Nunca creceremos » louis toml...

By its-gemini

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¿Qué tanto puede significar un pedazo de papel en la vida de una persona? Para algunas personas grandes rique... More

Sinopsis.
Capítulo 2 "¿No me conoces?"
Capítulo 3 "Cómplices"
Capítulo 4 "¿Él quería estar a solas conmigo?"
Capítulo 5 "Cálmense hormonas"
Capítulo 6 "Más que amistad"
Capítulo 7 "¿Celoso, por qué?"
Capítulo 8 "¿Yo dije eso en voz alta?"
Capítulo 9 "¿Confías en mí?"
Capítulo 10 "No soporto verte con alguien más"
Capítulo 11 "Necesito palomitas"
Capítulo 12 "Eres insoportable"
Capítulo 13 "Mi perdición"
Capítulo 14 "Mejor y peor día"
Capítulo 15 "Última vez"
Capítulo 16 "¿Lo prometes?"
Capítulo 17 "Los tortolitos"
Capítulo 18 "Jane"
Capítulo 19 "Mentira"
Capítulo 20 "Él lo es todo"
Capítulo 21 "Liam"
Capítulo 22 "Novios de mentira"

Capítulo 1 "Duke University"

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By its-gemini

Supongo que empezar la universidad es lo que la mayoría de los adolescentes quieren… digo, tienen libertad total, se alejan de sus padres y no hay reglas. Pero yo… yo tengo miedo de todo eso, no es que no me guste la idea de ser independiente, siempre lo fui. Pero me asusta que todo sea como siempre, no conseguir ni un solo amigo, excepto Joe. Durante el último año de preparatoria el fue mi único amigo, ¿Por qué? Fácil, porque él es el único que me entiende y que puede llegar a ser tan loco como yo.

– ¡Lia! –gritó mi madre desde el pasillo.

Cómo odiaba que me gritaran en las mañanas, odiaba las mañanas en sí.

– Estoy despierta –le contesté en el mismo tono.

Decidí salir de mi cómoda cama para ir hacía el baño, me miré en el espejo y ugh… que aso, tenía ojeras y estaba despeinada, las raíces de mi cabello comenzaban a aparecer. Si, estaba teñida. Me gustaba mi cabello, pero el año pasado quise un cambio, cambie mi cabello castaño largo y lacio, por rubio de igual forma.

Luego de examinarme por varios segundos en el espejo me saqué el pijama y me metí en la ducha, estuve allí unos pocos minutos y salí del baño envuelta en una toalla. Entré a mi habitación y me puse mi ropa interior, entonces comencé a buscar la ropa en mi armario, si se le podía decir así… mi habitación era un desastre, había más ropa en el suelo que en los cajones. Por fin encontré un short de jean y una remera negra, mis vans negras y listo. Delineé mis ojos y pensé en peinarme, pero no… después de todo solo voy a estar todo el día en casa sin hacer nada hasta que a mi madre se le ocurra darme una lista de cosas por hacer.

Bajé y me tiré en el sofá, tomé el control remoto y comencé a ver The Vampire Diaries. Estaba concentrada en el televisor hasta que la voz de mi madre me interrumpió.

– ¿No piensas hacer nada en todo el día? –preguntó ya con los brazos cruzados, ugh… odiaba que se pudiera en esa posición era obvio que me iba a dar un discurso sobre la responsabilidad y blah… blah.

– No sé mamá, son vacaciones –dije sin dejar de mirar la televisión.

– Tendrías que hacer algo, no hiciste nada durante todas las vacaciones y en tres días se terminan.

¿Qué? ¿En tres días se terminan los días de no hacer nada? Era increíble como habían pasado tan rápido las vacaciones de verano, eso significa que en dos días tenía que mudarme desde Nevada hacía Carolina del Norte.

– Creo que tendría que empezar a empacar las cosas para la universidad –dije sentándome en el sofá.

– ¿Empezar? –preguntó mi madre– hace un mes dijiste que lo habías hecho.

Ciero, lo dije para zafar de una de sus limpiezas generales, tengo tan mala memoria que ni recuerdo las mentiras que dije.

– Eh, si… pero había empacado las cosas como accesorios, cosas para mi dormitorio –en realidad no tenía idea de que decir– y me falta la ropa –mentira, me falta todo.

