**CANCIÓN SUGERIDA: "Unpack Your Heart- Phillip Phillip"
"Los encuentros más importantes fueron planeados por las almas antes incluso de que los cuerpos se hayan visto."
-Paulo Coelho
3/3 DEL MARATÓN DE FIN DE SEMANA
UNAS HORAS DESPUÉS:
—¡¿Qué?! —dijo Camila exasperada mientras Dinah la veía con una sonrisa. Ambas se encontraban esperando que sus hermanas salieran del colegio.
—Te dijo que te veías hermosa—dijo Dinah sonriéndole y Camila muy a su pesar terminó totalmente sonrojada.
—Ella es preciosa, Dinah—admitió finalmente Camila cruzándose de brazos y siendo sincera con su amiga—. Creo que es de las mujeres más hermosas que he visto en mi vida.
—A mí me parece más hermosa su amiga—dijo Dinah riendo—. La top model. Ya sabes—Camila puso los ojos en blanco.
—A mí también me parece atractiva—Dinah sonrió—. ¿Y tú desde cuando ves a las mujeres atractivas?
—Es atractiva—rio—. No estoy diciendo ninguna mentira. Pero tú prefieres a las amargadas con ojos verdes.
Camila sonrió un poco recordando a Lauren. Los ojos tan hermosos que tenía y su cuerpo. Y la forma en que la había mirado al decirle que era hermosa.
—Es preciosa—dijo Camila apoyándose en una pared viendo a su amiga—. Jamás en mi vida había visto a una mujer tan hermosa. Pero la detesto infinitamente.
—Bueno pues debes detestarla menos porque ahora es nuestra jefa—susurró Dinah y Camila suspiró.
—La única razón por la que acepte ese trabajo es por el dinero—Camila sintió un nudo en la garganta—. Soy lo único que tiene Sofí y si quiero ser su tutora legal debo hacer muchas cosas para finalmente poder cuidarla. Quiero darle todo y si esa es una forma de conseguirlo creo que puedo hacerlo. Solo será un mes. Y luego seguramente jamás volveré a ver a esa mujer de nuevo. Podremos vivir bien por un tiempo si puedo administrar el dinero y consigo otro trabajo.
—Y yo que pensaba que te gustaba—dijo Dinah riendo en el momento en que escucharon el sonido que daba por finalizada las clases y los gritos de los niños al salir.
—Me gusta mucho, pero solo físicamente—sonrió—. Esa mujer solo se ama a sí misma y es odiosa yo creo que nadie podría llegar a enamorarse de ella con ese carácter horrible que tiene. Es bipolar.
—Yo conozco a alguien que se volvería loca por ella—dijo Dinah dándole un guiño y Camila la vio con curiosidad.
—Me dijiste que era gay, ¿no? —Dinah asintió y Camila la vio un momento—. ¿Tiene alguna novia?
—Puede ser...—dijo Dinah empezando a caminar y Camila rápidamente se acercó a ella tomándola del brazo.
—¿Puede ser? —preguntó Camila sin saber porque sintiendo una punzada en su corazón ante la posibilidad—. ¿Qué clase de respuesta es esa? Es muy simple, solo quiero saber si tiene novia o no.
—¿Y porque tienes tanta curiosidad por saberlo? —sonrió Dinah al ver a Camila.
—Solo quiero saber a quién debo rendirle un tributo por aguantar a semejante monstruo—Dinah la vio sin creerle y Camila se cruzó de brazos—. ¿Vas a decirme?
—Podrías averiguarlo por ti misma—sonrió—. No es algo importante. Igual y va con ella a Japón.
—Bueno—dijo Camila seria—. Si no me dices yo no te ayudo a decirle a tu madre lo del viaje.
—Si no le dices tú tampoco vas—sonrió Dinah—. Serian treinta y cinco mil dólares menos en tu cuenta bancaria. ¿Tienes una cuenta bancaria?
—Eres una estúpida—dijo Camila golpeándola y caminando a la puerta para esperar a Sofí mientras Dinah sonreía poniéndose a su lado mientras Camila la ignoraba.
