Tenerife sea.
La observé caminar hacia mi y me sentí orgulloso de lo que habíamos logrado juntos. Recordé el día en el que la conocí, el día más hermoso de mi vida.
. . .
Caminé por el largo pasillo que daba al campo de juego, me pare un momento y decidí desviarme hacia las gradas, el Juventus Stadium, por la tarde, era algo lindo de ver, ayudaba muchísimo cuando sentís que las cosas no van bien. Caminé entre medio de los asientos, los cuales veía repletos en cada partido. Me senté admirando el gran lugar, sentí algo debajo mío entonces revisé.
— ¿un celular?
—casi muero. —escuché detrás mío y me di vuelta. —si, es... —me miró y se lo di. —gracias, pensé que lo había perdido.
—perdón, pero, ¿qué haces acá?
—si molesta mi presencia, yo ya me estaba yendo. —explicó mientras sonreía.
—oh, no, no, no, no me malinterpretes, sólo lo decía porque pensé que no habría nadie a esta hora.
—oh, si, es que no hay nadie además de nosotros, siempre vengo a esta hora porque las cámaras no están prendidas y...—al parecer se arrepintió de decir eso y sonreí. —no debí haber dicho eso... Pero te juro que ya me estaba yendo así que no te...
—no, está bien. Solamente estaba admirando mientras pensaba, nada más.
—días difíciles, ¿eh? —preguntó mientras se sentaba, la seguí.
—algo así, ese partido no fue como lo esperaba.
—señor Paulo Dybala, como gran fanática del club, nunca pensé que hablarías así, además Bayern no fue de lo mejor, ya pasó y ahora queda seguir con esto, estamos con ustedes, todos. —finalizó y sonrió, sonreí también debido a sus palabras, fue fácil dejar de pensar con ella ahí.
Sonreí ante el recuerdo, sonreí por tenerla hoy conmigo.
—hola.
—hola. —sonrió al estar en frente mío.
—no tengo que decirte mucho, se que va a estar bien con vos, confío.
—muchas gracias, señor. —dije y abrace a su papá.
—estas hermosa.
—vos más, precioso. —susurró y sonreí.
Así es, habíamos decidido el día de hoy unirnos por el resto de nuestras vidas, habían sido largos años caminado juntos, uno al lado del otro. Mientras nos hablaban recordé el día en el que, después de algunos meses conociéndola, me anime a hablarle de lo que sentía. Aquella final luego de haber sido campeones, había sido la excusa perfecta.
. . .
La vi entrar al campo de juego y corrí a abrazarla, la levanté mientas dábamos vueltas, estaba feliz.
— ¡felicitaciones, nuevo campeón! ¡que feliz estoy por ustedes!
— ¡gracias! Que bueno es verte acá conmigo.
—para eso estoy. —sonrió feliz y entonces no lo dude, no aguanté, tomé su delicado y precioso rostro en mis manos y la bese, ansiaba hacerlo quizás desde el día en el que la conocí, desde el día en el que me hizo sonreír por primera vez, desde el día en el que me corrió de mi eje y me dejó mareado, contento.
—te quiero, Vir. Te quiero demasiado y me haces bien, supe que quería verte a mi lado desde aquel día en el que te vi en este mismo, contándome lo de las cámaras, tranquila, no se lo dije a nadie. —confesé y reímos. —todo lo que sos, es todo lo que alguna vez necesite. —la miré por algunos segundos.
—me salvaste, Paulo Dybala, y encontrarte fue lo mejor que pudo haberme pasado, además de que nadie se de cuenta de que entraba en el momento en el que las cámaras estaban apagadas. —susurró tomando mi mejilla mientras reíamos. —te quiero, te quiero muchísimo. —finalizó y sonreí, la besé, la besé demostrando todo mi amor por ella en ese beso.
...
—puede besar a la novia. —finalmente escuché la bendita frase y la miré sonriendo. —te amo, amore mio. —dije y la besé.
...
—primer baile de marido y mujer frente a todas las personas importantes, es increíble.
— ¿es como lo imaginabas? —preguntó.
—no.
— ¿no?
—es mejor, tengo a una hermosa mujer que me acompaña y va a acompañarme por el resto de mi vida. Además recuerdo haberla escuchado hablar alguna vez sobre... ¿Mykonos? Playas preciosas, calles preciosas, casas preciosas, voy a omitir la parte de que ahí podrías llegar a encontrar algún dios griego porque ya tenes suficiente con este hombre. —dije y rió.
— ¿un dios griego? ¡por favor, no! Yo ya tengo mucho con usted, señor Dybala.
—señor Dybala, señora Dybala, ¿no suena eso lindo?
—Vir Dybala, tendré que acostumbrarme, suena hermoso.
—te amo mucho, hermosa.
—Ti amo tanto, amore mio. —sonrió y me besó y sólo eso necesité. Hubo días en los que quise darme por vencido en esto y ya no seguir, sin embargo ella estuvo ahí con sus abrazos, palabras, su amor, iba a estar bien si ella estaba a mi lado.
Y aunque no siempre he entendido mis culpas y mis fracasos, en cambio sé que en tus brazos el mundo tiene sentido.
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Cómo va?!
Bueno, bueno, este es para la bella dybalaking
espero que te guste muchísimo y MIL PERDONES POR LA TARDANZA!
Quise que quede lindo y espero haberlo logrado
Espero que estén super bien!
Si leen esto---->sigan bien!
Mila<3