hacerlo! ¿Entonces porqué aceptaste? —reprendió la chelista. —Recuerda lo que me dijiste.

—Porque algo me dice que debo seguir... que necesito tocar para que ellos me escuchen. —recordó Astrid dando un sonoro suspiro.

—Exacto, amiga. Ahora cambiante y confía...

Astrid le sonrió a su amiga y tomó el vestido de gala en capas de color azul que Heather le había conseguido.

— ¡Atención! —llegó la maestra de ceremonias, Mala, para darles un comunicado a todos los músicos presentes. —Lamentablemente nuestro compositor invitado Ryker Grimborn no podrá estar presentes, por lo que debemos tocar una composición adicional.—Salimos en media hora. ¡Prepárense!

Mientras los músicos se preguntaban, qué había pasado con el famoso prodigio nuevo de la escuela, Astrid había escuchado todo tras vestidores. ¿Otra composición? No podría, quería acabar con eso y buscar a su hijo. Ignorante de que Mala había informado a las autoridades sobre el posible muchacho secuestrado que llevaba un nombre falso.

Faltaban 5 minutos para salir, a Heather le pareció demasiado el tiempo que llevaba Astrid en el vestidor, apenas tocaría la puerta, cuando su amiga salió, vestida y peinada con el cabello suelto, sólo sostenido por un diadema.

— ¿Lista?
Esta asintió y tomó su violín y arco para salir al escenario, mientras que en otra parte de la ciudad un concierto se llevaría a cabo.

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A unos minutos de empezar, Hiccup decidió cambiar la canción inicial, por una canción nueva y que de una manera le recordaba a Astrid y a ese pequeño niño del parque, su instinto musical así se lo decía.

—¿Listo? —preguntó Tannlos dandole unos golpecitos en el hombro antes de salir ante la muchedumbre.

—Recuerdame ¿por qué hago esto Tannlos? —pidió el nervioso Hiccup, cuyas manos no podían quedarse quietas.

—Por ella y por él. —Motivó su hermano.

Hiccup tomó un respiro para relajarse y junto con su hermano y banda salieron al escenario, él colocándose frente al micrófono con guitarra en mano y Tannlos en el piano para acompañarlo.

Cuando su hermano comenzó a tocar el piano, fijó su mirada hacia arriba, como si en lugar de techo pudiera ver el cielo y como si en lugar de los gritos de los fans, pudiera escuchar el violín de ella.

—Astrid, hijo... esto es para ustedes...

"Tuviste tus mapas dibujados,

Tuviste otros planes para colgar tus esperanzas

Cada camino que te llevó abajo se sintió incorrecto, así que encontraste otro camino"

.

.

.

Mientras tanto en el metro de la ciudad, Hikke veía como Viggo y Gustav contaban las ganancias del día, cuando de repente sintió un cosquilleo en sus sentidos auditivos, un violín, un piano, una canción. ¿Qué era?

"Tienes un gran corazón, la forma en que ves al mundo te ha llevado lejos

Podrías tener algunas heridas y cicatrices, pero sabes que estarás bien..."

¿Acaso era? Sintió que sus padres lo llamaban, uno para motivarlo a no abandonar su música como le había dicho Hiccup, y el otro sonido, el que percibía melancólico, lo llamaba a acudir con él.

—Me voy. —anunció tajantemente a Viggo, encontrando el valor suficiente para enfrentarlo.

"Incluso aunque estes asustado, era más fuerte de lo que crees..."

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Algo pasaba con ella, tan pronto empezó a tocar sintió aquellas sensaciones musicales que sólo sentía con Hiccup. Era como si la estuviera llamando y la motivara a tocar con más energía, para poder ayudar a alguien más.

"Si estás perdido donde las luces son deslumbrantes..."

Empezó a tocar con más animosidad ante la atónita mirada de sus compañeros, no le importaba si creían que se quería lucir, lo importante para ella era poder llamar a aquella persona que necesitaba su ayuda, su hijo, ahora más que nunca estaba convencida de que pronto se verían.

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Viggo trató de someter a Hikke, aunque tuviera que amarrarlo se lo llevaría lejos de la ciudad, ya que muchos lo habían empezado a buscar, se había percatado de los anuncios y los carteles pegados que se encargó de quitar. Para que aquella madre desesperada no encontrara a su fuente de dinero.

Lo que no esperaba es que Gustav lo traicionara y le rompiera la costosa monster Nightmare justo en la cabeza.

—¡Vámonos chico! —Gustav tomó de la mano Hikke, después de tanta opresión, estaba cansado de los malos tratos de Viggo, se robó sus ganancias y haría su obra buena del día, llevar al niño a su concierto.

Aunque Viggo rápidamente se reincorporó y con la cabeza sangrante empezó a perseguirlos por el solitario metro que tenía demasiados pasillos como para que un turista con facilidad se perdiera. Ni un ciudadano podía recordar a donde llevaba cada uno.