—La ultima pareja que se le conoció fue una modelo, parece que su nombre es Shay Mitchell—Camila se giró para verla—. Salieron a una fiesta y es de la única que se sabe la verdad. Ella es muy linda.
—Sé quién es—dijo Camila sintiendo un nudo en la garganta mientras su corazón daba un vuelco en su pecho—. ¿Tuvo una relación con ella?
—No creo que tuvieran una relación—sonrió—. Más bien era un entendimiento mucho más libre—empezó a reír y Camila la vio sorprendida—. ¿Crees que Lauren Jauregui es de las que cree en el amor? Seguro solo se acostaban juntas—varias personas se giraron para ver a Dinah y Camila se sonrojó un poco.
—Creo que no es el lugar adecuado para discutir de esto—Dinah la vio sin entender.
—¿Crees que estas personas no saben lo que es el sexo? —Camila la vio sorprendida, iba a responder pero en ese momento escuchó a Sofí.
—¡Kaki! —dijo Sofí fuertemente corriendo hacia ella y Camila la tomó en brazos dándole vueltas mientras reían—. Pensé que me iría en el autobús.
—Quería darte una sorpresa—sonrió Camila mientras besaba la mejilla de su hermana dulcemente—. Estaba pensando que podemos ir por pizza y a jugar al parque.
—¿De verdad? —sonrió Sofí emocionada y Camila asintió mientras veía a Dinah abrazando a su hermana fuertemente. Había pensado en hablar con su hermana sobre el viaje ese mismo día—. ¿Pero no debes de trabajar? —preguntó Sofí.
—Dinah va a cubrirme por unas horas—sonrió Camila dulcemente—. ¿Quieres ir Peque?
—Si—dijo Sofí abrazando a Camila y Dinah le dio un guiño deseándole suerte. Mientras Regina llegaba a su lado.
—Sofí me acompañara a mi clase de piano—dijo Regina sonriendo.
—Me parece que no podrá ser—dijo Dinah—. Sofí y Camila tienen una cita de hermanas.
—¿Una cita de hermanas? —dijo Regina sorprendida viendo a su mejor amiga mientras abrazaba fuertemente a su hermana—. ¿Y qué es eso?
—Cuando las hermanas salen a pasar tiempo juntas y esas cosas—explicó Dinah y Regina se quedó viendo a Camila que dulcemente besaba la frente de su hermana y Sofí recostaba su rostro en su cuello.
Dinah sintió el fuerte golpe en su costado y su mirada sorprendida se dirigió a Regina que la veía cruzándose de brazos.
—Oye renacuajo...¿Por qué me pegas? —dijo Dinah acusándola.
—Porque nosotras somos hermanas y no tenemos cita de hermanas—Camila vio a Dinah y le sonrió enormemente alzando sus cejas interrogantes—. Porque no me abrazas ni me das besos.
—¿Darte besos? —Dinah hizo una mueca de asco y volvió a sentir el golpe de Regina escuchando a Sofí y a Camila reír—. ¿Puedes dejar de golpearme si te prometo comprarte un helado de regreso a casa?
Regina sonrió maravillosamente y tomó la mano de Dinah dándole un guiño a Sofí que rio besándole la mejilla a Camila la cual se quitó su snapback y se la puso a Sofí.
Unos minutos después ambas se despidieron de Dinah. Camila tenía solo unas horas para hablar con su hermana y luego regresar a trabajar. Bajó a Sofí y la tomó de la mano respirando hondo. ¿Cómo iba a decirle a su hermanita que se iría por un mes? Camila tenía miedo que pensara que la estaba abandonando cuando lo de su padre estaba tan reciente.
Era por esa razón que Dinah le había sugerido que le dijera las cosas con tiempo para que no se sorprendiera cuando la viera irse. Pasarían cinco días juntas antes de que Camila viajara a Japón. Era por eso que había decido sacar su vieja pelota de football, jugar con Sofí y luego comer pizza. Ahora podía hacer esas pequeñas cosas por su hermana. Y pronto, muy pronto haría muchísimas más.
