Quiero ser un poeta por ti. Escribir en mi libreta sobre ti.
No puedo evitar escribir sobre ti... sobre nosotros cuando juntos nos vemos.
Me siento feliz y no quiero huir de esto. Por ti quiero volverme un poeta. Tú poeta.
15 de octubre de 2011.
20:30 hrs.
Estaba seguro de lo que estaba por hacer, tras pensarlo noches y días. Interrogándome si era correcto lo que sentía por él. Si era correcto que mi corazón se acelerara cuando lo mirara sonreír, cuando suavemente él sostenía mi mano o simplemente estaba cerca mio. Pensando en aquello, en nuestra amistad pasaba noches en vela. Incluso llegaba a llorar por él. Y es que sabía que esto no era correcto, no era lo normal. Pero no pude evitarlo. Lo intente, con todas las fuerzas de mi ser intente olvidar ese sentimiento. Intente convencerme que él era solo mi mejor amigo y que mi corazón así lo miraba. Lágrimas silenciosas derramaba en ese proceso, era tan difícil hacerle entender a mi corazón que él no era para nosotros. Que no lo tendríamos de la forma que lo queríamos.
Más fue imposible aquello, mi corazón se aferro al sentimiento haciéndolo más grande con el paso del tiempo. Cada minuto junto a él me era difícil contenerme. Era difícil tener que alejarme por temor a vencerme a mis instintos de querer abrazarlo... besarle y decirle lo mucho que lo amo. Fue una batalla conmigo mismo en la cual perdí.
--Si, perdí –susurró al chico que está frente a mí. Aquel con mi mismo rostro que me mira con una media sonrisa y sus ojos traviesamente nerviosos – Porque hoy estoy aquí, esperando por él para confesarme.
Suspire al pasarme la mano por mi cabello, peinándolo hacia arriba. Me acomode el cuello de la camisa dejando el primer botón abierto. Me acomode el pantalón negro debajo de la cintura. Me coloque una dulce y suave colonia.
--No... Ya no hay marcha atrás – dije intentando convencerme y prepararme para el momento.
Salí del cuarto de baño observando por segunda vez lo que había hecho exclusivamente para él. Inspeccionando que todo estuviera como lo imagine él día que tome la decisión de confesarle mis sentimientos.
Y sí. Todo estaba perfecto.
Bajo la tenue luz de la habitación camine hacía la ventana en un rincón de la habitación. Metí ambas manos en los bolsillos delanteros de mis pantalones, suspire y fui observador de la noche cayendo. A lo lejos se observaba el mar y la carretera alumbrarse por los vehículos que pasaban de regreso a Seúl. No quería pensar en nada, ni precipitarme a las cosas. Llenarme la cabeza de las miles de maneras que él podría tomar cuando me le confesara.
Era consiente del riesgo que estaba tomando al decirle que lo veo más allá que simplemente mi mejor amigo. Era perderlo o ganarlo todo.
Yo estaba seguro de mis sentimientos, pero no de los sentimientos de él. A ciencia cierta no sabía si él se sentía igual que yo o por lo menos lograra sentir esa electricidad que nos quema cuando juntos estamos, esa conexión de nuestros corazones. El sentimiento más allá de la amistad.
Sacudí mi cabeza así dejando ir mis pensamientos. Quedándome en una hoja en blanco esperando por él.
El tiempo corría tan lento como una tortuga haciéndome estremecer de la espera. La luna ya estaba en su más alto esplendor. Cuando suaves pasos se escucharon por el pasillo. Temblé, no pude evitarlo. Tome una respiración profunda al cerrar mis ojos y dejar que él llegara hasta mí.
Tan lentamente escuche el sonido de la llave entrar al pomo de la puerta y un segundo después abrirse está misma. Escuche sus pasos suaves acercarse a mí hasta detenerse a unos cuantos pasos de donde me encontraba.
