Jimin y yo no éramos los únicos. Todos nosotros teníamos remordimientos sobre Yoongi.
Si le dijéramos a Yoongi, me pregunto si nos creería.
– Buenos días.
– ¡Buenos días, Yoongi! –exclamamos las chicas y yo al unísono.
– ¡Yoongi, hoy te ves más guapo de lo normal!
– ¿Qué rayos? Viniendo de ti, Nancy, ¡puaj!
– Ella tiene razón. ¡Eres muy guapo! –concordó Jane.
– ¿¡Qué hay de mi!? –preguntó Jimin.
– ¡Normal!
– ¿¡Eh!?
Nos dirigimos a un lugar apartado en los patios, aprovechando el momento en el que Yoongi fue a saludar a unos miembros del club de fútbol, para hablar sobre las cartas.
– ¿No son sus cartas algo cortas? – pregunté.
– ¿Oh? ¿Eso crees?
– ¿No es esto normal? Unas cinco páginas...
– ¿Qué tan largas son las tuyas, Alice?
– Las mías tienen entradas de días individuales. En ellas dice que ocurrirá en un día específico y qué debería hacer con mucho detalle... Supongo que esa es la razón de que la mía tenga más de diez páginas.
– ¡Más de diez páginas! –exclamó Jane entre risas.
– ¡Caray! ¡Eso es tan típico de ti, Alice!
– Incluso después de diez años, trabajas arduamente.
– ¿Qué es lo que hay escrito en sus cartas? –pregunté.
– La mía dice: "Cooperen para que Alice y Yoongi puedan estar juntos para siempre." –respondió Jane. Inmediatamente Nancy se acercó a mi e hizo una reverencia.
– ¡Lo siento, Alice! –exclamó.– Mi carta dice "en vez de apoyar a Cindy, apoya a Alice."
– ¿Y aún así apoyabas a Cindy? Vaya... –se preguntó Namjoon.
– Bueno, después de todo... ¡yo no creía en la carta en ese momento! Al inicio pensé que era una broma. Es decir, la carta también dice que Alice se enamora de Yoongi pero, jamás pensé que Alice se enamoraría de alguien.
– Sé a lo que te refieres... –comentó Jimin.
– Pero, cuando Yoongi empezó a salir con Cindy, Alice empezó a actuar de manera extraña. Ahí fue cuando me di cuenta de que esta carta era real. Y me sentí mal por no apoyar a Alice en ese momento. Pero, de ahora en adelante, ¡tienes mi completo apoyo!
– ¿¡Eh!?
– No queremos tener más remordimientos.
– ¡Eh, esperen! –exclamé nerviosa.– ¡Voy a estar bien sin todo su apoyo!
– Yo pienso que está conectado con salvar a Yoongi.
– ¿Salvar a Yoongi?
– Estoy segura de que eres la única persona capaz de hacerle feliz.
– Pero... es realmente difícil. No sé que es lo que debería hacer.
– Eso es fácil. Cuando le digo "buenos días" a Yoongi, él no está muy complacido. Pero, cuando eres tú quien dice "buenos días", él está muy complacido. ¿¡Entiendes!?
– «No...» –pensé.
– Lo entiendo. –dijo Jimin.– Un chico se alegra de recibir un mensaje de la chica que le gusta. Así que, incluso un saluda estará bien.
– Si le enviara un mensaje a Yoongi... ¿crees que estará feliz?
– Claro que sí.
Todas las preocupaciones que llevaba en mis hombros ya no parecen reales. Toda mi mente ha cambiado. Se siente como si un peso en mi pecho se hubiera desvanecido.
Las dudas que tenía ayer... ya no son solo mías.
– Alice, ¿ocurre algo? –preguntó Yoongi al verme de pie tras él.– Te has quedado ahí. ¿Vas a colocarte tus zapatos de la escuela?
– Ah... sí. No quería tropezar como la última vez. Así que pensé que me los colocaría después de que terminaras.
No quiero estar avergonzada de nuevo.
– ¡Yoongi! ¿Por qué no sostienes la mano de Alice? –preguntó Nancy a la distancia.