MIENTRAS EN LA JUGUETERIA TOYS R "US" TIMES SQUARE:
Lauren respiró hondo mientras seguía guardando juguetes dentro de los tres carritos que llevaba con ella. Era miércoles y para Lauren los miércoles tenía muchas cosas importantes que hacer. Entre ellas su visita al orfanato para llevar juguetes y ropa a los niños que permanecían en el lugar donde años atrás ella había estado. Niños sin hogar, sin padres y rechazados como ella lo había sido. Los ojos verdes de Lauren se llenaron de tristeza al ver las Barbies que estaba poniendo dentro de un carrito.
Lauren hubiera dado su vida por tener una muñeca como aquellas para jugar con ella antes. Pero jamás la había tenido, hasta llegar a casa de los Jauregui. Desde que Lauren había empezado a ser reconocida en el mundo de la moda siempre daba grandes cantidades de dinero a los orfanatos, en especial en el que ella había estado. Y todos los miércoles a las cinco de la tarde les llevaba juguetes, ropa y comida. Su camioneta estaba llena de bolsas de comida y de ropa de reconocidas tiendas. Lauren llegaba a la puerta del orfanato y entre el personal la ayudaban a bajar todo y luego se iba. Jamás había entrado de nuevo desde esa vez a los seis años que salió rumbo a casa de los Jauregui.
Nunca había tenido el valor de volver a atravesar esas puertas por el miedo latente que surgía en ella al verse presa de nuevo en la soledad de aquellas paredes. El personal siempre había sido bueno con ella. Pero no se sentía con la fuerza de atravesar esas puertas. Era como recordar una vida que ya no le pertenecía. Ahora tenía un apellido y era reconocido a nivel mundial. Tenía todo el éxito del mundo y trataba de dar un poco de eso a esos niños que como ella no tenían nadie que viera por ellos. Eran cien niños y niñas en total, y cada miércoles uno a uno recibían ropa nueva y un juguete. Y comida para casi toda la semana.
Marcela Duran, la directora del orfanato era muy amiga de Lauren. Le había ofrecido incontables veces ir con ellos para que los niños la conocieran y compartieran con ella. Lauren jamás lo había hecho. La había invitado a dar clases de dibujo pero tampoco había aceptado. Al contrario, les había dado dinero para construir una sala de juegos y había contratado a un tutor que les enseñara a dibujar.
Lauren no buscaba reconocimiento. Nadie sabía que iba a ese lugar todos los miércoles. Ni Ally, ni Normani. Absolutamente nadie sabía ese lado de la vida de Lauren y ella prefería que quedara de esa forma. Para todos eran una perra descorazonada que veía solo por ella. Esperaba que se quedaran con esa idea siempre.
Mostrar ese lado de ella, sería abrir una puerta para su pasado y ella se había prometido jamás volver atrás. Nunca. Sus ojos en ese momento se enfocaron con una muñeca en los estantes. Una muñeca que se le hacía muy conocida y era una de las que había estado buscando desde que entrara en la juguetería.
La vio un poco distinta a la que había visto en las manos de le hermana de Camila Cabello. La que estaba en la estantería tenía un hermoso vestido blanco y zapatos de charol color negro. Una pequeña sonrisa llegó a los labios de Lauren y suspiró pensando en la muñeca tan rota y con el vestido tan gastado que tenía Sofía Cabello. Seguramente Camila Cabello le tiraría la muñeca en la cara pero no importaba. Ella iba a cumplir con lo que se había prometido mientras la tomaba del estante. Iba a enviársela como anónima aunque Camila sabría de inmediato quien había sido. No era una muñeca muy barata que se diga y Lauren pensó en lo que habría pasado la madre de Camila para comprarla.
—Es una buena elección—dijo una voz mientras Lauren se giraba viendo a la empleada de la tienda sonreírle—. Es una muñeca muy hermosa.