Él se quedo detrás de mí, ambos observando nuestro reflejo por la ventana cerrada. Él sonrió antes de examinar la habitación.
Sus ojitos brillaron por el lugar donde estábamos:
– Oh, HyukJae – dio un gritito y su palma cubrió sus labios. Sonrió feliz y camino alrededor de la pequeña habitación.
Tomando entre sus dedos pétalos de rosas rojas que estaban sobre la pequeña mesa adornada con ellos, copas y vino acompañado de un pequeño pastel. Dos lugares esperándonos y al igual que la mesa, rodeados de pétalos. El techo adornado de globos y él como pequeño jalándolos y dejándolos ir nuevamente a su sitio. La habitación alumbrada por velas aromáticas. Dejando en el aire el aroma a rosas salvajes.
Él se giro hacia mí que aun lo observaba por el ventanal, lo vi correr y pronto chocar con mi espalda. Sus brazos me apresaron fuertemente dejándome sin oxigeno.
--¿Qué...Qué es esto? –pregunta pegando su frente a mi nuca.
--Un regalo – tome sus manos entre las mías, entrelazando nuestros dedos.
--Un hermoso regalo...--suspiro. – Es muy hermoso. Gracias, Hyuk.
--Donghae... --llame dejando ir sus manos y girándome entre sus brazos.
--Hyukjae – susurro con esa bonita sonrisa y sus ojos centellando de felicidad.
Quite sus brazos de mi cintura --Ven... -- lo tome del a mano, llevándolo hacia la mesa.
Él se sentó cuando corrí la silla, rodé la mesa y me senté, quedando frente a frente. Bajo su mirada serví el vino y le pase su copa rozando nuestros dedos. Donghae no los aparto, los tomo entre los suyos. Sosteniéndome un momento así. Y nuestros ojos conectándose entre la tenue luz de las velas.
A mi pesar él dejo irme lentamente, casi como sí a él también le pesara. Sin desconectar su mirada de la mía tomo de la copa. Con deleites fui observador cuando el líquido paso por su garganta haciendo que seximente su manzana de adán se moviera.
--Tú no bebes... nunca bebes –susurro al bajar su copa.
--La ocasión lo amerita – dije suavemente sonriendo tomando al mismo tiempo de mi copa. Inevitable no hacer gestos graciosos cuando el vino paso por mi garganta.
Él rio -- ¿A sí? – Interrogo con expresión juguetona.
-Si, Donghae.
Un momento de silencio se creo entre nosotros donde nos dedicábamos a beber y mirarnos. Yo por mi parte preparándome para el momento, buscando las palabras exactas y el momento exacto para hacerlo. Donghae tomaba y de vez en cuando me sonreía. Sus dedos tomaban los pétalos para después dejarlos caer entre ellos hasta la mesa.
Jugando como un niño pequeño.
Llevábamos media botella de vino, más él que yo. Cuando tome el encendedor y bajo su mirada me estire prendiendo las velas del pastel. Sus hermosos ojos brillaron mucho más cuando el pastel quedo frente a él y mi voz comenzó a cantarle.
Donghae aplaudía y sonreía.
--Pide un deseo...
Él cerró sus ojitos y se inclino un poco. Sus labios silenciosamente se movían.
Cuando volvió a abrirlos inmediatamente me miro con una expresión dulce y algo en ella desconocido, algo que no pude descifrar. Era algo muy parecido al anhelo y esperanza.
--Feliz cumpleaños... Hae.
--Gracias, Hyuk. Por...por todo esto – dijo señalando con su dedo índice la habitación.
--Por ti esto y mucho más be...Donghae – dije entrecortadamente dándome cuenta de lo que estaba diciendo.
Gracias a Dios él no se dio cuenta o lo ignoro pues atino a sonreírme y volver a tomar su copa.
--Donghae... --llame minutos después.
--¿Umm?
--Quiero...Bailemos.
-¿Qué? – interrogo con media sonrisa.