– Está bien –contestó un poco pensativa– cuando termines con tu ropa anda al ático, ahí hay todavía algunas cosas de cuando eras una niña, tienes que fijarte que es lo que quieres conversar.

– Bueno –bostecé y me levanté del sofá. Necesitaba dormir más.

Con las pocas ganas que tenía fui al ático para buscar las valijas que se encontraban allí, tomé una roja bastante grande y otra un poco más chica que era marrón con varias etiquetas pegadas, antes de salir de allí recordé lo que mamá había dicho sobre las cosas de cuando era niña.

Di un vistazo general hasta que vi una caja con varios juguetes, encontré una barbie que le faltaba una pierna, dos autitos de colección ¿Es raro? No lo creo, prefería jugar con autitos antes de que con muñecas. Continué sacando todo de la caja hasta que en el fondo encontré una carpeta con varios dibujos, en la tapa tenía escrita el número 1996, el año en el que había ido al jardín de infantes.

Mirando todos los dibujos que había allí me encontré con uno de dos personas tomadas de las manos.

– Louis –susurré sin siquiera pensarlo. Louis había sido mi único amigo en la infancia, ese pequeño de ojos celestes y sonrisa brillante iluminaba cada uno de mis días. Él me dio mi primer beso en segundo grado y luego de eso prometió que seríamos novios en el futuro, un año después él se mudó y desde entonces nunca más lo vi. Me levanté del piso y vi la caja por última vez, allí habían dos crayones, uno rojo y uno azul, debían ser los que Lou habia usado para hacer el dibujo, los tomé y los dejé junto a las valijas con el dibujo.

Guardé los autos devuelta en la caja y tomé los demás juguetes rotos para tirarlos a la basura, muñecas y toda esa mierda de niñitas no tenían significado alguno para mí.

Volví a mi habitación, decidí poner el dibujo y los crayones en una bolsa transparente, de alguna forma eso era lo único que tenía de Louis y me hacía bien recordarlo. Ahora si, comencé a empacar todo lo que debía llevar a la universidad.

(…)

Al fin había logrado despedirme de mi mamá, si que se ponía sentimental en las despedidas. Ya estaba en el campus de Duke University, luego de un largo viaje hasta Carolina del Norte estaba muy cansada. Fueron varias horas, así que lo primero que hice fue ir hacía la recepción para buscar las llaves de mi nueva habitación.

Una señora de unos treinta y cinco años me pidió mis datos, y luego de unos pocos minutos me entregó la llave de mi nueva habitación y me indicó como llegar. Por suerte le presté atención y llegué rápidamente, ya que solo se encontraba a unos trescientos metros de la recepción. Cuando pude encontrar la habitación noventa y dos, coloqué la llave plateada en la cerradura y abrí.

Era una habitación bastante espaciosa, había tres camas. Una simple y otra superpuesta. Genial, tendría que compartir la habitación con dos posiblemente idiotas. Vi que en la cama superior ya había varios bolsos, por lo que intuí que estaba ocupada. Decidí dejar mis valijas a los pies de la cama simple y un bolso sobre la misma. Tomé mi celular y llamé a Joe, ya que tendría que encontrarme con él en el campus como lo habíamos previsto anteriormente. El teléfono sonó unas cuatro veces hasta que por fin contestó.

– Hola Lia –dijo Joe, parecía feliz.

– Hola peligro –sonreí, me encantaba llamarlo así– ¿Estás en el campus?

– Si, y me imagino que ya llegaste –tenía razón, así que no le dije nada y deje que continuara hablando– ¿Viste el carrito de café? –preguntó y entonces yo me acerqué a la ventana que tenía vista al campus– yo estoy allí.

– Uhm… –dije tratando de divisar el carrito, hasta que a lo lejos lo encontré– si, ya lo vi. Ahora bajo y nos vemos –colgué.

Tomé la llave y salí de la habitación, cuando iba caminando por el pasillo me crucé con dos chicas que no me quitaban los ojos de encima, parecía que habían visto a un mounstro, las ignoré y caminé hacía el campus de vuelta. Me dirigí hacía el carrito y una vez que encontré a Joe, salté sobre su espalda.

– Hey, hola –dijo tomándome de los brazos para que tuviera un mejor agarre sobre su cuerpo, adoraba poder usarlo como caballito, que infantil soy.

