13 de Abril del 78,para ser mas exactos. Él tenia 18 años, ella 22.
Eran las 7 de la noche, Ruby salio a trabajar como usualmente lo hacia todos los viernes, aunque ese día se le había hecho un poco tarde.Llego a la habitación que le correspondía, sabanas color pastel,cortinas floreadas,una cama gigante, un sillón roto pero cómodo y un olor a latex que inundaba cada rincón del decrepito burdel.
— El trabajo se comienza a las seis no a las siete ¡SEIS,RUBY! — Dijo Micaela, una mujer rechoncha de unos 36 años,que tenia dos trenzas mal hechas y un color vino mal aplicado en sus labios.
— Lo siento,Micaela. Tyler se puso un poco enfermo y.. — Sus palabras se vieron interrumpidas por la chillona voz de la mujer.
— ¿Crees que me importa Tyler? — Dijo mientras arqueaba una ceja.
— ¡Es mi hermano!
— ¿Y? Acá todas tienen responsabilidades y no llegan una hora tarde,niñita. Si vuelves a llegar tarde no me va a importar que seas una de las prostitutas mejor pagadas y te tirare a la calle— Dijo mientras prendía un cigarro y la halaba del brazo.
— ¿A donde me llevas? — Decía sin comprender
— Te explicare — Decía mientras la metía a un cuarto lleno de vestidos y maquillaje extravagante— Hoy uno de los hombres mas importantes de este pueblo traerá a su pequeño hijito,para que una de nosotras...
— ¿Qué?
— ¡PARA QUE UNA DE NOSOTRAS LE QUITE LA VIRGINIDAD DE UNA VEZ!— Gritó,mientras pasaba su mano por la cara de Ruby — Y tú mi querida Ruby seras quien tenga ese "Placer" o debería decirte....
— Lola— Ya saben debían cambiarse el nombre infinidades de veces,para no ser reconocidas con su nombre original.
— ¿Lola?— Micaela soltó una carcajada— Que ridículo.
— ¿Que me debo poner? — Preguntó Ruby mientras rodaba los ojos.
— Esto— Dijo mientras señalaba un vestido de latex,negro,por supuesto.
— Esta bien — Dijo mientras le arrebataba la prenda. Ese era el vestido que todas querían usar en el burdel.
— ¡ILUSA!,claro que no usaras esto— Dijo Micaela soltando otra carcajada — Esto lo usare yo. Tú solo debes quedarte en tu tonta ropa interior.
— Romperás el vestido — Susurro.
— ¿Qué dijiste?
— Nada. Me pondré un poco de maquillaje.
Eran las 9 de la noche y Ruby seguía esperando en su habitación al dichoso cliente, pero nada,estaba pensando en dejar pasar a otro,pero de repente la puerta sonó. ¡Por fin! pensó Ruby. Era Micaela con su cliente.
— ¡LOLA! Te presento al joven Antony — Dijo mientras señalaba, un hombre poco atractivo,con lentes y con un olor a loción muy fuerte.
— ¡Buenas noches,muchacho! — Dijo con el tono mas seductor posible y mientras le daba la mano, Micaela se fue.
— ¿Esta listo?
— E-este no, no exactamente
— No se preocupe yo lo guiare — No podía creer que un joven de 18 años fuera virgen en ese tiempo y mucho menos que fue tan lento.
— Espere — Dijo mientras Ruby intentaba,quitarle la camisa.
— ¿Que pasa?
— No se como hacerlo
— Yo le enseñare,solo déjese llevar.
Después de esto ninguno dijo ni una palabra,Ruby solo estaba enfocada en guiar al "niñito" y recibir su paga. En cambio el se fijaba en cada detalle de ella y nunca quería que se acabase el tiempo.
— Hemos terminado,lo a hecho muy bien,Joven Antony — Mintió Ruby.
— A sido gracias a usted — Se sonrojo.
De repente tocaron la puerta, Ruby tomo su bata y se envolvió en ella.
— Debe irse, ya vinieron por su paga
— ¿Tan rápido?
— Vamos Antony— Dijo con la mayor dulzura posible— Es hora de volver a casa.
— Lola,volveré.
— Puedes volver para tu cumpleaños.
— ¡NO! Volveré mañana mismo.
Ruby rodó los ojos mientras el muchacho salia de la habitación,había sido el peor cliente de toda su vida,su olor extravagante, su saliva asquerosa y ese aliento que no le gustaba ni un poco.
Antony salio feliz, había sido la única mujer que le había provocado algo en él,durante toda su vida.
— Volveré mañana— Le dijo a su padre cuando estaba saliendo del lugar.
— Te llevare a otro burdel.
— No me importa el lugar, solo quiero volver a ver a Lola — Dijo mientras una estúpida sonrisa llegaba a su rostro.
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— ¿Y que tal estuvo el muchacho? — Pregunto Micaela mientra se sentaba en un extremo de la cama.
— Dice que mañana volverá—Dijo mientras arreglaba el cuarto para el próximo cliente
— Entonces mañana volverás a trabajar.
— Solo trabajo los viernes.
— ¿Y? Estos hombres tienen mucho dinero, no me permitiré perderlos.
— Entonces atiéndelo tú
—Si no vienes mañana, quedas despedida.
— ¿QUE?
— Ya te lo advertí, Ruby.