<<Si... bailar y alargar el momento>>. Pensé. Me puse de pie y camine hacia él. Quite de su mano la copa y la remplacé por mi mano. Mirándome desconcertado y preguntándome con la mirada si era de verdad que bailaríamos. Tomo de mi mano y quedo a mi par. Camine con él hasta el medio de la habitación. Entre la cama y la pequeña sala. Lo deje un momento ahí parado mientras yo buscaba el control del reproductor.
Cuando lo encontré y lo encendí. La canción perfecta y que el tanto amaba comenzó a sonar. Corrí hacia él y desprevenido lo tome de la cintura y en un acto reflejo o la costumbre de abrazarnos. Él entrelazo los brazos en mi cuello.
--Hyuk...
--Shhh, es tu día. Disfruta, déjate llevar. Donghae.
--¿Te he dicho que en ocasiones actúas muy espontáneamente loco?
Reí – Si, algunas veces.
Él apoyo su rostro entre mi cuello y mis brazos lo tomaron más fuerte de la cintura. Bailamos al ritmo de 'My heart will go on' dejándonos llevar por la suave voz de Celine Dion. Su respiración me estremecía al chocar con mi sensible piel. Mis manos se aferraban al saco negro de él. Muriéndome de ganas por dejar que mis manos exploraran su cuerpo, vayan debajo del saco y luego de la camisa. Sintiendo su piel contra mi piel.
¡Basta!... ¡Hyukjae! Bajar mis manos por su espalda hasta sus nalgas y entonces apretarlas y... ¡Hyukjae, joder que no es el momento de pensar eso! Me regañe mentalmente.
Donghae se removió un poco y ahora su rostro estaba justo donde mi corazón latía desenfrenadamente por él. Me atreví. Sin pensarlo mucho solté el saco y mis manos se colaron dentro de éste. Tomando de su cintura fuertemente. Él suspiro.
Abriste la puerta
Y tú estarás aquí...En mi corazón
Y mi corazón seguirá y seguirá
--La amo... --susurras contra mi pecho – La canción.
Estás aquí
No hay nada que temer
Sé que mi corazón seguirá
Permaneceremos...
Así por siempre.
Sí. Quiero tenerte así por siempre mi niño. Entre mis brazos.
Estás seguro en mi corazón
Y mi corazón
Seguirá y seguirá
Cuando la canción termina nos quedamos abrazados en nuestro momento de magia. Donde no somos más que dos hombres bailando bajo la noche adornada de velas con aroma a rosas salvajes. Donghae apretó su cuerpo al mio. Y su mirada subió en encuentro con la mía.
--¿Hyuk? – sus ojos centellaban confundidos.
-Ven...
Juntos, sin dejar de abrazarnos caminamos hasta la mesa donde él se separo para tomar su lugar. Cuando lo hizo y sabiendo que no podía retrasar más el momento. Impedí que se moviera dejando espacio entre la silla y la mesa. Confundido me miro y antes de que preguntara caí de cuclillas ante él y aferrando mis palmas a sus rodillas.
--¿Qu...Qué haces Hyuk?
Lo mire con tanta dulzura y queriéndome grabar su rostro, sus expresiones. Queriendo tatuarme a Donghae en mi piel. Antes de perderlo o ganarlo. Porque este era el momento donde todo quedaba al descubierto, donde dejaba mi corazón en sus manos. Podría perder su amistad o ganar su amor. Acaricie sus rodillas y por un momento baje mi mirada y mordí mis labios.
--¿Qué pasa?—Interrogo suavemente. Sus dedos tocaron mis cabellos.
Negué y suspiré.
Las palabras se acumularon haciéndome confundir entre ellas, sentirme abrumado por mis sentimientos que luchaban con liberarse de su prisión. <<Cálmate, Hyukjae. Así no conseguirás nada>> me dije mentalmente, tomando una respiración profunda.
--Donghae...--acaricie su nombre cuando mis ojos lentamente se abrían y subía mi mirada a la de él.
