"Vamos, toma tu mochila y corre"- dijo gruñendo de dolor, y volviendome a la realidad. Tomó mi mano, y salimos a toda prisa de ahí. Fue tanta la adrenalina que sentí un frenesí de risa apoderarse de mi cuerpo.
"De que te ríes"- dijo él contagiándose de mi estado, y algo agitado.
"No lo sientes, cielos acabamos de saltar una valla, y burlamos al conserje. Somos como los protagonistas de "El infiltrado", oww"- respire hondo para asimilar las cosas y lo que acababa de hacer.
"No me digas que nunca te escapaste del colegio"-
"No, y si Yale sabe de esto seguro me expulsa"- empezamos a caminar hasta llegar a un parque.
"¿Yale?" - preguntó Thomas, mientras paramos en un carrito de helados.
"Sí, la Universidad a la que quiero ir"
"No crees que es muy temprano para pensar es eso"- nos sentamos en una banca situada en el medio del parque.
"No, he planeado esto toda mi vida. Es mi sueño"- dije emocionada, la verdad es que eso causaba en mí hablar de mi futuro universitario, y el hecho de independizarme de mis padres.- "¿A qué universidad irás tú?.
"No lo sé, a cualquiera, la que me acepte"- se alzó de hombros lamiendo el helado de chocolate que había comprado.
"Eres muy listo en Biología, a diferencia de mi, eso es un punto muy a tu favor. Alguna universidad de seguro requiere tus conocimientos"- lamí mi helado de mora, y se me apetecía tanto el helado de Thomas, siempre mezclaba esos dos sabores, pero al ser él quien los compro no podía tomarme el lujo de que me complasca.
"Si tu lo dices"- un poco de helado se le cayó en piso.- "¿Qué? nunca has visto gotear un helado"- soltó frío, a veces odiaba su bipolaridad.
"No, es solo que... "- sentía hacerse agua mi boca al ver su postre - "¿me... me das poco?"
"¿qué?, pero si ahi tienes el tuyo"- se burló.
"Bueno, es que... ¿nunca has mezclado mora y chocolate?"- pregunté mirando directamente a sus ojos.
"No, ¿por qué lo haría?"
"Y después soy la que no ha vivido"- le quite el helado de las manos y lo choque con el mio, dejando mora en el suyo y chocolate en el mio. Se lo devolvi - "Ahora pruébalo"- dudo un poco pero al fin se lo llevó a la boca.
"No está mal"- siguió devorando su helado.
"Te lo dije"- acercó su helado otra vez y repetí el proceso.
"Tienes algo en la mejilla"- dijo riendo, me alarme y sin darme cuenta intente quitarme ese 'algo' con la mano que sostenía el helado, y ahora si me manche.
"Eres un imbécil"- baje la mochila para buscar un pañuelo y limpiarlo pero sentí algo frio y calido en mi cara.
"Listo"- dijo él, con una sonrisa. Había limpiado con su lengua el helado de mi cara y un nerviosismo extraño se presentó en mi cuerpo.
"¿P..p..porque.. porque lo hiciste?- solté en hilo de voz.
"Te veias apetitosa"
"No vuelvas hacerlo"- me puse de pie, en cierta parte me enfureció que lo hiciera, pero por otra... un deseo atroz de que lo haga de nuevo invadió mi cabeza.
"No prometo nada"- susurró en mi oído. Ahora dejo de lado al chico dulce, al chico rudo y se volvió 'el seductor'.
"Me asustas ¿lo sabes no?"- dije algo nerviosa y Thomas asintió levemente <<raro>> pensé- "Es tarde, deberíamos volver"- las horas pasaron volando, tanto así que el timbre de regreso a casa ya debió haber sonado.
"Vuelve tu si quieres, yo... tengo cosas que hacer"- un brillo malévolo volvió sus ojos más oscuros, tan oscuros y electricos como un día de tormenta.
"Como quieras. Y... gracias por el helado"- me di la vuelta y comencé a caminar tratando de escabullirme entre la multitud.