—¿Hay alguna otra que sea igual a esta pero tenga un vestido rojo con negro? —la empleada negó.
—Este es el único estilo en el que se producen estas muñecas. Son muñecas que normalmente se usan para decoración de bodas o primeras comuniones. No son muy comerciales. Ahora se venden como una antigüedad, es por eso de su precio.
—Claro...—dijo Lauren sin querer preguntar mucho más y vio su reloj. Ya era un poco tarde y debía conducir hasta el centro de Brooklyn donde se encontraba el orfanato frente al parque. Lo único que esperaba es que esta vez no tuviera problemas con el coche.
—¿La pueden envolver en regalo y enviarla a una dirección? —Lauren la vio fijamente—. Yo pagare lo que haga falta y llevó todo esto también necesito ayuda para ir a la caja y llevarlo a mi camioneta.
—Por supuesto—sonrió—. Enviare a dos personas que le ayuden con los carros para poder ir a la caja y luego la acompañaran a su coche.
—De acuerdo—dijo Lauren y respiró hondo. Seguramente si Ally y Normani supieran donde se encontraba se reirían de ella para siempre. Lauren Jauregui rodeada de juguetes y de niños. Aquello sin duda, era algo que no se veía todos los días. Excepto todos los miércoles por la tarde.
DOS HORAS DESPUÉS:
—¿Un mes? —repitió Sofí con lágrimas en los ojos mientras Camila la abrazaba fuertemente. Ambas se encontraban sentadas en la grama del parque con una caja de pizza a su lado y la pelota de football en los brazos de Sofí—. Pero yo no quiero que te vayas Kaki.
—Lo sé, peque—dijo Camila con lágrimas acariciándole las mejillas—. Pero entiende porque lo hago. Me van a pagar mucho dinero si viajo con ellos.
—Pero a ti no te gusta la moda y esas cosas—Sofía la vio—. A Dinah le gustan y a Regina también. Pero tú juegas football conmigo y corremos y jugamos cosas distintas. Las modelos no hacen eso.
—Yo soy tu hermana Sofí—sonrió Camila dulcemente—. Y toda la vida seré tu hermana.
—Pero a ti te gusta la medicina—Sofí la vio—. Tú quieres ser doctora y te gusta pintar aunque desde que pasó lo de mi papá ya no lo haces.
—Perdí mis pinceles—susurró Camila bajando la mirada—. Pero cuando pueda voy a comprar unos nuevos. Es por eso que quiero hacer este viaje peque. Sí viajo un mes vamos a tener dinero para comprar algo de ropa y quizás una muñeca nueva para ti y cosas que necesitas para la escuela.
—Lo haces por lo que te dijo esa mujer tan mala del otro día—Sofí la vio a los ojos y Camila negó tratando de sonreír.
—¿Sabes que ella será mi jefa? —la vio fijamente—. Ella es la diseñadora a la que le modelare la ropa.
—Pero ella nos habló tan feo Kaki—dijo Sofí abrazándola—. Nos trató muy mal solo porque tenía mucho dinero y un coche grande.
—Hay personas que son groseras a pesar de tenerlo todo en la vida, Sofía—empezó a decirle Camila acariciándole el cabello—. Nosotras debemos recordar que siempre debemos ser buenas con las demás personas, ayudar a los que lo necesitan. Aunque no tengamos mucho que ofrecer. Y si tenemos mucho darle un poco a los demás.
—Ella era muy grosera—concluyó Sofí—. Una mala persona.
—No sabemos lo que han vivido las personas y es por eso que no podemos juzgar a una persona sin conocerla realmente. Ni por como viste, ni en que trabaja, ni lo que hace, ni de quien se enamoran. No podemos decir que una persona es "de una forma" cuando no sabemos nada de su vida. Ni podemos herir sus sentimientos haciéndolos sentir mal.
—¿Cómo lo que decía papá de ti? —ambas se vieron a los ojos—. Te decía cosas feas porque a ti te gustan las chicas.
