HAUNTED ▸ SUPERNATURAL #FANDO...

By Eliathe92

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❝Tenías algo, teníamos algo, y no dudaste ni un segundo en mandarlo a la mierda.❞ [ SUPERNATUR... More

HAUNTED:
EPÍGRAFE:
CAPÍTULO UNO
CAPÍTULO DOS
CAPÍTULO TRES
CAPÍTULO CUATRO
CAPÍTULO CINCO
CAPÍTULO SEIS
CAPÍTULO SIETE
CAPÍTULO NUEVE
CAPÍTULO DIEZ
CAPÍTULO ONCE
CAPÍTULO DOCE
CAPÍTULO TRECE
CAPÍTULO CATORCE
CAPÍTULO QUINCE
CAPÍTULO DIECISÉIS
CAPÍTULO DIECISIETE
CAPÍTULO DIECIOCHO
CAPÍTULO DIECINUEVE
CAPÍTULO VEINTE
CAPÍTULO VEINTIUNO
CAPÍTULO VEINTIDÓS
CAPÍTULO VEINTITRÉS
CAPÍTULO VEINTICUATRO
CAPÍTULO VEINTICINCO
CAPÍTULO VEINTISÉIS
CAPÍTULO VEINTISIETE
CAPÍTULO VEINTIOCHO
CAPÍTULO VEINTINUEVE
CAPÍTULO TREINTA
CAPÍTULO TREINTA Y UNO
CAPÍTULO TREINTA Y DOS
CAPÍTULO TREINTA Y TRES
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO
CAPÍTULO TREINTA Y CINCO
CAPÍTULO TREINTA Y SEIS
CAPÍTULO TREINTA Y SIETE
CAPÍTULO TREINTA Y OCHO
CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE
CAPÍTULO CUARENTA
CAPÍTULO CUARENTA Y UNO
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO
CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS
CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO
CAPÍTULO CUARENTA Y NUEVE
CAPÍTULO CINCUENTA
CAPÍTULO CINCUENTA Y UNO
ESTOY EN ELLO
CAPÍTULO CINCUENTA Y DOS

CAPÍTULO OCHO

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By Eliathe92

●◇●◇●◇●◇●◇●◇●

HAUNTED CAPÍTULO TRES ; PARTE DOS

—¡¿Cas?! ¡¿Savannah?!— gritó el castaño de vuelta en la biblioteca.

Habían entrado por el garaje con el Impala y no habían pasado antes por allí, yendo directamente a la mazmorra para encadenar a Rowena. Cuanto menos tiempo perdiesen y antes la dejasen indefensa, antes conseguirían su propósito.

Se sorprendió al aparecer en aquella sala sin respuesta por ninguno de los dos habitantes que habían dejado allí antes de irse. Aquello no iba bien, tenía un presentimiento.

Un presentimiento que se confirmó al encontrarse el cuerpo de Savannah tirado entre dos de las mesas que ocupaban la biblioteca. Se acercó corriendo hasta ella, rogando por que no estuviese muerta.

En cuanto llegó hasta ella, puso sus dedos sobre su garganta, buscando el pulso y suspirando de alivio al encontrárselo. Después paso un brazo por detrás del cuello de la chica, tratando de incorporarla y con la otra cogió su cara, intentando despertarla.

Savannah tardó poco en abrir los ojos atontada después de los zarandeos de Sam, mirando a su alrededor confusa y tratando de recordar que había ocurrido para verse en aquella situación.

—¿Estás bien?— preguntó el castaño, realmente preocupado.

—¿Qué ha ocurrido?— contestó la cazadora, tratando de sentarse en el suelo por sus propios medios y llevándose la mano al abdomen por el sobreesfuerzo que le suponía aquello.

—Ten cuidado— le dijo Sam—. ¿No recuerdas qué ha pasado? He entrado aquí y te he encontrado inconsciente en el suelo.

Aquello pareció traer de vuelta su memoria y recordó a Castiel, con los ojos sangrantes, levantándose y dándola un golpe en la sien a la que se llevó la mano de manera inconsciente. Siseó al notar el dolor punzante que tenía ahora al otro lado de la cabeza, sumado al que se había hecho en casa de su hermana. Ni si quiera entendía cómo, después de tantos golpes, accidentes y caídas, podía seguir viva.

—Castiel... El hechizo ha empeorado, se volvió... No sé, rompió las cadenas y me atizó. Supongo que debe haberse escapado.

—Maldita sea...— dijo Sam levantándose del suelo y echándose las manos al cabello.