— ¿Por dónde debemos de ir? —se preguntó Hikke al tener tres pasillos por escoger y aun Viggo detrás de ellos.

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.

.

Su hijo estaba en peligro, el corazón de Astrid empezó a latir con fuerza, sentía que en cualquier momento soltaría el arco por tantas angustias, aun así, el instinto le dijo que continuara y siguiera tocando para guiarlo, entonces llegó el momento de su solo.

Todos miraban expectantes a la que alguna vez había sido una de las prodigios musicales, llevándose la gran sorpresa de ver que con qué facilidad, habilidad y pasión tocaba la violinista su instrumento, esta solamente concentrada en que dos personas la pudieran escuchar.

"Te llama tu hogar"

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— ¡Por ahí! —apuntó Hikke hacia donde podía escuchar que una persona lo llamaba desesperadamente, y ahora él fue el que arrastró a Gustav por el pasillo que los sacó a una avenida principal y aglomerada de gente y que los perdió del malvado hombre que sólo gritó su mala suerte al ya no alcanzarlos.

Corrieron muchas calles, hasta que casi una hora después lograron llegar a su destino, el escenario del gran parque. Justo minutos antes de que la filarmónica terminara con su presentación.

Llegando ahí, fue gran sorpresa para sus maestros y Gobber, quien estaba presente debido a las noticias que le habían llegado de su supuesto secuestro; pero el muchacho no tenía tiempo de dar explicaciones, lo metieron a bañar y verse presentable pues en unos minutos sería su turno.

Gustav dio por terminada su misión ahí y se retiró sin decir adiós.

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—Astrid no te vayas. —suplicó Heather.

Cuando avisaron que Ryker Grimborn sí se presentaría, le dio excusa suficiente a la violinista para irse, desde que sintió ese llamado de peligro de su hijo y que había liberado todo su sentir por medio de la música, ya no había nada, era como si su caja musical se hubiera apagado y le dijera que podía estar en paz consigo misma, que todo había terminado. Un sentimiento extraño pues así no lo sentía, aun no tenía a sus seres amados con ella y eso la estaba destrozando.

—Lo siento Heather, te veo en el departamento.

—Pero Astrid... —Trató esta de detenerla, pero la rubia se marchó dándole la espalda.

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Los reflectores se encendieron para iluminarlo a él y a la banda, había llegado el momento que tanto había esperado, su sueño por fin ser haría realidad, aquel en el que terminaba girándose encontrándose con sus progenitores, era lo que más anhelaba.

Miró a sus lado antes de empezar, viendo que incluso los de la filarmónica los verían.

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Heather quien en compañía de Dagur y su esposo habían decidido ver la presentación de aquel prodigio, quedaron impactado al ver que Ryker Grimborn era en realidad Hikke, el hijo de su amiga.

—Busquen a Astrid. —Pidió la pasmada Heather, mientras que ambos varones corrieron hacia el estacionamiento para buscar a la chica, sin saber que esta se había escapado por el lado del público.

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"Mamá, papá" pensó Hikke antes de iniciar. "Por favor escúchenme"

El sonido leve de la música empezó, daba la sensación de un viento tranquilizador, semejando la vida en el campo que el niño llevó, hasta llegar al momento en que empezó su aventura por la ciudad y todos los magníficos sonidos que conoció.

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Astrid en su letargo, había logrado escabullirse de entre la gente cuando aquella melodía llamó su atención y la hizo detenerse. ¿qué era? ¿y por qué la llamaba a acudir con ella?

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.

Mientras tanto, los jinetes de Berk celebraban con cervezas su gran éxito dentro de una camioneta rentada, después del concierto les fue ofrecida una gran oportunidad por lo que era motivo para festejar, a excepción de Hiccup que prefería festejar "tranquilamente" hasta que empezó a sentir aquel cosquilleo en su sistema auditivo.

— ¿Qué será eso? —Pudo escuchar una música a lo lejos.

—Debe ser el conciertos del gran parque. —Comentó el chofer. —Esos que hace el instituto.

—¿el concierto? —entonces recordó el comentario de aquel muchachito.

Su mirada se fijó al exterior viendo que conforme se acercaban a dicho parque había publicidad del aquel concierto, entonces prestó atención en uno de ellos, corroborando que efectivamente el chico había dicho la verdad pues su nombre estaba ahí y no sólo el de él también el de alguien más. "Violinista invitada: Astrid Hofferson"

—Dejenme salir. —empezó a sentir aquel pánico que sintió cuando la vio marcharse

El chofer ignoró su petición pues estaban varados en pleno tráfico yendo a la velocidad de una tortuga.

—¡Déjenme salir! —exigió, y no le importó abrir la puerta con el auto en marcha.