--¿Qué pasa? Me estas asustando – dijo. Su expresión aun más confundida.
Hyukjae lo miro penetrándole el alma a Donghae estremeciéndolo de pies a cabeza.
--Tienes que escucharme, Donghae –caí de rodillas frente a mi confundido amigo, tomándolo de las manos – Escúchame hasta el final, sin interrumpirme. ¿Puedes hacer eso?
Donghae no lo entendía, no sabia que pasaba o que tramaba Hyukjae. Su voz entrecortada y sus nervios lo hacían ponerse nervioso a él y preguntarse de que iba esto. No podía imaginarse si quiera lo que pasaba por la cabeza de su amigo. Y sin en cambio asintió, sin preguntar. Sólo apretando suavemente las manos de Hyukjae y sonriéndole. Esperando por lo que él tendría que decirle.
--No te sigo, Hyuk. Pero está bien. Habla – dijo cariñosamente para calmar un poco los nervios de su amigo y la incomodidad que de pronto se creo en el ambiente.
--Sólo te pido me escuches hasta el final, por favor.
-Está bien.
--Yo...bueno...yo – Hyuk choco con las tantas palabras que quería decir --- Yo quería decirte...que bueno yo...
--Hyuk – llamo Donghae. Sus dedos acariciando los nudillos de Hyukjae – Tranquilízate primero ¿si? Tenemos toda la noche para hablar. Respira que yo no me iré hasta escuchar lo que tienes que decirme.
Asintió.
Encontrándose más tranquilo Hyukjae apretó las manos de Donghae y comenzó a hablar. Era ahora o nunca se dijo.
--Han sito tantos los momentos que juntos hemos compartido. Aun recuerdo como si fuera ayer el momento en que nos conocimos y saludamos con timidez. Desde ese momento tú nunca te apartaste de mi lado. Siempre dándome el apoyo que necesitaba, estando ahí para juntos enfrentar nuestros miedos y problemas. Juntos persiguiendo el mismo sueño. Sé que esto que estoy por decirte puede tomarte por sorpresa y no me extrañaría si después de esto decides alejarte. Ojala Donghae—suspiró – pudiera evitarnos esto pero créeme que no puedo.
Donghae a cada palabra temblaba y se preguntaba intensamente de que iba Hyukjae, porque sinceramente él no lo seguía, no entendía que hacia su compañero. Pero como lo prometió. No hablo o pregunto nada aunque muriera por hacerlo.
Hyukjae siguió hablando con voz suave y nerviosa.
--Muy difícil encontrar seguridad para decirte esto, para dejar de mentirme a mi mismo y a ti. Porque sé que corro demasiados riesgos al hacerlo. Y después de pensarlo y analizarlo llegue a la conclusión que debo arriesgarme, que vale la pena sin con ello puedo obtener mi felicidad. – Hyukjae dejo las manos de Donghae para subir con las propias por los brazos del último mencionado hasta su rostro y tomarlo con ambas manos. Conectando su mirada – Donghae...Hoy quiero afrontar el reto más grande de mi vida. Antes que nada. Quiero que sepas que no sé la manera en que se dieron las cosas, tampoco en que momento fue. Simplemente paso. Paso que en algún punto de nuestra amistad, yo comencé a verte como algo más de lo que no deberías significar para mí. Trate, Donghae, créeme que trate de negarme a ello de excusar mis sentimientos como confusión y soledad. Pero... -- Donghae abrió sus ojos desmesuradamente ante las ultimas palabras de su amigo – Ya no puedo mentirme más. Ya no puedo evitar lo que siento por ti y tampoco quiero hacerlo. De un momento a otro, o quizás desde el comienzo tú fuiste quien le dio sentido a mis días, con tu forma de ser, de tomar las cosas, con esa bonita sonrisa que tienes y esos ojos preciosos que me miran de una forma tan especial haciéndome estremecer. Nunca Donghae, jamás cambiaria todos los momentos a tu lado ni las miradas que me has dedicado y en cada una de ellas asegurándome que jamás dejaría de tener tu amistad.