Savannah lo vio desaparecer corriendo por uno de los pasillos y fue de tras él.

Apenas habían pasado unos segundos cuando el menor de los Winchester se introdujo en una sala que a primera vista parecía un almacén, pero cuando Savannah se adentró tras él, aún algo desorientada, descubrió otra habitación al fondo de la misma con un pentagrama dibujado sobre el suelo y una mujer con un vestido negro, largo y de cabello pelirrojo, encadenada a la silla con las piernas cruzadas. Como si estar de aquella facha en una especie de mazmorra y "amordazada" fuese algo normal de su día a día.

—¡Dean!—exclamó el castaño.

—¿Sí?— la voz del mayor de los Winchester se escuchó por detrás de las estanterías que daban paso a aquel cuarto.

—Hey, no podemos encontrar a Cas. Ha dejado a Savannah inconsciente.

—¿Qué?— el rostro extrañado del mayor de los hermanos apareció detrás del mueble, observando a ambos en busca de una explicación.

¿Cómo podía haberse jodido todo tanto en cuestión del poco tiempo que habían estado fuera?

—No está aquí. Se... se ha soltado. Se ha ido— explicó Sam exasperado, respirando con algo de dificultad delante de su hermano.

Los tres miraron a la pelirroja que sonreía, parecía estar disfrutando de aquella situación y por primera vez a Savannah, aunque no la conocía y suponiendo quién podía ser, le entraron ganas de quitarle aquella sonrisa a base de bofetones.

—Mierda. Cuando encontramos a Scooby, perdemos a Shagy— exclamó Dean angustiado.

Era asombroso como podían hacer esos comentarios incluso cuando estaban de mierda hasta el cuello.

—No soy ningún perro— exclamó la bruja aún encadenada en la silla, ofendida.

—¿En serio, Rowena? ¿Ahora?— "Sí, es la bruja" confirmó Savannah.

—Tenemos que hacer algo— dijo Dean tratando de meter prisa de alguna forma a su hermano.

La cazadora suspiró ante la obviedad del mayor de los Winchester. Seguro que estaba acostumbrado a soltar frases como aquellas y que su hermano tuviese una idea por arte de magia, como si se tratase de Viky el Vikingo.

El castaño se encogió de hombros, sin saber qué hacer y entonces la mirada de Dean se posó sobre Savannah, como si ella fuese la solución a todos sus problemas.

—A mí no me mires, aún sigo atontada por el revés que me ha dado vuestro amigo.

—Tú puedes encontrarlo— soltó Dean esperanzado.

—No sé de qué estas hablando. ¿Cómo se supone que voy a saber dónde esta?

—Tenéis esa cosa de las al...— Sam carraspeó llamando la atención de su hermano para que no se fuese de la lengua, si Savannah se enteraba de aquello no debía ser por ellos. La mirada de Dean paso por el castaño, entendiendo lo que pasaba por su cabeza y tratando de corregirse—. Eso de la conexión. Puedes aparecer en el lugar en el que él esté.

—Ni si quiera sé cómo se hace— Savannah se cruzó de brazos, removiéndose incómoda.

Era algo que le ocurría desde hacía unos 7 años, cuando tenía 22, y no tenía ni idea de cómo funcionaba. Sabía que tenía que ver con los daños que sufría Castiel, porque siempre que le había visto no se había encontrado en la mejor de las situaciones, pero recién había descubierto que aquellas visiones eran reales y no se atrevía a aventurarse en cómo ocurrían.

— Tiene que estar sufriendo para que pueda llegar hasta él.

—¡Ahora esta sufriendo!— exclamó Dean otra vez, impaciente.

Sam volvió a echarle una mirada de reproche y después se giró, quedando frente a la cazadora.

—Savannah, sé que ya te he pedido el favor antes, pero necesitamos que nos ayudes con esto— le dijo tratando de ser más amable que su hermano.

La castaña se quedó mirándole con el ceño fruncido y descruzó los brazos, suspirando y poniéndose recta.

—¿Qué se supone que tengo que hacer? — preguntó con los ojos cerrados.

—¿Cómo lo has hecho el resto de veces?— Savannah abrió los ojos, algo frustrada con lo complicado que era hacerle entender las cosas al rubio.

—Cayéndome inconsciente en mitad de la calle. ¿O es que no lo viste en el hospital? Tarado— replicó—. Te he dicho que no sé cómo hacerlo, simplemente pasa.