– ¿¡Eh!?
– Sostén su mano para que seas su soporte.
– ¿¡Qué!? ¿¡Por qué debería sostener su mano!? Me adelantaré. –dijo y se fue pasando por mi lado.
– Ah, huyó.
– Cállate.
– ¡Yoongi! –exclamé haciendo que volteara.– ¡Buenos días!
– ¿....Eh?
Jane y los demás estaban aguantando las carcajadas.
– Ya habías dicho eso antes, ¿no? ¿Por qué decirlo de nuevo?
– Yo... Yo lo sé, pero... mi sincronización estaba...
– Ja. –exclamó para luego reír junto con los demás.
– «Ah. Es cierto. Sonrió.» –pensé.
Si Yoongi tal vez le dijera a todos sus problemas haría más liviana su carta.
– ¡Oigan! ¡Tomé prestada una batuta! ¡Vamos a practicar! –exclamó Yoongi. Yo estaba junto a él, y podíamos ver como los demás estaban de cuclillas susurrando.
– Todos hagan lo mismo que yo, ¿de acuerdo? –susurraba Nancy.
– ¿Qué están murmurando? –preguntó Yoongi acercándose.
– Nada en realidad. Estábamos decidiendo el orden de los corredores.
– ¿Eh? Bueno, ¿cuál es el orden?
– Bueno...
***
¡No olvides que el 5 de Octubre es mi cumpleaños! *carta de Nancy.
Después de clases ese día, todos te darán un regalo de cumpleaños. Según lo recuerdo, justo cuando todos deciden caminar a casa juntos, empieza a llover.
Alice tiene su propio paraguas y Yoongi dice: "Déjame cubrirme con eso."
Por coincidencia, el regalo que Namjoon me dio era un paraguas, el cual se lo presté a Yoongi.
Al final, volvimos a casa Jane y yo compartiendo el paraguas con Alice, mientras que Yoongi, Jimin y Namjoon compartieron el que Namjoon me regaló.
Me pregunto qué habría pasado si no hubiera prestado mi paraguas. ¡Así que no le prestes tu paraguas a Yoongi!
***
– ¡Nancy! ¡Feliz cumpleaños! –exclamamos al unísono.
– ¿¡Qué!? ¡No tenía idea! –exclamó por la sorpresa.
– Oye, Namjoon.
– ¿Sí?
– ¿Porqué me darías un paraguas? –preguntó mientras habría los regalos.– ¡No deberías darme un paraguas!
– No pude pensar nada mejor, así que ¡confórmate con eso!
– Y ahí van, la pareja de esposos discutiendo de nuevo.
Luego de celebrar el cumpleaños adecuadamente, nos dirigimos a la salida.
– Ah. Lluvia. –dijo Yoongi al ver el exterior. En eso, todos sacan un paraguas. Él se sorprende notoriamente.– Esperen. ¿Por qué todos llevan paraguas?
– El reportaje del clima decía que iba a llover. –respondió Jimin.
– ¡Claro que no! ¡Dijo que iba a ser soleado! Compartamos tu paraguas.
– ¡Olvídalo!
– ¿Por qué no? Vale, entonces... Namjoon....
– ¿Por qué?
– Oh, vamos... ¡Nancy! Préstame tu paraguas.
– ¡De ninguna manera!
– ¿Por qué no? Namjoon justo te regaló uno. Déjame usar uno de los dos.
– ¡No! ¡Voy a atesorarlo, no lo usaré! ¿Sabes cuán difícil es que Namjoon te regale algo?
– ¿Cuál es la utilidad si ni lo utilizas?
– ¡Olvídalo!
– Yoongi... ¿quieres usar el mío? –pregunté ofreciendo mi paraguas.– Yo compartiré con Nancy...
– Quiero compartir contigo.
– ¿Eh?
– Volvamos a casa juntos.
– ¿Eh...? Uh... Claro.
Caminar juntos así... eso significa...
Nuestros hombros están rozándose entre sí.
– «Solo un poco más. Quizá así estará bien.» –pensaba mientras trataba de mantener distancia sigilosamente.