De pronto Donghae comenzó a llorar silenciosamente, mojando las palmas de Hyukjae en su proceso.
--Yo...--Hyuk tembló – Desconozco si a ti te suceda lo mismo. Tengo tantas dudas en mi cabeza que siento me volverán loco de frustración, hay momentos que me gustaría alejarme de ti...de nosotros. Pero se Donghae que aun lejos de ti no dejaría de pensarte como cada noche en desvelo lo hago. Sé que puede parecerte una locura, algo irracional tal vez. –Hyuk río nerviosamente – Pero ya no puedo evitarlo Donghae. No importa si dices que solo me vez como amigo, que no sientes lo mismo por mí. Si decides no corresponderme sólo quiero asegurarte, dejarte bien claro que siempre me tendrás a tu lado, estaré ahí cuando lo necesites. Porque eres lo más importante que tengo en la vida y no puedo decirte exactamente en que momento pasaste de ser solo mi amigo a ser mi gran amor.
Donghae escuchaba, cada palabra llegándole a lo más hondo de su corazón quedándose ahí como un tatuaje permanente.
--Cuando descubrí lo que sentía por ti tuve la seguridad de que no te darías cuenta siendo tan despistado y me parecía lo correcto, lo mejor para ambos. Me daba temor que descubrieras mis sentimientos y pusieras fin a nuestra amistad. Pero el tiempo paso y con el mi amor creció a tal grado de querer ir corriendo hacía ti y decirte a gritos lo importante que eres para mi. Que me gustas y que...Te amo Donghae. Justo como lo hago en este momento con palabras.
Y fue todo lo que Hyukjae pudo decir cuando el nudo en su garganta no le permitió seguir hablando. Donghae estaba desconcertado, abrumado de tantas palabras. ¿Como describir su situación en estos momentos?
Era un revoltijo de sensaciones y palabras.
Saboreando cada palabra de su amigo, analizándolas y dándose cuenta que su amigo...Su mejor amigo ¡Lo amaba como hombre! que...que...Hyukjae...que...que él. ¡Sentía lo mismo que él! Dios. Donghae pensaba que colapsaría, el alcohol en su cuerpo huyo de él cuando calló en la cuenta de la situación. Cuando Hyukjae dejo su cuerpo y camino con pasos trastabillados al otro rincón del cuarto. Pegado a la pared y con ambas manos cubriéndose su rostro.
Donghae quedo inerte y mirando a la nada. Lágrimas de sus ojos caían. Hyukjae también lloraba y ahora se aseguraba a si mismo que lo había perdido todo. Que este era el final para su amistad. Que Donghae nunca lo vería como él lo veía. Se lamentaba por haberlo dicho pero en el fondo, en su alma. Sentía alivio y una carga menos.
--Te...te dejare solo – susurro al girarse – Entiendo que quieras pensarlo o si decides poner fin a nuestra amistad. —camino hacia la puerta. – Te esperare, Donghae.
--Hyukjae...
--No digas nada, no ahora que debes estar confundido.
--No...yo – cuando Donghae se dio cuenta, era tarde porque su cuerpo corría en busca del de Hyukjae para evitar que huyera.
En un segundo Donghae termino apresando la cadera de Hyukjae en sus brazos. Hyukjae dio un salto por el repentino acercamiento. Se zarandeo para salir de esos brazos y huir. No quería oír a Donghae, no ahora. No estaba preparado para el final.
--¿Por qué huyes? Es momento de que me escuches a mí ¿no crees?
--No ahora, Donghae – pidió entre sollozos.
--Está bien – Donghae giro para quedar frente a frente. Tomo el rostro de Hyukjae en sus manos. – Yo también Hyukjae... Yo también te quiero.
--Donghae...
Donghae no respondió... Donghae lo beso.