—Alya—susurre parada a su lado en los asientos de la clase.
— ¡¿Marinette?! —Dejo lo que sea que estuviera haciendo con su celular y se levanto, puso sus manos en mis brazos— ¿Qué sucede? —Pregunto con la mayor preocupación del mundo.
—Ayer fue el peor día de todos—mi voz tembló y apuesto a que tenia la expresión de una niña pequeña.
No quería hablarle a Alya sobre lo ocurrido, pero... en cuanto la vi no pude evitarlo, me trague mi orgullo obligándome a sonreír en casa sin embargo tal vez sea debido a la confianza que le tengo que no pude hacerlo delante de ella.
—Siéntate—dijo y me guio hasta mi asiento, me senté a su lado. — ¿Qué fue lo que paso? —Pregunto con tranquilidad.
Mire en todas direcciones para asegurarme de que nadie estuviera oyendo, y lo mejor fue que Nino y Adrien aun no llegaban.
—Alya, yo...—puse mis brazos en la mesa y luego suspire inclinado la cabeza—Recordé varias cosas—hice una pausa, no la mire, pero apuesto a que se está regodeando de felicidad—Entre ellas que me gusta Adrien. —Finalmente lo solté.
— ¡Marinette, eso es fantástico! —Puso su mano sobre la mía con alegría.
—No, no lo es—mire hacia otro para evitar sus ojos los cuales seguramente centellarían de entusiasmo—Yo, me di cuenta que debo rendirme.
Alya permaneció en silencio, no dijo absolutamente nada, creo que ni siquiera podía oír su respiración, la ansiedad que creció en mi fue tanta que me voltee a mirarla y...ella estaba en blanco.
— ¿Alya? —Pregunte dubitativa mientras movía un poco su hombro.
Ante esto pareció reaccionar y me frunció el seño.
— ¿Quién eres tú y que has hecho con Marinette? —Estaba enojada, y mucho.
— ¿Qué dices?
—La Marinette que yo conozco nunca se habría rendido, hay muchas cosas que la desalentaron pero aun así no se rindió entones ¿Por qué ahora te rindes?
—Tú no entiendes.
Que curioso, así como mis suspiros esa frase había aumentado mucho en comparación a las veces que la usaba antes.
—Es muy fácil decir eso cuando no te explicas.
— ¡Maldita sea! —Dije levantándome.
Todos se giraron a verme pero nadie dijo nada, cuando llegue hasta la puerta para mi mala suerte Adrien estaba entrando junto con Nino, al verme sonrió.
—Ho...
Pase por su lado sin darle tiempo a terminar su frase, detrás de mi Alya se disculpo con él utilizando alguna tonta escusa para después seguirme.
—No tenias porque tratar mal a Adrien si eres tú la que quiere rendirse, él no te ha hecho nada. —Se quejo detrás de mí.
Ignorándola me encamine a la biblioteca y al entrar Alya aun seguía detrás de mí.
— ¡Escúchame cuando te hablo Marinette! —Grito y la bibliotecaria la hizo callar.
Frustrada tome su mano y la lleve hasta el último panel para escondernos detrás de este.
—A él le gusta alguien más ¿Cómo no rendirme si se eso? —lo susurre, pero sin embargo estoy consciente que fue lo suficiente alto como para que Alya escuchara.
—Pero...—asumo que se quedo sin palabras—Eso, —encontró las palabras—Eso no quiere decir que no puedas gustarle tu, tal vez haya una manera de...
—Es LadyBug—la interrumpí.
— ¿Eh?
—La persona que le gusta es LadyBug, tu idolatrada LadyBu, dime Alya tu que la conoces tan bien ¿Cómo se compite con alguien que ha salvado Paris un sin número de veces? —Pude ver que estaba helada, y no solo por mi manera de comportarme y odio en las palabras que utilizaba sino también por la noticia—Sin mentir, por nuestra amistad dime ¿Soy mejor que LadyBug?
Ella permaneció en silencio mientras me miraba.
—No puedes responder, porque la respuesta es no. —La enfrente— ¿Qué tengo yo que sea mejor que una super heroína? Es imposible competir con eso.
Alya miro hacia abajo y después volvió a levantar la vista.
—Bueno, sin mentir creo que tienes algo de razón pero no es verdad que no puedes competir con ella, Marinette tu eres una gran persona, eres fantástica, siempre preocupándote por los demás y dando lo mejor de ti en todo lo que haces o emprendes, también eres una gran diseñadora, no sé si lo recuerdas o no pero fuiste felicitada por Gabriel Agreste, el mejor diseñador de toda Francia y padre de Adrien, ¿Por qué tienes tan mal concepto de ti? Eres grandiosa Marinette, valórate un poco más.
Sus palabras llevaban tanta verdad en ellas que no pude decir nada más, no porque en realidad me las creyera, sino que al menos hice algo bien durante ese año y fue conseguir una amiga tan buena como Alya.
— ¿Está mal que sienta tanto orgullo de mi misma por tenerte? —Pregunte con una sonrisa.
—Por supuesto que no. —Abrió sus brazos.
Cuando la abrace finalmente comprendí porque me sentido tan a gusto con una persona que "apenas conozco", Alya es sensacional, no cualquiera puede tener a una amiga como ella.
—Aun así voy a rendirme Alya—me aparte un poco—Siento que estoy cansada de pelear, supongo que tu entenderás eso mejor que yo.