— ¡Espera Hiccup! —pidió Tannlos siguiéndolo así como el resto de la banda, pero increíblemente el castaño tomó la ventaja, sintiendo como aquella música lo guiaría a su amada.

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Atraída por la música, Astrid volvió para ver a aquel prodigio, cuyo corazón le decía que era a quién con tanto anhelo estaba buscando.

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El muchacho seguía dirigieron a la orquesta, una la parte rápida que era reflejo del tiempo tan frustrante que pasó con Viggo, para luego pasar a ser una tranquilizadora que recordaba aquel momento cuando conoció a Gobber y lo llevó a aquel instituto donde culminó la composición de su obra.

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La música eran tan hipnotizante, Astrid y Hiccup ambos por diferentes extremos se internaron entre la gente sintiendo aquel llamado.

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Para Hikke no había nada más importante que encontrar a sus padres, y que estos a la vez se encontraran, por lo que cerró sus ojos deseosos de que pudieran hacerlo para formar la familia que siempre había querido; los sentía cerca, pero ellos aún no se daban cuenta

.

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Hiccup seguía sintiendo ese extraño cosquilleo que no lo dejaba en paz, y aumentaba conforme más se acercaba al pequeño artista que conoció por la mañana. Se detuvo para admirarlo, sintiendo de repente que había algo más ahí y que estaba cerca de él. Entonces se giró a su derecha y la vio.

Boquiabierto, observó a aquella rubia que tanto amaba, tan hermosa como la recordaba y tan atenta viendo a ese pequeño niño como si se tratara de su propio hijo. Se inmovilizó sintiendo gran felicidad, y cuando por fin pudo reaccionar y respirar, Astrid siguió su camino en dirección al escenario.

Cuando por fin la alcanzó esta estaba tan ida viendo al niño, y no la culpaba, el chico tenía un gran talento y su música era hipnotizante, así que para atraer su atención pasó sutilmente su mano cerca de la ella.

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.

¿Aquella sensación?

A Astrid casi se le detiene el corazón, aquel roce y su calidez era una sensación difícil de olvidar, no quería voltear, temía que fuera sólo un sueño, al igual que el de ver a su hijo en pleno concierto, pero cuando sintió que aquellos dedos se enlazaban con los suyos ya no dudó más.

Se giró, con los ojos empañados vio que era su Hiccup, tan apuesto y galante como lo recordaba, ganas no le faltaban de golpearlo y besarlo como acostumbraba hacerlo, pero sentía que si se movía su corazón que palpitaba sin cesar se detendría.

—My lady. —saludó Hiccup derramando un lagrimilla, apretando su mano contra la suya.

Ella no pudo evitarlo y soltó una risita al igual que las lágrimas. Cuanto había extrañado que le dijera así.

Estaba cohibida, no tenía palabras para lo que pasaba, apretando más la mano de su amado contra la de ella, se giró de nuevo hacia el pequeño niño que seguía dándoles la espalda mientras guiaba a la orquesta. Los tres estaban reunidos, le parecía increíble de creerlo.

—Es un chico muy talentoso. —escuchó decir a Hiccup.

Volvió su mirada a él, impresionada de que lo conociera, pero al juzgar por la tranquilidad de él, suponía que aún no estaba enterado.

—Claro que es talentoso... porque es tu hijo.— confesó con emoción y un poco de temor.

El corazón del castaño fue el que ahora se detuvo, miró a su amada sólo para confirmar si no se trataba de una mentira, pero está asintió, ¿cómo era posible? ¿Y por qué los dos parecían que apenas conocían aquel niño? Muchas preguntas sin respuestas, pero que importaban, si ahora había un motivo más para ser feliz.

Dejó su dudas por un lado para sonreírle a su lady, y ambos admirar a su pequeño hijo.

.

.

.

Su sinfonía estaba a punto de terminar, Hikke abrió los ojos, era momento de ver si su sueño se había hecho realidad. Se giró lento, pero firme, y al hacerlo quedó boquiabierto.

—"Mamá, papá" —susurró, al ver que su sueño se había cumplido.

En primera fila estaba Hiccup, aquel hombre que había deseado fuera su padre, era en realidad su padre, aquel con el cual en su imaginación le gustaba tocar y que ese día había sido una realidad, y a lado de él,  una hermosa dama de cabello rubio  cuyos ojos estaban empañados, aquella que a pesar de no conocer sentía que le había dado su amor todos aquellos años y que junto con su padre lo había ayudado a escapar de Viggo.

Sonrió, feliz de haberlos encontrado y unido gracias a la música que lo había guiado a su destino.

Fin.

Y bueno este es el fin, aunque habrá un pequeño epilogo, para que no quede tan abierto como en la película, así que atentos ;) espero tenerlo hoy mismo

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