—Hay muchas personas que piensan de esa forma en el mundo lo cual está mal porque todos somos iguales—Camila le acarició la mejilla a Sofí dulcemente mientras permanecían sentadas las dos apoyadas en un tronco y abrazándose dulcemente—. Lo que no saben es que no importa de quien te enamores. Eso no te hace más ni menos que alguien más. Tú eres libre de amar a la persona que te haga feliz, sea hombre o una mujer como tú. Una persona que llene tu corazón y con la que te sientas amada y respetada.
—La señora del otro día nos juzgó por lo que vestíamos y por mi muñeca sin conocernos y eso no estuvo bien ¿verdad? —Camila asintió—. ¿Es por eso que no puedo decir que es mala y fea? —suspiró—. ¿Por qué no la conozco?
Camila no dijo nada pensando en Lauren Jauregui. La mujer era una amargada, prepotente y no necesitaba conocerla muy a fondo para saber eso. Pero no era algo que compartiría con Sofí porque no respetaba el punto que le quería hacer comprender a su hermana.
—Todos somos iguales en este mundo Sofí. No importa si tienes mucho dinero, poco dinero, si eres gay o eres de un diferente color de piel. Solo que hay personas que no entienden eso—le apretó la nariz dulcemente con un dedo—. Todos somos iguales y espero que algún día todo el mundo lo entienda—suspiró—.
—Para qué no existan personas malas que tienen casas grandes y coches grandes y tratan mal a los demás—dijo Sofí—. Nosotras no tenemos una casa grande, ni dinero pero somos buenas personas—Camila abrazó a Sofí asintiendo.
—Ya verás que pronto nosotras vamos a tener una casita hermosa donde vamos a sembrar todas las plantas y flores que le gustaban a mamá. Tú iras a una buena escuela y vamos a tener todo lo que soñamos cuando yo sea una doctora. Es por eso que quiero viajar Sofí. Quiero darte todo lo que tú quieras y que no tengamos problemas con el dinero.
—Milika y Gordon son buenas personas ellos nos quieren y nos cuidan ahora. La señora Milika me puso un desayuno gigante hoy—dijo Sofí.
—Y es cierto nos cuidan y nos quieren—dijo Camila—. Pero no podemos vivir con ellos toda la vida Sofí. Necesitamos nuestro propio espacio. Un lugar donde vivir nuestra propia vida. Que podamos llamar nuestro hogar.
—Una casa grande como esa que mamá nos decía que quería tener—Camila asintió abrazando a Sofí—. Con un perro.
—¿Qué te gustaría que tuviera nuestra casa? —le preguntó Camila besándole la mejilla.
—Una piscina enorme, y un jardín con una cancha como esta para jugar contigo y con nuestro perro—sonrió Sofía—. Y un huerto como quería mamá para sembrar tomates y cosas que se ponen en los huertos.
Camila rio dulcemente imaginándose una casa grande para Sofía. Mientras la escuchaba describirla emocionada. Haría lo que fuera para cumplir el sueño de su madre y sacar adelante a su hermana. Iba a demostrarla a su padre que no era una inútil y una cobarde como él que había huido de las responsabilidades.
Sofí en ese momento se detuvo y escuchó un "Wow" salir de su boca.
—¿Qué pasa? —preguntó Camila suavemente al ver una camioneta que le parecía muy conocida estacionarse frente al orfanato que estaba al otro lado de la calle.
—¿Es una camioneta muy linda—dijo Sofí—. ¿Qué lugar es ese?
—Es un orfanato—respondió Camila viendo como varias personas salían a recibir la persona que llegaba, y se dirigían a la parte de atrás de la camioneta en la cual había cientos y cientos de bolsas—. Un lugar donde llevan a los niños que no tienen papá ni mamá y que están solos.
—¿Cómo nosotras? —dijo Sofí suavemente y Camila le tomó el rostro dulcemente.
—Nosotras no estamos solas—dijo Camila firmemente—. Nos tenemos la una a la otra. Yo jamás voy a dejarte Sofí. Te lo prometo.