—No sé...— comenzó a decir Sam gesticulando con las manos—. Concéntrate. Trata de pensar en él, deja ir tu mente. Lo que sea.

La castaña volvió a suspirar, cerrando los ojos con fuerza mientras trataba de concentrarse, sentía el corazón en su pecho bombeando sangre fuertemente, como si estuviese a punto de salirse de su caja torácica. Intentó relajar su respiración y después de unos cuantos segundos abrió los ojos angustiada.

—Nada, no puedo.

—¡Savannah!

—¡Que no puedo, he dicho!—estuvo a punto de salir de aquella sala como una niña berrinchuda pero vio a los Winchester mirándose preocupados sin saber qué hacer y resopló, volviendo a dejar caer las manos a sus costados, agitándolas como si con ello pudiese quitarse todos los nervios de encima.

Se enfocó en la imagen de Castiel, y mientras lo hacía, imaginó que con cada respiración, su alma se expandía como una capa a su alrededor, cada vez más y más, como si fuese un globo que se hinchase con sus expiraciones. Pronto sintió como si con un latido toda aquella capa se expandiese, y cuando abrió los ojos ya no se encontraba en el búnker.

Estaba en un callejón, a su alrededor el humo de las rejillas de ventilación hacia parecer que estuviesen rodeados por niebla. Buscó al ángel con la mirada, si ella se encontraba allí tenía que ser por algo relacionado con él. Y de pronto le vio, salía andando de una bocacalle que daba a la callejuela en la que ella se encontraba, de espaldas a ella.

Salió corriendo y trató de agarrarle del hombro cuando le hubo alcanzado, pero volvió a atravesarlo al igual que lo había hecho cuando le estaban torturando. Iba dando tumbos de un lado a otro y ella no podía hacer nada. ¿De qué le servía poderlo ver si no podía pararle?

—Castiel— lo llamó haciéndolo pararse estático.

Dio un par de pasos hacia atrás, trastabillando asustada al ver el aspecto del ángel. Parecía un loco, agazapado, con la mirada perdida y los ojos inyectados en sangre de nuevo. Su rostro estaba lleno y de sudor y la miraba con un odio que Savannah juraba no haber visto nunca. Le vio echarse sobre ella y cerró los ojos de nuevo con fuerza.

Saltó en el mismo momento en que sintió el tacto de unas manos en sus hombros, emitiendo un pequeño grito y tratando de apartarse de él. Se sorprendió al encontrarse a Dean observándola cuando volvió a abrir los ojos.

—¿Estas bien?— e preguntó el cazador con la mirada preocupada—. ¿Le has visto?— Savannah asintió aún en shock, intentando tranquilizarse—. ¿Sabes dónde esta?— en este caso, la cazadora negó, no tenía ni idea de dónde estaba, ni siquiera le había dado tiempo a mirar el nombre de aquella calle.

—Dean—le llamó su hermano a su lado con el teléfono en la mano. El mayor de los Winchester se incorporó dejando a la castaña en el suelo, acurrucada contra la pared de la entrada de aquella sala—. Su gps está encendido, creo que puedo localizarlo.

—Pues vámonos—contestó el rubio.

Se acercó con rapidez a Rowena, soltando las ataduras que la ataban a la silla mientras Sam levantaba a la cazadora del suelo.

Dean echó a andar, empujando a Rowena delante de él, mientras su hermano cogía la bolsa que había sobre la mesa de la mazmorra y Savannah andaba detrás de ellos, intentando recomponerse. Era una cazadora, no podía dejar que aquellas cosas le afectasen tanto.

El rubio se dirigió a las escaleras con la bruja y Sam detrás de él, mientras a Savannah le costaba seguir sus pasos.

—Quédate aquí— pidió el rubio—. Y avísanos si vuelve u ocurre algo.

—¿Qué?— exclamó la castaña a modo de queja—. ¡No pienso quedarme aquí!— Dean suspiró empujando a la pelirroja por el siguiente tramo de escaleras, no estaba dispuesto a lidiar con su comportamiento por muy justificado que estuviese.

Mientras, Sam se quedó en la galería de metal mirando a la chica durante unos segundos.

—Savannah, te recuerdo que sigues herida.

—No voy a quedarme esperando que volváis con noticias— dijo acercándose a la silla en la que estaba su cazadora y poniéndosela por encima mientras Sam la miraba con una ceja levantada—. Y mordiéndome las uñas mientras me espero lo peor. Voy con vosotros y punto.

●◇●◇●◇●◇●◇●◇●

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