– Alice, no te quedes tan lejos. Te vas a mojar.
– ¿Eh?
– Acércate a mí.
Me tomó por la cintura acercándome más a él. Me sorprendí tanto que me alejé de él de golpe, el paraguas se estropeó al caer. Quedamos completamente empapados bajo la lluvia.
– P... Perdona. Me sorprendiste... –él solo que sonrió a medias, fue una mirada lúgubre.
– ¿Deberíamos buscar refugio de la lluvia?
Esto no va a funcionar. Claro que no. Sin las cartas, las cosas vienen con problemas.
– Yoongi... intenta usar esto. Un pañuelo. –dije una vez ya bajo el techo.– ¡Ah! No te preocupes, es uno nuevo.
– Úsalo tú, Alice.
– Yo tengo otro, así que...
– Gracias.
– Lo siento... de veras...
– Está bien. Es mi culpa, también. ¿No te gusta compartir un paraguas?
– No es eso. Solo me puse nerviosa. Disculpa.
Es lo más nerviosa que he estado alguna vez. No creo que mi corazón haya latido tan rápido antes. Estábamos tan cerca, nuestras voces tan cerca... ¿Es esto lo que se siente cuando estás en una cita?
Bueno... si es así..
– No fue desagradable. –dije.
– Tampoco fue desagradable para mí. Lo mismo para cuando perdiste el equilibrio mientras te colocabas tus zapatos y te sujetaste de mí.
– L... Lo dudo. Estoy segura de que fue una molestia.
– No fue una molestia, para nada. De hecho... me hizo muy feliz. –cubrió su rostro.– ¿Pero qué estoy diciendo?
Yoongi es siempre abierto. Siempre muy directo. Él comunica tan claramente sus sentimientos, pero él no fue capaz de decir: "vamos a caminar de la mano." Tal vez Yoongi también estaba nervioso. Tal vez él es justo como yo.
Yo pensé que era la única que estaba ansiosa todo el tiempo.
Y tal como hizo Yoongi en la escuela, estiré mi brazo mostrando la palma de mi mano.
– No la tomaré. –dijo.– Eso es suficiente. Después de todo, ya nos hemos tomado de las manos en el festival escolar.
– ¿Una vez es suficiente?
Él me miró por un momentos, y tomó mi mano.
Yoongi está ruborizado...
– Perdona. –dijo.– Normalmente no quieres que nos tomamos de las manos, así que estaba siendo pesado.
– Bueno, después de todo si no me hablas de eso, ¡no sabré que querías hacerlo!
Apuesto a que estoy más ruborizada que él.
– ¿Quieres salir?
– ¿Eh?
– Si dices "salgamos" entonces saldremos.
– Eso está bien. Estoy feliz... incluso si no salimos.
– Sí. Igual yo.
Pero, la verdad es que quiero intentar salir con él. Eso tal vez nos haría incluso más feliz.
– Alice, ven. Acércate.
– ¿Eh?
– Más cerca. Más...
– Pero...
– Más cerca. Más cerca. –colocó el pañuelo que le presté en todo mi rostro.– Si no haces un buen trabajo secándote, te vas a empapar.
– ¡Esta bien, esta bien! ¡Me secaré!
***
– Me pregunto cómo les va a esos dos.
– ¡Tal vez hicieron algún avance!
– Esos dos, caminando juntos bajo solo paraguas es un avance.
– Tienes razón. Considerando como son. Siempre caminan con una cierta distancia, incluso cuando ellos deberían estar juntos. Así que verles juntos así... me hizo feliz. –decía Nancy.– Espero que podamos verlos juntos así en los próximos diez años.
– Yo también. –concordó Jimin con una sonrisa.
– Jimin, dame un poco de tus papas fritas. –dijo Namjoon tomando un puñado de papas.
– ¡Eso es más que un poco!
– ¡Allí está! ¡Namjoon ataca!
Deseo que esos tiempos felices pudieran siempre durar un largo, largo tiempo. Pero, eso no puede ser un deseo.
Una vez en casa, abrí el cajón y leí la siguiente fecha en la carta.