– Hola tonto –dije riendo y besé su mejilla.

(…)

Luego de una tarde recorriendo la universidad junto a Joe, iba caminando devuelta a mi dormitorio, cuando vi a un chico de cabello castaño claro, ojos celestes y sonrisa perfecta. Era hermoso, me quedé hipnotizada mirándolo por unos segundos hasta que vi a una chica colgarse de él, me costó solo unos segundos reconocer que esa chica era una de las que me había cruzado en el pasillo.

Pobre chico, pensé.

Continué caminando hasta por fin llegar a mi habitación, al abrir la puerta vi que había una chica en la cama inferior.

– Hola –dijo ella apenas me vio, con una sonrisita falsa. Ugh, como odio esas sonrisas.

Quiero decir, si alguien quiere sonreír me parece perfecto, pero ¿Por qué tienen que ser falsos?

– Hola –le contesté sin siquiera mirarla y me tiré en la cama.

– ¿Estás bien? –preguntó otra vez la chica, cómo si le interesara, por favor.

– Si, ¿Qué nunca viste a una persona acostarse en una cama? –le contesté mientras usaba mi celular.

– Soy Brooke –respondió otra vez con su estúpida sonrisa falsa– ¿Cómo es tu nombre?

– Lia –contesté sin ganas.

– Uhm… y ¿De dónde eres?

– De Nevada –ugh, ¿Por qué tenía que responderle todas estas estupideces? Ni que fuera a ser mi mejor amiga.

– Genial, yo soy de Los Ángeles –continuó ella como si yo le hubiera preguntado.

Perfecto, una californiana malcriada, dijo mi subconsciente. Yo sonreí.

– Eh… ¿Y qué me dices de la chica que venía hoy contigo? –pregunté tratando de buscar un tema de conversación.

– Oh, ella es Eleanor –dijo sonriendo– es mi mejor amiga y es la chica más popular desde secundaria, fuimos juntas desde siempre.

– Ah, genial –contesté y me levanté de la cama– y me imagino que al ser tan popular debe de tener un novio, ¿No es cierto? –pregunté, ese chico del cual se estaba colgando hoy, me había llamado la atención.

– Claro, su novio Louis –no puede ser que Brooke esté diciendo que ese chico se llame Louis, no puede ser que Louis Tomlinson sea ese Louis, eso es técnicamente imposible aunque hay una posibilidad.

– Ah, genial –sonreí falsamente mientras buscaba unos shorts de algodón azules junto a una musculosa negra y mi ropa interior– voy a bañarme, luego hablamos –por último tomé las toallas y salí de esa habitación.

Por fin había salido de esa sala de falsedad, cuando miré a mi derecha fue como “Oh-oh…” ahí venía la chica llamada Eleanor junto al supuesto Louis. Traté de hacerme la distraída con mi celular y caminé esquivándolos, por suerte lo logré.

Entré al baño y deje mi ropa en un estante para que esta no se mojara, cerré la puerta con seguro y tomé una relajante ducha, luego de vestirme salí del baño con mi cabello envuelto en una toalla. Me miré en el espejo y quité la toalla de mi cabello, con urgencia necesitaba teñirlo otra vez.

Volví a la habitación esperando que Louis no se encontrara allí y tuve suerte, Brooke seguía en su cama mientras que Eleanor estaba pintándose los labios de un rojo fuerte, ya parecía un payaso.

– Y tú debes ser Lia –dijo la cara de payaso.

– Si, ¿Y tu eres…? –dije esperando que completara la oración.

– Eleanor –sonrió extendiendo su mano– Eleanor Calder.

– Bueno – dije y volví hacía mi cama, tome el peine y comencé a cepillar mi cabello.

– ¿Vas a salir con Louis? –preguntó Brooke.

– Esta noche no, tengo una cita con Brad –sonrió Eleanor. Si que era una puta, salía con un chico y tenía novio, que asco– que ni se te ocurra decir nada, ¿Entendido, Brooke?

– Está bien –respondió Brooke.

– Y espero que tu sepas guardar secretos –me dijo Eleanor.

– No me interesa lo que hagas, ¿Sabes? –le respondí terminando de cepillar mi cabello.

*  *  *

En multimedia les dejo una foto de Lia.

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