Cuando tenía 2 años y medio a mi Madre le diagnosticaron un cáncer muy agresivo, mi Madre padecía de cáncer de seno.
Para la familia esa noticia fue devastadora y obviamente lo fue más para mi padre, no puedo imaginar el dolor que el pudo haber sentido.
Mi madre siempre fue una gran luchadora, ella en todo momento tenía una sonrisa para brindar a las personas que la rodeaban, sin importar cuán destrozada se encontrará en su interior.
Desde entonces nada volvió a la normalidad.
Mi padre y la familia presenciaba como la vida de mi madre se estaba deteriorando, cada día ella estaba peor.
No puedo imaginar el dolor de mi Madre, no en lo físico sino más bien el dolor que sentía en su corazón al saber de qué su pequeña bebé en algún momento iba a quedar huérfana y sin el apoyo de una madre.
Mi padre siempre se esforzó para que mi madre pudiera salir ilesa de esa gran batalla contra el cáncer.
Pero mi madre ya se encontraba muy mal de salud y fue remitida al hospital, mi padre siempre estuvo a su lado, él jamás la abandono por su condición, yo en mi inocencia, la iba a visitar gracias a que una enfermera le daba permiso a mi padre para que entrará conmigo, y que yo pudiera pasar tiempo con la mujer que me dio la vida.
Mi madre falleció tras
una larga y dolorosa batalla contra el agresivo cáncer que padecía.
La familia quedó devastada y muy confundida, todos se preguntaban el ¿Por qué a ella? Si Ella era la que le daba el color a cada día de nuestras vidas.
Todos pensaban en la pequeña niña que claramente había quedado huérfana, todos pensaban en su futuro, pensaban ¿Qué le iremos a decir cuando pregunté por ella?...