—Por supuesto, y, si es lo que quieres entonces está bien—apoyo su mano en mi hombro—Claro que si cambias de parecer estaré aquí para ayudarte en todo.
—De eso estoy segura.
Durante el recreo me disculpe con Adrien y como era de esperarse me dijo que "No importaba" y comprendía que este bajo presión en estos momentos, me alegra que sea tan considerado, después de que ayer le dijera que me gusta que seamos amigos y lo trato de esta manera cualquiera se sentiría ofendido, pero él no, es tan... ¿Sera amabilidad?
—Nos vemos mañana Marinette—me saludo Alya a la salida de la escuela.
Doy gracias porque haya decidido investigar un poco más en internet antes de volver a hacer una investigación de campo y me arrastre con ella.
Me encamine a una papelera que estaba bastante cerca, necesitaba comprar un nuevo lápiz para continuar con mis diseños, cuando finalmente conseguí el lápiz que buscaba abrí mi pequeña cartera para sacar el dinero que había guardado el día anterior antes de ir a la escuela y me encontré con que... no tenia los aretes, estaba segura que había dejado esa cajita dentro de la cartera después de hablar con mi mamá, revise un poco mejor, no, no, no es posible.
—No está. —Balbucee mientras comenzaba a entrar en pánico.
— ¿Disculpe señorita? —Pregunto el vendedor.
—Así—le entregue en dinero—Aquí tiene.
—Gracias por su compra.
Salí del local y revise una vez más entre los pocos objetos que tenia conmigo pero seguí sin encontrarlos.
¿Cómo puede ser? ¿En qué momento los había perdido? Pudo haber sido en cualquiera, pero lo más seguro es que haya sido cuando ayudaba a Alya a encontrar a Lady Bug.
Pero ¿Cuándo? ¿En qué lugar? Y si lo supiera ¿Seguirían allí?
Piensa, piensa.
—Tengo que encontrar esos aretes.
Corrí en busca del lugar que quedaba más cerca, cualquiera de los que visitamos ayer para empezar estaría bien, solo necesitaba encontrarlos.
Sin embargo luego de haber visitad tres de cinco lugares preguntando a todo el que viera no encontré nada, sin más opción que llamar a Alya lo hice.
— ¿Marinette? —Pregunto en cuanto atendió. —Llamas en buen momento, estaba a punto de hacerlo no tienes idea de lo que...
— ¡Ahora no Alya! —Ella no dijo nada más—Escucha, perdí unos aretes que traía en una pequeña caja negra, lo más probable es que ayer y necesito encontrarlos como sea ¿No tienes alguna idea? —Las palabras se atropellaron unas con otras al salir de mi boca.
—Tranquilízate Marinette, ¿Aretes? ¿Cuáles? ¿Esos que siempre traías puestos?
— ¡Exacto esos! Tengo que encontrarlos Alya.
—Bueno, ahora que lo dices ¿Ayer no tropezaste con alguien? —Pregunto dubitativa.
—Alya era un ancianito ¿Cómo podría él ser un carterista? Y en todo caso debió haber tomado mi celular no unos aretes de valor dudoso—conteste exasperada ¿Se estaba tomando esto enserio?
—Oye tenía una camisa hawaiana en medio de parís, no parecía un turista, para mí eso es algo sospechoso.
— ¡Alya ayúdame!
—Lo siento Marinette, no tengo idea de en qué momento pudiste haberlos perdido, y si eran tan importantes ¿Por qué te los quitaste? —Esa pregunta sonó a acusación.
— ¡No lo hice yo me los quitaron en el hospital!
—Aja, y entonces ¿Por qué no volviste a ponértelos?
Es verdad ¿Por qué le di tantas vueltas a ese asunto?
—No lo sé, cada vez que iba a hacerlo lo dejaba para más tarde.
—Entonces no son importantes, deja de sufrir por ello, ¿Puedes comprarte unos nuevos? —Sugirió al final.
—Adiós Alya, gracias de todos modos. —Colgué—Pero yo no quiero unos nuevos, necesito esos.
Una vez término de visitar los dos lugares restantes me rendí. Debía volver a casa antes de que anocheciera o de lo contario mi mamá comenzaría a preocuparse, mañana buscaría en la escuela y en cuanto llegara a casa lo haría allí.
Dos horas más tarde cada cosa en mi habitación estaba fuera de lugar pero los aretes no aparecieron, lo peor es que antes de subir le pregunte a mamá por ellos y no tenía idea de donde podían estar.
¿Qué voy a hacer? No puedo perderlos.
"¿Por qué no volviste a ponértelos?" La pregunta de Alya sonó en mi cabeza.
"Entonces no son importantes" Le siguió su afirmación.
Es cierto ¿Por qué me importan tanto? Puede que los usara siempre pero, tranquilamente podría tener unos nuevos si quisiera, sin embargo esos aretes son especiales, necesito recuperarlos.
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Bueno chicas, hoy subiré dos capítulos, ahora mismo me dedicare a escribir el segundo.
1.3K no lo reo, no pensé que tuviera tan buen recibimiento por su parte, muchas, muchas gracias.
Ustedes se preguntan ¿Por qué no hago que Marinette se ponga los aretes? XD Verán es para una parte importante de la historia, cuando Marinette lo haga será un momento crucial para esto y además de eso desatara más momentos cruciales, solo esperen verán que valió la pena esperar.
(Les deje la canción con la que escribí)