—Son muchas cosas—dijo Sofí suavemente y en ese momento Camila y ella vieron a una mujer con un abrigo negro y unas gafas oscuras que se acercaba a la parte de atrás. Camila se quedó observando fijamente a la mujer tratando de reconocerla a la distancia—. ¡Mira cuantos juguetes Kaki! —gritó Sofía emocionada mientras tiraba la pelota que tenía en sus manos accidentalmente y escuchaba su gritó al ver como rodaba hacía la calle.
—La pelota—dijo Sofí señalando la pelota que se había resbalado de sus manos tratando de ver las bolsas que sacaban del coche.
—Iré por ella—dijo Camila suavemente levantándose—. Quédate aquí Sofí.
Camila vio a ambos lados de la calle para cruzar a traer la pelota que se encontraba rodando por la calle. No era una calle muy transitada así que corrió sin prestar mucha atención a los coches y observando la camioneta llena de juguetes, ropa y comida muy cerca de ella. Alguien debía tener muy buen corazón para gastar esa cantidad de dinero habían cientos de bolsas y la mujer de abrigo negro ordenaba donde poner las cosas. Estaba tan atenta a lo que pasaba en el orfanato que nada la distrajo hasta escuchar el gritó de su hermana.
—¡Kaki! —escuchó el gritó de Sofía al otro lado de la calle y vio a su hermana horrorizada saltando y corriendo a su lado. Lo que Camila no sabía es que alguien que estaba cerca de la camioneta al escuchar ese apodo tan característico giró su mirada y sus ojos se llenaron de horror al ver la escena, y sin pensarlo corrió rápidamente—. ¡Kaki, el coche!
Camila reaccionó solo para ver al coche que iba muy cerca de ella y cerró los ojos esperando el impactó pero lo único que sintió fueron unos brazos que la tomaban y tiraban de ella a un lado de la calle. Camila sintió el fuerte golpe sobre la acera y luego escuchó un gemido de alguien a su lado que también había caído con ella. Mientras Sofía llegaba con lágrimas a su lado.
—Camila—dijo alguien y Camila giró su rostro para encontrar a la persona dueña de esa voz—. ¿Camila estas bien?
Camila giró su rostro encontrándose frente a frente con unos ojos verdes que reconoció inmediatamente. Eran los ojos verdes de Lauren Jauregui.
—Lauren...—dijo Camila suavemente y los ojos de ambas se encontraban mientras Sofía se tiraba sobre Camila abrazándola fuertemente. Sus ojos se cerraron un momento al sentir una punzada de dolor sobre una de sus piernas muy levemente pero volvieron a abrirse para encontrarse con Lauren que la veía preocupada y en ese momento lo supo.
Lauren Jauregui la había salvado. Y también supo que la dueña de la camioneta que había estado observando era ella al ver a las personas del orfanato correr a auxiliarlas y su abrigo negro. Los ojos de Camila se perdieron en ese mar verde y sintió su corazón acelerarse al observar a esa mujer que tanto había llenado sus pensamientos los últimos días. Esa mujer que había pensado jamás volver a ver y que ahora era su jefa. Esa mujer que acababa de salvarle la vida en quizás más de una forma.
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¡BUENO! Oficialmente doy por terminado el maratoncito de fin de semana. Sé que el capítulo anterior les dije que tenía una sorpresa. Y para las lectoras que me pedían un beso. Calma, calma. Jauregui tiene sus momentos ya veremos como surge. La sorpresa que les tengo es que muchas veces necesito expresarme y tengo tantas ideas que dan vueltas en mi cabeza que dejo salir. Es por eso que cree One Shots (Camren) pueden encontrar el link en mi profile para que los puedan leer y ya actualice el primero que se llama: "Siempre Fuimos Tú y Yo".
Espero que les guste la sorpresa y que lo apoyen como el fic. Muchas gracias por todo y las veo por allí. Besos y como siempre espero sus comments. Buenas Noches.